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EL LIBRITO

AZUL

METAFISICA DE LOS 10 MANDAMIENTOS

Conny Méndez

 

 

 

METAFÍSICA DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS

(Insertamos aquí sólo dos: el 5° y el 6°)

 

Entre las Leyes llamadas "de Dios" que tú vas a estudiar en cuanto te sientas con ganas de apren­derlas, hay una qué se llama la Ley de Corres­pondencia. No tiene nada que ver con las cartas ni con el correo. Correspondencia significa, en este caso, lo que "corresponde" a otra cosa, o sea, "igual a. . ." como también "lo que es lo mismo..." ¿Me explico bien?

Esta Ley ordena que las condiciones de cada plano, o cada estado de conciencia, se encuentran repetidas en todos los planos, en todas partes. Por ejemplo, siempre estamos deseando saber cómo son las características de "El más Allá", vamos a decir. Ese "Más allá" siempre se refiere al plano superior a la Tierra, o al plano inferior a la Tierra.

El lema de esta Ley es "COMO ES ARRIBA ES ABAJO, Y COMO ES ABAJO ES ARRIBA". Es decir, que así como en la Tierra tenemos go­biernos, escuelas, maestros, problemas y la for­ma de solucionarlos, hay manos, pies, oídos, ojos, hay sonidos, tiempo, espacio, hay flores y frutas ... en fin ya sabes lo que se quiere decir. En cada plano. En TODO los planos hay lo que corresponde a todo eso, a pesar de que esos otros planos sean invisibles para nuestros ojos terrenos. La única diferencia consiste en que a medida que se asciende de plano, las mismas condiciones se hacen menos densas, más amplias, digamos que más puras, más bonitas, más inte­resantes ... pero más complicadas porque en cada. plano superior hay una dimensión más que en el anterior. Esto no significa que nos será difícil vivir en el plano nuevo después que abandonamos el plano viejo. No. Por la sencilla razón que no es más difícil para un niño caminar sólo después que aprendió que no le va a ocurrir nada malo cuando se suelte.

Vamos al grano. El Quinto Mandamiento en la Tierra dice: no matarás. Esto nos enseña que no debemos matar. NO SE DEBE. ES MALO. Pero ¿por qué es malo? En verdad nadie te lo dice. Simplemente no debes matar.

Vamos al plano Más Allá. Allí hay la misma Ley, sólo que ella dice: No Matarás Por Más Que lo Intentes. No solamente no lo lograrás, sino que como el instrumento no encuentra nada que matar, se devuelve al lugar de donde salió. Lo lanzaste tú. Te hiere, o te golpea a ti. Eso no te gusta ni te conviene. No volverás a intentarlo. ¡Aprendiste a no matar!

Ahora, por el momento vamos a estudiar el Sexto Mandamiento: NO robarás. Este sigue el mismo Principio. En la Tierra se nos enseña que no se debe robar. Es malo. Tampoco se aclara lo suficiente el asunto ¿Y en el plano Más Allá? El Mandamiento dice: No Puedes Robar lo que No Te Pertenece. No lo Intentes Siquiera, no lo podrás. Puedes procurarte un ob­jeto igual, pero nunca el mismo. Este no se quedará contigo y regresará a su legítimo dueño.

En la Tierra estos Mandamientos parecían prohibiciones. En el próximo plano se te revelan como condiciones. Leyes. Principios. No se pue­den quebrantar ¡Qué felicidad! Nadie te puede matar ni robar. Tú no puedes matar a nada ni nadie, no puedes apropiarte de lo ajeno, ni nadie se puede apropiar de lo tuyo. Pero esa no es la única felicidad. Fíjate bien.

Cuando ya en la Tierra tú eres incapaz de matar ni robar, estás preparado para aprender las condiciones del otro plano, que se le llama "de conciencia". Es decir, que cuando se aprende la primera lección, se pasa a aprender la segunda, ¿no es así? Bien. Pero la gran felicidad es que cuando tú aprendes la segunda, no es necesario que te hayas muerto y que estés en el otro plano Más Allá. No. Estás vivito y coleando aquí en la Tierra. Aplicas la segunda lección, y te asombra ver que esa Ley te funciona lo mismo aquí en la Tierra que "en el cielo". Es decir, que cuando tú sabes que la verdad es que nadie puede matar y que nadie puede robar. NADIE TE MATARA NI TE PUEDE ROBAR. Nadie puede llevarse tu carro de tú puerta aunque le dejes el switch "pegado". Nadie te puede arrancar la bolsa del brazo, ni meterse de noche a tu casa, ni cobrarte más de la cuenta. Nada, nada, nada que no sea honesto te puede suceder. Lo que es tuvo ... TUYO ES Y DE NADIE MAS.

Vamos a explicarte por qué en breves pá­rrafos ¿Por qué no se puede matar? Porque la Vida es eso precisamente, VIDA. No es Muerte. La Vida no puede morir. Sería un contrasentido. Vida es eternamente vida y jamás puede ser muerte. Entonces, dirás tú, ¿qué pasa conmigo? ¿No muero jamás puesto que yo estoy vivo? Exactamente. Tú estás en la Eternidad. Nadie te puede quitar tu Vida. Tu Vida es Dios. ¿Quién le quita Su Vida a Dios? Por eso Tampoco puedes matar a nadie, él sigue viviendo más vivo que nunca en el próximo plano, lo mismo que tú. Pero tú ahora sabes que lo que haces en la Tierra también se te devuelve ¿Por qué? Por Ley de Correspondencia. Porque todo lo de un plano tiene su correspondencia en los otros. En todos los otros. Esta Ley dice: "NO HAGAS A OTROS LO QUE NO QUIERES QUE OTROS TE HAGAN A TI". Ya sabes la razón. Si aún no has aprendido a obedecer esta Ley. empieza a observar cómo se te devuelve todo lo que le hagas a los demás, en mal o en bien.

Ahora, ¿por qué no se puede robar? ¿Qué es lo que hace funcionar esta Ley? Primero sabrás que has llegado a un impasse, si es que todavía no has resuelto aceptar la Ley de la Reencarna­ción. (¡Ah, caramba!, dirás tú: ¿Qué tenemos aquí?) Uno de nuestros lemas Metafísicos es "Lo que no puedas aceptar, déjalo pasar, pero sigue leyendo".

Si no te gusta la idea, no reencarnes, pero tampoco adelantarás. Te quedarás estancado, por la misma razón que el que no quiera aceptar que el Sol va a salir mañana, va a tener que meterse en un closet todas las mañanas y per­manecer allí encerrado durante todas las horas de sol, todos los días.

La Ley de la Evolución es una eterna expe­rimentación y superación, como ya asomamos más arriba en el niño que aprende a caminar y que no tiene por qué temer, ya que él sólo apren­de a soltarse. Tu sabes eso; que todo viene cam­biando de una cosa en otra como el nene que se vuelve niño; como el niño que se vuelve

"pavito"; como el pavito que se vuelve adulto, luego viejo y después deja aquí el cascarón viejo y se va a buscar uno nuevo en el más allá. Cuando un ser "se muere", se encuentra en medio de una serie de circunstancias nuevas en el Más Allá, pero no ha perdido nada de lo que tiene de valor, como el oído, la vista, el senti­miento, la voluntad, el libre albedrío la facultad de moverse, de comunicarse con los demás, su identidad su Yo. Por lo contrario como hay allí una dimensión más, se ve más, se oye más, se siente más, se comprende más, se abarca más, etcétera. En otras palabras, nada de lo adquirido se puede perder. Sólo se adapta a las nuevas con­diciones del plano. Esto hace que en cada plano se van adquiriendo nuevas y mayores habilidades y conocimientos. En cada vida encarnada se ganan nuevas experiencias y se aprende a usar nuevos objetos e instrumentos, que aunque materiales aquí en la Tierra, tienen su correspondencia en los otros planos invisibles. Pues, ¿qué clase de ventaja sería la de llegar a ser un acabado mú­sico en el mundo y no poder exteriorizarlo en el próximo plano? Y has llegado a la gran expli­cación. Lo que adquieres, ya lo sabes, los instru­mentos que tuviste que emplear, aprender a usar, como cubiertos, una cama, un fósforo, etc. (en cada plano tienen sus correspondencias, no lo olvides) y éstos, por ser tuyos ya ("por derecho de conciencia", decimos en metafísica), apa­recen automáticamente en tu vida o tus vidas, una después de la otra, porque no puedes nacer en una familia que no tiene los medios de pro­porcionarte lo que te pertenece por derecho de conciencia ¿Me hago explícita? Muchas veces ocurre que un niño viene al mundo en familia careciente de lo que él posee por derecho, y re­sulta que pronto la familia adquiere aquello como una gran casualidad Por esto es que no te pueden robar lo tuyo, ni tú puedes apode­rarte de lo que no has ganado o superado en otra vida anterior. Por eso la gran felicidad es que, al conocer esta Ley y estas condiciones, la Ley funciona en este plano terreno y en todos los planos. Por consiguiente ya puedes estar tranquilo de que nadie te puede ocasionar pér­didas, ni quitarte nada, ni siquiera tu marido ó tu esposa (si no se lo has hecho a otro), ¿qué puedes temer? Y si ya lo aprendiste en esta vida es que lo tienes por derecho de conciencia. De manera que la forma de vivir feliz es aprender la metafísica de los DIEZ MANDAMIENTOS.

 

Con este pequeño obsequio que te brindamos, habrás puesto tu pie en el primer escalón de la feli­cidad. No me cansaré de recomendarte que leas es­te folletico constantemente. No lo tires en la gave­ta. Cárgalo en tu bolsillo o tu cartera. Reléelo, si puedes, todos los días. Trata de practicarlo, recor­dar sus instrucciones y cuando consideres que es tiempo de que adquieras mayor instrucción asiste a nuestras conferencias y obten los siguientes libros. No te costará nada. Sólo pagarás por los libros que quieras adquirir, pues éstos hay que venderlos para poder reproducirlos.

 

Recibe todo nuestro amor.

Que la luz de tu Amada Presencia YO SOY te envuelva te llene te ilumine, te guíe, te acompañe.

 

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