EL QUE ESTÉ LIBRE DE
PECADO…
Por Horacio Velmont
¿Qué es la
Psicoauditación? La Psicoauditación es simplemente la auditación directa
del espíritu 100 % o del 90 % (Yo Superior, Thetán o Alma, según las
diversas filosofías), que no ha encarnado, a través de un médium
Es decir, la entidad
espiritual se incorpora al médium y la auditación se lleva a cabo como si
ella estuviera encarnada.
¿Cuál es la diferencia
entre auditar al 10 %, como se hacen en las organizaciones de Dianética o
Cienciología, o al 90 % con Psicoauditación?
Pues que el 10 % tiene
innumerables bloqueos y llega con muchos esfuerzos a los incidentes
desagradables, algo que no sucede con el 90 % porque éste recuerda
perfectamente cada hecho ocurrido en cualquiera de sus encarnaciones. Algo
así como nosotros recordamos lo que nos sucedió hace algunos minutos.
Como se trata de la
auditación directa de la entidad espiritual, no es necesaria la presencia
de la parte encarnada, es decir del 10 %.
¿Se puede llegar a
Clear, es decir, liberado de engramas con esta técnica? La respuesta es
positiva. Pero es impredecible saber cómo repercutirá este hecho en la
parte encarnada.
Habrá, por supuesto,
una mejoría, pero es imposible saber hasta que punto ocurrirá,
especialmente si existe algún problema físico irreversible o el
decodificador mental está demasiado deteriorado.
¿En que consiste la
auditación dianética común? Consiste en eliminar los engramas de la mente
reactiva de una persona.
¿Cómo se implanta un
engrama en la mente reactiva? Cada vez que alguien se encuentra disminuido
en su capacidad mental, sea por un golpe, una enfermedad o accidente, la
mente reactiva, que es un mecanismo de supervivencia, graba a nivel
celular todo lo que sucede alrededor. Esta grabación se denomina
engrama.
En Dianética se
denomina engrama, en su sentido más preciso, a una “huella definida y
permanente que un estímulo deja en el protoplasma (sustancia
constitutiva de las células) de un tejido” Se le considera un grupo
unitario de estímulos que inciden únicamente en el ser celular.
La palabra engrama
proviene de la Biología, pero desde el advenimiento de Dianética ya no
cabe incluir en la definición lo de “permanente” porque se descubrió la
técnica para borrarlo de la mente reactiva. Este descubrimiento lo realizó
el genial L. Ronald Hubbard, haciéndolo saber a la humanidad en su libro
“Dianética, la ciencia de la salud mental”.
En cuanto a la técnica
de Auditación dianética y a la de Psicoauditación, no hay mayores
diferencias, salvo en cuanto a la mayor facilidad que tiene la segunda
para ubicar y eliminar a los engramas.
Una característica que
cabría hacer notar, es que es imposible la autoauditación en virtud de que
para eliminar a los engramas se necesita el poder de dos mentes analíticas
−la del auditor y la del auditado− y en cambio en la Psicoauditación la
propia parte encarnada puede auditar a su propio Yo Superior o Thetán.
Si bien el 10 % y el
90 % constituyen el mismo espíritu, durante la encarnación es como si
fueran dos partes distintas, en planos distintos y cada una con su propio
libre albedrío y sus propias vivencias.
En este caso, yo,
Horacio Velmont, audité, a través de la mediumnidad de Jorge Olguín, a mi
propio Thetán, llamado Radael. Y esta auditación se realizó desde el punto
de vista de esta separación.
Mientras audité a mi
Thetán, yo fui el auditor y Radael el auditado, tal como si fuéramos
entidades distintas. Así lo acordamos y funcionó perfectamente.
La técnica del borrado
de engramas se basa fundamentalmente en dos axiomas de Cienciología:
Axioma
12: “La primera condición de cualquier universo es de que dos espacios,
energías, u objetos no deben ocupar el mismo espacio. Cuando se viola esta
condición (duplicado perfecto) se anula la apariencia de cualquier
universo o cualquier parte de él”.
Axioma
20: “Al conducir al ser a crear un duplicado perfecto, se causa la
desaparición de cualquier existencia o partes de ella”.
“Un
duplicado perfecto es una creación adicional del objeto, su energía y su
espacio, en su propio espacio, en su propio tiempo, utilizando su propia
energía. Esto viola la condición de que dos objetos no deben ocupar el
mismo espacio y causa la desaparición del objeto”.
Axioma
30: “La regla general de auditación es que cualquier cosa que sea
indeseada y que aún persiste, debe ser vista completamente, en cuyo
momento desaparecerá”.
“Si
sólo se ve parcialmente, su intensidad, al menos, disminuirá”.
Axioma
32: “Cualquier cosa que no sea directamente observada tiende a
persistir”.
Una forma fácil de
comprender el borrado de los engramas es imaginar un trozo de papel al que
se le hace con lápiz una línea sinuosa, siendo el comienzo de la línea el
comienzo de la reducción analítica y de la grabación del engrama, y su
final el final de la disminución analítica y de la grabación del engrama.
Luego se pasa una goma
de borrar −que representaría la técnica dianética− por la línea trazada
por el lápiz tantas veces como sea necesario hasta eliminarla.
En la técnica
dianética común, por lo tanto, el auditado, a instancias del auditor,
retorna al incidente desagradable y lo repasa como si lo estuviera
viviendo otra vez, tantas veces como sea necesario hasta que se borra.
Cuando esto sucede, el
auditado exhibe todos los síntomas del alivio de un tremendo peso que lo
había agobiado durante toda su vida.
Si el incidente no se
borra a pesar de los repasos, es porque hay un incidente anterior que lo
está reteniendo, en cuyo caso se vuelve a repetir el proceso.
El auditor no “traga
basura”, significando esto que lo único que le interesa es el incidente
con carga para eliminarla, dejando de lado cualquier relato del auditado
que por más interesante que sea no tenga carga.
Por otra parte, el
auditor se mantiene siempre impasible, no obstante lo aberrante que pueda
ser lo que ha hecho el auditado. Tampoco evalúa lo que diga para
justificar sus acciones.
Uno de los errores más
tremendos del Psicoanálisis es precisamente la evaluación, porque lleva al
paciente a la apatía.
Obsérvese que yo, como
auditor, en ningún momento reprendí a Radael lo que hizo −lo que hicimos,
en realidad− como Nerón, ni tampoco cuando quiso justificar sus
asesinatos, por más disparatadas que fueran sus justificaciones.
La clave es que el
auditor no se involucra con lo que relata el auditado, incluso aunque sea
totalmente inverosímil. Si Nerón hubiera dicho que vio a Popea acostada
con enanitos verdes, pues simplemente el auditor tiene que aceptarlo, sin
ningún tipo de cuestionamientos, como si fuera la cosa más normal del
mundo.
Y éste es todo el
misterio...
Antes de concluir con
esta somera explicación introductoria, quiero dejar aclarado que el
recuerdo de mi encarnación como mormón y mi odio hacia mi esposa Elizabeth
no pueden hoy sino causarme risa…
Claro, en esa época yo
no tenía la mente integrada, porque Psicointegración aún no había sido
desarrollada…
Es posible que algún
lector quede horrorizado por lo que he hecho en mis vidas pasadas, pero
más allá de que todos, sin excepción, hemos cometido hechos
aberrantes, si alguno a pesar de ello considerara que está libre de
pecado, pues que tire la primera piedra.
AUTOPSICOAUDITACIÓN
SESIÓN DEL 20/6/98
Médium: Jorge
Olguín.
Interlocutor y Auditor:
Horacio Velmont.
Entidades que se presentaron a dialogar:
Radael, Thetán de Horacio Velmont, y Ron Hubbard, fundador de Dianética y
Cienciología.
Nota: En este
caso se trata de “autopsicoauditación”, porque el propio auditor (Horacio
Velmont) auditó a su propio Thetán (Radael).
PRIMERA PARTE
Auditado (Radael): Es
como que ustedes no tienen la más mínima idea de lo que son los demás
planos…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quién se está comunicando?
Auditado (Radael): Hoy
estoy con mis dotes histriónicas. Es como que me puedes llamar “Wi”, o
Rrrr”… o nada… Soy tu Thetán…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo estás, tanto tiempo? ¿Sabías que vamos a hacer
una sesión de Psicoauditación, o mejor dicho de Autopsicoauditación?
Auditado (Radael):
¡Cómo no lo voy a saber si tú y yo somos lo mismo!
Auditor
(Horacio Velmont): Está bien… ¿Estás listo para la sesión?
Auditado (Radael): Si
no me molestan las entidades de afuera…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ron Hubbard está cerca de ti… cerca nuestro… ¡Que
complicado que es esto, porque somos la misma entidad y al mismo tiempo no
somos la misma entidad!
Auditado (Radael):
“Todo es y no es al mismo tiempo”.
Auditor
(Horacio Velmont): Es lo que yo digo siempre… ¡Es como si estuviera
hablando frente al espejo! No me respondiste si Ron Hubbard está al lado
tuyo, mío, nuestro…
Auditado (Radael):
Supongo que sí…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo “supongo que sí”?
Auditado (Radael): Sí,
está, siempre está… ¿Cómo no va a estar?
Auditor
(Horacio Velmont): Entendí tu ironía, mi ironía, nuestra ironía, pero lo
pregunté por las dudas… ¿Hay alrededor tuyo entidades espirituales
asesorándote de alguna manera?
Auditado (Radael):
Debe haber como cuatro o cinco ayudándome y mil tratando de perturbar…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ésta sería una sesión donde también hay entidades que
aprenderán de lo que hagamos nosotros con Psicoauditación?
Auditado (Radael): Sí,
porque aprenderán a no cometer equivocaciones.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Esta sesión fue de alguna manera inducida por ti o
partió de mí, o de Ron o de alguna otra entidad?
Auditado (Radael):
Inicialmente fue originada por nosotros…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y después?
Auditado (Radael):
Siempre está la aprobación de los aburridos.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quiénes son los “aburridos”?
Auditado (Radael):
Aquellos que tratan de creerse más, aquellos que tratan de enseñar… Es
como que a veces uno se cansa un poquito de…
Auditor
(Horacio Velmont): Está bien… Antes de comenzar la sesión quería saber si
tienes alguna sugerencia para hacerme.
Auditado (Radael):
Comencemos y vamos viendo.
Auditor
(Horacio Velmont): Perfecto. Para sentar las bases, yo en este momento soy
el auditor, y no tu 10 % encarnado, y tú el auditado… ¿Estás de acuerdo?
Auditado (Radael): Sí.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… Vamos entonces a comenzar yendo a algún incidente
que esté restimulando a tu parte física o que tenga carga.
Auditado (Radael): Hay
un incidente que data de más de un siglo… Me causa pena, me causa gozo, me
causa tristeza, me causa ira, por momentos alegría, por momentos placer y
por momentos deseos de venganza…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos a relatar este incidente desde el
principio.
Auditado (Radael):
Primero son las grandes discusiones que tengo con Elizabeth.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quién es Elizabeth?
Auditado (Radael): Mi
esposa en esa época… Yo soy un pastor religioso muy respetado. Me llamo
Breder. Es como que hablo a la Congregación… Hablo de los pecados… Pero en
el fondo no creo en ellos…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Pastor de qué religión?
Auditado (Radael): Soy
mormón… Hablo de los mensajes… Pero a veces estoy en duda de las cosas que
digo. Lo que sucede es que tenemos donaciones, hay personas que
directamente nos dan hasta cientos de dólares para que la Congregación
crezca.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Estamos hablando de Estados Unidos?
Auditado (Radael): Así
es, se encuentra en Alabama, y yo hago mi propio beneficio. Yo estoy a
cargo de esta iglesia y lo que yo busco es un rédito económico. Por eso
sigo la vertiente de las cosas que dicen. pero tengo como debilidades.
Esas debilidades puedo traerlas arrastradas o de pequeño o de vidas
anteriores. Pero es como que siento placer en ver a las niñas de mis
amigos, de mis conocidos, que vienen los domingos a los sermones, y yo las
miro y es como ardo en deseos… Y mi esposa Elizabeth es una persona
austera, que considera que el sexo es para tener hijos y nada más, y me
dejó de lado hasta que dejé de buscarla.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tuviste relaciones sexuales clandestinas?
Auditado (Radael): Sí,
con Lisa, de 13 años, mi propia hija.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu hija?
Auditado (Radael): Sí…
¡la deseaba tanto! Aparte, sentía como que ella también me quería, porque
se ponía a upa mío… Me decía: Papá, llévame a tal lado, llévame a tal
otro!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tuviste relaciones carnales con tu hija?
Auditado (Radael): Sí.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Alguien se enteró?
Auditado (Radael): Sí,
y sobrevino la catástrofe.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quién se enteró?
Auditado (Radael): Mi
esposa Elizabeth, y no lo hizo público porque ella también era
materialista y gozaba con el dinero que nos daban. Entonces decía: “Que la
Congregación no se entere de que el pastor principal del poblado se viola
a su pequeña hija…”.
Auditor
(Horacio Velmont): Muy bien, vamos ahora al comienzo de la violación para
quitarle la carga…
Auditado (Radael): ¡No
fue violación! Fue un juego…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hubo penetración?
Auditado (Radael): Sí,
por supuesto.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y eyaculación adentro?
Auditado (Radael): Sí,
por supuesto.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu hija sufrió?
Auditado (Radael): Sí,
después se sintió molesta, como con culpa. Después yo me sentía
preocupado, porque cuando ella tenía 16 ó 17 años rechazaba a todos los
pretendientes.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien. Vamos a repasar este incidente hasta borrarle la
carga que tiene.
Auditado (Radael): Sí,
pero yo le encuentro gozo. No le encuentro lo que tú llamas un engrama.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Por qué le encuentras gozo a la seducción de tu propia
hija?
Auditado (Radael):
Fundamentalmente, porque me desquité de Elizabeth, porque esto trae
aparejado muchas cosas. Primero, a mí no me daban goce sexual. Segundo, yo
veía a las hijas de mis vecinos. Tercero, porque yo tengo que estar
aislado de todo. Cuarto, en esa Congregación no podía haber divorcio
porque hubiera sido catastrófico, pues nos hubieran expulsado del lugar.
Entonces, ¿que iba a
hacer yo con mi esposa? ¿La iba a forzar? No, directamente lo que hice fue
una cosa más fácil, ya que tenía una presa más pequeña.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Volviste a tener relaciones con Lisa después de la
primera vez?
Auditado (Radael): Sí,
durante un año, desde los 13 a los 14 años.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sentiste por el hecho de que ella después
rechazaba todos los pretendientes?
Auditado (Radael): No
es que ella rechazaba a todos los pretendientes, sino que se aislaba y
después no quería salir. No los rechazaba de hecho, pero entiendo que
primaba en ella un fuerte sentimiento de culpa por haber tenido relaciones
con su propio padre.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo terminaron las relaciones?
Auditado (Radael): Las
dejamos de tener de común acuerdo, porque de pronto me cansé… Al último
accedía, y seguimos teniendo relaciones después de que Elizabeth se
enteró.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo es que no tuvieron ningún hijo? ¿Se cuidaban?
Auditado (Radael): No,
lo atribuyo a la gracia divina.
Auditor
(Horacio Velmont): De este incidente vamos a buscar algún punto doloroso o
emocional, alguna carga que esté rondando por ahí.
Auditado (Radael):
Ante los ojos de los demás −algo que por otra parte me importa poco−
parecería como despiadado con la criatura, pero a mí lo que me interesaba
era desquitarme de Elizabeth.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo la veías a tu esposa?
Auditado (Radael):
Ella para mí era una arpía, una persona completamente negativa, nefasta,
una persona que me cortaba todo, una persona que la hubiera estrangulado
con mis propias manos, de no haber tenido yo miedo por la justicia
posterior.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes ahora con respecto a este incidente?
Auditado (Radael): ¡No
me puedo liberar de la ira que me produce Elizabeth!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Estás sintiendo en este momento esa ira!
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos a liberar esa carga… Explícame por qué no
te puedes liberar de ella.
Auditado (Radael):
Porque… ¿cómo puedo explicarlo? En lugar de vengarme creo que le causé
daño a la pequeña. La pequeña incluso cambió de religión.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De que religión se hizo?
Auditado (Radael): Se
hizo católica ortodoxa, ingresó en un convento, se alejó de la familia…
Tengo entendido… mucho no me interesé, pero creo que viajó a Europa, a
Londres, y cambió de religión nuevamente, estuvo en la iglesia anglicana…
Es como que le perdí el rastro.
Auditor
(Horacio Velmont): Explícame cómo es ese sentimiento de ira que sientes
hacia Elizabeth.
Auditado (Radael): El
sentimiento de ira es porque me anuló como hombre en la parte material…
Está bien que yo me casé para formar una familia, pero entiendo que el
sentido marital también tiene que estar en la cama, y a mí me lo anuló por
completo… Es una estafa, una verdadera estafa.
Y no lo podía decir
porque nosotros vivíamos de esa comunidad. Nosotros, ante la comunidad
éramos los “señores”, éramos los más puros, los más castos… ¿Cómo van a
saber que el Pastor… que a Breder le gusta la parte material… ¡Ah, no,
jamás! Yo ante ellos disimulaba. Era el caso, el que para él era todo
pecado… ¡Por favor!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hubo algún incidente violento con Elizabeth?
Auditado (Radael):
Ella hacia mí, sí… Me arrojaba cosas, rompía platos…Una vez que tuve en
mis manos una horquilla de fardo tuve el impulso de atravesarla contra la
pared. Atravesé la pared de madera en una especie de simulacro mental de
que la traspasaba a ella…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… Vamos a ir a un momento de este incidente en el
cual Elizabeth te dice alguna cosa que te molestó y fue muy doloroso para
ti. Me refiero a la más grave, la que más te ha quedado prendida, por
decirlo de alguna manera.
Auditado (Radael):
“Inútil”, “impotente”, “inservible”…
Auditor
(Horacio Velmont): Quiero que vayas a un incidente en particular.
Auditado (Radael): Ya
lo tengo… Estoy en la cocina. Es una cocina grande, donde a los costados
hay abrazaderas con platos colgando…
Auditor
(Horacio Velmont): Dime todo lo que sucede.
Auditado (Radael):
Bueno, hay una cocina a leña. Es una cocina muy grande, comemos en ella,
incluso. Tenemos un mantel como de una tela como elástica… Debe ser algún
material nuevo…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿El piso cómo es?
Auditado (Radael): Es
un piso mejorado, como de tierra apisonada.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué hora es?
Auditado (Radael):
Mediodía.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quiénes están en la cocina?
Auditado (Radael):
Nosotros, es decir, Elizabeth, vestida ridículamente… Tiene una medias
largas, y sobre ellas una medias cortas, rayadas en círculos, que llegan
hasta la rodilla. Tiene puestas como una especie de alpargatas. Arriba
tiene un camisón largo, y arriba un vestido largo, y arriba de él un
delantal largo… ¡Lo único que le falta es enfundarse como si estuviéramos
en el Polo! Está tan vestida que parece que tuviera miedo de que alguien
la vaya a violar… ¡Qué sé yo!
Auditor
(Horacio Velmont): Dime lo que te dice, concretamente.
Auditado (Radael): Que
soy un inútil, que yo no creo en los sermones que doy… Y yo le digo que
sí, que es cierto lo que dice, y que “cuál es el problema, si a ti no te
falta de comer”… Me dice “además eres un impotente”, y yo le respondo “y
tú eres una frígida”.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En ese momento ya tenías relaciones sexuales con tu
hija?
Auditado (Radael): No,
todavía no.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo lo descubrió Elizabeth?
Auditado (Radael): Por
comportamientos de Liza. Entiendo que la presionó hasta que ella confesó.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y qué sucedió luego?
Auditado (Radael): Me
hizo un escándalo tremendo.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ese momento.
Auditado (Radael):
Bien… Yo estaba en el granero atando fardos, porque uno, por cualquier
evento tiene que tener una segunda entrada… También vendíamos fardos en el
pueblo… Teníamos una pequeña granja atrás… Y de repente se apareció y
comenzó a insultarme, me dijo de todo, se acordó de mis padres, de mis
abuelos, de toda mi generación, que éramos una generación de pervertidos,
y que mi padre era igual, porque mi padre engañaba a mi madre con
criaturas…
Entonces le contesté
que si era así le hacía un monumento, porque esa era la clase de gente que
tenía que ser, porque nosotros los hombres eso es lo que tenemos que hacer
y ustedes las mujeres no sirven nada más que para la cocina…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes con respecto a este incidente?¿Tienes
ira aún?
Auditado (Radael):
Estoy un poco más descargado… Lo que sucede es que en ese momento sentí
placer… El placer fue mitad descarga fisiológica, con mi hija, que por
otro lado yo sentí como que me buscaba… Ella en ningún momento se
resistió, eso quiero dejarlo en claro… A mí que no me vengan con estupro
ni nada de esas cosas… ¡Sociedad de hipócritas, que no sé lo que hará cada
uno en su hogar!
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos a ir a otro momento de esa vida como mormón
con Elizabeth o donde haya mucha carga.
Auditado (Radael):
Recuerdo que cuando nosotros viajábamos desde la granja hasta el pueblo
teníamos varios kilómetros y viajábamos en sulky. Generalmente, Lisa se
iba con los amigos, se iban en un pony… Nosotros generalmente viajábamos
solos. Yo no me acuerdo muy bien de las veces que íbamos con la familia.
En este momento me acuerdo solamente de Elizabeth y yo en el sulky. ¡No
sabes los que es viajar cuatro millas hasta el poblado sin proferir
palabra!
Es una víbora, una
ramera disfrazada. Yo sé que nunca me engañó, pero hay maneras y maneras
de ser ramera… No sé es ramera solamente con la vagina, se es ramera con
el pensamiento. Ella era una ramera de pensamiento, una arpía…
Me hubiera gustado, si
hubiera tenido valor −nunca lo tuve−, porque hubo dos episodios similares
con la horquilla… ¡La hubiera atravesado con ella y listo! O si no hubiera
detenido el sulky a mitad de camino, la hubiera atado a un árbol, le
hubiera puesto unas ramitas secas y hubiera hecho con ella una enorme
fogata.
Pero siempre fui como
temeroso de que me descubrieran.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿La única infidelidad con Elizabeth fue tu hija?
Auditado (Radael): No,
hubo una señora casada en el pueblo…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tiene carga este incidente como para repasarlo?
Auditado (Radael): No,
no le veo cargo… Era una señora de mediana edad, estaba casada con el
almacenero y…
Auditor
(Horacio Velmont): Como tú sabes, lo que tenemos que hacer nosotros es
buscar los incidentes o las partes de los incidentes que tengan carga, y
examinarlos analíticamente para borrarlos. Es decir que tenemos que dejar
de lado aquellos que no la tengan a fin de no perder tiempo y aprovechar
la sesión.
Auditado (Radael): En
realidad, no me da mucha carga lo de Lisa, porque las pocas cartas que nos
hemos mandado… La última que recibimos era del Londres… Era como que ella
estaba muy bien, como que había encontrado el camino de Dios y que le
agradecía a Dios por todo lo que había pasado, porque de lo contrario no
hubiera encontrado ese camino y quizás en la comunidad −dicho en palabras
de ella− hubiera sido… −no dijo “vulgar”−, sino una simple ama de casa y
no hubiera encontrado la felicidad en Él.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… ¿Hay algún incidente anterior similar a éste?
Auditado (Radael): Una
vez de chico entraba al granero y lo vi a mi padre con los pantalones
bajos… y estaba una vaca a medio ordeñar, y había una chica rubiecita de
bucles rubios, muy linda, muy linda… ¡Tenía una cola tan blanca!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué edad tendrías en ese momento?
Auditado (Radael):
Tendría 6 o 7 años y mi padre 28 años o quizás 30 y la chica tendría 17
años… Era una especie de sirvienta o de ayudanta de cocina, porque mi
padre tenía buena posición… Y estaba sentada con las nalgas desnudas sobre
él y la estaba penetrando… En ese momento sentí como una erección… Ya
tenía erección a esa edad…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Es un incidente que tiene alguna carga?
Auditado (Radael): No
sé… Pero yo cuando la veía a esa chica, que obviamente me descubrió y por
vergüenza no se lo dijo a mi padre, porque mi padre nunca supo que lo vi,
pero yo la buscaba a ella y ella me escapaba… Se reía y me gozaba…Y me
molestaba porque me manoseaba… Un par de veces se levantó el vestido, se
dejó tocar y luego escapaba…
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ir ahora a un incidente anterior similar, pero
con carga.
Auditado (Radael): A
veces escuchaba discusiones en el dormitorio de mi padre, como que se
gritaban… Ella le decía que él la engañaba, y él le respondía que ella se
lo merecía, porque no servía como mujer, “nunca me diste hijos”… Menos mal
que encontramos a ese bebé…Entonces supe que había sido adoptado y que
ellos no eran mis padres…
Auditor
(Horacio Velmont):¿Qué te produce el saber esto?
Auditado (Radael): No
me molesta…Lo que sucede es que no me lo dijeron. Y yo me sentí como
estafado, porque no me lo dijeron, pero me dispensaron el cariño que se
dispensaba en esa época, que era más respeto que amor, pero era normal
para esa época. O sea que me crié medianamente bien porque yo, cuando
escuchaba discusiones, se tiraban con cosas, pensaba que en todos los
hogares era lo mismo, entonces no me molestaba, uno se acostumbra.
De repente si se
“matan” −hablo en sentido figurado− uno dice: bueno, capaz que el
almacenero hace lo mismo, capaz que el carpintero hace lo mismo…
Auditor
(Horacio Velmont): De estos incidentes que me has relatado quiero que me
digas como te sientes en este momento.
Auditado (Radael):
Bien, me siento bien… El episodio de mi padre en el dormitorio no me
molesta… El episodio de mi padre en el granero con esa chica es como que
me hubiera gustado estar en el lugar de él… ¡Tenía una ancas tan blancas
que lo hubiera agarrado a mi padre de la barba negra que tenía y lo
hubiera tirado y en ese momento me hubiera yo puesto en el lugar de él…
No, no, en el lugar de él no, porque él la tenía sentada encima y yo la
hubiera tirado boca abajo en el pasto…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, ¿y con respecto a Elizabeth cómo te sientes?
¿Repasamos algún incidente con ella que aún tenga carga?
Auditado (Radael): No
pretendas que a la distancia me amigue…Me arruinó la vida, me hizo
fracasar. Nunca más tuve relaciones sexuales, nunca más. O sea, viajó
Lisa, nos quedamos nosotros, me sentí frustrado, amargado… He escrito
algunos libros…
En este momento es
como que tengo un montón de ruidos que no me dejan pensar bien, que me
joden, que me molestan… Lo que yo quiero saber es por qué serán tan −como
dicen ustedes− tan “chusmas” los espíritus… Miran, escuchan, observan, se
ponen al lado, cuchichean entre ellos, “¿qué le pasa a éste”… ¡Qué les
importa lo que me pasa a mí! Si yo supiera lo que les pasa a ellos… Yo no
sé lo que les pasa a ellos… Ellos cierran su mente, no dejan pasar mi
parte telepática… Ahora se van, es como que tienen “cola del paja”…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hay algún incidente que está restimulado en este
momento o que tenga carga?
Auditado (Radael):
Posiblemente… Puede ser… Una vez perdí el control… La segunda vez en el
granero cuando Elizabeth me dijo de todo… Agarré la horquilla, la quise
correr y en ese momento es como que había una especie de trampera, de ese
tipo de trampa para animales, y ahí casi me desgarro el pie… Me abrazó
como un fuego desde el tobillo izquierdo hasta la rodilla izquierda.
En ese momento sentí
un dolor intenso, que no perdí el sentido de casualidad… Pero lo que más
me dolió no fue la trampera, sino que ella me dijo: “¡Ojalá que te mueras
desangrado!”.
Es como que me hubiera
implantado la orden engrámica de que me muera desangrado y me cerró la
puerta del granero… Me dejó así, no me socorrió… Me arrepentí de no
haberla atravesado con la horquilla en ese momento…
Recuerdo que en muchas
oportunidades me tiró cosas y dos veces me lastimó, una vez en la frente y
otra vez en la mano…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Sientes en este momento el dolor de esos objetos?
Auditado (Radael): No,
lo que siento es un dolor tremendo en la pierna… Tuvo que venir uno de los
muchachos que faenaban las reses para ayudarme a sacar la pierna de la
trampera… Me preguntó que había pasado y yo le dije que había querido ir
al granero por un poco de leche y estaba distraído pensando en la misa del
domingo y pisé la trampera sin querer… Obviamente, oculté todo el episodio
con Elizabeth.
No, ahora el dolor
físico se fue. Lo que más siento ahora es el dolor del desprecio de ella.
Si fuera por ella me hubiera desangrado. Pero lo que más bronca me da es
mi actitud, porque cuando yo estuve bien −estuve vendado como diez días, y
no se infectó por milagro−, a mí que tanto me gustaba el whisky no tuve
más remedio que gastarlo en la pierna, ¡y la otra mitad me la tomé, eh!
Llego a la casa, y yo,
que en ese momento debí hacer tres cosas: abofetear, abofetear y abofetear
a Elizabeth hasta matarla, en cambio lo único que hice fue encerrarme en
mi habitación, y encima llegó a la noche, pensando en que me iba a hacer
una gran comida como compensación por lo que me pasó, ¡y directamente no
me hizo de comer!
Entonces, ¿que tendría
que haber hecho yo?: subir al dormitorio, porque teníamos un dormitorio
subiendo la escalera en el primer piso, sacarla de la cama y ahogarla en
el piletón…
Sin embargo, no hice
eso, sino que me acosté y no dije nada, y ella tampoco dijo nada. Es como
que no tuve valor para enfrentarla, ¡a pesar de que casi me deja
desangrado! O sea que al final era yo el problema…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Sigue teniendo carga este incidente?
Auditado (Radael): Y…
es como que cuesta… Es como que me estoy dando cuenta de que yo estoy
invirtiendo los roles… Es como que yo me estoy desquitando en los demás de
alguna manera. Pero los demás no hacen nada tampoco por mejorar mi
situación. O sea, seamos concretos…
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a dejar un momento esa vida pasada y a entrar a
incidentes de esta vida que estén restimulados…
Auditado (Radael): No
hay tanta carga… Es como que heredé esa falta de carácter, en el colegio,
con los compañeros, me sentía como poco participativo, sentía como que…
primero que eran unos cretinos, porque había… Yo visualizo a dos de los
chicos, que eran los que sobresalían, uno era moreno, alto, el otro era
rubiecito… Ellos se creían los vivos, como que las sabían todas… Si vamos
a hablar de notas, si vamos a hablar de cuadernos, dejaban mucho que
desear, comparados con los míos.
Sin embargo, yo no
puedo dejar de evitar de sentirme como inferior a ellos…
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a un incidente concreto.
Auditado (Radael): Es
como que hubo una agresión, yo me caí al piso, me lastimé la cabeza… Él
pensaba como que yo era un tarado, un cretino, era como que yo era el
“traga”, el que estudiaba… No era que me gustaba, lo que yo quería es
estar bien… No quería tener problemas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo sucedió el incidente?
Auditado (Radael):
Estábamos en el recreo, y yo estaba hablando con uno de los tarados y de
repente me mira, y yo para no tener problemas no le contesto y me da una
pequeña bofetada y en ese momento me causó una irritación terrible y lo
quise agredir, entonces me da un tremendo empujón y yo golpeo contra un
filo, contra un costado y me lastimo la cabeza.
Obviamente, cuando
abro los ojos, en ese momento no veo a ninguno de los agresores, y
entonces me pregunta la maestra qué me había pasado y yo le digo que
tropecé y me caí.
O sea que era cobarde
como para denunciar a mi agresor.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Estás sintiendo el dolor del golpe en este momento?
Auditado (Radael): Sí,
tenía un dolor como en la parte frontal derecha de la cabeza, que me
molesta tremendamente.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Te molesta en este momento?
Auditado (Radael): Sí,
así es… Esta persona nunca más me molestó… No sé si me habré desmayado…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En este momento te sigue doliendo el golpe?
Auditado (Radael): Me
molesta menos.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tienes algún dolor de cabeza?
Auditado (Radael): Sí,
me molesta un poco, pero menos.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Este incidente repercute en tu parte física?
Auditado (Radael):
Obviamente.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué es lo que restimula este incidente en tu parte
física?
Auditado (Radael): El
no tener un contacto con el entorno... Es como que a veces me siento
agredido porque no me valoran lo que yo valgo. Siento como que no me
valoran, y que mucha gente que sale adelante no sirve para nada. Eso es lo
que pienso.
¡Imberbes que tienen
menos de 30 años y están ganando tres mil, cuatro mil dólares!, y todo
porque tuvieron una especialización… Y capaz que yo les hablo de mis temas
y es como que fueran chicos de la edad de los palotes, que no entienden
nada de lo que les digo. Y entonces, a veces es como que me rebelo y me
digo: “Pero éstos a quién le ganaron!”.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a repasar el incidente del golpe para borrarle la
carga.
Auditado (Radael): No
hay necesidad, ya no me molesta… Es un cretino esa persona, que en este
momento debe ser un fracasado… Capaz que se metió en las fuerzas de
represión, capaz que está jubilado por invalidez, debe ser un pobre tarado…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Pero tiene carga?
Auditado (Radael): No
me molesta, no me molesta…
Auditor
(Horacio Velmont): Perfecto, vamos a otro incidente que se restimula
constantemente en tu parte física en esta vida.
Auditado (Radael): Me
costó integrarme en la época de la adolescencia. Yo lo sentía
inconscientemente, pero lo tenía muy escondido. Lo tenía tan escondido que
mi parte externa no se daba cuenta, y yo estoy seguro que lo arrastraba de
vidas anteriores, porque en vidas anteriores me sentí frustrado, no
solamente como Breder, sino en otra vida anterior.
Entonces es como que
arrastraba todo eso. Y me hacía mal. Me costaba integrarme.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a buscar un incidente específico de esta vida que
se restimule constantemente en tu parte física.
Auditado (Radael): No
hay un incidente concreto en sí, lo que encuentro son incidentes en
general de falta de comunicación con el entorno. Me siento, y posiblemente
sea una idea mía, como marginado. Incluso hubo parte de mi familia… que yo
sentí como que no era aceptado. Si yo me pongo a pensar seriamente me doy
cuenta de que los superé con creces a todos… ¡Son unos cretinos!
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ir a algún incidente de la vida matrimonial de
tu parte encarnada.
Auditado (Radael): Lo
que noto es alguna falta de comunicación. Es que a veces me restimulo y me
acuerdo del episodio de Elizabeth… Es como que noto un distanciamiento… Lo
que pasa es que lo tomo como de parte mía, porque estoy muy imbuido en
cosas… Es como que dejo de prestar atención a lo que tengo en mi entorno…
Lo que pasa… no es por hacer un descargo, pero si yo no soy estimulado,
bueno, es como que yo tengo mi orgullo, mi ego… ¿por qué tengo que hacer
todo yo? ¿Por qué soy yo el que tengo que comprender a los demás y los
demás a mí no?
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué es lo que cambiarías?
Auditado (Radael): ¿Y
ahora qué voy a cambiar? Ahora lo que quiero hacer es difundir todo lo que
estoy haciendo, toda la verdad… Lo demás me parece superfluo… ¿Qué voy a
cambiar? Yo no voy a repetir lo que dijo mi hija de mi vida anterior:
“¡Gracias a todo lo que pasé, porque gracias a eso aprendí!”. Yo no voy a
decir eso. Actualmente no voy a decir eso, porque actualmente hubiera
modificado un montón de cosas… Lo importante es lo que soy ahora y la
misión que tengo. Tengo mucho que dar, tengo mucho para hacer… Los demás
que se vayan a pasear.
Pero si tuviera que
modificar, modificaría… Me hubiera gustado ser ese corpulento, de agarrar
a ese morocho, darle un puñetazo en el mentón y tirarlo hasta la puerta
del colegio del envión, y que todos me aplaudieran y ser el mejor del
aula…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos a ir ahora a un incidente que puedas
considerar que tiene mucha carga.
Auditado (Radael): Me
siento como en el seno materno… No sé si estoy entre dos vidas o estoy
siendo bebé en un útero…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué sucede?
Auditado (Radael): No,
estoy bien, me siento como flotando, me siento tranquilo, quiero quedarme
ahí. Es decir, en realidad no tengo más ganas de hablar… Tengo ganas de
desconectarme de ustedes y gozar este momento. Si yo tuviera que repasar
lo que más me da bronca es el episodio de venganza contra Elizabeth, que
creo que logré superarlo…
El tema es el
siguiente… A ver si soy entendido… Nunca pude vengarme…Lo que yo quería
era que ella me pidiera perdón, pero no me lo ha pedido, jamás me lo ha
pedido… Es una persona sin piedad, con la que he vivido de prestado…
Íbamos los domingos en el sulky y no me hablaba una sola palabra…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… Ahora, para ir terminando la sesión, vamos a ir a
un incidente hermoso, que te cause mucho placer, a fin de alejarte del
banco reactivo. Tú ya sabes que el recorrido de incidentes de placer
forma parte importante de la terapia dianética…
Auditado (Radael): ¡Ja,
ja, ja!... (se ríe estruendosamente).
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué sucede?
Auditado (Radael): ¡Ja,
ja, ja!... ¡El incendio de Roma…!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿El incendio de Roma?
Auditado (Radael): ¡Ja,
ja, ja!... ¡El incendio de Roma es lo más lindo que me sucedió!, ¡Ja, ja,
ja!... ¡Nunca pensé que me iba a reír tanto! ¡Ja, ja, ja...! ¡Basta, por
favor! ¡Ja, ja, ja!...
[Nota de Horacio
Velmont: Radael, obviamente a través del receptáculo, estuvo riéndose más
de un minuto a carcajadas, pareciendo que no se iba a detener jamás].
Auditor
(Horacio Velmont): Explícame por favor…
Auditado (Radael): ¡Ja,
ja, ja!... ¡Me tenían podrido! No quería que se me pongan en contra… Me
quería deshacer de un montón de gente… Yo sabía que había un complot en mi
contra… ¡Ja, ja, ja!... ¡No puedo más de la risa! ¡Ja, ja, ja!... ¡Me
duele enormemente la cabeza!
Auditor
(Horacio Velmont):¿Mucho te duele?
Auditado (Radael):
¡Muchísimo!... Pero me pregunto por qué me duele la cabeza si estoy
contento… Lo que sucede es que es bravo… En realidad no es cosa de risa…
¡Hubo un montón de muertos, por Dios!…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ordenaste tú el incendio de Roma? Hay historiadores
que lo han puesto en duda.
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Por qué lo ordenaste?
Auditado (Radael):
Primero, para evitar el complot en mi contra… envié 150 soldados…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quiénes estaban complotados en tu contra? ¿Los
cristianos?
Auditado (Radael):
Había un montón de gente… No sé si los cristianos… Había gente del entorno
interno. Maté cerca de 17 personas que estaban en el Senado…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tú mismo los mataste?
Auditado (Radael): No,
los mandé matar… Les cortaron el cuello…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Así tan fácil?
Auditado (Radael): Sí,
más vale… Tenía soldados seleccionados que estaban a mi disposición… Era
como una especie de Servicio Secreto… ¡Yo fui el creador del “Servicio
Secreto”, que después fue utilizado en los siglos XIX y XX… Bueno, el
inventor fui yo… Tenía 17 soldados a mi disposición…
Ahora me salí de esa
armonía que tenía… Estoy como con sopor… Estoy con ganas de desconectarme,
pero lo mejor de esto me lo trajo ese recuerdo que me hizo reír… Aparte,
reírme, utilizando una parte física, me descargó mucho… Es como que con
esa risa borre lo de Breder, lo de Elizabeth, lo de esta encarnación de la
escuela primera… Reír me hizo muy bien…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cuántas veces mandaste a incendiar Roma?
Auditado (Radael): Dos
veces.
Auditor
(Horacio Velmont): En tu vida como Nerón, ¿cuál fue el incidente con más
carga?
Auditado (Radael): No
vamos a tener tiempo… No hablemos de la parte sexual, porque tengo para
escribir 10 libros…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu vida como Nerón está libre de carga?
Auditado (Radael): Lo
de la parte sexual debe estar libre de carga, porque no me trae
reminiscencias.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hay otras vidas con carga?
Auditado (Radael): Sí,
hubo épocas muy oscuras, donde fui verdugo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Verdugo?
Auditado (Radael):
Había como una especie de mazmorra, como una celda en un subsuelo, y yo
manejaba una rueda de tortura, de esas que producen estiramiento de las
vértebras…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿El potro?
Auditado (Radael): Sí,
el potro.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En Francia?¿Acaso durante la Inquisición?
Auditado (Radael): Sí,
por esa época más o menos.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En la Revolución francesa? en este momento estoy
confundido con las fechas…
Auditado (Radael): No,
antes.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo es que no recuerdas con claridad?
Auditado (Radael):
Porque estoy como con sopor… Tengo ganas de retirarme… Todavía estoy
recordando los incendios de roma… Fue genial ese recuerdo, pues me hizo
muy bien descargarlos riéndome… Algunos dirán: “¡Qué bestia!”, pero…
Igual los conflictos
los frené… En esa época yo era muy joven y tenía un montón de conflictos,
no sabía bien mi identidad, que era lo que quería… He tenido relaciones
sexuales con mi madre…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Agripina?
Auditado (Radael): Así
es… He tenido relaciones con dos mancebos… Quise violar a uno de los 17
soldados que estaban a mi disposición, pero el soldado no quería saber
nada… Él decía: “Estoy a su cargo, pero nada más”. Por favor, me pedía… Se
arrodilló… Me pedía piedad, pero yo agarré un cortapapeles y se lo clavé
en la garganta… En ese momento vino otro de los soldados y cuando me
preguntó lo que había sucedido le mentí diciendo que estaba vendido, que
le habían pagado unas monedas de oro para asesinarme… Además, le dije que
si yo llegaba a descubrir que alguno de los 16 que quedaban me traicionaba
lo ejecutaría de inmediato…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué sucedió, entonces?
Auditado (Radael): Lo
que sucedió fue que sembré la desconfianza entre ellos y como resultado se
vigilaban unos a otros todo el día… ¿No es una linda picardía? Nunca tuve
problemas con ellos porque ellos mismos se vigilaban continuamente.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Murió ese soldado?
Auditado (Radael):
Obvio…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes respecto a este incidente?
Auditado (Radael):
Bien, me siento bien, sin carga.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Compensaste en alguna vida ese karma?
Auditado (Radael):
Supongo que sí.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a terminar la sesión contigo aquí… ¿Estás de
acuerdo?
Auditado (Radael): Sí,
estoy de acuerdo…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, hasta luego.
Auditado (Radael):
Hasta luego.
SEGUNDA PARTE
Interlocutor (Horacio Velmont): Antes de terminar la sesión quisiera
conversar con Ron Hubbard.
Ron Hubbard: Hola,
Horacio, aquí estoy.
Interlocutor: ¿Cómo le va, Maestro?
Ron Hubbard: Bien, he
observado la auditación que le hiciste a tu Thetán Radael.
Interlocutor: ¿Puede darme alguna idea de cómo fue?
Ron Hubbard: Sí…Hubo
una descarga engrámica bastante grande… Quizás tu Thetán no está aún
consciente de todo lo que descargó…
Interlocutor: ¿Qué porcentaje de descarga hubo?
Ron Hubbard: Descargó
más del 50 % de la carga que tenían los incidentes de los incendios… Lo
que hay que evitar son las restimulaciones. Hay que pensar que todo lo que
se hizo en vidas anteriores… No es que nosotros no seamos responsables
encarnando nuevamente, porque el espíritu es uno solo y es eterno, pero lo
que sucede es que si arrastramos determinado karma, sabemos que es una
lección a aprender, y bueno,
de alguna manera estamos aquí…
Es decir, primero
tenemos que aprender a no cargar culpas. Al no cargar culpas no tendremos
reacciones engrámicas. Esto es muy, pero muy importante.
Segundo, tenemos que
aprender que lo que se hizo es inmodificable, es decir, no lamentemos lo
pasado, que vale como experiencia, tratando simplemente de pensar que en
esta vida vamos a hacer lo mejor para nosotros y para los demás, que es lo
más importante.
Interlocutor: ¿Por qué mi Thetán no estaba tan consciente de las cosas,
por ejemplo respecto a lugares, fechas, cargas? Lo pregunto porque siempre
supuse que el espíritu lo sabía todo respecto de sus encarnaciones.
Ron Hubbard: La
respuesta es muy sencilla. Tu Thetán no tenía ganas de cooperar. Es como
que… Hay espíritus que quieren tener una pequeña carga, porque con esa
pequeña carga vuelven a restimularse. Al restimularse, su ego puede
protagonizar distintos roles, y con esos roles la persona se siente
fortalecida.
Interlocutor: ¿Es el caso de mi Thetán Radael?
Ron Hubbard: Así es…
Si no fui lo suficientemente explícito lo voy a explicar de una manera
mejor. Tú puedes en este momento restimular algún engrama al no cooperar
tu Thetán del todo y con ese engrama puede llegar el ego a representar un
rol de víctima y es como que echa culpas al entorno, a los demás, y de esa
manera, inconscientemente, la persona se siente fortalecida.
Interlocutor: “Aparentemente” fortalecida.
Ron Hubbard: ¡Claro!
Sabemos que eliminando el engrama no hay fortaleza sino paz e integración,
que es lo que se busca.
Interlocutor: ¿Por qué mi Thetán no se autoaudita?
Ron Hubbard: Por lo
que expliqué antes, porque él cree que está fortalecido restimulando los
engramas. Esto es algo que estoy descubriendo en estos últimos tiempos con
nuevas prácticas, porque has de saber que en el plano en que estoy, que es
el máximo nivel de Luz, el 5º, sigo estudiando, sigo observando… Observo
conductas, y no pienses que la conducta de los espíritus desencarnados es
menos compleja que la de los encarnados… ¡Es mucho más compleja!
¿Te acuerdas que
cuando tu Thetán recién se incorporó y tu preguntaste quién se estaba
comunicando emitió sonidos ininteligibles?
Interlocutor: Sí, precisamente eso quería preguntarle.
Ron Hubbard: Bueno,
eso tiene una explicación fácil. Tu Thetán no se llama Radael… Tu Thetán
tiene un sonido, tiene una luz, un símbolo, una resonancia… Radael, Ruanel,
Asdoel, etc., son nombres que les ponemos solamente para uso encarnado,
para poder mencionarlo con palabras.
Interlocutor: Entiendo…
Ron Hubbard: Entonces,
fíjate las pocas ganas de cooperar de tu Thetán que decía cosas como
llámenme “zzz”, llámenme “uuu”, es decir, era una forma de decirles que
ustedes no le importaban…
Interlocutor: En un momento dado Radael dijo que le dolía la cabeza… No sé
lo que quiso decir, pero lo extraño es que no me dolía a mí. Éste es el
punto.
Ron Hubbard: Es muy
posible que no te haya llegado porque tu estabas haciendo la auditación…
¡Has tenido suerte!
Interlocutor: ¿Pero el Thetán tiene dolor de cabeza en realidad? ¿Se
angustia?
Ron Hubbard: El Thetán
no tiene dolor de cabeza en el sentido explícito físico. Tiene dolor de
cabeza… Digámoslo así: el espíritu es resonancia, el espíritu en el otro
plano tiene una parte, no física, pero que es como física, y aunque no
tenga una mente, ni neuronas, ni fluido corporal −porque no hay una parte
corporal−, hay una parte que reemplaza a la parte física que sí puede
llegar a tener dolores.
En la parte física los
centros nerviosos le transmiten dolores al cerebro, lo que se presume que
son dolores, porque sabemos que son exarcebaciones de las terminales
nerviosas. No hay terminales nerviosas en el plano espiritual como en el
plano físico, pero hay resonancias.
Es decir, yo podría
decir que si un espíritu es una resonancia, esa resonancia está también
con partes neuronales… Hay una mente que piensa en el espíritu. Y si hay
una mente que piensa, también hay unas neuronas espirituales.
Lo estoy explicando de
una manera muy aproximada, para que de alguna manera pueda ser entendido,
pero en rigor no es exactamente así.
Entonces, si el
espíritu tiene engramas, ¿dónde se alojan esos engramas?
Interlocutor: Claro, ésa es la pregunta clave.
Ron Hubbard: Bueno, en
la parte física se alojan en las neuronas: hay un conjunto de neuronas
llamadas engramas.
En la parte espiritual
se alojan en ese centro mental, por así llamarlo, de esos planos
espirituales. Entonces, en esos planos espirituales, que tienen un engrama,
bueno, ahí sienten como dolor, como excitación…
Interlocutor: Para mí ya está suficientemente claro… Otra pregunta es:
¿Cómo puede ser que Radael se haya reído respecto del incendio de Roma y
que no tenga carga? ¿O precisamente esa risa ha sido una descarga?
Ron Hubbard: Esa risa
ha sido una descarga.
Interlocutor: ¿Descarga en forma de risa?
Ron Hubbard: Claro, y
la descarga la pudo hacer gracias al receptáculo, porque el espíritu está
siempre inhibido de reírse porque no tiene la descarga física. Entonces,
hay que agradecerle enormemente a Johnakan haber prestado su cuerpo para
la descarga de risa de Radael.
Interlocutor: Curiosísimo… ¿Es algo así como un cable a tierra?
Ron Hubbard: Sí, sí,
el ejemplo es válido. Es algo así. La risa fue auténtica, porque en ese
momento es como que Radael abrió su mente y yo vi como que de alguna
manera no gozó el incendio, sino que le pareció ridículo. Es como que en
ese momento se desbloqueó y se desdobló. Es como que se vio a sí mismo
como Nerón, pero al mismo tiempo fuera de Nerón… ¿Se entiende?
Interlocutor: Sí, perfectamente… ¿Sería algo así como el actor que se ve
actuando en una película, en la que al mismo tiempo que es el actor es
también el espectador?
Ron Hubbard: Es otro
ejemplo válido… Entonces, dice: “¿Qué es esto, qué pasó acá?”. Continuando
el ejemplo que tú pusiste, es como si estuviera viendo una película y se
riera de la película en la que él mismo está actuando, diciendo: “¡Qué
episodio tan risueño!”.
Interlocutor: Entiendo… ¿Pero cuando mató a ese soldado al que quería
violar…?
Ron Hubbard: Está mal
dicho “violar”. Lo que quería Nerón en ese momento era tener una relación…
¡Nunca iba a poder violar a un guardia que en medidas occidentales tenía
casi dos metros de altura y tenía una fuerza el doble de la tuya en esa
encarnación!
Interlocutor: Lo pregunto porque cuando relató su asesinato lo vi poco
emocional… ¿Hubo descarga igual? ¿Es normal?
Ron Hubbard: Es normal
porque esa parte tuya ya pasó por esto y lo había descargado. Por eso lo
relató sin emoción, porque no le traía ninguna carga… Lo nombró como
anécdota, no como un incidente con carga como para auditar.
Interlocutor: Está claro… Maestro, ¿esto que nosotros hacemos, que es
bastante extraño, por lo menos para mí, usted tuvo oportunidad de hacerlo
cuando estuvo encarnado como Ron Hubbard?
Ron Hubbard: No. En el
planeta Tierra es la primera vez que se realiza una auditación de esta
naturaleza, no solamente del Thetán a través de un médium, sino del Thetán
propio.
Interlocutor: Qué porcentaje de descarga hubo en total con esta
autopsicoauditación?
Ron Hubbard:
Aproximadamente un 50 %, y este porcentaje, como dirían en este país, es
un todo un “lujo”.
Interlocutor: ¿Qué sigue después de esto?
Ron Hubbard: Yo creo
que con otra auditación, y si el Absoluto nos ayuda, ya quedarías libre de
carga.
Interlocutor: ¿Este sistema de Psicoauditación podríamos utilizarlo para
curar ciegos o sordos o paralíticos? Naturalmente que me estoy refiriendo
a trastornos de origen mental.
Ron Hubbard: Depende.
Y esto no lo he dicho solamente yo, hay problemas psíquicos que llegan a
hacerse físicos y por lo tanto resultar incurables.
Interlocutor:¿Pero pueden ser ayudados en algo?
Ron Hubbard: Cabe
suponer que sí, pero hay casos en que no. Por ejemplo, supongamos que hay
una persona que por un problema psíquico quedó ciega. Después esa vista se
atrofia, así como sus músculos, sus nervios, y la parte pupilar queda
defectuosa de tal manera que puede llegar a hacerse irreversible.
Interlocutor: ¿Aún eliminando el engrama?
Ron Hubbard: Así es,
porque el músculo óptico aunque no se restimula más igual se atrofia.
Interlocutor: Entiendo… ¿Podría ponerse el ejemplo de la pared tan
deteriorada por la humedad que aunque se encuentre y repare el caño roto
no tendría ya arreglo?
Ron Hubbard: El
ejemplo es válido… Hay que tenerlo muy en cuenta porque no desearía que te
metas en problemas, ya que tienes la tendencia de prometer más allá de lo
que se puede lograr. Primero hay que analizar muy bien lo que se puede
alcanzar antes de prometer… Me voy a retirar pero antes quiero dar un
mensaje…
Interlocutor: ¿Está agotado el receptáculo?
Ron Hubbard: Trato de
evitar que el receptáculo entre en “cortocircuito”, porque como hace algún
tiempo que no hace mediumnidad está un poco fuera de práctica. Pero lo que
más incide es la Psicoauditación, que puede llegar a agotarlo más.
Interlocutor: Está claro, Maestro… Bien, escucho el mensaje.
Ron Hubbard: Las
Energías se encuentran en el plano de vibración 7, y nunca están en un
plano menor. ¿Por qué entonces el Cristo estuvo en un plano 6? Las
entidades angélicas, con permiso de planos superiores, accedieron a que el
Cristo estuviera en un plano 6, al igual que antes lo estuvo la Energía
Búdhica… En el plano 6, que es el plano angélico, hay un canal directo,
que los planos 5, 4, 3, y 2 no lo tienen para con el plano físico 1,
porque como el plano 6 es un plano de mensajeros, tienen como una especie
de fuente de Luz.
Interlocutor: ¿Es decir que esa fuente de Luz directa desde el 6º plano al
plano físico 1 facilita el acercamiento al plano físico?
Ron Hubbard: Así es, y
por eso es más fácil que se aparezca un ángel que un espíritu.
Interlocutor: Está perfectamente claro.
Ron Hubbard: Todo esto
me es dictado por Johnakan Ur-el, el Thetán de este receptáculo. Entonces,
la Energía Crística, al igual que otras Energías, utiliza este canal de
Luz angélico para contactarse mucho más fluidamente con el plano físico 1.
Por lo tanto, cuando
el Cristo entra dentro de la mente del Maestro Jesús, lo hace gracias a
ese canal angélico. Por eso estaba en el plano 6… ¿Nunca te has preguntado
el por qué una Energía Crística, que está en el plano 7, se encontraba en
ese momento en el plano 6?
Interlocutor: La verdad es que no…
Ron Hubbard: No es que
tenía que ascender de plano. Estaba en el plano 6 porque en este plano,
que es como dije un plano angélico, había un puente de Luz −el “Puente
Mensajero”, si quieres llamarlo así−, que es el que utilizó Gabriel y
otros arcángeles serafines. Como otras entidades de eloah han descendido a
los planos 5 o 4 para comunicarse con el plano físico 1.
Una vez cumplida su
misión, el Cristo regreso a su plano 7, que es el plano que le corresponde
como Logos dimensional.
Éste es el mensaje que
quería darles… Estoy estudiando un tema que está desarrollando Johnakan Ur-el,
que se llama Psicointegración y es complementaria de Cienciología. Ya
hablaremos sobre el particular. Los saludo y les mando lo mejor de mí…
Hasta luego…
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias.
SESIÓN DEL 27/6/98
Médium: Jorge
Olguín.
Interlocutor y Auditor:
Horacio Velmont.
Entidades que se presentaron a dialogar:
Johnakan Ur-el, Thetán de Jorge Olguín, y Radael, Thetán de Horacio
Velmont.
Nota: En este
caso se trata de “autopsicoauditación”, porque el propio auditor (Horacio
Velmont) auditó a su propio Thetán (Radael).
PRIMERA PARTE
Interlocutor: ¿Alguien se va a comunicar primero o directamente audito a
mi Thetán?
Johnakan Ur-el: Soy
Johnakan…
Interlocutor: Hola, Johnakan… ¿Algún mensaje?
Johnakan Ur-el: Cuando
nos comunicamos por medio de un receptáculo, por más elevado que éste sea,
siempre estamos como reducidos en nuestra expresión. Estamos como
adormilados. Estamos como restringidos. Por que es como querer encerrar al
sol adentro de una caja de fósforos.
Interlocutor: Perfecto, pero la pregunta es si los espíritus, al estar
encarnados, también están restringidos o la parte encarnada no afecta en
lo más mínimo al Thetán. Concretamente, la pregunta es: ¿El 90 % está
restringido por el 10 %?
Johnakan Ur-el:
Totalmente. La restricción es muy fácil de explicar. Nosotros encarnamos
en un 10 % y ese 10 % está totalmente restringido por el cerebro humano,
que vendría a ser como un engranaje de transmisión que no transmite bien.
Por lo tanto, ese 90
%, si bien queda librado a su libre albedrío, no lo es tan así, pues que
queda “atado” a ese 10 %.
Interlocutor: ¿Entonces repercuten en ustedes, como Thetanes, los
problemas que nosotros tenemos como 10 %?
Johnakan Ur-el:
Repercuten muchísimo, porque el Thetán es uno solo. Entonces, a veces el
encarnado tiene por costumbre −que es una costumbre defensiva− separar a
ese 10 % encarnado de ese 90 % desencarnado.
Ese 10 % piensa que el
90 % restante desencarnado está libre de todo riesgo, y no es así.
Ya se dijo una vez, y
creo que está escrito, que si ese 10 % encarnado comete errores o grandes
actos de altruismo, va a ir en desmedro o a favor, respectivamente, de ese
90 % desencarnado. Es decir, ese 10 % tiene una influencia total, absoluta
sobre su Thetán.
Además, ese cuerpo
encarnado margina, limita, atrofia al Thetán, a tal punto de que aun
venciendo karmas la parte encarnada, aun aprendiendo lecciones, su mente
analítica siempre es limitada, porque el cerebro físico no transmite
correctamente la parte espiritual con una fidelidad del 100 %.
Además, el ser
encarnado, precisamente por estar encarnado en otros mundos habitados, sea
como humano o de otra condición, siempre va a originar engramas.
No existe organismo
viviente que no se restimule. No existe. Ni siquiera en el plano 5º, donde
estoy yo y también el Maestro Jesús, los espíritus estamos exentos de
restimulación.
Antes de que comiences
a auditar a tu Thetán quiero decir que a veces nosotros −y esto tiene que
ver con la auditación− en razón de estar encarnados es muy fácil que
agentes externos restimulen engramas, a tal punto que personas clear por
años, por décadas en algunos casos, ante un incidente, quizás
insignificante, después quedan con un proceso de angustia que se hace casi
intolerable. Esto lo he estudiado telepáticamente en distintas personas.
Y eso sucede porque
quizás una charla, una corrección, una observación, a personas que a lo
mejor tienen una década de clear total, esa pequeña corrección u
observación les hizo restimular un engrama que estaba completamente
superado.
Interlocutor: ¿Tú, como Thetán, necesitarías auditación?
Johnakan Ur-el: De una
manera u otra, todos los seres espirituales necesitamos auditación u otro
tipo de terapia.
Interlocutor: En este momento me surge la pregunta de por qué Ron Hubbard,
ahora espíritu puro 100 %, no audita directamente a mi Thetán en su plano
espiritual en lugar de hacerlo yo desde el plano físico y a través de un
médium...
Johnakan Ur-el: Tu
Thetán no está complaciente en auditarse, y esa renuencia es respetada por
Ron Hubbard, porque en nuestro plano respetamos el libre albedrío de cada
espíritu.
Interlocutor: ¿Es decir que al auditarlo yo mismo, es decir, su propio 10
%, Mi Thetán deja de ser renuente?
Johnakan Ur-el: No
digamos que deja de ser renuente, digamos que es menos renuente.
Interlocutor: Entiendo… Si no me equivoco en esa renuencia influye también
el hecho de que la mente reactiva protege a sus engramas… ¿Es así?
Johnakan Ur-el:
Correcto.
Interlocutor: ¿Por qué en una oportunidad, precisamente en la sesión
anterior, mi Thetán los llamó a ustedes “aburridos”.
Johnakan Ur-el: Porque
está en proceso de rebeldía.
Interlocutor: Es curioso, porque yo no.
Johnakan Ur-el: No
conscientemente, pero sí tal vez inconscientemente. A veces la mente
reactiva está tan oculta en la parte encarnada que la mente analítica no
la lee, no se da cuenta. Pero evidentemente, y esto es una regla, si la
parte espiritual se comporta de una determinada manera, es un reflejo de
la parte encarnada.
O sea, si la parte
espiritual tuya de alguna manera se comporta infantilmente, hay un
inconsciente, hay una parte reactiva muy oculta, que está de la misma
manera.
Interlocutor: Es bastante insólito, porque yo no me doy cuenta de esa
reticencia.
Johnakan Ur-el: Si de
alguna manera tu mente analítica admira a Ron, tu mente reactiva es como
que tiene cierto rechazo, porque hay una especie de competitividad.
Interlocutor: ¡Es curiosísimo!
Johnakan Ur-el: Y te
preguntas: “¡Por qué algunas cosas, estando tan compenetrado en el tema
nos las razoné yo, no las descubrí yo, no las vi yo? Hay que estar muy
preparado espiritualmente para no competir.
Interlocutor: Entiendo…
Johnakan Ur-el:
Imagínate a mí, dicho con toda modestia, compitiendo contra el Maestro
Jesús, preguntándome por qué algunas conclusiones del Sermón de la
Montaña no las razoné yo, o por qué determinadas consideraciones de amor
hacia nuestros congéneres no se me ocurrieron a mí.
Interlocutor: Entiendo perfectamente el punto…
Johnakan Ur-el: Por
momentos, mi parte encarnada, Jorge Olguín, piensa que si viviera de nuevo
podría corregir cosas que dijo el Maestro. Y quizás sea así, pero no
porque la parte encarnada sea ni mejor ni superior al Maestro de hace 2000
años atrás, sino simplemente porque ha ganado en experiencia. Al haber
ganado en experiencia, hay cosas que antes no sabía y ahora sí.
Interlocutor: Está claro…
Johnakan Ur-el: El
propio Maestro Jesús después tuvo que descubrir muchas cosas que en esa
época ignoraba… Dejo el receptáculo para dar paso a Ron…
Interlocutor: Está bien… Entonces hasta luego, Johnakan… ¿Ya está
incorporado, Maestro?
Ron Hubbard: Así es…
Interlocutor: ¿Cómo está usted?
Ron Hubbard: Tratando
de descifrar la impresionante, la creciente mente reactiva de todas las
entidades espirituales que nos rodean. Es como que se retroalimentan. Es
una… no le llamaría “lucha”, porque la palabra lucha suena como que uno
agrede, como que uno ataca y esto es amor.
La auditación es un
acto de amor. Yo le llamaría como que estamos tratando de unir a todos los
espíritus que tienen mente reactiva para que comprendan, pero hay una cosa
muy importante…Tal vez yo estando encarnado no lo dije...
Estos espíritus que
reactivan su mente, están gozosos de sus engramas, porque asumiendo roles
de víctima es como que pueden sacar mejor ventaja de quienes los rodean. Y
entonces no les interesa ser limpiados, no les interesa ser auditados…
Interlocutor: Esto
que usted dice me hace comprender muchas
actitudes de algunos de los que me rodean…
Ron Hubbard: Y
sabiendo que el Creador da una total libertad a cada entidad espiritual,
sin su consentimiento no se puede obligar a nadie a auditarse. Lo que sí
se puede hacer, y muy sutilmente, porque hay espíritus que pecan de
ingenuidad no importa la antigüedad espiritual que tengan −la ingenuidad
es a veces inherente en un espíritu−, entonces se puede auditar
sutilmente, sin que el espíritu se de cuenta. En este caso no estamos
violando su libre albedrío.
Tal vez dialogando,
como lo estamos haciendo nosotros en este instante, se puede auditar a una
persona.
Pasemos ahora a la
auditación de tu Thetán.
Interlocutor: ¿Alguna sugerencia antes de empezar?
Ron Hubbard: Es
importante no dejarlo a tu Thetán a su libre albedrío. Si quiere
expresarse que se exprese, porque la queja a veces libera carga, pero que
no desvaríe. La misma rebeldía a veces hace desvariar a la entidad que se
presenta a ser auditado.
Interlocutor:
Antes de comenzar quería preguntar respecto a
qué se refería, en la última sesión, a la sorpresa que le causó mi Thetán.
Lo pregunto porque la aclaración quedó pendiente.
Ron Hubbard: Mi
sorpresa fue la tremenda rebeldía de tu Thetán, algo que yo ignoraba
porque no nos podemos meter telepáticamente, sin permiso, en la mente de
ningún espíritu.
Interlocutor:
¿Rebeldía que es también la mía?
Ron Hubbard: ¡Claro!…
La rebeldía impide el ascenso. En realidad, aquí no se programa nada. Se
asciende cuando el espíritu se va iluminando y se desciende cuando el
espíritu va empalideciendo.
No es que se firma un
decreto, como en el plano físico, y el espíritu asciende de nivel por
comportamiento. Aquí en el mundo espiritual no hay escalafones. Aquí los
escalafones son el amor y punto.
Entonces, si de
repente un espíritu que está a punto de subir un pequeño nivel de Luz, por
una rebeldía de alguna reactivación engrámica perjudica todo lo hecho
hasta ese momento, puede hacer no solamente que no ascienda a esa otra
categoría de Luz, sino que hasta puede hacerlo retroceder.
Interlocutor: Está claro, Maestro…¿Ésta es la primera vez que un encarnado
audita a su Thetán a través de un médium?
Ron Hubbard: En el
planeta Tierra, sí.
Interlocutor: ¿En ninguna de sus civilizaciones hubo algo aunque sea
parecido?
Ron Hubbard: Así es,
pero no en el universo. Sería pecar de soberbios pensar algo así.
Interlocutor: ¿Usted conoce algún otro lugar donde se haya hecho algo
similar?
Ron Hubbard: Sí, en
otros sistemas. Y no solamente en mundos de nuestra Vía Láctea, sino
también en otras Galaxias… Me retiro para dejar paso a tu Thetán…
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias…
SEGUNDA PARTE
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Eres tú, Radael?
Auditado (Radael):
Aquí estamos nuevamente…
Auditor
(Horacio Velmont): Es curioso, porque noto que la palabra “estamos”, que
se usa comúnmente, en este momento tiene una connotación especial, porque
realmente “estamos”, ya que somos uno… ¿Cómo estás después de la
auditación pasada?
Auditado (Radael): No
sé… Estoy como indefinido… Me siento confuso, se me mezclan las vidas,
llamémosle las”personalidades”… Hacía tiempo que era solamente Radael, y
de repente es como que al recordar esas vidas anteriores “recuerdo”… No es
un juego de palabras… “Al recordar, recuerdo”… Así surgen detalles, surgen
problemas, me di cuenta de que fui una víctima, me di cuenta de que hubo
más de una confabulación en mi contra en vidas anteriores. En la época de
Nerón, principalmente, he sufrido mucho…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos a comenzar… En este momento, ésta es la
sesión y yo soy el auditor. ¿Estás de acuerdo?
Auditado (Radael): Sí,
estoy de acuerdo.
Auditor
(Horacio Velmont): Hoy tu parte física se levantó con un tremendo dolor de
cabeza. Vamos entonces al incidente que se restimuló y lo produjo.
Auditado (Radael): Hay
dos incidentes, uno actual y otro de la encarnación como Nerón.
Auditor
(Horacio Velmont): Muy bien, vamos al incidente que más tengas presente en
este momento.
Auditado (Radael): Es
la encarnación como Nerón, que es la que más me gusta. Primero, no me
dejan hacer lo que yo quiero. Mi madre me impone condiciones…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Estás refiriéndote a Agripina?
Auditado (Radael): Por
supuesto… Y es una persona tan nefasta, tan vil… Siendo yo adolescente se
metió en mi cama para enseñarme las dotes amatorias…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué edad tenías en ese momento?
Auditado (Radael): 15
años.
Auditor
(Horacio Velmont): Continúa.
Auditado (Radael): En
ese momento me sentí como que algo dentro mío se rompió. A partir de ese
momento es como que ya no pude reaccionar. Ella se ha confabulado…
Prácticamente a Claudio lo manejaba como quería. Yo no tendría que haber
sido emperador. El emperador tenía que haber sido Británico, y por esas
jugarretas de mi madre… Bueno, en definitiva yo gozo con lo que he
logrado…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué trabas tuviste en esa encarnación?
Auditado (Radael): En
todas mis encarnaciones estoy enamorado y no me dejan, porque siempre
tengo a alguien que me pone trabas.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Te sientes frustrado en este aspecto?
Auditado (Radael):
¡Tremendamente!
Auditor
(Horacio Velmont): Como Nerón, ¿de quién estás enamorado?
Auditado (Radael): Amo
a Popea… Mi madre no quiere saber nada, porque dice que no puedo romper mi
matrimonio.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Con quién estabas casado?
Auditado (Radael): No
importa, es una persona tan aburrida, tan ostensiblemente aburrida…
¿Entonces, que hago? Me veo con Popea en las calles. Yo las calles las
conozco bien porque salgo frecuentemente con dos o tres sirvientes. Vamos
a una posada, donde ya me conocen, cambio mis vestiduras y me consiguen
niñas de 12 y 13 años, con las que tenemos grandes juergas, por así
llamarlo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Orgías?
Auditado (Radael):
¡Tremendas orgías! Lo que pasa es que cada vez me aburro más. Primero
quería una para mí solo. Después no me alcanzaban dos, tres, cuatro, hasta
cinco criaturas…hasta que conocí a Popea.
Popea es lo más
grande… ¿Entonces, qué es lo que planifiqué? Matar a Agripina, y me salió
mal. Me vino a visitar y después, cuando se iba para sus aposentos, en la
barca, la hice hundir, pero la salvaron.
¿Entonces qué hice?
Hablé con Grifus, que es uno de mis hombres de confianza. Y lo mandé a los
aposentos de Agripina con la orden de acuchillarla y así lo hizo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes con respecto a este incidente?
Auditado (Radael):
¡Liberado totalmente, porque no la soportaba!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y por qué te produce dolor de cabeza?
Auditado (Radael): El
dolor de cabeza me lo produce −me lo está produciendo en este momento− la
injusticia, que no me dejan gozar… ¿Sabes que le regalé como obsequio de
bodas a Popea?
Auditor
(Horacio Velmont): No me lo imagino…
Auditado (Radael): ¡La
cabeza de mi esposa anterior!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y cómo te siente con respecto a esto?
Auditado (Radael): Yo
diría que bien… Lo que pasa es que a mí me hubiera gustado arreglar las
cosas de otra manera, pero si se me oponen, ¿qué hago? Vamos a razonarlo…
Quiero hacer algo, tengo el poder, y no me dejan… ¿Cómo se resuelve,
entonces, una situación así? ¿Qué hago, renuncio al poder, me cambio de
identidad, me voy a otra región, me voy a Grecia?... ¿Qué hago?
Si estas personas a mi
me molestan, no sirven para nada. Es más fácil matarlas. ¿Qué voy a decir
yo en mi contra, si fueron ellos los que me corrompieron? No, no es
justificativo, pero…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo se relaciona este incidente con el actual?
Auditado (Radael):
Porque no me gustan las discusiones, no me gustan los desprecios, no me
gusta el pasar inadvertido, no me gusta que me dejen de lado. Tal vez sea,
no sé… A veces me siento disminuido, y esto lo reconozco como una falla
mía, quizás engrámica… Me siento disminuido como emperador…
Se postran ante mí,
hacen lo que yo quiero… ¿Entonces por qué tengo ese complejo? ¿Por qué
siempre pienso como que buscan clavarme un puñal? Y sin embargo en la
realidad no es así… Yo sé que hay gente que me quiere… Tengo algunos
súbditos tan leales que darían su vida por mí.
Hice cosas
importantes… Viajando un año al futuro de Nerón, estoy viendo como se
termina mi obra... Me hice edificar un tremendo palacio. Después del
incendio hubo ciento de personas trabajando… En aquel entonces no había
tantos artistas como se pudiera creer, a pesar de que hablan de que era
una Roma próspera. No había tantos artistas. Prácticamente no quedó nada.
Me hubiera gustado que
ustedes pudieran ver cómo era la Roma después reconstruida. Eran una
calles con un trazado tan perfecto, era una arquitectura tan excelente…
Hice arcadas para que la gente se protegiera de la lluvia. La Roma antes
del incendio no tiene nada que ver con lo que fue después…
¿Piensas que tienen
realmente un rencor conmigo? ¡Cientos de personas me están aclamando en
este momento, porque les he creado una ciudad colosal! ¡Es una ciudad
deslumbrante!
Tal vez mi
marginalidad, tal vez mi defecto de seguir creyéndome poca cosa, sea lo
que me impulsó a levantar un “castillo”… ¿Por qué le digo castillo y no
palacio? Porque los accesos están totalmente controlados como si fuera un
fuerte. Entonces se parecía más a un castillo que a un palacio…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos ahora al incidente con tu madre cuando te
sedujo para quitarle toda la carga que pudiera tener.
Auditado (Radael): Son
épocas distintas, con una diferencia de 14 años… Cuando mi madre se mete
en mi alcoba me acaricia, me abraza, yo me siento bien, me siento muy bien
porque siento como que hay ternura, que hay amor, a pesar de que siempre
se mostró como una persona fría y despiadada, como hizo con Claudio.
A Británico no lo
soportaba, pero entiendo que no lo soportaba para protegerme a mí.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué hizo tu madre para seducirte?
Auditado (Radael): Me
acariciaba, me besaba… Yo me sentía protegido, pero de repente me empezó a
tocar en sitios no acostumbrados.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes en este momento con respecto a eso?
Auditado (Radael): No
me siento bien… Yo en ese momento tenía como una erección, y es como que
sentí que empezaba a alcanzar el climax a través de las caricias. Y eso es
algo que me causa horror…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hubo penetración?
Auditado (Radael): En
ese momento no. Pero llegué al climax y me puse a llorar. Y cuando le
quise pedir una explicación estaba solo y no tuve ninguna explicación. Y
al día siguiente estábamos todos reunidos en la “Gran mesa” y yo no quería
levantar la vista de la vergüenza y estaban todos comiendo como si nada.
Obviamente nadie
estaba al tanto, pero ella, al contrario, me observaba con una mirada
condescendiente… A pesar de que por una parte estaba avergonzado, por la
otra parte, paradójicamente, yo esperaba la noche siguiente para ver qué
sucedería…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y qué sucedió a la noche siguiente?
Auditado (Radael): Mi
madre vino nuevamente y continuaron las caricias y luego se me sube y allí
sí hubo penetración… Pero es una cosa que me resisto a recordar…
Auditor
(Horacio Velmont): Pero igual vamos a repasar el incidente para eliminarle
toda la carga que pudiera tener. Tú ya sabes que hay que “duplicar” el
incidente, tal como sucedió, para que su carga se borre.
Auditado (Radael):
Bueno… Me sentía totalmente gozoso… Ella me saca las sábanas, en ese
momento se me pone a acariciar, me unta los pies y las piernas con un
aceite de malva, alcanforado posiblemente porque hay un olor dulzón… Tal
vez haya algo de incienso o mirra…
Yo me siento gozoso,
después me saca las ropas íntimas, y yo me dejo hacer, porque yo me siento
gozoso en ese momento.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Podrías haberte resistido de alguna manera en ese
momento?
Auditado (Radael): Yo
no quería resistirme… En ese momento quería el placer, pero… Y ahí está el
problema, el “pero”, porque cuando yo llego al climax y me doy cuenta de
lo que pasó, cuando ya razono, cuando ya mi mente analítica toma posesión…
¿Cuándo toma posesión
de mí la mente analítica? Cuando llego al climax, porque después ya no
tengo incentivación. Entonces mi mente analítica está completamente
consternada…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Esta vez, entonces, fue con penetración y eyaculación
adentro?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hubo otras veces más?
Auditado (Radael): Sí,
cuatro o cinco veces más.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Alguna de ellas tienen carga o en alguna de ellas te
resististe?
Auditado (Radael):
Todas fueron de la misma manera… En cada uno de los casos… En las últimas
me habla. Parece como que ella quiere justificarse: “Esto lo hago por tu
bien, porque tú tienes que tener control sobre la mujer”.
Sí, me resisto, porque
en algún momento me quiere enseñar técnicas amatorias y yo no quiero. Yo
lo único que hago es quedarme boca arriba y en todos los casos ella se
sube, pero no hago técnicas amatorias. A eso me resisto. Entonces me las
describe de palabra. De palabra me describe todas las técnicas amatorias
habidas y por haber.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Siempre la iniciativa la tomó tu madre?
Auditado (Radael): Sí,
en todos los casos. Yo fui siempre absolutamente pasivo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De esto proviene el odio contra tu madre?
Auditado (Radael): De
eso y de muchas otras cosas más… Hubo mucho desprecio… El desprecio se
produjo porque ella lo trataba a Claudio como si Claudio fuera un cretino,
pero no sabe lo que es Claudio, el poder que tiene Claudio.
Cuando Claudio, que
antes amaba a Mesalina, supo que ella se acostaba con un cónsul, lo mandó
matar. Es decir que Claudio no era ningún tonto.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… Vamos ahora al momento en que decides matar a tu
madre, y dime lo que sientes.
Auditado (Radael): El
odio de esa época de adolescente en la que fui seducido por mi madre se
borró con el tiempo, pero aparece 14 años después otro odio mayor a causa
de Popea. Mi madre me dice que es una locura el querer que yo tenga
esponsales con Popea.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué sucede finalmente entre tú y Popea?
Auditado (Radael): Lo
que dice la historia, nos casamos. Fuimos esposos. Yo le obsequié la
cabeza de mi esposa anterior… Ahora que lo pienso, no sé si me quiso a mí,
si quiso el poder… No sé lo que quiso… Me duele tremendamente la cabeza…
Popea se me distancia, ya no tenía a mi madre, algunos que me eran fieles
se me dieron vuelta, porque decían que yo estaba descontrolado…
Entonces es como que
estoy solo. No tengo amor… Lo que pasa es que yo necesito de los demás, no
puedo estar solo. No quiero que solamente se arrodillen diciendo: “Sí,
excelencia…”. Me suena todo a falso… ¿Entonces qué hago?
Dos o tres años atrás
salía de noche y me iba a ciertas bacanales, ciertas orgías… Ahora lo hago
de día… Me hago traer gente a palacio, salgo, busco en aldeas. Cuando yo
veo que en una aldea hay niñas que me gustan o pequeños mozalbetes…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿El amor con Popea se diluyó?
Auditado (Radael): No,
ella es la que está distante… Entonces es como que disfruto seduciendo por
allí. Y mira las relaciones paternales raras: los padres de esas criaturas
no lloran, no se resisten a que yo me acueste en su propia casa con sus
criaturas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Pero saben que eres Nerón?
Auditado (Radael):
¡Claro que lo saben! Pero ellos esperan después las monedas de oro. Como
yo no tengo problemas al respecto, después les tiro dos o tres monedas de
oro, que capaz que en un año no las ganan… Entonces, al contrario, es como
que la aldea elegida en ese momento está de fiesta.
¿Sabes lo que hacen?
¡Me convidan con cordero, con vinos… Obviamente, una vez que yo satisfago
mis necesidades sexuales es como que esa gentuza me da náuseas y me voy,
pero no sin antes dejarles unas monedas.
¿Pero dónde no puedo
comprar a la gente? En el Senado… Después en Las Galias hay
disconformidad… Hay disconformidad en muchos lados… Ahora veo que va
pasando el tiempo y también veo que me quieren destituir…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo fue tu muerte?
Auditado (Radael):
Reúno el Consejo. De los diez Ancianos que convoco vienen cuatro. Primero
iban a venir siete, pero tres se arrepintieron. Me dicen que la situación
está ingobernable. Hicieron una especie de junta y decidieron mi
destitución. Yo digo que tengo el poder y me responden que no, que el
poder lo tiene el ejército.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Alguno te aconseja qué tienes que hacer?
Auditado (Radael): Sí,
me aconseja que huya.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué edad tenías en esa época?
Auditado (Radael):
Treinta y dos años.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿A qué edad mandaste matar a Agripina?
Auditado (Radael): Dos
años atrás.
Auditor
(Horacio Velmont): Está bien, continúa.
Auditado (Radael): No
quiero escaparme. No tengo por qué escaparme. Les digo que yo hice muchas
normas de seguridad para la ciudad... Un Anciano me agarra del brazo…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo se llama?
Auditado (Radael):
Dorius… y me dice que es la única alternativa que tengo. No me alecciona
tanto como Séneca. Séneca me aleccionaba mucho más. Séneca tenía esa
sabiduría, esa lealtad hacía mí… Tenía esa Luz... Era un espíritu de tal
magnitud, de tal nivel… y no estaba conforme con lo que yo hacía. Séneca
tenía mucho dinero, cofres de oro… Había gente…
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos al momento de tu muerte…
Auditado (Radael):
Antes quiero seguir comentando lo de Séneca, porque para mí es muy
doloroso…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien… Te escucho.
Auditado (Radael):
Había gente del pueblo que lo adoraba por su sabiduría, pero le
preguntaban sobre cómo era posible que siendo tan sabio, tan prudente,
haya acumulado tanta riqueza y Séneca les respondía que un hombre puede
tener riqueza y no ser esclavo de ella.
Auditor
(Horacio Velmont): ¡Hermosas y sabias palabras!
Auditado (Radael): Y
ésa es una frase que quedó para la posteridad. Pero después, cuando se
desterró, mejor dicho se autodesterró…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Se autodesterró?
Auditado (Radael):
Quiso tomar distancia… Es como que tenía vergüenza de mí. Entonces fue
presionado por gente de mi entorno y se cortó las venas hasta desangrarse.
Tenía 60 años… Séneca fue como un padre… Digamos mejor como un tío, un
anciano asesor… Lo quería mucho… Creo que fue una de las personas que más
quise.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Estás sintiendo en este momento el dolor por la muerte
de Séneca?
Auditado (Radael): Sí,
sí… Lo amaba espiritualmente, es decir, jamás con una pasión material,
simplemente su enseñanza… Fue una de las pocas personas que llegó a
retarme y que yo no haya tomado ninguna acción en su contra. Todo lo
contrario. Me apoyaba mucho en él.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu homosexualidad era solamente activa?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, vamos al momento de tu muerte.
Auditado (Radael): Los
Ancianos me decían: “Ya estás perdido. Ni siquiera tenemos que hacerte
caso porque ya estás destituido. Y la pena es la flagelación hasta la
muerte”. Pero como había cuatro Ancianos que todavía me apreciaban,
digámoslo así, me aconsejaron que huyera.
Finalmente me escapé
con un criado a una hacienda en el campo, a kilómetros y kilómetros de
distancia. Ppero había espías que me vigilaban y dieron mi paradero al
Senado y le mandaron un mensaje a mi criado que decía: “Si no se mata lo
vamos a torturar”.
Pero yo tenía miedo de
matarme. Agarré un puñal, es un puñal largo, de más de 30 cm., y lo apoyé
en mi garganta, pero no pude clavármelo. Entonces llamé a mi criado
pidiéndole que me ayude.
Era un criado tan
incondicional que nunca había tenido una relación con él, o sea era
incondicional espiritualmente.
En ese momento pasan
por mí situaciones que yo podía haber corregido… Se me fueron de las manos
en los dos últimos años… Necesitaba a Séneca. Si hubiera estado Séneca
esto no pasaba…
“¡Ayúdame”, le digo a
mi criado. Entonces siento, en mi lado derecho, como que entra y entra,
porque el que hace presión es mi criado y me atraviesa el corazón… Túnel,
oscuridad, sopor… Siento como que si aún estuviera encarnado tendría ganas
de dormir, ganas de desconectarme… Hay una paz tremenda en ese túnel…
Rememoro los últimos segundos de mi vida como Nerón… No es que tenía
cobardía, es como que me resistía a morir, porque era injusto… ¿Por qué me
tenía que clavar el puñal?
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Se te consideró en el plano espiritual como que te
habías suicidado?
Auditado (Radael): Sí,
porque en realidad me suicidé. Lo único que hizo mi criado es apoyar sus
manos amorosas sobre las mías y hacer presión hacia abajo. El puñal entró
en diagonal por mi parte derecha y atravesó toda mi parte izquierda
penetrando en el corazón.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hubieras debido aceptar la tortura?
Auditado (Radael):
¿Por qué voy a sufrir más? Hubo otras personas que cometieron crímenes más
horrendos y los han ahorcado… ¡La crucifixión no, eh!, porque he
crucificado a muchos y vi cómo sufrían… Pero siempre pensé que eran
muertes justas, es decir, ése era mi patrón de medida, mi manera.
De repente naces en
determinada época, te crían de tal manera, te forman de tal modo, y
entonces actúas en consecuencia… La vida es así… Veámoslo de la manera
como yo estaba en ese momento. Era normal esa conducta, como era normal
para la Italia la pesca, para la Grecia el comercio…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes en estos momentos respecto a tu vida
como Nerón? ¿Te sientes aliviado? ¿Hay algún incidente que debamos repasar
para quitarle carga?
Auditado (Radael):
Estoy enojado, y entiendo que “enojado” es mente reactiva… Estoy enojado
con la Historia, porque me pinta de una manera horrorosa. Es muy raro que
la Historia mencione las enormes obras arquitectónicas que hice en Roma.
Gente de la clase campesina estaba en los últimos años míos con mucha
prosperidad.
Yo no lo hacía quizás
por beneficencia, sino para congraciarme con los campesinos, porque
después yo iba de correrrías… ¿Me entiendes lo que quiero decir?
Auditor
(Horacio Velmont): Perfectamente.
Auditado (Radael):
Entonces yo iba con el carromato, siempre con una pequeña legión atrás,
por las dudas, y a veces dábamos pequeñas propinas en las aldeas… ¡Me
vitoreaban!
¿A quién se lo
hicieron? ¿Acaso a Claudio? A Claudio no se lo hicieron. Y sin embargo en
la Historia Claudio está mejor considerado que yo… ¿Por qué, por qué está
mejor considerado Tito? Me ponen al nivel de Calígula. Dicen los
historiadores que somos de la misma rama familiar… ¡Yo no tengo nada que
ver con Calígula, nada absolutamente!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes con respecto a estos incidentes como
Nerón? ¿Te sientes más aliviado?
Auditado (Radael): Me
siento más aliviado… Yo creo que el Senado no me entendió. ¿Por qué no
tuvieron la valentía, ya que estaban por tomar el control, de hacer una
Junta Extraordinaria y decirme: “Excelencia, la situación es así, así y
así…? Hay disconformidad en Las Galias, hay disconformidad en la
periferia, se planea esto y esto, modérese un poco…”.
No, no hicieron esto.
Es como que me dieron rienda suelta… Yo me desboqué, lo reconozco. Era
normal, era mi vida. Es muy difícil juzgar eso. ¡Pero lo han hecho con
Descartes, que era un espíritu de Luz! Lo han condenado a muerte… ¿Cómo me
voy a crear un problema yo con que me condenen a muerte si también lo
hicieron con Descartes era un ángel, era una entidad angélica.
No me preocupa eso,
porque está bien… Por un lado, digo “bueno, es lo que yo hice porque me
criaron de esa manera, pero por el otro entiendo que tengo responsabilidad
porque yo me tomé toda la cuerda que dieron…”.
Auditor
(Horacio Velmont): Después que falleciste, dime en que nivel te
encontraste…
Auditado (Radael): En
el nivel 2.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo hiciste para ascender al nivel 4?
Auditado (Radael):
Porque en la última encarnación, anterior a ésta…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo mormón?
Auditado (Radael): No,
la posterior… Encarné inmediatamente…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Después de morir como mormón?
Auditado (Radael): Sí…
Encarno, prácticamente sería a fines del Siglo XIX, en Boston… Estuve en
una familia muy moderada, porque siempre mi vida desde pequeño fue para
servir, para ayudar a los demás, y es como que tenía “flashes” de vidas
anteriores, porque tenía el don de la videncia, el don del altruismo…
Encarné como un ser de alto nivel físico…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Fue una muy buena encarnación?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y como liberaste karma?
Auditado (Radael):
Estaba en una escuela primaria, y como faltaban los maestros, yo era el
encargado de dar las clases. Tenía una alta cultura. Me interesaba
principalmente la parte religiosa exentas de dogmas… Enseñaba cómo amar,
enseñaba cómo dar, tenía enorme cantidad de amigos…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cuánto viviste en esa época?
Auditado (Radael):
Cuando tenía entre 13 y 14 años de vida se produjo un tremendo incendio y
salvé cerca de 60 vidas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Justamente algunas de ellas eran vidas con las que
tenías karma pendiente?
Auditado (Radael):
¡Tenía karmas pendientes con todas! Pero aparte no era el tiempo para que
esas vidas desencarnaran. O sea que mi misión fue doble: salvé 60 vidas
del incendio y, a su vez, cumplí con el karma pendiente.
Pero el mérito no fue
salvar esas vidas, porque eso quizás sea una compensación karmática, sino
porque durante toda esa corta vida di amor, di amor a mis hermanitos, di
amor a mis padres, di amor a todos…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿A qué edad falleciste, entonces?
Auditado (Radael): A
los 14 años, en el incendio…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Salvando gente?
Auditado (Radael): Así
es… Sería para 1904 que fallecí. Mi vida fue desde 1890 a 1904.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y eliminaste parte del karma pendiente y el que te
queda lo estás eliminando en esta encarnación como Horacio Velmont?
Auditado (Radael): Por
supuesto… Lo que pasa es que como Horacio Velmont corremos el riesgo de
bajar de nuevo de nivel, porque no se está cumpliendo con las pautas.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cuáles son esas pautas?
Auditado (Radael): Las
pautas se sintetizan en “dar”. La mente reactiva que tienes como
encarnada… En este momento me separo de los roles de la auditación, separo
el 90 % del 10 %... Ese 10 % encarnado tiene una mente reactiva que la
comparo con una caldera de una locomotora a vapor. Y esa caldera se
alimenta con paladas de carbón. Es una mente reactiva que se vive
retroalimentando…
Quizás ahora te
limpies en un 90 %, entre las dos psicoauditaciones, pero no tengo una
garantía de que esta mente reactiva encarnada no vuelva a cargar esa
caldera.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y tú puedes hacer algo desde tu plano?
Auditado (Radael): Sí,
pero el libre albedrío no solamente pertenece a la parte espiritual, sino
también a la parte física encarnada. Aunque somos la misma entidad, y esto
es muy importante −y no se sí es una conclusión de Johnakan o una
conclusión mía−, es como que a veces el 10 % encarnado se independiza de
la parte desencarnada, del otro 90 %, y hace lo que quiere.Es como que no
toma conciencia de su Yo Superior.
Auditor
(Horacio Velmont): Radael, si te parece vamos a terminar la sesión de
Psicoauditación porque quiero conversar unos minutos con Ron Hubbard. Pero
antes vamos a ir a un incidente divertido, alegre o de felicidad plena,
como para que se levante el ánimo del 10 % y del 90 %.
Auditado (Radael): El
incidente de felicidad es el recuerdo de los 14 años de mi última
encarnación. Mi nombra era Joseph Conrad Lewis. Fue quizás la encarnación
de más Luz. Yo era el pequeño Joe, al que todos adoraban… Tenía algunas
personas que me envidiaban, pero yo igual les ayudaba en sus tareas, no
para “comprarlos”, no para que me quisieran… Tenía una despersonalización
total en esa encarnación. Al final me hacía querer aun por los que en
principio no me querían. Ésa es mi gratificación. Fue quizás la mejor
encarnación…
Auditor
(Horacio Velmont): Bien, aquí terminamos la sesión de auditación. Me
despido y hasta la próxima.
Auditado (Radael):
Hasta luego.
TERCERA PARTE
Interlocutor: ¿Es usted, Maestro?
Ron Hubbard:
Nuevamente estoy contigo.
Interlocutor: Maestro, lo escucho, porque seguramente tendrá mucho para
decirme.
Ron Hubbard: La
auditación estuvo bien. Radael hizo hincapié en un punto que es muy
importante. El espíritu, estando encarnado, es como que a veces la mente
reactiva tiene el 99 % del control. Esto sucede en muchísimas personas.
Tenemos una segunda
mente más oculta, la mente reactiva, que guarda los incidentes
desagradables como si fuera un tacho de basura. Y no hay ninguna garantía
de que si uno está limpio de engramas nunca volverá a tenerlos. No es así.
Es como que uno tiene que vivir permanentemente en auditación, de la misma
forma que uno tiene que respirar siempre.
Yo no puedo, estando
encarnado, sea como Ronald Hubbard o como en cualquier encarnación
anterior, aspirar oxígeno, como lo hace mi receptáculo, y que ese oxígeno
me sirva por 70 años. Hay que aspirar continuamente para renovar ese
oxígeno.
Entonces, la
auditación tiene que ser, no digo permanente, sino por lo menos en forma
periódica.
Interlocutor: Entiendo… ¿Cuánto habremos liberado de carga con estas dos
psicoauditaciones?
Ron Hubbard: Se ha
liberado, como conjeturó tu Thetán, una carga del 90 %, pero eso no es
garantía de nada, porque quizás en siete días halla algún retroceso,
quizás no, depende de la carga reactiva.
Es como que el ser
encarnado, no importa el nivel en que esté, a veces está gozoso con esa
carga. Esto sería importante analizarlo.
Interlocutor: Radael dijo que no estamos cumpliendo las pautas… ¿Qué
faltaría, según su criterio?
Ron Hubbard: Habría
que profundizarlo, pero hay cosas que no se terminan de realizar. Hay que
darle prioridad a la mente analítica, ser menos emotivo, no confundir
emoción con amor. El amor no necesita de la emoción. La emoción es
reacción, y la reacción es impulso. La emoción no es amor.
Mucha gente encarnada
se confunde. Confunde falta de emoción con falta de amor. Confunde falta
de emoción con frialdad. Y con Johnakan siempre damos este ejemplo: los
médicos de catástrofes no tienen que se emotivos, porque entonces no
podrían operar.
Interlocutor: Maestro, antes de que se retire quería preguntarle si la
aspirina, prohibida para la auditación común de la persona encarnada,
afecta de alguna manera la Psicoauditación…
Ron Hubbard: No, en
absoluto… Me retiro y les dejo mi abrazo espiritual.
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias.
SESIÓN DEL 11/7/98
Médium: Jorge
Olguín.
Interlocutor y Auditor:
Horacio Velmont.
Entidades que se presentaron a dialogar:
Jiddu Krishnamurti, Radael, Thetán de Horacio Velmont, y Ron Hubbard,
fundador de Dianética y Cienciología.
Nota: En este
caso se trata de “autopsicoauditación”, porque el propio auditor (Horacio
Velmont) auditó a su propio Thetán (Radael).
PRIMERA PARTE
Interlocutor: ¿Quién se va a presentar?
Jiddu Krishnamurti:
Tendría que haber un compendio llamado “las rarezas del ser humano”,
porque el ser humano vive reactivándose… Mi nombre es Jiddu Krishnamurti…
Interlocutor: ¿El conocido Krishnamurti?
Jiddu Krishnamurti:
Así es… He dado infinidad de conferencias, tratando de develar los
misterios de la mente, los misterios del por qué de las grandes ambiciones
del ser humano, del por qué a veces el ser humano tiende a la perfección y
a punto de lograrlo retrocede.
Hay una explicación
muy importante. Primero: Toda persona encarnada está expuesta, en un 100
%, a la mente reactiva. Segundo: El entorno indefectiblemente restimula la
mente reactiva de la persona. Tercero: El ser humano encarnado, en todos
los casos, acusa recibo de los ataques de otras mentes reactivas,
restimulando a su vez su mente reactiva.
Interlocutor: Está muy claro lo que usted dice, Maestro.
Jiddu Krishnamurti: Es
muy difícil que una persona encarnada se pueda mantener al margen de las
distintas situaciones. Aun las mentes más lúcidas, aun las mentes un 99 %
analíticas, pueden retroceder ante los embates del entorno.
Desgraciadamente, son
muy pocas las personas que pueden mantenerse despersonalizadas ante ellos.
Por otro lado, las
pocas personas encarnadas que se mantienen indemnes, y a duras penas, ante
los ataques del entorno, de la índole que fueran, son aquellas que están
en los planos 4 y 5 de vibración espiritual.
Hay cosas que no se
deben hacer… Primero, en el caso particular mío no estoy encarnado; estoy
en el plano 5 de vibración espiritual y actualmente estoy en misión en el
plano 2.
Interlocutor: Si no me equivoco, usted en sus libros nunca mencionó la
existencia de la mente reactiva y de los engramas… ¿Es cierto esto?
Jiddu Krishnamurti:
Así es.
Interlocutor: ¿Pero es porque no lo sabía o porque no era su misión darla
a conocer?
Jiddu Krishnamurti: No
era mi misión en ese momento darla a conocer, puesto que dicha misión
estaba encaminada a las conferencias que he dado a lo largo de mi vida
como persona física.
Interlocutor: Hay alguna crítica que yo he leído por ahí, Maestro, dicho
con todo respeto, sobre que en sus conferencias y en sus libros se fue
como demasiado en psicología o algo así.
Jiddu Krishnamurti:
Eso fue una mala interpretación. Lo que yo buscaba, y sigo buscando aún,
es el entendimiento del espíritu por el espíritu mismo. El comportamiento,
esa parte de ambición, esa parte de ego que todo ser humano posee, tratar
de integrarla a un todo de amor, a un todo de compartir y muy pocas veces
se puede lograr eso.
De todas maneras es
muy importante aclarar esto y lo quiero decir antes de dejar paso a otras
entidades… Primero: toda persona encarnada en misión debe tener su Thetán
en los planos 4 y 5. Ejemplo: yo en este momento estoy en misión en el
plano 2. La mayoría de los seres encarnados desconocían que los espíritus
pueden estar en misión, no solamente encarnados sino en planos inferiores,
mezclándose.
Interlocutor: ¿Usted de alguna manera está desdoblado, es decir, una parte
de espíritu está en el plano 5 y el otro porcentaje en el plano 2?
Jiddu Krishnamurti: Es
muy difícil de explicar. Todo ser humano encarnado, como ustedes saben,
tiene un 10 % de su espíritu encarnado dentro de esa cáscara que es el
cuerpo físico.
Recordemos que en cada
plano superior la vibración es más sutil. Para nosotros, una vibración 2 o
una vibración 3 es casi tan densa como el plano físico 1.
Interlocutor: Entiendo la idea…
Jiddu Krishnamurti:
Para ser entendido, la palabra “carne” pertenece exclusivamente al plano
físico, así que la palabra “encarnado” no tendría sentido hablando en
términos del espíritu y de los planos espirituales. Pero es como que estoy
no encarnado sino “representado” en el plano 2 en una forma camuflada, y
hay un 10 % mío en el plano 2, como si fuera una encarnación.
Interlocutor: El concepto está clarísimo…¿Se podría expresar
simbólicamente que usted, espíritu del plano 5, “encarnó” −expresado entre
comillas, ya que en realidad sólo se encarna en el plano físico−, en
misión en el plano 2?
Jiddu Krishnamurti:
Sí, con esa aclaración es correcto. Los espíritu del plano 2 creen que soy
del plano 2…
Interlocutor: Esto está bien claro… ahora quería preguntarle si era
cierto, como se decía en algunos círculos esotéricos, que usted sería el
nuevo Mesías…
Jiddu Krishnamurti: Es
muy audaz, muy riesgoso, de mi parte admitir algo así. Sé que hubo gente
de mi entorno que consideraba que mis mensajes estaban adelantados a la
época, como anteriormente los de Jesús de Nazareth.
Humildemente creo
haber transmitido muchas cosas, quizás algunas no tan concretas, y otras
sí. Mi parte física dejó mucho que desear. Durante más de 30 años de mi
vida encarnada he sufrido de tremendos dolores de cabeza. He estudiado de
alguna manera mi inconsciente, descubriendo que no traía traumas o
problemas, puesto que yo había venido en misión, y las pocas adversidades
que pude haber pasado en mi niñez fueron nimiedades, cosas sin
importancia.
Por lo tanto, los
dolores de cabeza eran físicos, reales, por un problema evidentemente de
circulación cerebral y nada más. Durante años enteros se me iban y luego
durante años enteros volvían…
Hasta el último día de
encarnado no he podido vencer esos dolores… A veces me despertaba a altas
horas de la madrugada gritando…
Interlocutor: ¿Tiene alguna teoría en concreto sobre el origen de esos
dolores?
Jiddu Krishnamurti: No
tengo una teoría en este momento. Tendría que investigar más sobre el
tema… Tampoco hace mucho que desencarné… Muy posiblemente hayan
intervenido entidades del Error que trataron de atacarme psíquicamente
para no dejarme pensar. Lo digo porque da la casualidad que yo buscaba una
verdad, trataba de cambiar un paradigma de la Psicología, trataba de dar
una nueva ley de la Psicología, y eso no lo pude dar en vida…
Si lo hubiera podido
hacer hubiera cambiado todas las leyes de la Psicología, hubiera sido algo
más parecido a lo Transpersonal, que otros autores han desarrollado.
En el momento en que
estaba por llegar a esa lucecita de verdad, me invadían dolores tan
impresionantes que a veces hasta caía de rodillas abrumado por el
sufrimiento…
Interlocutor: ¿No podría haber ocurrido, Maestro, que esas entidades del
Error estuvieran haciendo justamente hincapié en algún engrama específico?
También es posible que esa mala circulación a la que usted se refirió como
probable causa se debiera a algún engrama de la niñez…
Jiddu Krishnamurti:
Desencarnado, he recorrido con la memoria del archivo universal −el
Archivo Akáshico−, toda la niñez de mi última encarnación y no hay un
hecho de esa naturaleza.
Evidentemente no hubo
lo que ahora se llama un engrama. No lo hubo. Yo lo atribuyo más bien a
ataques psíquicos, que me impidieron desarrollar esa nueva instancia
espiritual para cambiar el Psicoanálisis actual.
Por otra lado, debo
advertir que hubo muchas entidades que estaban en misión en el plano 2,
que luego pidieron encarnar, y hubo como una especie de transmutación, un
10 % al plano 2, un 90 % al plano 5.
Luego, no es que pasó
un 10 % al plano 1 y un 90 % al plano 5. Como yo estaba en semimisión en
el plano 2, quedó un 80 % en el plano 5, un 10 % en el plano 2 y un 10 %
en el plano 1… ¿Se entiende?
Interlocutor: Perfectamente.
Jiddu Krishnamurti:
Cuando ese espíritu viene en misión al plano 1 está tan desestabilizado,
por esa parte que le toca vivir en el plano 2, que empieza a cometer error
tras error en el plano 1, y su espíritu decrece en intensidad lumínica y
desciende al plano 4 y luego al plano 3.
Interlocutor: Entiendo…
Jiddu Krishnamurti: Es
decir que es muy difícil, hasta para el más elevado de los espíritus de
Luz, mantenerse en doble misión, en los planos 1 y 2. Por lo tanto, no lo
recomiendo.
Estoy dando lo que en
la Tierra se llamaría “cátedra”, porque muchos espíritus de Luz pueden
equivocarse en su elección.
El hecho de que tengan
sabiduría no significa que no sean falibles. A veces tenemos la costumbre
de pensar que todo lo que tenemos encima nuestro es inmutable, es
infalible, y no es así.
Como para terminar
quiero hablar de la parte encarnada de Radael y también de su parte
desencarnada.
Es muy difícil, a
veces, lograr una mente límpida. Es muy difícil lograr un esclarecimiento
total de las ideas, porque se ha constatado que hasta personas encarnadas
cuyo Thetán está en el 5º nivel de vibración espiritual, llegan a
reactivar su mente a tal punto que crean conflictos en su entorno.
Eso es inevitable
mientras la persona tenga un entorno. No estoy haciendo ningún tipo de
apología y amo que cada persona pueda tener su familia. Pero es muy
difícil hacer una misión encarnado con un entorno.
Interlocutor: ¿Usted se refiere a un entorno negativo?
Jiddu Krishnamurti: Me
refiero a un entorno de la índole que fuera. En mi parte encarnada traté
de excluirme de la mayor cantidad de entorno posible y eso es
universalmente conocido.
Voy a dar el ejemplo
del Maestro Jesús que les dejó a sus seguidores: “Queréis conocer el Reino
de los Cielos? ¡Dejad todo sin mirar atrás!”.
En ese momento parecía
ser una frase muy cruel, puesto que separaba a sus seguidores de sus
familias. Sin embargo, esto no ha sido así en un alto porcentaje, puesto
que Pedro tenía su familia, aunque prácticamente estaba muy poco tiempo
con ella. La mayor parte del tiempo estaba con el Maestro.
Interlocutor: ¿Pero no hay karma que cumplir con la familia también?
Jiddu Krishnamurti: De
todas maneras, la misión es más importante que cualquier karma particular.
Esto lo aclara muy bien el Budismo Mahayana, donde explican que el
Bodhisatva −o sea aquel que voluntariamente detiene su evolución cuando
llega a un escalón por debajo de Buda−, puede ser tan o más meritorio que
el Buda mismo, puesto que sacrifica su propia santidad para el servicio
del prójimo
Cuando están por
llegar al camino de la Luz dejan ese camino para Servicio. Eso es más
altruista, es más venerable que la santidad misma.
Interlocutor: Está claro…
Jiddu Krishnamurti:
Entonces, a veces resulta válido dejar una familia sin la ayuda necesaria
para que pueda elevar su karma negativo, cuando ese alejamiento se hace en
pos de una misión que eleve a miles de personas y no sólo a unas pocas.
Esto es muy difícil de
entender para las mentes pequeñas y estrechas…
Tengan en cuenta que
el propio hermano Johnakan, en la encarnación de Juan Zebedeo, no fundó
familia, estuvo siempre en Servicio…
¿Sabías que el
creador, prácticamente, de la hiperventilación?
Interlocutor: ¿La hiperventilación?
Jiddu Krishnamurti: En
aquel entonces era muy común que ciertos griegos y algunos nómades del
desierto cosecharan determinadas plantas alucinógenas y en grandes
reuniones las brindaban, tanto en fumatas o infusiones de hierbas con agua
caliente, para crear un estado de conciencia alterada donde la persona
podía ver más allá.
Interlocutor: ¡Qué interesante!
Jiddu Krishnamurti:
Juan Zebedeo ha probado bastante de eso, pero ya siendo mayor, a la edad
de 60 años, que era bastante para esa época… Empezó a trabajar en una
noche de mucha fiebre, empezó a tener visiones y luego, una vez curado,
también con distintas hierbas ha experimentado ese estado alterando su
funcionamiento respiratorio, acelerándolo y oxigenando tanto su mente que
llegó a perder el sentido ordinario de la visión.
Interlocutor: ¿Pero no era peligroso eso?
Jiddu Krishnamurti:
Era peligroso puesto que no estaba asistido… Eso lo hizo en una cueva, en
Patmos, que es donde tuvo la visión apocalíptica, que no fue entendida
hasta el día de hoy.
Incluso desmitifico lo
que muchos dicen que el Apocalipsis fue escrito por discípulos del propio
Juan Zebedeo, porque no fue así.
Interlocutor: ¿Tiene alguna relación con el LSD, es decir, el ácido
lisérgico?
Jiddu Krishnamurti: El
LSD altera de la misma manera que esas hierbas de hace 2000 años atrás de
las que hablo, con la diferencia de que el ácido, como es un producto
químico, puede dejar secuelas irreversibles para la mente humana.
Entonces, no es algo
recomendable como para usarlo en forma cotidiana. Puede ser utilizado un
par de veces como experimento, pero nada más.
Interlocutor: Entiendo.
Jiddu Krishnamurti: Es
lo mismo que la persona que fuma un cigarrillo de marihuana… Está bien,
puede llegar a un estado alterado de conciencia, pero si esa persona se
hace habitué de esa fumata, puede llegar a perder neuronas y el sentido de
la inteligencia encarnada.
Interlocutor: En mi caso, que no tengo videncia, ¿la razón es que nací con
algún bloqueo en este sentido por alguna razón especial o hay un engrama
que la está impidiendo?
Jiddu Krishnamurti:
Nadie nace con ningún don bloqueado. Simplemente sucede que a veces, en
determinada encarnación, no se terminó de desarrollar, y si no se terminó
de desarrollar es por algún motivo en especial. Siempre es o bien para
dejar paso a otro terapeuta que lo haga o bien porque uno pone todas sus
fuerzas en un un aspecto distinto.
Es decir que no hay
una explicación retorcida. La explicación es muy simple. Si en determinada
encarnación no puedo desarrollar tal don es para desarrollar otro.
Interlocutor: Entendí perfectamente el punto.
Jiddu Krishnamurti: Y
por último deseo aclarar algo muy importante… A veces decidimos encarnar
en determinado entorno para aprender determinadas lecciones kármicas que
tenemos pendientes, o bien porque en ese entorno hay demasiados conflictos
y entonces es un ámbito propicio para aprender y evolucionar.
Pero muchas veces, aun
estando en el 4º ó 5º nivel espiritual, “el ojo abarca más que los
brazos”. Esto es una frase muy metafórica porque en nuestro plano no hay
brazos ni ojos, pero quiero que se entienda el significado.
Me refiero a que a
veces las decisiones se nos van de la mano. Quizás encarnemos en un
entorno donde pensamos que podemos aprender, y la verdad es que
aprendemos, porque el sabio aprende hasta con los conflictos, pero muchas
veces ese conflicto, que desde el plano 5º se veía de una forma, quizás
benigna, una vez encarnado resulta peor de lo imaginado.
Interlocutor: ¿Puede ser que algo así me haya sucedido con la encarnación
de Nerón, donde incluso no estaba previsto que yo fuera emperador?
Jiddu Krishnamurti:
Así es, te ha ocurrido con la encarnación de Nerón e incluso con otras
encarnaciones posteriores. Y no sólo te ha pasado en encarnaciones
anteriores sino también te está sucediendo en ésta. Pero lo estás
solucionando a pesar de los muchos tropiezos que has tenido. Y no
solamente tú, mi receptáculo también.
Interlocutor: No me cabe ninguna duda.
Jiddu Krishnamurti:
Los voy a dejar porque otro hermano va a comunicarse… Les mando toda mi
Luz.
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias… ¿Quién se va a comunicar
ahora?
Johnakan Ur-el: Soy
Johnakan Ur-el… Quiero ratificar los conceptos de mi hermano Siddu, con el
cual tenemos una gran resonancia, una resonancia casi tan importante como
la que tengo con el Maestro Jesús. Siddu es como un hermano para mí y
hemos intercambiado en nuestro plano muchos conceptos…
Muchas veces, estando
en el plano 5, he orientado al Maestro Siddu que estaba en el plano 2, y
muchas veces estando yo encarnado en el plano 1 he recibido asistencia
espiritual de él estando en el plano 5. Nuestros Thetanes a veces se
entrecruzan para asistirnos.
Pero debo confirmar,
lamentablemente, que a veces, aun eligiendo nosotros desde nuestro plano
espiritual dónde encarnar, cómo encarnar y en qué familia encarnar, a
veces desde “arriba” se ve mucho más sencillo, y una vez encarnados esa
sencillez se transforma en un problema y la misma encarnación puede
desestabilizarnos.
Sería muy egoísta de
mi parte transmitir un mensaje de desarraigo, pero también sería hipócrita
de mi parte desconocer que la mayoría de las personas que han tenido éxito
en una misión terrenal lo han hecho sin una conexión afectiva, tanto de
pareja como de hijos…
No estoy fomentando
ningún tipo de desarraigo, reitero, pero fíjense que tanto mi hermano
Siddu como la Madre Teresa, y otras entidades en la antigüedad, han estado
desarraigados de afectos, de afectos sanguíneos, de afectos directamente
de pareja, de afectos de entorno directo… La mayoría de las personas
estaban descomprometidas con esos afectos directos porque tenía un
compromiso mayor.
Interlocutor: Entiendo…
Johnakan Ur-el: Y esto
es necesario que se lo transcriba bien: a veces se sacrifican los lazos
afectivos íntimos en pos de los lazos afectivos universales. De nada me
sirve a mí tener un lazo afectivo con una familia de cinco individuos si
me encierro con ellos y no doy un mensaje a diez mil o más personas.
Esto es muy importante
entenderlo correctamente porque no estoy fomentando ningún tipo de
egoísmo, no estoy fomentando ningún tipo de desarraigo, simplemente estoy
haciendo notar un hecho. Si no lo hiciera notar, sabiéndolo, sería una
hipocresía de mi parte.
Vuelvo a reiterar,
entonces, para que no haya ningún malentendido, que aquí no se está
fomentando ningún desarraigo, no se está haciendo la apología de ningún
tipo de separación matrimonial a ninguna persona del universo terrenal.
Simplemente se está
diciendo que en muchos casos los lazos afectivos, en lugar de obrar en pos
del universalismo obran en pos del egoísmo.
Interlocutor: Creo que el Maestro Jesús quiso significar algo parecido
cuando dijo que quien no aborrecía a su padre y a su madre y a su hermano
no podría ser su discípulo…
Johnakan Ur-el: Claro,
pero la palabra no era “aborrece”… Yo lo escuché a mi Maestro, porque
estaba con él cuando hizo esa mención... Él se refirió a quien no se
desata de esos lazos afectivos… Ésta fue la expresión vertida. Eso no
significa dejar de amar a la madre, dejar de amar al padre, dejar de amar
al hermano. Significa amarlos, pero que ese amor personal no sea traba ni
impida el amor impersonal a todos, que es el amor que verdaderamente vale.
En algunas
circunstancias −y eso ya lo mencionó el Maestro Jesús y también yo lo he
hecho notar en varias ocasiones−, el Maestro estaba como… La palabra no
sería “resentido”, porque eso hablaría de mente reactiva, pero estaba como
molesto con su madre terrenal porque ella, en un pequeño egoísmo, no
quería que el hijo tuviera esa misión y reiteradamente le decía: “Hijo,
vas a terminar colgado, quemado o crucificado”.
−Madre −le respondía
Jesús, es necesario que yo complete mi misión.
Y en un momento
determinado, cuando el Maestro estaba dando un discurso y yo lo alentaba,
la madre y sus hermanos lo vinieron a buscar y entonces él les dice: “Ésta
es mi madre, éstos son mis hermanos, aquellos que escuchan la palabra del
Padre”.
Esto está traducido
literalmente. Lo que sucede es que no se sabe lo anterior. Él necesitaba
desarraigarse de los lazos familiares para poder transmitir la Palabra sin
ningún tipo de interferencia.
Interlocutor: ¿La palabra exacta sería “desapego”?
Johnakan Ur-el: ¡Por
supuesto! Esa palabra desapego después la utilizó otra alma en resonancia
que está con nosotros, con el Maestro Jesús y conmigo, que es la del
hermano Siddu. El hermano Siddu Krishnamurti vibra en resonancia con
nosotros.
Simplemente quería
decir esto. Los dejo con mis bendiciones.
Interlocutor: Te agradezco las explicaciones. Como ya sabes, tus palabras
están grabadas y oportunamente las transcribiré y las difundiré. Hasta
luego.
SEGUNDA PARTE
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ya estás incorporado, Radael?
Auditado (Radael):
Aquí estoy nuevamente listo para la Psicoauditación.
Auditor
(Horacio Velmont): Como ya sabes, hay como un 90 % de eliminación de
engramas, lo cual es bastante para sólo un par de sesiones. Para no perder
tiempo en lo poco que queda de sesión vamos directamente a algún incidente
que aún te provoca molestias.
Auditado (Radael): Si
yo tuviera que hablar de momentos que me han molestado,
volvería a la época en que estuve
encarnado como Nerón…
Todavía no termino de
asimilar el por qué tuve que sacrificarme, el por qué tuve que hacer que
mi criado empuñara ese cuchillo y lo clavara en el cuello hacia mi
corazón.
Me retuerzo y me
retuerzo, y me parece como que he desencarnado demasiado joven, a los 32
años.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ir a ese incidente…
Auditado (Radael):
¡Tenía un miedo ancestral, respiración fría, un sudor helado, sabiendo que
en cualquier momento iban a llegar los soldados para apresarme y luego
lacerarme hasta la muerte! Y me pregunto aún por qué tenía que sufrir así.
Y es una cosa que no puedo asimilar. Y de repente hay una daga, que fue
puesta a propósito.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu criado está actualmente encarnado?
Auditado (Radael): Sí,
está…. Mi criado es un amor…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En mi entorno?
Auditado (Radael):
Está encarnado en tu entorno, aunque no en el mismo sexo. Pero eso no hace
a la cuestión. No tiene una relación directa.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Pero tú mimo le pediste a él que te clave la daga?
Auditado (Radael): Así
es, y mientras lo estaba haciendo lloraba, lloraba con una autenticidad
única, porque era como de los pocos incondicionales.
Los soldados eran
incondicionales en tanto y en cuanto recibieran sus monedas. Pero este
criado era como que sentía por mí un aprecio, no físico, porque algunos
podían desearme físicamente, otros podían desear títulos que yo les diera,
pero esta hermosa alma no.
Auditor
(Horacio Velmont): Dime exactamente cómo fue la penetración de la daga, lo
que sentiste hasta que desencarnaste.
Auditado (Radael): Fue
prácticamente entre el cuello y la hendidura de los huesos del lado
derecho de mi cuello.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Él sabía cómo hacerlo o fue intuición?
Auditado (Radael): Fue
intuición. Aparte, yo lo he guiado. En un momento dado le hago tomar con
sus dos manos la empuñadura de la daga y yo, sobre la parte de arriba de
la daga apoyo mis manos sobre la de él, primero la izquierda y luego la
derecha y prácticamente soy yo el que empujo.
Auditor
(Horacio Velmont): Dime exactamente lo que sentiste.
Auditado (Radael):
¡Pinchazo!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En qué lugar?
Auditado (Radael): En
el cuello, y luego un frío que me recorría el cuerpo… Sería la daga o
sería la muerte… Luego, penumbras…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Sentiste la daga cuando te tocó el corazón?
Auditado (Radael): No,
no la he sentido… Sentí algo frío que me recorría el cuerpo, y eso es como
que me trajo un malestar tremendo…
Auditor
(Horacio Velmont): ¡Pero si la daga tenía 30 cm tiene que haber llegado al
corazón!
Auditado (Radael): Por
supuesto que sí.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cuánto tardaste en morir”
Auditado (Radael):
Segundos…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Segundos nada más?
Auditado (Radael): Sí,
pero me sentía muy mal. Luego sobrevino una laxitud, me sentía como
flotar…luz, penumbras, un montón de voces, burlas, risas, carcajadas,
chanzas… Entonces me alejo a la velocidad del pensamiento, me alejo, me
alejo de esas luces…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Quiénes eran los que se burlaban?
Auditado (Radael):
Eras espíritus que se acercaban a reírse de mí, incluso seres a los que yo
había ejecutado, querían torturarme a través de la burla… Algunos querían
dominarme telepáticamente… Me alejé, me alejé, me alejé…
Auditor
(Horacio Velmont): Es decir que pudiste alejarte…
Auditado (Radael): Sí,
lo pude hacer… Después vi una fuente de luz y en ese momento es como que
lloraba, pero no como si estuviera encarnado a nivel físico… Creo que
tenía una congoja tremenda, porque no era mi tiempo de morir, quería
todavía seguir estando encarnado… En ese momento sentí una calma tremenda,
pero a su vez tenía una congoja tremenda. Por un lado, la calma de estar
en un plano donde no había molestias físicas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Qué plano era?
Auditado (Radael): Era
el plano 2… Y por le otro, la congoja de la injusticia, porque no me
dieron la posibilidad de poder reparar algunas cosas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En algún momento viste toda tu vida como Nerón en una
pantalla?
Auditado (Radael): Así
es… ¡La hubiera querido vivir de nuevo! Fui muy esclavo, la vida física se
me fue de las manos… Fui muy esclavo de los deseos pasionales. Entre mi
madre, que de alguna manera me creó un engrama muy grande… No me molesta
en la actualidad esto, porque tuve vidas posteriores en las cuales he
vivido cosas nuevas, como en la de Breder, donde odié tremendamente a esa
mujer con la que conviví. Fue algo tremendo lo que me ha pasado.
El recordarme de ella
solamente hacía que a mi parte física le doliera la cabeza…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes en este momento con respecto a tu
suicidio como Nerón?
Auditado (Radael):
Entiendo que no tenía escapatoria…
Auditor
(Horacio Velmont): Después de tu desencarnación como Nerón, en los planos
espirituales se te consideró que te habías suicidado? Lo pregunto para
saber si tu suicidio fue un hecho trascendente o intrascendente en tu
evolución.
Auditado (Radael):
Muchos dijeron, y he recibido mensaje de los planos superiores, que tenía
alternativas, porque tuve el tiempo necesario para escapar, y que no
escapé porque tenía que haber cambiado de identidad y vivido como un
labrador. Y tenía una cobardía tremenda de no poder sobrevivir.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Se podría decir que en realidad elegiste lo más cómodo
al suicidarte?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tuviste alguna sanción en el plano 2, de alguna
manera?
Auditado (Radael): Sí,
la sanción de convivir muchos momentos y momentos, que no los puedo
traducir en años, con gente a la cual yo he sacrificado… Era enorme el
sufrimiento del plano 2… Congojas, durante lo que aquí se llaman años, y
años, sufriendo. Y como paradoja, el único ser que me alentaba y que me
daba fuerzas para no pulverizarme como espíritu era Séneca, que estaba en
el plano 4, quien fue mi Maestro en mi encarnación como Nerón, a quien yo
he hecho sacrificar, porque prácticamente yo lo obligué a matarse…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo se mató?
Auditado (Radael): Se
abrió las venas con un cuchillo. Prácticamente lo he obligado por las
tremendas persecuciones. Lo odiaba por celos. Es como que prácticamente he
tenido una tremenda lucha con Popea estando encarnado. Ella me ha querido
agredir como diciéndome que yo era un títere… Aparte, la he descubierto
acostada con dos soldados. A esos soldados los mandé ejecutar… A ella
prácticamente la levanté en vilo, agarre una lámpara y se la partí en la
cabeza… La he golpeado tanto, la he pateado tanto en el piso hasta
matarla…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Así murió Popea?
Auditado (Radael): Así
es… Pero me ha sacado de las casillas… Yo, después, al verla muerta he
llorado tremendamente porque la adoraba. Pero ella, que tanto me adoraba
cuando salíamos, y que prácticamente me pidió la cabeza de mi ex esposa…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ella te lo pidió?
Auditado (Radael):
¡Claro! Y entonces me di cuenta que era cruel, tan cruel como la
contemporánea Salomé…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Está encarnada actualmente Popea?
Auditado (Radael): Sí,
está encarnada.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Dentro de mi entorno?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Puedo saber quién es?
Auditado (Radael): Son
toda gente de tu entorno, tanto Agripina, Popea, el sirviente…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Puede saber qué nombre tenía tu sirviente?
Auditado (Radael): Se
llamaba Nexus.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Puedo saber quiénes son actualmente?
Auditado (Radael): No
me permiten decirlo de los planos superiores…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De ninguno?
Auditado (Radael): No…
Auditor
(Horacio Velmont): Está bien, respeto esa decisión porque ellos saben
mejor que yo lo que conviene…
Auditado (Radael): La
razón es que si no estás preparado para saberlo es como que puede causar
más reactivación, por un sentimiento de culpa o de revancha, no por otra
cosa. Y actualmente las personas encarnadas no tienen nada que ver con
quienes fueron en vidas pasadas del entorno de Nerón.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Nada que ver?
Auditado (Radael):
Cuando dije “nada que ver” me estoy refiriendo en cuanto a crueldad, son
personas completamente distintas, amables, generosas, pero uno, en su
tontería, estando encarnado, puede tener un rencor encubierto diciendo
−voy a hablar en idioma terrestre−: “¿Por qué fulanito está conmigo si en
una vida anterior me hizo tal cosa y tal cosa?” Y uno puede generar un
odio inconsciente hacia esa persona y eso causaría no una evolución sino
un retroceso.
Auditor
(Horacio Velmont): Está perfectamente claro… ¿Cómo te sientes en este
momento con respecto a Popea y su muerte?
Auditado (Radael): Me
es casi indiferente. Esa situación ya está superada. Simplemente en ese
momento yo hice una exposición del odio que sentía porque, bueno, lo
volvía a evocar y recordé todo ese odio, pero no me molesta, como tampoco
me molesta mi esposa siendo Breder… En este momento es como que todo eso
ya pasó…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y la muerte tuya como Nerón?
Auditado (Radael): No
me molesta… Era una cosa que tenía que ser.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a repasar tu encarnación como verdugo…
Auditado (Radael): Fue
la del físico más impresionante, medía como dos metros y tenía un cuerpo
todo peludo… Era gigantesco, tenía unos pectorales que parecía una
estatua…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De que lugar y fecha estamos hablando?
Auditado (Radael): De
Francia, hacia el siglo XV aproximadamente.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo fue que llegaste a ser verdugo?
Auditado (Radael):
Porque mi padre era carcelero en el calabozo del castillo y prácticamente
no vi otra salida… Yo viví allí desde pequeño. Mi madre murió de una
enfermedad como tisis o tuberculosis cuando yo era apenas un niño, quizás
de cinco años.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Para ser verdugo te pagaron más?
Auditado (Radael): Sí,
me pagaron más… Guardo de mi niñez momentos ingratos… Prácticamente, tanto
mi padre como mi madre y yo vivimos todo el tiempo en prisión…
Auditor
(Horacio Velmont): Obviamente, no como presos…
Auditado (Radael):
Claro, vivíamos como personas pagas… Al morir mi madre, fue mi padre quien
me crió.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tú te dedicabas a ejecutar personas?
Auditado (Radael):
Exacto… Cuando yo tenía 25 años mi padre falleció, y me preguntaron si yo
quería ser carcelero como él y dije que no, porque siempre me gustaron los
aparatos de tortura, y aparte es como que quería tener el favoritismo del
marqués.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tu padre también torturaba?
Auditado (Radael): No,
él era carcelero.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Tú ejecutaste personas
Auditado (Radael):Sí,
lo he hecho.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De qué forma?
Auditado (Radael):
Torturaba a las personas antes de ejecutarlas.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo las ejecutabas?
Auditado (Radael): Con
un aparato similar a la rueda, donde las personas eran estiradas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Algunos resistieron la tortura y no confesaron?
Auditado (Radael):
Muchos… Lo que ocurría es que a mi me interesaba, por medio de las
torturas que yo hacía, ganarme la confianza tanto del marqués como de los
nobles de los condados vecinos.
Era el ganar mérito,
era un trabajo muy bien pago… Era la astucia de nunca traicionar a los que
depositaban su fe en mí. Era no solamente el ganar puntos, sino también un
reaseguro de vida, porque en aquella época cada uno se tenía que cuidar
sus propias espaldas, porque cuando empezaban a dudar de uno, siempre lo
mandaban ejecutar.
Muchas personas, que
eran gente de confianza, amanecían un día tirados en el bosque con una
flecha en el cuello.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿A qué edad moriste como verdugo?
Auditado (Radael): A
los 52 años.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿De muerte natural?
Auditado (Radael):
Fallecí de una enfermedad en los riñones, cuyo nombre era desconocido en
aquella época, así como también su origen. Ahora se sabe más y es probable
que se haya debido a los grandes fríos del calabozo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Te casaste?
Auditado (Radael): No,
no me casé… Me traían mujeres o directamente yo abusaba de las mujeres
presas y los amos hacían la vista gorda.
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ir a uno de esos actos tuyos como verdugo que
más carga tenga.
Auditado (Radael):
Todos tienen carga, en realidad… Cuando yo estiraba a veces había personas
que llegaban a descoyuntarse y no confesaban nada. Inconscientemente es
como que yo sufría, pero primaba más el deseo de ganar puntos. A veces
aparecía mi parte humana y les decía: “Jack, por favor, habla. Es mi
trabajo”…
Sentí como que en ese
momento me escupían la cara y eso me daba tanta indignación que los
golpeaba y les daba cachetazos… Ellos no podían defenderse porque estaban
completamente atados, encadenados. Pero así y todo, con la dignidad que
tenían, me escupían.
Entonces les decía:
“¡Imbéciles, cómo me pueden escupir si les estoy diciendo que hablen para
evitar la tortura!”.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Torturabas igual al que hablaba?
Auditado (Radael): No,
al que hablaba, no. Yo tenía una daga muy pequeña, en realidad no era una
daga sino una especie de estilete que con ella le atravesaba 5 cm el
corazón y luego sacaba la daga, la limpiaba con una gasa y el sangrado
casi no existía y les hacía creer a mis amos como que había muerto de un
ataque cardíaco. Yo les pinchaba el corazón, era una muerte prácticamente
indolora.
O sea que muchas veces
he hecho muertes piadosas a las personas que confesaban.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes con respecto a tu vida como verdugo?
Me refiero a si hay algún otro incidente, que no sea en tu carácter de
verdugo, que tenga alguna carga para liberar.
Auditado (Radael): No,
en esa encarnación las cargas están en la tortura. Y el hecho de hacer las
muertes piadosas cuando confesaban eran mi justificativo…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Por elegiste esa encarnación?
Auditado (Radael): No
sé cómo explicarlo… Yo elegí esa encarnación para conocer de alguna manera
ese mundo, y creo que no me fue bien, pues he salido con más karma de los
que tenía cuando entré… Las muertes piadosas no dejaban de ser muertes…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Al desencarnar regresaste otra vez al plano 2?
Auditado (Radael): Así
es.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y te encontraste otra vez con los espíritus de quienes
torturaste y mataste?
Auditado (Radael):
Claro, pero ya no tenía esa debilidad espiritual de Nerón, ya era fuerte,
es decir que se reían pero yo los dominaba porque espiritualmente era más
fuerte que ellos.
Auditor
(Horacio Velmont): Obviamente tú no encarnaste con la idea de ser verdugo…
Auditado (Radael): En
realidad no, porque la misión era poder aliviar, de alguna manera, las
cargas de los presos, pero una vez encarnado elegí el camino más fácil.
Tenía un sacerdote que
me podía haber instruido en la Liturgia y en un montón de cosas, y haber
sido después un sacerdote confesor de los condenados a muerte, pero
preferí seguir la carrera de mi padre, aunque no como carcelero sino como
verdugo… Esa encarnación también se me fue de la mano…
Auditor
(Horacio Velmont): Vamos a ir al caso de tortura que más te haya afectado,
para quitarle toda la carga.
Auditado (Radael): Es
el de una mujer que estaba embarazada. Lo que ocurre es que esta
circunstancia yo la desconocía.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo fue?
Auditado (Radael): La
puse en el aparato de tortura y comencé a estirarla… Estaba embarazada de
más de 4 meses, pero yo no lo sabía, y tuvo como un aborto espontáneo… En
ese momento solté la rueda y vomité en un rincón.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿La mujer murió?
Auditado (Radael): Sí,
y también la criatura… Yo tenía lágrimas en los ojos, pero como tenía la
máscara puesta, el marqués, que justo había bajado al calabozo fumando un
cigarro de hierbas, no las vio… Con una risa tremenda dijo: “¡Qué has
hecho, mira lo que has hecho!”.
En ese momento fingí
una risa de burla, pero agradecí tener la máscara puesta porque estaba
lagrimeando. No podía demostrar mi debilidad frente al marqués…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Te encontraste al desencarnar en el plano 2 con el
espíritu que animó a esa mujer?
Auditado (Radael): No,
porque el espíritu de esa mujer estaba en el plano 3… Me he comunicado
telepáticamente con ella y me dijo que quería evolucionar y no quería
guardar ningún tipo de rencor.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Fue karmático para esta mujer la muerte en esa forma?
Auditado (Radael): Fue
para elevarse espiritualmente, así que de alguna manera estuvo bien. Pero
eso, obviamente, no justifica mi acto.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y con respecto a la criatura a la cual le
interrumpiste la gestación?
Auditado (Radael): Su
propósito de encarnar fue solamente para mostrar mi crueldad…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Cómo te sientes con respecto a este incidente?
Auditado (Radael):
Bastante mejor, descubriendo que ese espíritu jamás guardó rencor hacia
mí, pero en ese momento sentí como unas tremendas arcadas, como que era un
vil ser humano…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Hay algún otro incidente que sea tan o más grave que
éste.
Auditado (Radael): No,
éste era el punto máximo que tenía guardado y es que… Recuerda mi nombre
en esa encarnación: Maurice Dubois…
Auditor
(Horacio Velmont): Ya sabes que queda registrado en la grabación… Vamos a
dar por terminada esta sesión… ¿Estás de acuerdo?
Auditado (Radael): Sí,
estoy de acuerdo… Hasta luego, y le doy paso a Ron…
TERCERA PARTE
Ron Hubbard: Es muy
importante lo que ha dicho Radael. El ser encarnado piensa que todo es
blanco o negro, sin tener en cuenta la variedad de matices. Es muy difícil
salir airoso de la encarnación. Y esto puede observarse en tu encarnación
como Maurice Dubois, donde la idea al encarnar era ser quizás un sacerdote
que ayudara a esos seres condenados a muerte a encomendarse a Dios o al
dios en que ellos creían, pero como Maurice no tenía memoria reencarnativa
eligió el camino fácil.
Por eso es muy
importante elevarse constantemente y no hacer caso del entorno, porque el
entorno desestabiliza incluso a los seres más iluminados.
En el caso de mi
hermano Johnakan, él también ha sufrido en estos últimos tiempos embates
de su entorno y se ha desestabilizado mucho. No al punto de peligrar su
plano ni mucho menos, pero sí de alguna manera teniendo un intercambio de
palabras con su entorno directo.
Interlocutor (Horacio Velmont): Entiendo… Maestro, la vez pasada eliminé
hasta un 90 % de carga… ¿Hasta que porcentaje llegué en esta sesión?
Ron Hubbard: Hay algo
muy importante… La parte engrámica ya está superada en casi un 96 ó un 97
%. La mente está casi limpia, pero tenemos que tener cuidado de que
nuestra mente reactiva no reaccione ante determinadas circunstancias,
porque entonces puede haber retrocesos.
Si los retrocesos los
hay en una mente que está Clear, ¿cómo no los va a haber en una mente que
aún tiene un pequeña reacción? Entonces tenemos que tener ese cuidado.
Interlocutor (Horacio Velmont): ¿Hasta dónde se puede llegar con la
Psicoauditación? Me refiero a más allá de la eliminación de los engramas,
por supuesto.
Ron Hubbard: La
Psicoauditación puede hacer que uno crezca como Thetán Operante. Eso es
muy importante para poder después auditar a otros. Es la herramienta
precisa como para uno seguir evolucionando.
¿Qué trae aparejado el
auditar a otros espíritus, una vez que uno está limpio? Primero, librar de
engramas a otros espíritus. Segundo, el servir como misión. Tercero, el
subir como Thetán Operante.
A medida que uno sube
como OT perfecciona su técnica y va creando una mente, no solamente
analítica, sino analítica-intuitiva. Porque dentro de la mente analítica
también hay una especie de intuición que permite formar una especie de
campana protectora contra la mente reactiva, para que esa mente reactiva,
no es que quede prisionera, porque eso sería segregar, sino que se integre
a la mente analítica en amor y no reaccione.
La idea es que sólo
dirija las acciones del organismo la mente analítica y no la mente
reactiva.
Interlocutor (Horacio Velmont): Está claro… Supongamos que yo quiero
psicoauditar a una determinada persona, se lo ofrezco y ella se niega
rotundamente, e incluso me prohíbe que lo haga a espaldas de ella… ¿Si el
Thetán lo acepta puedo psicoauditarlo a pesar de la oposición de su 10 %?
Ron Hubbard: ¡Por
supuesto!
Interlocutor (Horacio Velmont): ¿Y estaría bien que esa persona ni se
entere?
Ron Hubbard: Siempre
vamos a respetar el libre albedrío espiritual. Si el Thetán de esa persona
quiere auditarse, significa que es como que el Thetán está en un nivel
superior y por lo tanto tiene mayor sabiduría por el solo hecho de estar
en un plano más elevado. Entonces, puede de alguna manera vislumbrar con
mayor claridad las cosas, entenderlas mejor, y por ende resolver lo que es
más conveniente para el espíritu en su totalidad.
Si el Thetán se presta
a esa auditación, por lo tanto, está perfectamente bien y el libre
albedrío no se vulnera.
La persona encarnada,
“sin saberlo”, va a crecer en análisis y a decrecer en reacción… ¿Se
entiende?
Interlocutor (Horacio Velmont): Sí, está claro… La otra pregunta que
quiero hacer es si cuando yo trabajo en estas cosas, sea auditando o
escribiendo, estoy solo o de alguna manera recibo ayuda de ustedes.
Ron Hubbard: Siempre
hay asistencia y puedes darte cuenta de ello cuando hay palabras que no te
salen de primera y luego te aparecen fluidamente. Obviamente son dictadas.
Me despido… Les dejo
toda mi Luz.
Interlocutor (Horacio Velmont): Hasta luego, Maestro, y gracias.
SESIÓN DEL 27/7/98
Médium: Jorge
Olguín.
Interlocutor y Auditor:
Horacio Velmont.
Entidades que se presentaron a dialogar:
Maestro Jesús, actual Logos Solar, y Radael, Thetán de Horacio Velmont.
Nota: En este
caso se trata de “autopsicoauditación”, porque el propio auditor (Horacio
Velmont) auditó a su propio Thetán (Radael).
PRIMERA PARTE
Interlocutor: ¿Hay alguna entidad que dará algún mensaje antes de comenzar
la auditación de mi Thetán?
Maestro Jesús:
Hermanos míos, a veces cuesta tanto el poder transmitir la Palabra, porque
del otro lado hay pocos receptores, no en el sentido de cantidad sino en
el sentido de comprensión… “Pocos receptores” no significa “oídos que no
escuchan”, sino “pocos oídos que me entiendan”.
Interlocutor: ¿Se está comunicando el Maestro Jesús?
Maestro Jesús: Así es…
He transmitido la Palabra en incontables ocasiones. Muchas veces hubo
divisiones, pero eso ya lo anuncié. Muchas veces hubo crisis, pero ya lo
vaticiné. Otras veces cismas. Otras veces rebeliones. No soy amigo de las
rebeliones, soy amigo del disconformismo, que no es lo mismo.
¿Por qué
disconformismo? ¿Acaso estoy fomentando el no estar conforme con lo que el
Padre nos da? No, pero hay matices. De alguna manera, un hermano
puede estar conforme con su vida, puede ser un granjero que tenga su
esposa, sus hijos, sus animales… Pero esa persona puede no estar conforme,
porque en lugar de tener diez trabajadores quisiera tener cien. No para
explotarlos, sino para que esos trabajadores el día del mañana se
independicen y tengan su propio plantío.
El tema es no
conformarse con lo que sabemos. El tema es querer tener más sabiduría.
Pero esa sabiduría no va a caer en saco roto solamente si es aplicada, si
ese conocimiento es llevado a la práctica para el Servicio del hombre por
el hombre. Me refiero a lo que yo he dicho siempre: velar por nuestro
prójimo
Entonces, no nos
conformemos, no nos quedemos cruzados de brazos. Hagamos, pero hagamos
“para”, “por”, nunca para nosotros, sino pensando en el desvalido,
pensando en aquel que necesita una mano.
Tampoco atraigamos
complejos de culpa. Tenemos dos manos. Si hay cien manos tendidas hacia
nosotros no vamos a poder. Si nosotros nos tomamos de los cabellos en un
gesto de impotencia, vamos a ocupar esas dos manos que tenemos en nosotros
y no en los demás.
Entonces tenemos que
ir de a poco. ¿Tenemos dos manos? Pues salvemos a dos almas, y después
salvemos a otras dos, y después salvemos a otras dos, y enseñemos a esas
almas salvadas que tiendan a su vez sus manos, que no sean estériles,
porque sino, ¿a quién estamos salvando? ¿A los cerdos, que sólo se ocupan
de sí mismos? ¡No tendría sentido!
Es una tarea ardua la
que vamos a tener… ¿Por qué digo “vamos a tener”? Porque yo estoy con
ustedes: yo estoy involucrado…
Interlocutor: Está claro el concepto… Maestro, ¿realmente la humanidad
actual está preparada para estas cosas? Parecería que con estas enseñanzas
que ustedes nos brindan es como que estamos fuera de tiempo…
Maestro Jesús: No
subestimemos tanto a la humanidad… Ya lo dijo mi hermano Johnakan, y lo ha
dicho más de una vez en los últimos tiempos: Quizás más en la última
década, tanto en este territorio como en otros de este planeta, se han
escrito libros, no solamente de ayuda espiritual, sino también de
comunicación, a veces religiosa, a veces no, pero siempre sobre el tema, y
se han escrito tantos en la última década como en todo el tiempo anterior
de esta humanidad.
A veces se van a topar
con cretinos, a veces se van a encontrar con gente importante, a veces se
van a encontrar con ignorantes que creen que saben, a veces se van a
encontrar con gente que sabe y lo oculta por modestia, y otros lo ocultan
porque traman algo en las sombras… A veces también se van a encontrar con
gente de Luz.
¿Qué es lo difícil en
este caso? Que a veces los mismos Maestros encarnados compiten, no se
unen, cada uno busca sobresalir…
Hasta mi receptáculo,
que es la parte de mi hermano Johnakan encarnado, a veces en su fuero
interno compite porque piensa que hay otros que puedan tener más
conocimiento que él… Y no dudo que así sea.
Recordemos que el ser
encarnado no tiene la memoria reencarnativa total. Él no se acuerda de
cuando fue Ananda, el primo de mi hermano Siddharta, no se acuerda de
cuando fue mi discípulo amado.
Naturalmente que de
sus vidas anteriores sabe por los contactos, pero no como recuerdo, salvo
que hiciera una regresión.
Como se dijo siempre,
cada encarnación es como una materia que uno está rindiendo, y uno no se
acuerda de la lección que dio el año pasado, en este caso de la vida
pasada.
Entonces, por más
sabiduría que tenga el espíritu, al estar encarnado esa sabiduría no
siempre le llega desde los planos superiores, a pesar de que pueda tener
cierta dosis de “instinto” o “conciencia” de ella.
Recordemos, y eso lo
dijo también mi hermano Ron, que hasta la mente más Clear −me sonrío
porque esta palabra no existía en mí época−, hasta la mente más limpia
tiene su reacción.
Pero esto es una cosa
lógica. Somos espíritus, estamos en permanente evolución. Unos
dirán:”¿Pero cómo un Logos solar en evolución?”. ¡Por supuesto! ¿Quién era
el Logos solar anterior? ¿Y quién era el anterior? ¿Y qué son ahora?
Otros dicen: “¿Cómo,
las energías evolucionan?”. ¡Las Energías evolucionan!
Va a llegar el momento
en que esa Luz divina, que me sigue inundando, termine su evolución, se
funda en el Creador y otro sea el Logos dimensional, porque tendrá otra
misión.
Una cuestión que es
muy importante aclarar es acerca de la rivalidad entre los seres humanos.
En el plano físico las personas compiten, y entonces tienen en su mente
reactiva una especie de pregunta sobre “quién es más”. A veces lo hacen
por curiosear, a veces por llevar una estadística… ¡Está bien, vale! Aquí
no se juzga… Siempre se ha dicho “no juzguéis”.
¿Quién es más, un
elohaj o una Energía? ¡Qué pregunta! Porque unos me dicen que el eloah,
porque una Energía Crística o una Energía Búdhica están en un plano 7, y
los elohim están en un plano 8.
Siempre se ha dicho
que de los planos superiores se puede mirar a los inferiores. Sin embargo,
las Energías Crística y Búdhica y también otras Energías, como Prana,
Kundalini, etc., pueden ver al plano 8 de los elohim...
Interlocutor: El Prana es una entidad?
Maestro Jesús: Por
supuesto. A veces no se puntualiza bien esto… Uno habla de Prana, otro de
Kundalini… Son entidades. Esto es importante que se transcriba porque va a
servir para lo que ustedes están haciendo, que les auguro va a tener un
éxito total…
La Energía Kundalini,
es una Energía tangencial, sustanciosa, viva, así como la Energía Crística
o la Energía Búdhica.
La Energía Crística
puede, de alguna manera, orientar a un cuerpo, como lo hizo con el mío de
Jesús encarnado hace casi dos mil años, en un momento determinado de mi
campaña.
Sin embargo, la
Energía Kundalini está radicada en todos los cuerpos encarnados, en todos
los cuerpos vivos, tanto en este plano terrestre como en otros planetas de
este Sistema o de otros.
Entonces, ¿cuál es el
razonamiento a emplear: ¿Kundalini es una Energía universal que se
desparrama o es una energía viva que tiene categoría y personalidad
propia?
La respuesta es que es
las dos cosas. Salvando las distancias, porque aquí lo que se busca no es
hacer comparaciones, así como el Absoluto −a quien yo llamo Mi Padre, al
que amo, al que gozo− , tiene personalidad propia pero a su vez está en
todos lados, la Energía Kundalini, por obra y gracia del Padre, tiene
también personalidad propia, pero a su vez invade −al decir “invade” hablo
de dar gracia, de otorgar un don−, a cada uno de los cuerpos vivos.
Interlocutor: Está claro…
Maestro Jesús: Por
último quiero hablar de un tema que para ustedes tiene un gran
interrogante, el del compromiso y del no compromiso, el del involucrarse o
no involucrarse. Yo estoy de acuerdo en que uno no debe involucrarse
emocionalmente, porque si lo hacemos no somos efectivos.
Cuando se habla de que
los cirujanos no se involucran emocionalmente, porque podrían cometer
torpezas con sus manos al operar, me parece correcto, porque así tiene que
ser.
Sin ego lo digo, yo
fui uno de los puntales en cuanto al amor impersonal: “Amarás a Dios por
sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”.
Al hablar de amar a tu
prójimo como a ti mismo estamos hablando de ese amor impersonal, no del
amor comprometido. Entonces, cuando yo hablo de comprometerme, estoy
hablando de comprometerme impersonalmente, no emocionalmente... ¿Se
entiende?
Interlocutor: Con toda claridad…
Maestro Jesús: Hablo
de un compromiso por la vida, de un compromiso por el otro, de educar, de
querer al otro, pero, reitero, no emocionalmente sino impersonalmente, con
ese amor del abrazo fraternal.
Y de esa manera, si yo
abrazo al otro sin compromiso, y por alguna circunstancia que el Padre
sabe esa persona tiene que dejar este mundo, o esa persona está sufriendo
una enfermedad terminal, voy a sufrir impersonalmente por esa vida pero no
emocionalmente, porque si yo sufro emocionalmente me anulo. Es importante
que esto se entienda.
Interlocutor: Está muy claro, Maestro.
Maestro Jesús: Es muy
difícil que un hijo no se comprometa con un padre o de que un padre no se
comprometa con un hijo, que es peor todavía.
No desconozco que una
cosa es hablar y otra cosa es sentir la pérdida de una hija, la pérdida de
una esposa, la pérdida de un padre… ¡Claro que uno va a tener un
sufrimiento, un desgarramiento interior!
Pero cuanto más
aprendamos a vivirlo en forma impersonal, más nos vamos a dar cuenta de
que es la ley de la vida y nuestro sufrimiento será menor y no nos
anulará.
Uno a veces se
pregunta: “¿La ley de la vida, un bebé que a lo mejor por una enfermedad
muere a los dos años? Y yo respondo: ¿Quién sabe los secretos del Padre y
el por qué eso es así?
Interlocutor: Eso está claro, Maestro… Yo hace tiempo que quiero una
explicación sobre el tema de la “ilusión”, en el sentido de que todo el
universo es ilusorio. Si esto es así, yo me pregunto, por ejemplo, ¿dónde
está el Maestro de Jesús de hace 2000 años? La respuesta es que no existe…
¿Pero existió realmente alguna vez? ¿Dónde está Juan Zebedeo, su discípulo
amado? Ahora está Jorge Olguín… ¿pero existió Juan Zebedeo como algo
tangible, o sólo fue una idea, algo imaginado?
El punto
es que si yo veo una mujer que me gusta no puedo dejar de pensar al mismo
tiempo que no existe, que es una ilusión, una fantasía, porque ¿qué
existencia real puede tener alguien del cual dentro de menos de cien años
no queda nada, quizás ni siquiera el recuerdo de que existió?
Maestro Jesús: A mi
hermano Johnakan le preguntaron hace unos días atrás si el tiempo era una
ilusión. Mi hermano Johnakan dijo: “No, no es una ilusión porque el tiempo
es una de las cuatro dimensiones que anima este universo”. Y esta
respuesta es correcta porque es así…
Interlocutor: ¡Pero este universo un día se desvanecerá!
Maestro Jesús: Pero
mientras tanto existió. Voy a dar una pauta, y es un tema que no tendría
que tocar yo, porque es un tema mundano y algo básico, pero bueno, es
conveniente que lo explique.
Supongamos que tú
tienes un sueño y que en ese sueño estás viviendo un romance con una
persona inventada o real con la cual fantaseas. Pero supongamos que hace
diez años atrás tú hayas tenido un romance real con una persona.
Tu pregunta, entonces,
sería: “¿En qué se diferencia, hoy, en mi mente, ahora que ya pasó, este
sueño que tuve hace cinco días y aquella experiencia real que viví, porque
eso que viví se diluyó.
Interlocutor: ¡Ése es justamente el quid!
Maestro Jesús: Vamos a
ser realistas y vamos a poner en esto un poco de sentido común. Lo que has
vivido en tu sueño, en tu fantasía, sueño o fantasía es. Lo que has vivido
en la realidad, lo vivido fue real.
Juan Zebedeo existió
en carne y hueso. Que en este momento sea otra entidad, con otro cuerpo,
no hace a la cuestión. Al contrario, Johnakan, que es la entidad que
otrora encarnó en Ananda y en Juan Zebedeo, ahora encarna en este
receptáculo y está más evolucionada que durante sus encarnaciones
anteriores, porque tiene la sabiduría de aquellas dos más la de ésta.
Interlocutor: Entiendo… Ananda y Juan Zebedeo no desaparecieron, sino que
están sumados al Johnakan actual.
Maestro Jesús: Has
entendido el concepto… El Johnakan actual tiene las tres sabidurías, y si
este ser encarnado que me sirve de receptáculo tiene la “astucia” −digo
astucia no en el sentido de malicia sino en el de saber utilizar la
sabiduría con la mayor eficacia, en el menor tiempo y con el menor
esfuerzo− , como para saber compaginar todo, va a tener la iluminación de
los tres… ¿Y no es este concepto hermoso para transmitirlo a los demás?
Ahora bien, si este
hermano mío no vibra en resonancia conmigo y se deja ganar por su mente
reactiva, entonces no va a poder iluminar a nadie y va a fracasar en su
misión.
Y esto te lo digo en
confianza −regístralo si quieres−, ¡hasta me puede arrastrar a mí!
Interlocutor: No entiendo… Si la parte encarnada de Johnakan fracasa,
¿acaso no arrastra solamente a su Thetán? ¿Por qué a usted también?
Maestro Jesús: La
respuesta es simple: porque yo estoy comprometido con él. Estoy muy
comprometido porque lo amo… Y a pesar de mi alta investidura no lo amo de
una manera exclusivamente impersonal. Lo amo de una manera impersonal, sí,
pero mezclado con lo personal porque hemos compartido muchísimas cosas en
la encarnación anterior, él como Juan Zebedeo y yo como Jesús.
Hemos
tenido vivencias hermosas. Hemos estado en reuniones, en posadas… En
algunas de ellas hasta había treinta o cuarenta personas, donde se
contaban anécdotas, que el propio Johnakan algunas de ellas ya las relató,
donde a veces hacíamos grandes comilonas, y en esas grandes comilonas yo,
sutilmente, no daba lecciones como las que se dicen en la Biblia, porque
eran lecciones sutiles…
A lo mejor yo decía:
“Y miren, hermanos que estamos aquí comiendo, qué hermoso sería que
después, mañana, cada uno de ustedes cuenten esto que hemos vivido, y
abracen a sus hijos, a sus esposas, y aquellos que salgan de pesca gocen
la pesca con sus trabajadores, con aquellos que contratan −porque había
muchas personas, dueños de barcas, que contrataban veinte o treinta
pescadores con sus redes−, y al día siguiente, durante semanas enteras,
duraba el jolgorio. O sea que vivían esa pesca mejor después de lo que yo
les había dicho.
Hubo cien “Sermones de
la Montaña” más pequeños. Eso no está registrado, ¿pero cuánta gente ha
salido adelante gracias a eso?
Claro, las palabras
bíblicas han sido registradas, pero en pequeña medida. Hay algunos
evangelios, que ahora le llaman “apócrifos”, que son reales. Lo que hay
que utilizar para diferenciar lo que es real y lo que no es real es el
sentido común. ¡Entiéndelo!
Yo me siento
consternado cuando en algunos Evangelios me pintan como un ser cruel
cuando era un pequeño. Eso no es así.
Fíjate que el Jesús
original, antes de que lo invada la Energía Crística, era un ser
cauteloso, que observaba, que trataba de no hablar… Fui, quizás a partir
de los doce años, incluso hasta una criatura un poco soberbia.
Tu te preguntarás:
“¿Jesús soberbio?”. Claro, no te olvides que yo tampoco tenía esa memoria
de reencarnaciones anteriores −que aún no es tiempo de revelar− y tenía
esas dosis de soberbia.
Pero esa dosis de
soberbia me servía para poder enfrentar a esos grandes maestros del
templo. Si yo no hubiera tenido esa soberbia, algunas anécdotas no
hubieran trascendido.
Yo confronté mano a
mano con maestros de 40 ó 50 años de edad y los he derrotado, no para
humillarlos, porque jamás me invadió el humillar a nadie, sino para
enseñarles mejor.
Interlocutor: Maestro, ¿usted venció totalmente a su ego más tarde, en el
desierto?
Maestro Jesús: Así es…
Pero era necesario de alguna manera derrotarlos para que al sentirse
humillados aprendieran.
Interlocutor: ¿Es decir que en ciertas circunstancias una dosis de
soberbia bien aplicada puede ser útil?
Maestro Jesús: ¡Por
supuesto! Quiero que esto quede registrado de la manera correcta para que
finalmente, cuando estos mensajes sean divulgados, todos los puedan
comprender en su verdadero significado.
Entonces, el
compromiso, el comprometerse, vale pero sin involucrar a la parte
emocional, porque de lo contrario se sufre, y si uno sufre, entonces no
sirve porque deja de ser útil.
Yo he sufrido por los
demás, pero no por el dolor de los demás sino por su ignorancia, porque si
ellos vencían a su ignorancia también vencían a su sufrimiento.
Esto lo dijo mucho
tiempo atrás mi hermano Siddharta, recalcando siempre que el principal mal
era la ignorancia.
Interlocutor: Hay una pregunta que hace tiempo he querido hacer y creo que
si hay una respuesta, sólo usted podría dármela… ¿El Absoluto, el Padre, o
como se lo quiera llamar, es lo último que hay o hay algo más? La pregunta
apunta a saber si el Absoluto o el Padre es simplemente una entidad menor
y hay otra entidad mayor que lo abarca, y una vez que nos fundimos con él
la evolución sigue hacia esa otra entidad mayor de la misma forma que con
ésta…
Maestro Jesús: Voy a
hablar en parábolas… Ya una vez lo dije, pero ahora lo voy a decir al
revés, y que quede registrado… El que quiera entender que entienda, y el
que tenga ojos para ver que vea…El Padre es lo último y es lo primero.
Ésta es la respuesta. Y si queda algún interrogante, pues que quede,
porque es importante que la gente siga buscando.
Los abrazo con mi
color dorado y doy paso a tu Thetán Radael, que está impaciente por
hablar. Lo cubro también a él con mi Rayo dorado.
Interlocutor: Creo recordar sus palabras originales… “el Padre es al alfa
y el omega”… Hasta luego, Maestro, y mi eterna gratitud…
SEGUNDA PARTE
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Ya estás incorporado, Radael?
Auditado (Radael):
Aquí estoy nuevamente…
Auditor
(Horacio Velmont): Antes de comenzar la Psicoauditación quería preguntarte
por Fedora, compañera de estudios de mi hija… Cuando la vi sentí una
especie de reconocimiento y me quedé mirándola con tanta insistencia que
se turbó…
Auditado (Radael): Fue
cortesana en los tiempos de Nerón y hemos tenido relaciones íntimas
intrascendentes tres o cuatro veces. Luego también estuvo en nuestra
encarnación como mormón, pero la relación también fue intrascendente.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Con Popea nos encontramos también en alguna
encarnación anterior?
Auditado (Radael): Sí,
pero ni lo menciono porque tampoco tiene trascendencia alguna. Fue algo
así como una hoja llevada por la corriente que uno ve sin darle ninguna
importancia.
Auditor
(Horacio Velmont): Entiendo…
Auditado (Radael):
Antes de empezar la sesión de Psicoauditación quiero explicar algo que
prácticamente les sucede a todos los encarnados, no importa lo elevado que
fueren… Me refiero a esa búsqueda de la pareja ideal… He hablado con miles
de espíritus de los planos 2, 3, 4 y 5 y me han confirmado que casi todos
los encarnados buscan a la persona ideal… Chicos que sueñan con la
“Cenicienta” y chicas que sueñan con el “Príncipe azul” de los cuentos de
hadas…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Es decir que esa búsqueda de la persona ideal no es
más que pura fantasía?
Auditado (Radael): No,
no es una fantasía, es una necesidad, una necesidad del ego, del ego que
necesita, es ese amor personal del que habla el Maestro Jesús, es ese amor
emotivo, ese amor de necesidad, ese amor de sufrimiento, donde uno se
encasilla con una mujer −digo “mujer” porque nuestra encarnación es como
varón− y la pierde o no la tuvo nunca.
Esto puede crear un
enorme engrama y arrastrar al Thetán hacia planos inferiores.
En los planos 4 y 5 no
se “necesita”. Entonces no se piensa en rostros o imágenes de la persona
ideal. ¿Por qué? Porque la misión es dar… ¿El dar no es lo
contrario de necesitar? Ese romance, esa ensoñación con el ser amado…
¡Esto estando encarnado no es feo y por cierto que se goza!
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Se podría decir que tiene origen en algún engrama?
Auditado (Radael): Yo
diría que es más bien un engrama planetario. Pero no está mal, porque en
definitiva es la búsqueda del amor… ¿Sabes que esto mismo lo tienen los
animales? Mira al pavo real, mira las tonterías que a veces hacen los
osos, los leones que se revuelcan en la hierba dejando rastros de semen
para que las leonas los huelan…
Auditor
(Horacio Velmont): ¿En los planos espirituales hay algo similar a las
parejas que existen en el plano físico? Me refiero a que si hay algo que
aunque sea lejanamente se le parezca.
Auditado (Radael): Ya
se dijo una vez que los espíritus no tienen sexo. Al no haber sexo no hay
parejas. Lo que sí hay son espíritus en resonancia. Y aclaro que espíritus
en resonancia no necesariamente son parejas cuando se encuentran en el
plano físico.
Puede haber cinco
espíritus en resonancia, diez espíritus en resonancia, que estén juntos y
que cumplan misiones o armen desbarajustes.
¿Qué ocurre si hay
espíritus en resonancia en los planos del Error? Pueden cometer tropelías
o tratan de dominar a otros. Un símil de esto en el plano físico lo
encontramos en los forajidos que teniendo la misma catadura moral se
reúnen para asaltar bancos. Muchas películas norteamericanas han reflejado
estos hechos.
Estos forajidos, que
asolaron Estados Unidos en el Siglo XIX, eran espíritus en resonancia.
¿Pero en resonancia para qué?
Entonces, la respuesta
correcta a tu pregunta es: “No, no hay parejas en el mundo espiritual,
porque la pareja involucra sexo, y el sexo no existe en los planos
espirituales”.
Lo que hay, reitero,
son almas en resonancia, que incluso pueden gozar en resonancia.
Por ejemplo −no en
todos los momentos se está en misión−, vamos a suponer a dos almas en
resonancia, Johnakan y el Maestro Jesús. Bien. En un momento determinado
no tienen ninguna misión y como ellos viven en resonancia, entonces se
funden como víboras enroscadas…
¿Qué hacen, entonces?
Cambian información, cambian Rayo dorado por Rayo violeta, cambian
emociones de circunstancias que han vivido…
Lo que sigue es un
diálogo imaginario: Jesús le dice: “Bajé a la Octava esfera para volver a
compartir sufrimientos”. Y Johnakan a su vez le responde:”Y yo estuve en
el plano 2 viendo grandes luchas, tratando telepáticamente de mandar amor
con mi Rayo violeta, porque como es sabido no puedo dominar a ese espíritu
del Error y decirle que no lo haga, porque tengo que respetar el libre
albedrío que otorga el Padre a todos los seres, pero al mandarle el Rayo
violeta automáticamente lo transmutó y dejó de querer someter. ¿Y tú,
Maestro, qué has hecho”.
Y Jesús le responde,
siempre en diálogo imaginario: “Yo, en ese momento, en la Octava esfera,
estuve absorbiendo sufrimiento, mandando Rayo dorado, calmando de alguna
manera ese sufrimiento de cientos de espíritus que están ahí y que aún no
entienden por qué sufren”.
Después esas
serpientes violetas y doradas se desenroscan −estoy expresándolo
simbólicamente− y de repente Jesús se encuentra con Ron, con Lao Tsé, con
Koot-Humi, y ese intercambio de información lo transmiten, y Johnakan, por
su parte, viaja a otro sistema con la velocidad del pensamiento y se
encuentra con el anterior poseedor del Rayo violeta, el Maestro Saint
Germain, y le transmite la información y le dice: “Maestro, este
conocimiento que he absorbido con amor del Maestro Jesús, transmítelo por
favor en este planeta”, y entonces Saint Germain, aparte del “Yo Soy”,
comienza a transmitir nuevas enseñanzas en ese sistema…
Con respecto a esto te
aclaro que en varias ocasiones estos iluminados Maestros me han llevado a
otros mundos a transmitir información, y he conocido los planos 2 y 3
fuera de la Tierra, y he tendido experiencias hermosas… En este momento,
en que dejo de tener engramas, estoy cumpliendo pequeñas misiones. Es como
ese pequeño cadete que le dicen: “Bueno, ahora deja de llevar ese tipo de
documentos y pasa a llevar estos documentos más importantes”.
Auditor
(Horacio Velmont): Todo esto es indudablemente muy interesante, pero ¿qué
te parecería si pasamos a la sesión de Psicoauditación, porque el tiempo
apremia?
Auditado (Radael):
¿Pero esto también es auditación! Que no te apremie la impaciencia, porque
todo lo que yo estoy hablando es una especie de desahogo, y a su vez es
éxtasis… Es mostrarte que ese 93 % ahora es un 99,99 % de curación
espiritual… Ya casi no queda nada de carga engrámica…
Auditor
(Horacio Velmont): Lo decía porque he tenido algunos dolores de cabeza y
quería saber qué es lo que se me había restimulado…
Auditado (Radael): Hay
algo que te voy a decir que te va a caer como un balde agua helada, y
perdón por utilizar este lenguaje mundano: hay dolores de cabeza que los
vas a tener en toda esta encarnación, porque aunque yo te diga hoy que hay
un 99,7 % de liberación engrámica, que es prácticamente un 100 % y por lo
tanto tendrías que estar “dado de alta”, aun así la mente reactiva va
estar latente siempre.
Siempre habrá algo que
va a hacer “clic” en tu mente reactiva y entonces te restimularás. Y esto,
reitero, durará toda esta encarnación. Y esto le sucede incluso a este
receptáculo, por más elevado que esté como espíritu, porque tiene una
mente reactiva que a veces lo posesiona.
No creas erróneamente
−y esto va también para aquellos que creen saber tanto de Dianética−, que
porque la persona sea Clear esta circunstancia hará que la persona quede
libre para siempre del implante de engramas, porque el día de mañana
pueden tener un nuevo engrama de cualquier cosa.
A lo que me quiero
referir es que no creas que porque tengas casi un 100 % de liberación de
carga engrámica ya no vas a tener más dolores de cabeza. A veces influyen
factores físicos, como por ejemplo una mala circulación, o mentales, como
un estado de ánimo en baja…
Es importante aclarar
esto que digo para la gente que al leer esto se pregunte: “¿Cómo, los
altos Maestros también tienen bajones espirituales?”.
¡Claro que los tienen,
pero no por ellos sino por los demás!
El Maestro Jesús, por
ejemplo, tiene permanentemente desánimos espirituales. Pero no los tiene
por él, los tiene por aquel que sufre y no aprende, por aquel que se le
enseña y tampoco aprende, por aquel que se le tiende la mano y no la toma
por ego.
Auditor
(Horacio Velmont): La explicación es clara y no es necesario insistir en
ella… Ahora quería preguntarte por algo muy común: ¿Qué pasa durante el
sueño nocturno, en que uno se acuesta bien y se levanta mal?
Auditado (Radael): Tú
y yo estamos permanentemente conectados, porque, como se ha dicho y como
tú mismo, Horacio, lo has reiterado muchas veces, los dos somos uno. Y lo
recalco porque a veces me tratas como si yo fuera una persona
independiente y sin embargo soy parte de ti.
Respondiendo a tu
pregunta, a veces la mente reactiva toma el control del sueño y le hace
cometer torpezas a tu 90 %, es decir, a mí, que estoy en el otro plano, y
lo hace vivir “aventuras”.
¿No te ha sucedido,
como le sucede a todo el mundo, de soñar con personas conocidas, o a veces
con personas fallecidas, o a veces de repente estás en una casa que
reconoces que no es la tuya y entonces te preguntas: “¿Pero si ésta no es
mi casa actual sino la anterior?”, o “¿por qué mi casa está en otra
zona?”, o “¿por qué mi casa está en planta baja si yo vivo en un tercer
piso?”, o “¿por qué, si yo estoy en el barrio de Palermo, aparezco
viviendo en el barrio de Floresta, con una mujer mucho más joven, pero que
es la misma actual?”.
La respuesta es porque
a veces, en nuestros sueños, cambiamos de época, cambiamos de lugares,
tenemos otras casas, y eso nos puede restimular engramas, porque tenemos
ilusiones, fantasías, y al día siguiente nos levantamos con el cuerpo
físico cansado, con dolores, con diversos malestares, y tenemos un trajín
como si nosotros hubiéramos trabajado, siendo que lo que trabajó fue
únicamente el espíritu.
¿Por qué pasa eso?
Porque la mente reactiva le transmite todo ese cansancio al cuerpo.
Auditor
(Horacio Velmont): ¿Y no se puede manejar eso?
Auditado (Radael): Es
muy difícil, porque en el sueño la que toma el control es la mente
reactiva. Y eso pasa siempre. Hay una cosa muy importante: cuanto más
elevado es el espíritu, menos sueños hay de ese tipo.
Auditor
(Horacio Velmont): Volviendo al tema de la auditación, ¿no hay nada,
absolutamente nada, que repasar que tenga carga?
Auditado (Radael): No,
no hay nada. De todas las veces que vine, éste es el de mayor armonía. No
hay nada que me moleste. Al contrario, estoy en buena relación con los
Maestros…
Antes de retirarme y
dar paso a Ron quiero reiterarte que no tienes que olvidarte que, aunque
en este momento estés Clear, permanentemente tienes que estar en
auditación porque la mente reactiva es una mente que sólo está dormida
pero no muerta, para expresarlo en una forma bien clara.
Hasta luego… Le doy
paso a Ron…
Auditor
(Horacio Velmont): Hasta luego, Radael…
TERCERA PARTE
Interlocutor (Horacio Velmont): ¿Es usted, Maestro Ron?
Ron Hubbard: Hola,
Horacio.
Interlocutor: Qué le ha parecido la auditación de mi Thetán? ¿Cómo está él
desde su punto de vista?
Ron Hubbard: Está
bien. Irradia una figura verde amarillenta. El color amarillo lo tiene
porque recibió Luz de parte de la Energía Crística y el verde es un color
de curación.
Interlocutor: ¿O sea que irradia un buen color?
Ron Hubbard: Así es.
Interlocutor: Como Psicoauditación es la primera vez que se hace en el
planeta Tierra, ¿qué proyección puede tener para el futuro? La pregunta es
en concreto si en otros planetas, en otros sistemas, esta forma de
auditación está desarrollada o si sólo se trata, en definitiva, de algo
esporádico, y casi como una experiencia aislada.
Ron Hubbard: No, no es
algo de ocurrencia esporádica. Naturalmente, al principio, en otros
planetas ha tendido enorme resistencia, pero luego ha dado un tremendo
resultado.
Lo que es importante,
y esto ya lo dijo Johnakan, es no crear en las personas encarnadas una
falsa expectativa.
Las palabras que ni a
mí ni a ninguno de los Maestros de Luz nos gustan son: “curas milagrosas”,
“reversiones espontáneas” o expresiones por el estilo.
Aquí lo que se promete
es sanación espiritual y alivio a los pesares espirituales. Si esos
alivios espirituales pueden modificar favorablemente algún problema
psicofísico, bienvenido sea. ¡Pero cuidado con lo que se promete!
Recordemos también,
por un lado, que en el plano físico hay leyes que reprimen actividades que
generalmente se denominan “ejercicio ilegal de la medicina”,y por el otro,
que no hay que jugar con las esperanzas de aquellas personas que tienen
problemas físicos irreversibles.
Esta cautela se las
dejo como inquietud a ustedes.
Interlocutor: Otra pregunta, Maestro, es la siguiente: ¿Hasta qué punto es
confiable el Electropsicómetro, es decir, el vulgarmente llamado
“E-Metro”? Aclaro aquí para quien lea esto y no conozca su uso que este
aparato marca, a través de un cuadrante y una aguja, la carga que tiene un
determinado incidente desagradable.
Ron Hubbard: El
E-Metro no está siendo bien usado en las organizaciones de Cienciología.
Reitero que uno, luego de desencarnar, sigue aprendiendo en los planos
espirituales…
Vamos a suponer que la
parte encarnada de Johnakan, el profesor Jorge Olguín −una entidad que
está pasando de OT 14 a OT 15−, toma el E-Metro y la aguja marca carga.
Bien, el auditor
actual de Cienciología quedaría sorprendido porque tenía entendido que la
mente de Olguín estaba tan límpida como el arroyo más cristalino, y
entonces no puede comprender la razón de que el E-Metro marque carga.
Por más que el
profesor Jorge Olguín sea un OT 15, si de repente surgió un episodio
desagradable en su vida y su mente reactiva tomó el control, al ser
chequeado con el E-Metro la aguja marcará carga.
La razón ya la
adelantó Radael: La mente reactiva no muere, sólo duerme. ¿Entonces el
E-Metro es confiable? Sí, es confiable en un 100 % para determinar la
carga de la mente reactiva, pero no es confiable para demostrar que hay
una curación definitiva, simplemente porque la curación definitiva no
existe.
En consecuencia, el
auditor de Cienciología no debe sorprenderse por el hecho de que un OT 15
pueda estar en algún momento restimulado y que la carga del incidente sea
detectada por el E-Metro.
Veamos un ejemplo, con
el permiso del Logos Solar. El Maestro Jesús encarna, tiene una familia,
esa familia se le va de las manos. El Maestro, que es el adalid del amor
impersonal puede, en un momento determinado, tener amor personal, porque
esa familia lo saca de quicio. Si en ese instante toma el E-Metro, la
aguja marcará carga.
Interlocutor: Esta cuestión está perfectamente clara… ¿El término
Psicoauditación me lo dictó alguien?
Ron Hubbard: Sí, fui
yo.
Interlocutor: ¿Y el nombre Psicointegración?
Ron Hubbard: Le fue
dictado al profesor Olguín a través de un nexo entre su Thetán Johnakan,
el espíritu de Jung y el de Assagioli, que convinieron usar esa
denominación.
Es decir que el
profesor Olguín tiene el visto bueno espiritual de estos grandes maestros,
que fueron los padres de la Psicología Transpersonal.
Interlocutor: ¿Psicoauditación es nuevo para usted?
Ron Hubbard: Así es,
no la he experimentado nunca.
Interlocutor: ¿En teoría ya lo tenía previsto de alguna manera?
Ron Hubbard: Sí, en
teoría estaba, pero había que cristalizarlo en los hechos.
Interlocutor: ¿Cuáles son en realidad las pautas de Psicoauditación?
Ron Hubbard: En esto
no hay secretos. En los planos inferiores 2, 3, -1 y -2, aparte del plano
físico 1, todas las entidades tienen mente reactiva. Entonces pueden ser
perfectamente auditados a través de Psicoauditación.
Interlocutor: ¿Se utiliza la misma técnica que la Dianética común?
Ron Hubbard: Así es.
Interlocutor: ¿Y también el mismo código del auditor?
Ron Hubbard: Sí, es el
mismo.
Interlocutor: ¿Algo más para agregar antes de concluir la sesión?
Ron Hubbard: No, esto
es todo, salvo que espero que estén eufóricos con esto que están
emprendiendo porque es realmente maravilloso…Los saludo con todo mi amor y
en libertad de acción.
Interlocutor: Hasta luego, Maestro, y gracias.
(FIN DE LA
AUTOPSICOAUDITACIÓN) |