Al estar
relajado, cierre usted los ojos, y piense o diga una de estas
palabras. Luego observe las imágenes mentales, escenas y sensaciones
resultantes. También puede hacer una grabación de la lista y
transmitirla. Tómese tiempo para demorarse en cada palabra a medida
que surgen en su mente escenas y sentimientos.
Guerra
Paz
Desierto
Soldados
marchando
Barcos
Pistola
Cuchillos
Muchedumbre
Horca
Ejecución
Hambre
Inanición
Esclavo
Rey
Libro
Escribir
con pluma
Cielo
nocturno
Estrellas
Iglesia
Lanza
Océano
Montaña
Cueva
Crepúsculo
Dolor
Música
Oficial
Caballo
Animal
Inundación
Veneno
Médico
Curandero
Cuerpo
Funeral
Nacimiento.
Luego
anote las imágenes en su diario. Úselas después para buscar patrones
o temas de vidas pasadas o como claves para sus sesiones de
regresión y visualización. Por ejemplo: si hizo asociaciones libres
con la palabra ‘soldado” y luego se vio marchando en la Guerra
Civil, puede anotar la imagen en su diario y luego meditar sobre eso
al día siguiente, una semana y hasta meses después. Al probar este
ejercicio conviene permanecer abierto y con espíritu de juego.
Como
comentario aparte, las vidas pasadas durante la Guerra Civil son muy
comunes. Mucha gente ha tenido experiencias de cosa ya vista al
visitar tumbas y campos de batalla de esa guerra.
La
técnica que llamo “Caras” es otro método de “juego” para recordar
vidas pasadas. Siéntese a un par de metros de un amigo, con luces
tenues y música suave como fondo. Mire la cara de la otra persona.
Espere a ver si las facciones cambian. Observe y describa los
cambios que ve. Con frecuencia las facciones parecen cambiar. Ojos,
narices y peinados se disuelven y toman nueva forma. A veces
aparecen sombreros y tocados.
También
puede probar este ejercicio a solas, utilizando un espejo y
observando los cambios que ve en su propio rostro.
Si nota
que a partir de la cabeza de su amigo o de su propia imagen en el
espejo, se extiende una luz blanca, que puede medir un par de
centímetros o varios, quizás esté viendo una manifestación del campo
energético que se extiende desde el cuerpo, físico hacia afuera.
Muchas personas informan que’ ven esta “aura’, que a veces aparece
en colores. He estudiado a varias personas que, por separado,
describieron los mismos diseños de colores en el aura de otra
persona. Cuando las hice observar o ‘leer” el campo energético de
otro, las descripciones también coincidieron entre sí.
Probé
este ejercicio por primera vez en mi consultorio, con varias
personas; podían ver las transformaciones del rostro, el color de
piel, pelo, ojos, etcétera. Aun así me preocupaba que este simple
enfoque pudiera parecer tonto o ser, simplemente, una distorsión
perceptual.
por lo
que me resistía a presentarlo como ejercicio en mis talleres. Por
fin, al aproximarse el final de un taller excitante, con un grupo de
varios cientos de personas muy dispuestas a cooperar, decidí
arriesgarme.
Más de
cien parejas de participantes se sentaron frente a frente, en un
salón de baile apenas iluminado, mirándose mutuamente a la cara. Al
cabo de un rato se les indicó que buscaran otra pareja e intentaran
nuevamente el ejercicio. Los resultados nos sorprendieron a todos.
La mayoría de los participantes vieron cambiar dramáticamente la
cara de la persona observada, convirtiéndose en una serie de
rostros, algunos muy antiguos. Hubo quienes tuvieron experiencias
psíquicas en las que vieron caras que, según descubieron después, se
parecían a familiares fallecidos de la persona observada. Otros
vieron facciones que tenían apariencia de pertenecer a guías
espirituales. Algunos vieron caras de personajes que sus parejas
conocen sólo por regresión a vidas pasadas o por la descripción de
videntes.
Cuando
cambiamos de parejas, con frecuencia el nuevo observador veía las
mismas caras que el anterior. Muchos percibieron el aura por primera
vez.
Un niño
de catorce años pudo captar psíquicamente información sobre sus
parejas; era la primera vez que le ocurría. Desde entonces incluyo
Caras en todos los talleres. Los resultados son invariablemente
dramáticos y resulta muy divertido. El único secreto de Caras es
intentarlo en un cuarto en penumbra.
Eso
libera la mitad izquierda del cerebro y permite un paso más fácil de
las impresiones intuitivas.
Caras
puede proporcionar claves de ‘muchas vidas pasadas. Como en otros
métodos, la meditación, visualización y/o asociación libre de los
cambios observados pueden completar el recuerdo. Deje usted que se
expandan y desarrollen sin censurar el material. Una cara puede
convertirse en un grupo de rostros; detrás de una se puede desplegar
toda una escena. Quizá se oiga una voz o una palabra importante.
Pruebe y verá.
Otra
técnica interesante, que puede resultar muy agradable, es visitar a
un vidente reconocido que pueda leer vidas pasadas. El vidente puede
proporcionar claves valiosas; tal vez usted Sienta resonar algo en
su interior cuando esa persona hable. Hasta es posible que se
activen recuerdos. Una lectura psíquica no tiene tanta carga
emocional como una sesión de regresión, que agita el propio banco de
recuerdos, haciendo que a la conciencia fluyan imágenes y
sentimientos propios. Como resultado no se produce el cambio
terapéutico Sin embargo, una sesión con un buen vidente puede ser
una grata experiencia y proporcionar algunas claves de nuestro
pasado que nos hagan pensar.
Beatrice
Rich, una vidente muy conocida que trabaja en Nueva York y Miami, me
habló de un cliente que no deseaba sólo la habitual lectura. Este
hombre, un ejecutivo de empresa, quería también una lectura de vidas
previas. Beatrice, trabajando con psicometría, que es el arte de
recibir impresiones psíquicas teniendo en las manos un objeto del
cliente, vio cambiar el cuerpo de este hombre. Sus brazos se
tornaron más oscuros, mucho más gruesos y musculosos. Vio que él era
soldado y hábil arquero. Sin que ella lo supiera, el hombre,
radicado en la ciudad de Nueva York. Tenía una pasión que superaba a
todo lo demás: la arquería. ¿Acaso ella había captado psíquicamente
su interés? ¿Le estaba leyendo la mente y elaborando un escenario?
¿O realmente le veía una escena de una vida anterior, que también
afectaba el presente de ese hombre?
Mientras
Beatrice leía a otra cliente, vio enturbiarse el cuarto y la mujer
se transformó en una dama turca, que siglos antes vendía brazaletes
y baratijas en una feria. Después la cliente se quitó la chaqueta y
se arremangó la blusa, mostrando que tenía el brazo cubierto de
brazaletes. Ambas se echaron a reír. La visión de Beatrice ¿era sólo
una impresión psíquica del guardarropa de su cliente? ¿O era una
escena real de una vida anterior? La misma Beatrice no está segura.
En otra
ocasión veía, una y otra vez, que una mujer pasaba de un viejo
hawaiano a alguien de una antigua cultura de Europa septentrional,
para volver a su cuerpo actual y reanudar el ciclo. Esta cliente
pasaba sus vacaciones en dos únicos sitios: Hawaii y Escandinavia.
A otro
cliente, estudiante universitario, Beatrice lo vio con otro cuerpo,
viviendo en una cultura primitiva, miles de años antes. Describió un
antiguo artefacto, similar a una cuchara, con la que ese hombre
podía arrojar objetos tales como dardos o toscas flechas. Describió
largas hileras de chozas a la orilla de un río y las fieras tribus
guerreras que vivían aguas arriba. El profesor de arqueología del
estudiante aseguró que esa arma no había existido nunca, pero el
cliente acabó por hallarla en una ilustración de un texto. Beatrice
no había visto nunca esa arma antes de su visión.
Otro
método para activar el recuerdo de vidas pasadas es el trabajo
físico. Algunos recuerdos parecen vincularse con zonas del cuerpo,
en una especie de memoria celular. Muchas personas sometidas a
masaje de acupresión, kinesiología, reflexología y otros métodos
estimuladores de zonas claves del cuerpo experimentan visiones
fugaces de vidas pasadas. Por ejemplo: la persona que en una vida
anterior recibió un lanzazo en la parte baja de la espalda puede
rexperimentar este hecho traumático durante un vigoroso masaje en
ese sitio de su cuerpo actual. A veces el sitio activador está en
otro lugar, con frecuencia en los pies y la parte inferior de las
piernas.
La
experiencia que tuve durante un masaje de acupresión descrita en un
capítulo anterior, es un buen ejemplo de este fenómeno Durante una
sesión, mientras el terapeuta trabajaba con mis pies, había llegado
a un profundo estado de relajación De pronto comencé a tener un
recuerdo vívido Y detallado de haber sido sacerdote en el antiguo
Cercano Oriente.
Si usted
tiene un recuerdo semejante o siquiera un fragmento de recuerdo
anótelo en su diario. Más adelante quizá descubre que es parte de un
patrón más grande o que pueda elaborarlo con las técnicas aquí
descritas.
Un punto
final, pero importante: no se Sorprenda si estas técnicas o el
ejercicio de regresión del capítulo siguiente lo lleva a un lugar
que no es una vida anterior. Cuando efectúo una regresión en mis
pacientes no sé adónde nos llevará su sabiduría elevada. Con
frecuencia el destino es una vida pasada o una serie de existencias
previas. Pero a veces el destino es la niñez, un jardín curativo o
el sitio místico, lleno de luz, que parece existir entre dos vidas.
En cualquier caso será la sabiduría subconsciente de cada uno la que
decide cuál es el mejor lugar. Con frecuencia, al conducir una
regresión siento que soy sólo el pasajero del viaje.
Al
utilizar estas técnicas se pueden experimentar también lugares y
experiencias nuevas, que tal vez no hayan sido descritas en este
libro. Permítase usted la posibilidad de sorprenderse con una
experiencia inesperada. Con frecuencia estas son las que inducen el
mayor desarrollo.
En vez de
experimentar una vida pasada, tal vez vaya usted a un lugar en el
que pueda leer los registros místicos, como Beth en el capítulo 9.
Quizás encuentre en un jardín a un ser amado, quien le dará un
consejo en una sola frase, como el padre de Betsy en el capítulo 5.
Hasta es posible que experimente otras realidades, otras
dimensiones, más allá de los tradicionales puntos de referencia del
tiempo y el espacio.
Deje
usted que su desarrollo evolucione de un modo intuitivo, no lineal,
si ese es el patrón que adopta. Mientras mantenga una actitud
juguetona con respecto a sus experiencias, sin tratar de juzgarlas,
siempre continuará creciendo.
Recuerde
que si surge algo realmente preocupante, puede resolverlo
recurriendo a un terapeuta. Sin embargo, generalmente se recuerdan
experiencias de la niñez, de una vida pasada o de otros sitios sin
molestias ni nerviosismo significativos. He inducido regresiones en
muchos grupos numerosos sin tener ningún problema. Uno nunca queda
“varado” en el sitio al que va. Siempre se tiene la opción de abrir
los ojos o flotar por sobre su experiencia. La elección es suya. El
subconsciente conserva el control y no va a permitir que le ocurra
nada que no se pueda manejar.