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LAS NUEVAS

REVELACIONES

 

Capitulo 18

 

 Neale Donald Walsch

 

Capitulo 18

¿Crees tú que lleguemos a aprender? ¿Crees que encontremos un camino para llevamos bien, que hagamos

algo tan simple como vivir juntos en paz, armonía y felicidad?

 
   

        Lo harán si abandonan sus falsas creencias y las construcciones humanas que han levantado en

torno a ellas. Siempre He venido a ayudarlas. Siempre He estado aquí.

        Aun no saben esto porque no Me conocen. Imaginan que Yo mismo me he separado de ustedes. Se

imaginan a ustedes mismos estar separados de los demás. Nada de eso es verdad. Nada de eso te sirve.

        Las siguientes son las primeras tres de las Cinco Falacias acerca de la Vida...

        “Los seres Humanos están separados el uno del otro”...

        “No es suficiente para los seres humanos la necesidad de ser felices”... y “no es suficiente con

obtener lo que se quiere, los seres humanos deben competir con todos los demás”... lo suficiente para crear crisis, violencia, muerte y guerra entre ellos mismos.

        ¿Cómo llegamos a esta Tercera Falacia Sobre la Vida, la que trata acerca de la competencia?

        Cuando aceptaron que “no era suficiente” lo que la vida les daba, concluyeron que tenían que hacer lo que fuera necesario para asegurarse de tener lo suficiente.

        En el principio, sólo alcanzabas y tomabas. En este panorama, era el más fuerte quien ganaba siempre.

        Más adelante, cuando tu especie llegó a la adolescencia, te desarrollaste hasta el punto en que ya no te parecía justo que siempre ganara el más grande y más fuerte.

        Con todo no te habías desarrollado tanto como para elegir ver a todos ganar. -Aun no lo has hecho-.

        Así que comenzaste a idear otras “razones” para lograr que una persona o un grupo, en lugar de otro, pudiera ganar. Pensaste que lo que necesitabas para ser feliz era no tener que compartir.

        Desarrollaste competencias donde la fuerza bruta no era el único factor decisivo para determinar no sólo si perdías o ganabas la vida, sino cualquier otra cosa.

        Todo esto podría haber sido suficiente desventaja -los seres iluminados no compiten uno con otro por el derecho de posesión ni tampoco por acaparar lo que les pertenece a todos y cada uno-, Pero ni siquiera construiste competencias favorables, sino que escogiste crear competencias en las que el ganador fuera declarado de antemano.

        ¿Qué quieres decir?

        Me refiero a que, en tu cultura en particular, decidiste que ser rico, blanco, cristiano, estadounidense y hombre, te coloca de entrada en medio de los ganadores.

        Cada cultura, cada subgrupo de toda la humanidad, tiene su propia lista, su propia idea de quiénes son “ganadores” en la competencia de la vida por Algo que No Es Suficiente, y refiriéndome a otras culturas, podría decir que basta con ser negro, ruso o musulmán para situarte en la lista de ganadores.

        Pero el ser “mujer” en cualquiera de las culturas de la humanidad difícilmente te coloca en esa lista.

Es verdad, y se debe a que, para que haya competencias en las que se puedan declarar ganadores de antemano, tendrías que remontarte a los tiempos en que se usaba la fuerza para acallar a los Perdedores.

Entonces, la fuerza bruta, el músculo primitivo, era lo que, al final de cuentas, decidía las cosas.

        Como se sigue dejando que la fuerza física primitiva o la fuerza bruta económica decidan casi

todas las cuestiones y resuelvan los principales conflictos de la experiencia humana, entonces en casi todas las culturas humanas del presente, ser “rico” y “hombre” son los calificativos básicos del rango alto. Si tienes los dos atributos, entonces estarás en una posición dominante, porque tienes fuerza y poder y porque, en las competencias humanas para los asuntos de la vida, has sido declarado “ganador” de antemano.

        Antaño, el mazo servía para demostrar el predominio masculino. Hoy lo demuestra el dinero, la influencia y el poder; y ustedes se han asegurado bien de que los hombres sean, principalmente, quienes lo tienen y controlan. Por lo tanto, los hombres siguen empleando la fuerza para salirse con la suya.

Además, como han imaginado a un Dios que usa la fuerza para salirse con la Suya, ustedes decidieron que Dios seguramente es hombre.

        Claro que Dios es hombre, ¿o no? ¿Tú no lo eres?

        No.

        Pero yo pensé que Dios era “Él”

        ¿Quién dijo que lo era?

        Mi religión.

        Casi todas sus religiones están dominadas por los hombres y fueron creadas por sociedades dominadas por hombres. Algunas de estas religiones incluso predican -es decir, es cuestión de doctrina- que las mujeres deben servir a los hombres.

 

        Sí, ya hemos hablado varias veces de que, desafortunadamente, los musulmanes tienden a tratar a las mujeres como si fueran ciudadanos de segunda clase.

        ¿Cómo señala este mandato?

        “Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra a su cabeza, pues es prácticamente como si tuviera la cabeza rapada”.

        “Si una mujer no estuviera cubierta, entonces habrá que raparla. Pero si rapar o afeitar a una mujer es vergonzante, entonces que permanezca cubierta”

        “Un hombre, de hecho, no debe cubrir su cabeza, pues es imagen y gloria de Dios, pero la mujer

es gloria del hombre”.

        “Pues el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre”.

        “Y el hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer para el hombre”.

        Sí, es fácil ver que estos mandatos islámicos verdaderamente colocan a las mujeres en un plano

inferior.

        Salvo que no es un mandato islámico, sino parte del Nuevo Testamento de la Biblia.

        No, un momento, no puede ser. ¡El Islam es el que siempre ha colocado a las mujeres en posición

de inferioridad, pero no el cristianismo!

        Creo que deberías leer Corintios 1, 11:4-9, o Efesios 5:22-24, que dejan las cosas en claro:

        “Esposas, someteos a vuestros maridos como a vuestro Señor. Pues el marido es cabeza de su

mujer, tal como Cristo es cabeza de la iglesia”.

        “Entonces, tal como la Iglesia esta sometida a Cristo, así las mujeres lo estarán a sus propios

maridos en todo”.

        ¡Epa, para un segundo! Está bien, tal vez estaba equivocado y no sólo los musulmanes colocan a

las mujeres en una posición más baja en su sociedad, sino que los cristianos también lo hacen.

        De hecho, ocurre en casi todas las culturas religiosas de la antigüedad.

        Tienes razón. Ahora que estoy repasando la introducción del Bahagavad-Gita Tal como Es, escrito

por Su Eminencia A.e. Bhaktivedanta Swami, veo estas palabras:

        “¿Qué es la naturaleza material? El Gita lo explica como una prakrtí inferior, una naturaleza

inferior. La Prakrtí siempre está sometida a control... la Prakrtí es femenina y está controlada por el Señor,

tal como las actividades de una mujer están controladas por su marido”.

        ¡Caray!, todas las culturas de este planeta realmente han embebido esta idea de la inferioridad de

la mujer, ¿no es así?

        Así es.

        Según las leyes del Islam, el testimonio de una mujer rendido ante un tribunal vale la mitad que el

de un hombre.

        ¡Es una broma!

        ¡Ojala lo fuera!

        Bueno, como esto aparece .en tantas religiones, quizá lo que Dios realmente quería decir es que las

mujeres están subordinadas a los hombres.

        No lo están.

        ¿Estás seguro?

        Estoy seguro.

        Pero tienen que ser protegidas, permanecer en sus hogares, no pueden trabajar, no pueden estudiar.

Deben padecer la mutilación de sus órganos sexuales para que no disfruten de los placeres sensuales.

        Y si bien no deben disfrutar del placer sexual, sí deben proporcionárselo a los hombres,

normalmente cuando estos lo exigen, muchas veces como una expectativa y condición tácita de su

contrato de matrimonio.

        También pueden ser compradas y vendidas para que proporcionen placer sexual a los hombres.

        Las mujeres no pueden caminar en público si no van acompañadas de un pariente sanguíneo del

sexo masculino y deben llevar el cuerpo totalmente cubierto para que nadie las vea. No pueden votar ni

ocupar puestos de mando.

        No pueden estar presentes en las salas de consejo de las compañías ni en puestos de poder

político. No pueden ser ministras ni sacerdotisas, obispas ni papas, rabinas ni ulamas, ni siquiera pueden

sentarse en la misma sección del templo que los hombres. Si tienen un puesto, no perciben el mismo

sueldo que ellos, a pesar de que realicen igual trabajo. Pero de cualquier manera, sería muy difícil que

ellas pudieran ocupar puestos, porque además de proporcionar placer sexual que haga felices a los

hombres, les han sido adjudicadas obligaciones específicas. Deben cocinar, limpiar, surtir la alacena,

lavar la ropa, criar a los hijos y llevar a todos a las clases de piano, la práctica de fútbol y a

dondequiera que ellos deban ir.

        Veamos... ¿he olvidado algo?

        No mucho.

        He estado pensando en el trato que las distintas sociedades de nuestro mundo dan a las mujeres y

en cómo lo han justificado.

        En realidad, nuestras diversas religiones organizadas han sido las que nos dicen muchas de estas

cosas que han sido caldo de cultivo para otras, ¿no es así?

        Me temo que sí.

        Además, muchas personas las han creído. Muchas siguen creyéndolas.

La idea básica es que las mujeres sencillamente no son iguales a los hombres. ¿Pero cómo podrían

nuestras bien intencionadas religiones llegar a tal conclusión si no es por vía de la enseñanza directa de

Dios?

        Mi amigo, la discriminación de las mujeres no es lo único que tus sagradas escrituras han dicho

que es una enseñanza directa de Dios. Tus religiones organizadas también han enseñado, en una época u

otra, que las Leyes de Dios prohíben que las personas de razas distintas se casen, que las personas del

mismo género se puedan demostrar físicamente su amor e incluso que los negros sean sacerdotes.

        Sí, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días –la iglesia mormona- siempre ha enseñado que los hombres de esa fe eran considerados sacerdotes. Sin embargo, durante mucho tiempo, la Iglesia Mormona dijo que esto no se aplicaba a los hombres negros. Se pensaba que los negros eran inferiores a los blancos y, por lo tanto, que no cumplían con los requisitos. No ha sido sino hasta hace poco que los padres de la Iglesia echaron marcha atrás y aceptaron que los negros no eran inferiores a los blancos y que, después de todo, podían ser sacerdotes.

        Ahora, si tan sólo pudieran decidir lo mismo respecto a las mujeres...

        No contengas la respiración, pero, ¿cómo es posible que esto ocurra? ¿Cómo pueden las religiones, que supuestamente son el mismísimo modelo de amor y aceptación, patrocinar de hecho esta tendencia a discriminar?

        Su justificación se deriva de la Cuarta Falacia acerca de la Vida, que dice que algunos seres humanos son mejores que otros. Esta falacia es la que permite a nuestras sociedades seguir los pasos de las religiones organizadas y practicar todo tipo de discriminación.

        Ustedes incluso discriminan en su hablar diario. Tal vez hayas advertido que en esta conversación he empleado los términos “él” y “ella” indistintamente cuando me refiero a Dios. Esto es algo que ustedes no hacen.

        Lo he notado y me he preguntado por qué lo haces.

        Lo hago porque sé que el habla es una parte muy fuerte en la creación de la historia cultural de los humanos.

        Como, en milenios recientes, su raza ha empleado exclusivamente la palabra “él” para referirse a Dios, los jóvenes -de los dos sexos- no han tardado mucho en formarse esta imagen: Dios es hombre y, por lo tanto, infiero que los hombres son superiores a las mujeres.

        Ahora, cuando la Nueva Espiritualidad abarque el planeta, estas inferencias serán cosa del pasado.

        Una parte importante de la Nueva Espiritualidad tendrá que ver con la posibilidad de crear una verdadera igualdad para las mujeres, acabando al fin con su descalificación y con el abuso franco de una mitad de la raza humana. .

        Ésta es una de las muchas razones por las que cabe esperar que las personas que detentan el poder se opongan a la Nueva Espiritualidad. La mayor parte de las personas que ahora detentan el poder son hombres.

        Además, los hombres creen en la falacia que ellos llaman su “superioridad”, aun cuando ahora ya hay muchos hombres convencidos de que, en realidad, sus actos y sus decisiones respecto a las mujeres no están hablando de superioridad, sino manifestando su preocupación por las mujeres y su sensibilidad al hecho de que los hombres y las mujeres deben desempeñar distintos roles en la sociedad.

        Lo que llamaremos el “Grupo Preocupado” dice que, al proclamar y apoyar leyes y costumbres que restringen a las mujeres, lo único que están haciendo es protegerlas contra la explotación y el mal trato. No obstante, su propia protección produce una explotación y un maltrato enormes y generalizados.

        El Grupo de los “Roles Diferentes” dice que tan solo está tratando de que quede clara la importancia de los roles separados que han sido designados a los hombres y las mujeres en los asuntos humanos.

Este grupo también explota y maltrata grandemente a las mujeres, pero con la referida pretensión. Dice que Dios ha asignado roles a los hombres y las mujeres y proclama que la razón por la que el género humano está luchando por su supervivencia es que estos roles han sido alterados. Las mujeres andan por ahí haciendo “trabajos de hombre” y usando “ropa de hombre” y buscando “autoridad de hombre” y, según este grupo, esto es lo que está produciendo alternaciones en nuestra sociedad.

        Bueno, está creando alteraciones, pero son alternaciones necesarias para producir una sociedad de Nuevos Humanos que entiendan que ni la raza ni el género, la nacionalidad, las convicciones religiosas, las preferencias sexuales o ningún otro aspecto de la individualidad de una persona debe ser una descalificación que le impida participar plenamente en la experiencia humana en el ámbito más alto y en lo que pudiera escoger ella, siempre y cuando su elección no afecte los derechos ni la seguridad de terceros.

        Ahora bien, esa declaración puede ser el preámbulo de una Constitución Mundial para los Nuevos Humanos.

        “Ningún aspecto de la raza, el género, la nacionalidad, las creencias religiosas, las preferencias sexuales o algún otro de la individualidad impedirá que la persona pueda participar plenamente, en términos de igualdad, en la experiencia humana en el ámbito más alto”

  Caramba.

        Sí, ésta sería una idea revolucionaria. “Revolución” significa “girar” o virar y esta idea daría un giro a una gran parte de su realidad. Corregiría la Cuarta Falacia acerca de la Vida.

 

 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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