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"DIOS ES FELICIDAD"

dios-felicidad

de Neale Walsh

Capítulo 1

Estás presenciando un mecanismo extraordinario

 
 

 

La vida debe ser felicidad. ¿Lo crees?

Es verdad. Ya sé que no lo parece cuando miramos lo que nos rodea; pero es verdad. La vida debe ser felicidad.

Tú debes ser feliz. Y si eres feliz, debes ser más feliz. Aunque seas muy feliz, puedes ser más feliz todavía.

¿Cuánta felicidad? ¿Cuan feliz puedes llegar a ser? Y bien... puedes ser más feliz que Dios.

 

En cierta ocasión, oí a una señora que hablaba de un caballero muy rico. Y la señora dijo: «¡Tiene más dinero que Dios!». En este sentido lo digo. Utilizo esta expresión a modo de superlativo máximo.

Pero también lo digo en un sentido literal. Con estas palabras pretendo decir precisamente lo que indican. Y esto nos plantea muchas preguntas. ¿Quiere esto decir que Dios llega a vivir eso que llaman «felicidad»? (Sí.) ¿Quiere esto decir que Dios siente infelicidad? (No.) Si podemos ser más felices que Dios, ¿quiere eso decir que estamos separados de Dios? (No.) Entonces, ¿cómo es posible?

Y bien, resulta que existe una fórmula por medio de la cual puedes ser más feliz que Dios. Todos los místicos la conocieron; la mayoría de los maestros de sabiduría mística la conocieron; algunos mensajeros espirituales de nuestros tiempos la conocen; pero con el paso de los siglos se ha ido convirtiendo en una especie de «fórmula misteriosa», porque se habla poco de ella. Muy poco.

¿Por qué? Muy sencillo. Entre las personas a las que han hablado los maestros y los mensajeros espirituales, muy pocas han sido capaces de creer que la «fórmula misteriosa» produce los efectos que se aseguran. Y cuando uno habla de cosas en las que nadie cree, puede llegar a caer muy mal a la gente.

Así pues, aún en nuestros tiempos, que se dice que son unos tiempos adelantados en lo intelectual y en lo espiritual, son pocos los maestros y los mensajeros espirituales que desvelan esta fórmula, aun cuando la conocen. O, aunque hablen de ella, sólo hablan de la mitad de ella.

La mayoría se guardan la otra mitad de esta fórmula, de su parte más impresionante. De manera que tenemos aquí una verdad maravillosa, pero sólo la conocemos a medias.

¿De qué sirve una verdad si no se desvela del todo? Está claro que no sirve de nada. En realidad, una verdad a medias puede ser engañosa. Hasta peligrosa. Así que aquí vamos a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Vamos a empezar indagando por qué tienes este libro en las manos, y cuando terminemos de entenderlo habremos descrito un mecanismo extraordinario.

¿De acuerdo? Muy bien. Vamos a ello.

Pregúntate por qué has seleccionando este libro.

No te preocupes. Te lo diré yo. Has tomado este libro movido por un impulso.

¿Y de dónde salió ese impulso? De ti. Salió de ti.

¿Por qué? ¿Por qué surgió de ti el impulso? ¿A qué se debió? ¿Y de qué parte de ti salió?

Dedicaremos una buena parte de este libro a estudiar las respuestas a estas preguntas..., unas respuestas francamente apasionantes. Pero de momento vamos a pasar a una pregunta más amplia todavía: ¿qué ha sucedido para que este libro estuviera ahí, donde estás tú, ahí mismo, ahora mismo, para que tú lo vieras siquiera, no ya para que tuvieras un impulso?

Ah, sí; ésta es la pregunta clave. Si conocieras la respuesta a esta pregunta, podrías cambiar toda tu vida.

He aquí la respuesta a esta pregunta. Prepárate para que cambie toda tu vida.

Si «sucedió» que este libro estuviera ahí, ahora mismo, ahí mismo, fue porque tú lo has puesto ahí.

Tú has hecho que estuviera ahí.

Bien. Mira, aquí vamos a explorar muchas cosas que parecen casi increíbles, de modo que te pediré que en esto, de momento, tengas fe en mí. Te he dicho ya que los mismos mensajeros espirituales de nuestros tiempos no dan la cara explicando aquella fórmula porque son muy pocas las personas capaces de creerlo, ¿verdad? De modo que tienes que tomar una decisión aquí mismo.

¿Quieres contarte entre esas personas? ¿O quieres llegar más allá de esos límites?

¿Quieres salir a explorar de verdad? ¿Quieres ir más allá del alcance de nuestras ideas y de nuestras construcciones actuales?

Si la respuesta es que sí, ponte cómodo y sigue pasando las páginas.

Tú has hecho que este libro esté aquí, aquí mismo, ahora mismo. Quizá no te parezca que haya sido así, pero lo has hecho. ¿Cómo?

Por la física cuántica.

Las personas suelen aplicar la física cuántica sin saberlo. Es decir, sin ser conscientes de ello.

La física cuántica (y si esto te parece muy descabellado, recuerda que lo dicen los científicos) afirma que «nada puede ser observado sin resultar afectado por el observador». Si esto es verdad (y lo es), entonces tú has desempeñado tu papel en todo lo que está sucediendo ahora mismo, a medida que sucede. La única cuestión es si lo has hecho de manera consciente o inconsciente, a sabiendas o sin saberlo. Pero, hacerlo, sí que lo has hecho, te lo aseguro.

Atrajiste este libro hacia ti y te hiciste ser consciente de él, y ahora lo estás leyendo..., todo ello por tu deseo profundo de ser más feliz.

Este libro llegó de mi teclado a mi editorial, de allí a la librería y de ahí a tus manos, de una manera que nada tiene de accidental, de casual ni de mero azar.

Nada de esto ha sucedido por casualidad.

De modo que alégrate. Acabas de presenciar el mecanismo más extraordinario de todo el universo. Acabas de presenciar el Mecanismo de la Manifestación.

Déjame que te lo diga de otro modo. Acabas de presenciar..... . a Dios en acción.
(Y si esto no te basta para ser feliz, es que no serás feliz con nada.)

"DIOS ES FELICIDAD"

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de Neale Walsh

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