Quisiera conocer los pensamientos de
Dios... lo demás son detalles.
- ALBERT EINSTEIN
La mente universal es la coreógrafa
de todo lo que sucede en miles de millones de
galaxias y hace su trabajo
con una precisión exquisita y con una
inteligencia inquebrantable. Su inteligencia es
máxima y suprema e
impregna cada fibra de la existencia:
desde la más pequeña hasta la más grande, desde el
átomo hasta el
cosmos. Todo lo que vive es expresión
de esta inteligencia. Y esta inteligencia actúa a
través de las siete
leyes espirituales.
Si miramos cualquiera de las células
del cuerpo humano, a través de su funcionamiento
veremos la expresión
de estas leyes. Cada célula, sea del
estómago, del corazón o del cerebro, se origina en
la ley de la
potencialidad pura. El ADN es el
ejemplo perfecto de la potencialidad pura; en
realidad, es la expresión
material de ella. El mismo ADN que
hay en todas las células del cuerpo, se expresa de
diferentes maneras
para cumplir los requisitos
particulares de cada una.
Cada célula opera además a través de
la ley del dar. Una célula vive y permanece sana
cuando está en estado
de equilibrio. Este estado es de
realización y armonía, pero se mantiene a través de
un constante dar y
recibir.
Cada célula da y apoya a las demás, y
a cambio recibe alimento de ellas. La célula
permanece en estado de
flujo dinámico, el cual jamás se
interrumpe. En realidad, el flujo es la esencia
misma de la vida de la célula.{
y solamente manteniendo este flujo de
dar puede la célula recibir y, por tanto, continuar
con su existencia
vibrante.
Las células ejecutan con suma
perfección la ley del karma, porque incorporada en
su inteligencia está la respuesta más apropiada, precisa y
oportuna para cada situación que se presenta.
Las células también ejecutan con suma
perfección la ley del menor esfuerzo: cumplen su
trabajo con tranquila eficiencia, en un estado de sosegada
vigilancia.
Por medio de la ley de la intención y
el deseo, cada intención de cada célula utiliza el
infinito poder organizador de la inteligencia de la
naturaleza. Hasta una intención simple como la de
metabolizar una molécula de azúcar desencadena
inmediatamente una sinfonía de sucesos en el cuerpo
para secretar las cantidades exactas de hormonas en el
momento preciso, a fin de convertir la molécula de
azúcar en pura energía creativa.
Desde luego, cada célula expresa la
ley del desapego. No se aferra al resultado de sus
intenciones. No duda ni tropieza porque su comportamiento
es función de una conciencia centrada en la vida y
en el momento presente.
Cada célula también expresa la ley
del dharma.
Debe descubrir su propia fuente, el
yo superior; debe servir a sus congéneres y expresar
su talento único.
Las células del corazón, del
estómago, del sistema inmune, todas se originan en
el yo superior, el campo de la
potencialidad pura. Y como están
directamente enlazadas con ese computador cósmico,
pueden expresar sus
talentos únicos con toda facilidad y
conciencia atemporal. Sólo expresando sus talentos
únicos pueden
mantener tanto su propia integridad
como la de todo el cuerpo. El diálogo interno de
cada una de las células
del cuerpo humano es: "¿Cómo puedo
ayudar?" Las células del corazón desean ayudar a las
células del
sistema inmune, y éstas desean ayudar
a las del estómago y a las de los pulmones, y las
células del cerebro
se dedican a escuchar y ayudar a
todas las demás. Cada una de las células del cuerpo
humano tiene
solamente una función: ayudar a todas
las demás.
Observando el comportamiento de las
células de nuestro cuerpo, podemos ver la expresión
más extraordinaria
y eficiente de las siete leyes
espirituales. Ésa es la genialidad de la
inteligencia de la naturaleza. Son los
pensamientos de Dios; lo demás son
sólo detalles.
Las siete leyes espirituales del
éxito son principios poderosos que nos ayudarán a
alcanzar el dominio de
nosotros mismos. Si prestamos
atención a estas leyes y ponemos en práctica los
ejercicios propuestos en este
libro, veremos que podremos hacer
realidad cualquier cosa que deseemos - toda la
abundancia, todo el dinero
y todo el éxito que deseemos. También
veremos que nuestra vida se volverá más alegre y
próspera en todo
sentido, porque estas leyes también
son las leyes espirituales de la vida, aquéllas que
hacen que vivir valga la
pena.
Existe una secuencia natural para
aplicar estas leyes en la vida diaria, la cual puede
ayudarnos a recordarlas.
La ley de la potencialidad pura se
experimenta por medio del silencio, de la
meditación, del hábito de no
juzgar, de la comunión con la
naturaleza, pero es activada por la ley del dar. El
principio consiste en
aprender a dar lo que se busca. Así
es como uno activa la ley de la potencialidad pura.
Si buscamos
abundancia, demos abundancia; si
buscamos dinero, demos dinero; si buscamos amor,
aprecio y afecto,
aprendamos a dar amor, aprecio y
afecto.
Por medio de nuestros actos en la ley
del dar, activamos la ley del karma. Si creamos un
buen karma, éste
nos facilitará todo en la vida.
Notaremos que no necesitamos mayor esfuerzo para
satisfacer nuestros deseos,
lo cual nos lleva automáticamente a
comprender la ley del menor esfuerzo. Cuando todo
ocurra con facilidad
y sin esfuerzo, y todos nuestros
deseos se cumplan sin cesar, espontáneamente
comenzaremos a comprender la
ley de la intención y el deseo.
Cuando nuestros deseos se cumplan sin esfuerzo, nos
será fácil practicar la ley
del desapego.
Por último, cuando comencemos a
comprender todas estas leyes, comenzaremos a
concentrarnos en nuestro
verdadero propósito en la vida, lo
cual lleva a la ley del dharma. A través del uso de
esta ley, expresando
nuestros talentos únicos y
satisfaciendo las necesidades de los otros seres
humanos, empezaremos a crear lo
que deseemos, cuando lo deseemos. Nos
volveremos despreocupados y alegres, y nuestra vida
se convertirá
en la expresión de un amor sin
límites.
Somos los viajeros de una travesía
cósmica -polvo de estrellas danzando y girando en
las corrientes y los
torbellinos del infinito. La vida es
eterna, pero las expresiones de la vida son
efímeras, momentáneas,
transitorias. Siddharta Gautama, el
Buda, fundador del budismo, dijo una vez:
Esta existencia
nuestra es tan transitoria como las nubes del otoño.
Observar el
nacimiento y la muerte de los seres es como mirar
los movimientos de una danza. Una vida es
como un
relámpago en el cielo, que se desliza veloz como un
torrente por la pendiente de una montaña.
Nos hemos detenido momentáneamente
para encontrarnos unos a otros, para conocernos,
amarnos y
compartir. Este es un momento
precioso, pero transitorio. Es un pequeño paréntesis
en la eternidad. Si
compartimos con cariño, alegría y
amor, crearemos abundancia y alegría para todos. Y
entonces este
momento habrá valido la pena.
AGRADECIMIENTOS
Deseo expresarles mi amor y mi
gratitud a las siguientes personas:
Janet Mills por cultivar con amor
este libro desde su concepción hasta su terminación.
Rita Chopra, Mallika Chopra y Gautama
Chopra por ser las expresiones vivientes de las
siete leyes
espirituales.
Ray Chambers, Gayle Rose, Adrianna
Nienow, David Simon, George Harrison, Olivia
Harrison y Naomi Judd
por su valentía y su compromiso con
una visión imponente, inspiradora, noble, elevada y
transformadora.
Roger Gabriel, Brent Becvar, Rose
BuenoMurphy y todo mi personal del Centro Sharp para
la Medicina de la
Mente y el Cuerpo, por inspirar con
su ejemplo a todos nuestros huéspedes y pacientes.
Deepak Singh, Geeta Singh, y todo mi
personal de Quantum Publications, por su vitalidad y
su dedicación
incesantes.
Muriel Nellis, por su firme intención
de mantener el más elevado nivel de integridad en
todas nuestras
empresas.
Richard Perl por ser un ejemplo
maravilloso de la auto-referencia.
Linda Ford, por su fe inconmovible en
el autoconocimiento, su compromiso y su contagioso
entusiasmo por
transformar la vida de muchas
personas.
Y Bill Elkus, por su comprensión y su
amistad.
GLOBAL NETWORK FOR SPIRITUAL SUCCESS
Post Office Box 1001
Del Mar, Califomia 92014
Estimado amigo/a:
En Las siete leyes espirituales del
éxito he descrito las virtudes y los principios que
me han ayudado a mí, y
a muchas otras personas, a alcanzar
la satisfacción espiritual y el éxito material. Esta
carta es una invitación
para que usted se una - conmigo y
potencialmente con millones de personas a lo largo
del mundo - a la
Asociación Mundial para el Éxito
Espiritual, Global Network for Spiritual Success,
que se basará en la
práctica diaria de estos poderosos
principios rectores.
La participación en la Asociación
está abierta a todas las personas que decidan
practicar las siete leyes
espirituales. He descubierto que
resulta particularmente enriquecedor el hábito de
concentrarse en una ley
cada día de la semana, comenzando el
domingo con la ley de la potencialidad pura, y
terminando el sábado
con la ley del dharma. Concentrar su
atención en una ley espiritual transformará
completamente su vida, como
ha transformado la mía, y si todos
nos concentramos en la misma ley cada día, pronto
podremos formar un
enorme grupo de gente que haya
alcanzado el éxito y que pueda transformar la vida
en este planeta.
Algunos grupos de amigos, en
diferentes partes del mundo, han comenzado ya a
concentrarse en una ley cada
día. Yo he hecho lo mismo con mis
colaboradores y amigos, y le sugiero que también
usted comience con un
grupo de estudio - integrado por
miembros de su familia, o amigos o compañeros de
trabajo - que se reúna
una vez por semana para discutir las
experiencias de cada uno con las leyes espirituales.
Si esas experiencias
son extraordinarias, como lo serán en
algunas ocasiones, lo invito a que me escriba
contándomelas.
Para unirse al Global Network for
Spiritual Success todo lo que usted necesita hacer
es enviarme su nombre,
su dirección y, si quiere, su número
telefónico y/o su dirección de correo electrónico, a
la dirección
mencionada al comienzo, y yo le
enviaré una tarjeta - que usted podrá conservar en
su billetera - con las
siete leyes im- presas, y lo
mantendré informado sobre las actividades de la
Asociación.
El establecimiento de esta Asociación
representa la realización de uno de mis sueños más
queridos.
Uniéndose al Global Network y
practicando las siete leyes espirituales, yo sé que
usted logrará el éxito
espiritual y la satisfacción de sus
deseos. Me es imposible desearle una bendición
mayor.
Con amor y mis mejores deseos,
DEEPAK CHOPRA
SOBRE EL AUTOR
Deepak Chopra es un líder de talla
mundial en el campo de la medicina de la mente y el
cuerpo y del potencial humano. Ha escrito once libros,
varios de los cuales han sido éxitos de librería, entre
ellos, Ageless Body,
Timeless Mind; Quantum Healing; y
Creating Af fluence.
También ha producido un sinnúmero de
programas de
audio y vídeo para promover la salud y el
bienestar. Sus libros se han traducido a más de
veinticinco idiomas, y ha dado conferencias en América
del Norte, América del Sur, la India, Europa, el Japón y
Australia. Actualmente es director ejecutivo del
Instituto de Medicina de la Mente y el Cuerpo y del
Potencial Humano, en
Sharp HealthCare, San Diego, California.
NOTA DE CONTRATAPA:
Las siete leyes espirituales del éxito es un
libro que usted atesorará durante toda su vida, porque en
sus
páginas está el secreto para convertir en
realidad los sueños. En él, Deepak Chopra destila la esencia
de sus
enseñanzas en siete simples - aunque
poderosos - principios, que pueden ser fácilmente puestos en
práctica
para alcanzar el éxito en todas las áreas de
la vida.
Las siete leyes espirituales del éxito son
principios poderosos que le ayudarán a alcanzar el dominio
de sí
mismo. Si usted presta atención a estas leyes
y pone en práctica los ejercicios propuestos en este libro,
verá
que podrá hacer realidad cualquier cosa que
quiera - incluida toda la abundancia, todo el dinero y todo
el
éxito que desee. También verá que su vida se
volverá más alegre y próspera, porque estas leyes también
son
las leyes espirituales de la vida, aquéllas
que hacen que vivir valga la pena.
Con base en las leyes naturales que gobiernan
toda la creación, este libro destruye el mito según el cual
el
éxito sólo se logra a través del esfuerzo, la
estrategia y la ambición.
Según Deepak Chopra, necesitamos acercarnos
al éxito y a la riqueza de una manera más espiritual. El
éxito
tiene muchos aspectos, y la riqueza material
– que no es otra cosa que el flujo abundante de todas las
cosas
buenas hacia nosotros – es sólo uno de sus
componentes. La salud, la energía, el entusiasmo por la
vida, la
realización en las relaciones personales, la
libertad creativa, la estabilidad emocional y psicológica,
la paz y
el bienestar también son parte del éxito.
Pero hay un elemento más que es indispensable
para alcanzar el éxito: la comprensión de nuestra verdadera
naturaleza. Somos una manifestación de la
divinidad, y a menos que cultivemos la semilla de la
divinidad que
llevamos adentro, nunca podremos realizarnos.
Por tanto, el éxito verdadero es el despliegue de la
divinidad
en cualquier lugar a donde vayamos y en
cualquier cosa que veamos.
Cuando comencemos a vivir la vida como la
expresión milagrosa de la divinidad – no de vez en cuando
sino en todo momento – comprenderemos el verdadero
significado del éxito.