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Amistad con Dios

Un Diálogo Inusual
Neale Donald Walsh

Capítulo 8

Primera parte

 

 

Vamos a repasar los tres pasos para llegar a Dios son: conocerlo, confiar en Él y amarlo.

Correcto.

¡Todo el mundo ama a Dios! ¡Este paso debe resultar fácil!

Si es tan fácil, ¿Por qué a tantos de ustedes les es tan difícil hacerlo?

Porque no sabemos qué “aspecto tiene” el amor hacia Ti

Y eso se debe a que no saben qué “aspecto tiene” amarse los unos a los otros.

 

 

Es posible que el tercer paso no sea sencillo en un planeta donde amar a alguien sin sentir necesidad alguna es algo insólito, donde amar a otro de forma incondicional rara vez se practica y donde amar a todos sin límite en realidad se considera como algo “erróneo”.

Los seres humanos han creado un estilo de vida en donde la sensación de Unidad con todos los demás, todo el tiempo, sí los “mete en problemas”. Y acabas de mencionar las causas principales que generan estos problemas. Se podría decir que éstos son los tres factores principales que acaban con el amor:

Dependencia emocional.

Expectativas.

Celos.

De hecho, no puedes amar a otra persona cuando alguno de estos factores está presente. Y, con toda certeza, no puedes amar a un Dios que muestra alguno de estos aspectos, mucho menos todos ellos. Sin embargo, éste es justo el tipo de Dios en el que ustedes creen y, dado que han decidido que son características suficientemente buenas para Él, también han permitido que sean suficientemente buenas para ustedes. De modo que ése es el ambiente dentro del cual buscan crear y mantener su amor mutuo.

A través de sus enseñanzas, ustedes han aprendido que Dios es celoso, que tiene enormes expectativas y que tiene tanta dependencia, que si no corresponden a su amor, los castigará con la condenación eterna. Estas enseñanzas forman ahora parte de su historial cultural, y están tan arraigadas en su subconsciente que será una verdadera proeza eliminarlas. Sin embargo, hasta que lo hagan, nunca tendrán la esperanza de amarse en verdad los unos a los otros, y mucho menos a Mí.

¿Qué podemos hacer?

Con el fin de resolver el problema, primero deben comprenderlo. Revisemos cada ele-mento que lo conforma a la vez.

Aunque la dependencia emocional es el más potente asesino del amor que jamás haya existido, la mayoría de los miembros de su especie no conocen la diferencia entre el amor y la dependencia, los confunden y lo continúan haciendo de forma cotidiana.

La “dependencia” es imaginar que existe alguna cosa fuera de tu persona que no tienes en la actualidad y que necesitar para poder ser feliz. Como crees necesitarla, harás lo que sea por obtenerla. Intentarás adquirir aquello que crees necesitar.

Esto lo hace la mayoría de las personas por medio de un intercambio, en el que dan lo que ya tienen por aquello que desean conseguir. Éste es el proceso que denominan “amor”.

Si, ya discutimos esto antes.

En efecto. Pero, en esta ocasión, vamos a profundizar, pues es importante comprender cómo fue que desarrollaron este concepto de amor.
Ustedes creen que ésta es la manera de demostrar su amor mutuo porque se les ha en-señado que así Dios les demuestra Su amor.

Dios ha diseñado un trueque: si Me amas, te permitiré entrar al cielo. Si no me amas, no lo haré.

Alguien les ha dicho que ésta es la manera de ser de Dios y ha ocasionado que ustedes adopten la misma actitud.

Es como Tú dijiste: si es lo suficientemente bueno para Dios, debe ser lo suficientemente bueno para mí.

Exacto. Por lo tanto, han creado en su mitología una historia que viven en carne propia día con día: el amor es condicionado; sin embargo, ésta no es una verdad, es un mito. Es parte de su historia cultural, pero no de la realidad de Dios. De hecho, Dios no necesita nada y, por lo tanto, no necesita nada de ustedes.

¿Cómo puede Dios necesitar algo? Dios es la Presencia Absoluta en el Todo. La Tota-lidad de las Cosas, la inspiración que permanece inalterable, la Fuente de cualquier cosa que imagines pudiera necesitar Dios.

Comprender que tengo todo, que soy todo y que requiero de nada, es algo fundamental para llegar a conocerme.

El primer paso es tener una amistad con Dios.

Sí. Una vez que Me llegan a conocer de verdad, su mito en torno a Mí comienza a des-aparecer. Cambian su impresión acerca de quién soy y cómo soy. Y una vez que esto ocurre, cambian también de parecer con respecto a cómo tienen que ser ustedes. Éste es el comienzo de la transformación, que sucede cuando tienes una amistad con Dios, te transforma.

¡Esto me causa una gran emoción! Jamás nadie me había explicado las cosas de una manera tan sencilla, tan clara.

Entonces presta mucha atención, pues a continuación voy a esclarecerlo lo más que es posible.

Ustedes han sido creados a imagen y semejanza de Dios. Esto siempre lo han com-prendido, pues también se lo han enseñado. Sin embargo, están equivocados en lo que se refiere a cuál es mi imagen y semejanza. Por lo tanto, han estado equivocado con respecto a cuál puede llegar a ser la imagen y semejanza humana.

Ustedes creen que Soy un Dios que tiene, entre otras cosas, la necesidad de que Me amen. (Ahora bien, algunas de sus Iglesias me han descrito como alguien que no necesita su amor, sino que sólo lo desea. Según ellos, mi deseo es sencillamente que Me amen, pero nunca los forzaría a hacerlo. Sin embargo, ¿acaso un “deseo” no es también una “necesidad” si estoy dispuesto a torturarlos para toda la eternidad si no lo obtengo? ¿Qué clase de deseo es ése?)

De manera que, como fueron creados a Mi imagen y semejanza, han llegado a creer que es normal experimentar el mismo tipo de deseo. Es así que ustedes han creado sus atrac-ciones fatales.

Pero ahora les digo que no tengo necesidades. La totalidad de lo Soy en mi interior es todo lo que necesito para expresar que soy en Mi exterior. Ésta es la naturaleza real de Dios. Ésta es la imagen y semejanza a la que fueron creados.

¿Comprenden la maravilla de esto? ¿Entienden sus implicaciones?

Ustedes, también carecen de necesidades. No necesitan de nada para poder ser total-mente felices. Sólo creen que es así. Encontrarán la felicidad más profunda y perfecta en su interior y, una vez que la encuentren, nada externo a su persona lo podrá ingualar y nada lo podrá destruir.

Ah, caramba, el viejo sermón de “la felicidad radica en el interior”. Discúlpame, pero, ¿cómo es que yo no experimento eso?

Porque no intentas hacerlo. Procuras experimentar la parte más grandiosa de tu persona fuera de ella. Procuras experimentar Quién Eres a través de los demás, en lugar de permitir que otros experimenten Quién Eres a través tuyo.

¿Qué dijiste? ¿Lo podrías repetir?

Dije que, procuras experimentar la parte más grandiosa de tu persona fuera de ella. Procuras experimentar Quién Eres a través de los demás, en vez de permitir que otros experimenten Quién Eres a través tuyo.

Es probable que eso sea lo más importante que me hayas dicho.

Ésa es una afirmación bastante intuitiva.

¿Qué significa eso? No sé qué quiere decir.

Muchas de las afirmaciones más importantes en la vida son intuitivas. Sabes que son ciertas antes de entender por qué o cómo. Provienen de una comprensión más profunda que trasciende toda evidencia, prueba, lógica y razón, así como todas las herramientas por medio de las cuales intentas determinar si algo es cierto o no y, por tanto, si es importante. En ocasiones sabes que algo es importante tan sólo por cómo suena. “Suena como la verdad”.

Toda mi vida he creído lo que otros dicen acerca de mí. He cambiado mis conductas, al-terado quién soy, todo con el fin de cambiar la opinión de los demás y modificar lo que me decían sobre mí mismo. Literalmente, me estaba experimentando a través de otros, como tú ya dijiste.

La mayoría de los seres humanos lo hacen. Sin embargo, cuando ellos alcanzan la ma-estría, les permite experimentar Quiénes Son a través de ti. De esta manera reconocerás a un Maestro cuando lo veas: el Maestro es el que te mira a ti.

El maestro te devuelve Tu Persona, pues el Maestro te reconoce. O sea, el Maestro te re-conoce, te conoce nuevamente. Y es así que te reconoces a ti mismo una vez más. Conoces a tu Yo otra vez, como la persona que Eres Realmente. Entonces esto se lo transfieres a otros. Tú te has convertido en un Maestro y ya no buscas conocer a tu persona a través de otros, sino que eliges que los demás se conozcan a sí mismos a través de ti.

Es debido a esto que He dicho: un verdadero Maestro no es el que cuenta con el mayor número de estudiantes, sino el que forma al mayor número de Maestros.

¿Cómo puedo experimentar esta verdad? ¿Cómo puedo dejar de requerir afirmación proveniente del exterior y encontrar todo lo que necesito para ser feliz en mi interior?

Acude a tu interior. Para encontrar lo que hay ahí, acude a tu interior. Si no te adentras, sufrirás de carencias.

Eso también lo dijiste antes.

En efecto, ya he compartido todas estas cosas contigo en el pasado. Toda esta sabiduría ya te ha sido proporcionada. ¿Crees que te haría esperar para decirte las más grandes verdades? ¿Por qué habría de mantener estas cosas en secreto?

No sólo has escuchado estos conceptos en tus conversaciones previas con Dios, sino que también los has escuchado en otras partes. Aquí no hay revelaciones, excepto por la revelación de que todo ya ha sido revelado.

Inclusive tú has sido revelado a ti mismo. y esa revelación, que te ha sido proporcionada, yace en lo más profundo de tu alma.

Una vez que percibas esto, una vez que lo experimentes aunque sea de forma momentánea, te quedará muy claro que nada en tu exterior se puede comparar con lo que hay en tu interior; que ninguna emoción obtenida por medio de una estimulación o fuente externa se acerca, ni remotamente, al total éxtasis de la comunión interna.

Te lo repetiré otra vez, es en el interior donde encontrarás el éxtasis. Es ahí donde re-cordarás Quién Eres Tú otra vez y donde experimentarás una vez más que no requieres de nada externo a tu Persona. Es ahí donde verás tu propia imagen, en semejanza a Mí.

Y será ese día que terminará tu necesidad de cualquier otra cosa y podrás, por fin, amar de verdad, amar verdaderamente.

Hablas con tanta fuerza y elocuencia. Con mucha frecuencia me quitas el aliento. Pero, explícame otra vez cómo puedo acudir a mi interior.
¿Cómo puede llegar a conocerme como alguien que no necesita nada del exterior para sí?

Comparte el tiempo contigo mismo en un espacio callado. Hazlo con frecuencia. Hazlo diariamente. Inclusive cada hora en pequeñas dosis, si te es posible.

Sólo detente. Interrumpe todas tus actividades. Hazlo con frecuencia. Hazlo diario. Simplemente dedícate a “ser” por un momento. Esto puede cambiarlo todo.

Al amanecer, aparta una hora y dedícala a tu Ser.

Reencuéntrate ahí con tu Ser, en el Lugar Sagrado. Luego, sigue adelante con las acti-vidades de tu día. Serás una persona diferente.

Estás hablando de la meditación.

No te obsesiones con etiquetas o con formas de hacer las cosas. Eso es un producto de la religión. Ése es el propósito del dogma. No desarrolles una etiqueta o un conjunto de reglas en torno a esto.

Lo que tú denominas meditación no es más que pasar tiempo contigo mismo. Para algunos de ustedes, podría parecer similar a lo que denominan “meditación”, o sea, permanecer sentado en silencio. Para otros, podría asemejarse a caminar sólo entre la naturaleza. Fregar un piso adoquinado con un cepillo, apoyado sobre las manos y rodillas, puede ser una forma de meditación -como han descubierto muchos monjes-. Otros, intrusos, llegan al monasterio, ven esta labor y piensan, ¡bah, qué vida tan difícil! Sin embargo, el monje es profundamente feliz, siente una profunda paz. No desea dejar de fregar pisos, ¡quiere otro piso que fregar! ¡Denme otro cepillo! Denme otra hora de manos y rodillas, con la nariz a quince centímetros de los adoquines. ¡Te voy a presentar el suelo más limpio que hayas visto! Y mi alma se limpiará en el proceso. Lavada de cualquier pensamiento que sugiera que la felicidad requiere de alguna cosa externa.

Está bien, digamos que he descubierto que no necesito nada que me pudiera ofrecer cualquier otra persona para ser realmente feliz. ¿No me convertiría esto en un ser antisocial?

Por el contrario, te volverás más sociable que nunca, ¡pues ahora ves con claridad que no tienes nada que perder! Nada inhibe tanto el amor entre las personas que la idea de que tienen algo que perder.

Es por esta razón que les ha resultado difícil y aterrador amarme. Les han dicho que si no Me aman de la manera correcta, en el momento adecuado, por las razones apropiadas, Me enfadaré. Pues te han dicho que soy un Dios celoso y no aceptaré que tu amor se pre-sente de manera, apariencia o forma diferente a lo que yo he exigido.

Nada podría estar más alejado de la verdad, sin embargo, la verdad nunca ha estado más alejada de tu estado de conciencia.

No necesito nada de ti y, por lo tanto, no busco, deseo ni exijo nada de ti. Mi amor por ti no tiene condiciones ni límites. Regresarás al cielo sin importar si Me has amado de la forma correcta o no. No hay manera de que no regreses al cielo, porque no existe otro lugar a donde ir. De manera que, tu vida eterna está asegurada y tu recompensa eterna, garantizada.

Dijiste en Conversaciones con Dios que incluso hacer el amor, experimentar el éxtasis sexual, puede ser una forma de meditación-

Eso es correcto.

Pero eso no es pasar tiempo con un mismo. Eso más bien parece estar con otro.

Entonces no sabes lo que es estar enamorado en realidad. Pues, cuando estás realmente enamorado, sólo hay una persona en la habitación. Lo que al principio es gozar de la compañía de otro se convierte en la experiencia de ser Uno sólo, de reencontrarse con el Yo. De hecho, éste es el propósito entero de la expresión sexual y de todas las formas de amor.

¡Tienes una respuesta para todo!

Así espero.

Entonces, ¿qué hay de los otros dos factores que acaban con el amor, las expectativas y los celos?

Incluso si logran eliminar la dependencia en su relación mutua y conmigo, es posible que, aún así, tengan que batallar con las expectativas. Ésta es una condición en la que creen que alguien en sus vidas debe actuar de cierta manera, que va a adoptar la personalidad que ustedes creen que tiene o la que ustedes desean que tenga.

Igual que la dependencia, las expectativas son mortales. Las expectativas disminuyen la libertad y la libertad es la esencia del amor.

Cuando amas a alguien, le concedes una libertad total para que sea quien realmente es. Éste es el regalo más grande que le puedes dar, el amor siempre ofrece el mayor regalo.

Es el regalo que te doy Yo, sin embargo, no puedes imaginar que te lo estoy dando, porque no concibes un amor tan grande. De modo que has decidido que yo sólo te he dado la libertad de hacer las cosas que Yo quiero.

Si, sus religiones dicen que les doy la libertad de hacer cualquier cosa, de tomar cual-quier decisión que deseen. Sin embargo, les preguntaré nuevamente: si los torturo hasta el fin y los condeno eternamente por tomar una decisión que Yo no quería que tomaran, ¿les habría dado esa libertad? No. Les he dado una posibilidad. “Tienen la posibilidad de tomar cualquier decisión que deseen, pero no tienen la libertad de hacerlo”. No si les in-teresan las consecuencias. Y, por supuesto, a todos ustedes les interesan.

De manera que, según ustedes, éste es el plan: si he de concederles el cielo como re-compensa, espero que hagan las cosas a Mi manera. Y a esto le llaman el amor de Dios. Entonces, mantienen las mismas expectativas los unos con relación a los otros y a esto lo llaman amor. Sin embargo, no se trata de amor en ninguno de los casos, pues el amor no espera nada salvo lo que ofrece la libertad y ésta es totalmente ajena a las expectativas.

Cuando no exiges que una persona se presente de la manera que tú lo deseas, entonces puedes abandonar las expectativas. Las expectativas salen por la ventana. Entonces podrás amar a la persona tal como es. No obstante, esto sólo puede ocurrir cuando te amas a ti mismo tal como eres. Y eso sólo sucederá cuando Me ames tal como soy.

Para poder hacer esto, debes conocerme tal como soy, no como Me has imaginado.

Esa es la razón por la que el primer paso hacia la amistad con Dios es conocerlo, el segundo paso es confiar en el Dios al que conoces y el tercer paso es amar al Dios que co-noces y en quien confías.

¿Puedes amar a Dios de manera incondicional? Esa es la pregunta principal. Todo este tiempo quizá hayas pensado que la pregunta era, ¿puede Dios amarme de manera in-condicional? Pero la pregunta más importante es si puedes amar a Dios incondicional-mente. Porque sólo puedes recibir Mi amor de la misma manera en que me entregues el tuyo.

Válgame, esa afirmación es enorme. Te voy a pedir que la repitas otra vez. No puedo permitir que simplemente pase desapercibida.

Sólo puedes recibir el amor de Dios de la misma manera en que Le entregues el tuyo.

Supongo que esto también se aplica a las relaciones humanas.

Por supuesto. Sólo puedes recibir el amor de otra persona de la misma manera en la que le entregues el tuyo. Ellos te pueden amar a su manera durante el tiempo que quieran. Solo puedes recibir su amor a tu manera.

No puedes experimentar lo que no le permites a los demás experimentar.

Y eso nos lleva al último elemento de esta pregunta: los celos.

Con base en su decisión de amar a Dios celosamente, han creado el mito de un Dios que ama los celos.

Espera un minuto, ¿dices que tenemos celos de Ti?

¿De dónde crees que surgió la idea de un Dios celoso?

Han hecho de su mejor esfuerzo para proclamarse dueños de Mi amor. Han intentado ser sus únicos dueños. Me han declarado como suyo y lo han hecho con furia. Han mani-festado que los amo a ustedes y solo a ustedes. ¡Ustedes son los elegidos, ustedes la nación bajo Dios, ustedes la única iglesia verdadera! Y protegen con celo esta postura que han asumido. Si alguien afirma que Dios ama a todas las personas de forma equitativa, que acepta todas las creencias, que abraza a cada nación, le llaman blasfemia. Aseguran que es una blasfemia que Dios ame de una manera diferente a la que ustedes han señalado.

George Bernard Shaw dijo que todas las grandes verdades comienzan con blasfemia.

Tenía razón.

Este tipo de amor, consumido por los celos, no es la manera en que amo Yo, sin embargo, ésa es la forma en que han percibido Mi amor, porque es el modo en el que Me han amado.

También es la manera en que se han amado entre sí y los está matando y lo digo en forma literal. Es muy conocido que se matan mutuamente, o a sí mismos, debido a sus celos.

Si aman a otra persona, le dicen que debe amarlos a ustedes y sólo a ustedes. Si aman a otra persona, sienten celos. Y no es aquí donde empieza y termina. Pues, no sólo sienten celos por otras personas, sienten celos por empleos, por pasatiempos, por niños, por cualquier cosa que les robe la atención de su amado. Algunos de ustedes se encelan por un perro o un juego de golf.

Los celos toman muchas formas, tienen muchos rostros, ninguno es hermoso.

Lo sé. En una ocasión, cuando experimenté celos por una mujer llamada Diana, de quien estaba profundamente enamorado, le expresé estos sentimientos. Ella me dijo, en voz muy baja, “Neale, ésta no es una faceta muy atractiva de ti”.

 

 

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