Eón: Y a medida que el universo va subiendo en octava yo también
voy subiendo en octava y voy, como dicen algunos filósofos,
evolucionando. Eso de “evolucionar” es relativo.
Interlocutor: Eón evoluciona y al mismo tiempo no evoluciona…
Eón: Claro, porque en determinado momento también me encuentro
con el Eón anterior… El Eón anterior es para vuestra medida de
tomar el tiempo... Digamos como que si el último universo se
enlaza con el primer universo, esa octava tan elevada con esa
octava tan baja, y que encastran, también encastro yo, Eón del
futuro, con yo, Eón del pasado.
Interlocutor: Pero también hay un Eón que lo abarca todo… El
núcleo de Eón…
Eón: A eso me refiero, a que sí puede haber movimiento, porque
si no hubiera movimiento y Eón fuera fijo, ni siquiera podría
encastrarme, el Eón del pasado con el Eón del futuro.
Es decir, dentro de lo que en el plano físico me llaman el
Todopoderoso puedo estar fijo y a la vez moverme, puedo estar en
todas las partes a la vez, puedo estar comunicado con vosotros,
puedo estar comunicado con otras entidades…
Interlocutor: Está bien, pero hay un punto que quiero aclarar:
Jesús, que en este momento está sufriendo en la Cruz, no fue
creado por usted sino que forma parte de su esencia desde la
misma eternidad.
Eón: Forma parte de lo que yo he creado, que es el libre
albedrío, y el libre albedrío permite que las criaturas elijan,
tengan una opción. No caigamos en la frase que se ha dicho
muchas veces de que todo está escrito, porque en determinado
momento los protagonistas son los que van escribiendo esa parte
de la historia en los distintos mundos, en los distintos
planetas, en las distintas galaxias.
Aunque para mí todo es un Eterno Presente –porque yo lo puedo
vivir en este momento y a su vez lo puedo mirar desde el futuro,
y a su vez lo puedo mirar desde el pasado como que todavía no
sucedió pero tengo que dejar que ocurra–, por el principio de no
intervención, a todos mis hijos yo les doy la posibilidad de
optar.
Entonces, así como está la paradoja del Eón inmóvil que ocupa
todo, como el ejemplo que di en la primera parte de esta sesión
–del cuerpo que tenía un metro cúbico encerrado en un recipiente
de un metro cúbico y que no puede moverse ni siquiera un
milímetro cúbico porque lo ocupa todo–, en mi caso yo no estoy
encerrado en el universo que me contiene. Yo soy el universo
también. Entonces no es que me contiene…
Interlocutor: Lo que no entiendo es cómo se puede decir que Eón
creó, por ejemplo una cucaracha, si en la eternidad de Eón la
cucaracha existió siempre… ¿Será como dijo Hermes, que todo es y
no es al mismo tiempo?
Eón: Exacto, todo es y no es al mismo tiempo, y en cada universo
creado, en cada explosión del Big Bang, le doy nuevas tareas a
los dioses menores, los elohim, para que creen a los distintos
espíritus y a las distintas entidades angélicas, que en realidad
las creo yo, porque finalmente soy yo el que doy la energía a
los elohim para crear a los seres vivientes.
Toda energía de los elohim es energía mía. Entonces, cuando se
escribe: “el Absoluto crea a los elohim, y los elohim crean a
los espíritus y a las entidades angélicas”, etc., etc., las
crean en realidad a través mío.
Interlocutor: Está bien… ¿Y cómo “pesa” en Eón el sufrimiento de
Jesús o cuando yo tengo un dolor de cabeza? ¿O Eón es totalmente
ajeno a ese sufrimiento? Lo pregunto porque somos parte de Eón…
Eón: No puedo ser ajeno, porque tú lo has dicho, son parte mía,
pero tampoco puedo involucrarme a todo de la manera que tú lo
haces entender, porque de pronto hay una estrella supernova que
barre con todos los planetas, que barre con dos civilizaciones y
mueren miles de millones de seres. Algo así yo lo veo como un
hecho pero sin involucrarme.
Tú me preguntas por el sufrimiento de Jesús. Claro que es
importante también, pero está en mí involucrarme y no
involucrarme. Siempre tómame como dual, pero no porque quiera
escapar por la tangente, como decís vosotros en el plano físico,
sino porque es así.
Me va a afectar el sufrimiento de todo ser, pero ese sufrimiento
tiene que ser…
Interlocutor: ¿Por una cuestión de dualidad?
Eón: No, por una cuestión de enseñanza. No lo veamos como
dualidad de sufrimiento-placer, porque se puede entender como
que estoy gozando con esa dualidad. No pasa por gozo ni pasa por
sufrimiento. Pasa porque el universo es una escuela de
aprendizaje, y entonces las criaturas van aprendiendo.
Interlocutor: A ver si entiendo: con todo lo que usted ha dicho
hasta ahora también podría usted decir: Bueno, se acabó todo el
plano físico y todo el plano espiritual y queda solamente el
núcleo de Eón…
Eón: Felicito a tu Thetán, se ve que está muy conectado conmigo,
y eso es un mérito, y espero que no te hinches de ego, porque
eso es lo que iba a decir a continuación.
Una pregunta que me hice a mí mismo y que respondí: ¿Que
necesidad hubo de crear vida? Voy más lejos: ¿Qué necesidad hubo
de crear el universo, por qué manifestarme, por qué no estar en
la nada? Y mi respuesta es: ¿Y por qué no? La vida es hermosa,
es hermoso ver la sonrisa en un humano homo sapiens, es
hermoso ver una mueca en un ser en un planeta distante donde esa
mueca ustedes no la entenderían…
Interlocutor: Pero el asunto es que si yo fuera Eón hubiera
creado puro placer y pura felicidad… Entonces la pregunta del
millón es por qué Eón no ha hecho lo que yo haría… En concreto,
¿por qué es necesario el sufrimiento?
Eón: Porque todos los seres encarnados y todas las entidades
espirituales de alguna manera son falibles –falibles no es
menosprecio, porque amo a todos los hijos–, falibles en el
sentido de que tienen que aprender como un bebé de vuestro mundo
que quizás el día del mañana se transforme en un gran sabio,
pero que al comienzo le tienen que dar el puré en la boca con
una cucharita…
Una eterna felicidad los convertiría en autómatas. Me gustaría
que eso lo filosofen ustedes. Una eterna felicidad les crearía
finalmente engramas. Debatirían muchas cuestiones, llegarían a
increparse, si lo tuvieran todo. Si lo tuvieran todo a nivel
físico. No hablemos de otros mundos…
Interlocutor: ¿Usted me está diciendo que Eón es incapaz de
crear una felicidad que no produjera engramas?
Eón: La respuesta es sencilla. ¡Claro que puedo crear una
felicidad que no provoque engramas!, pero el espíritu en sí, la
vibración que yo he creado, y la he creado a propósito de esa
manera con ese tipo de vibración inquieta, hace que la felicidad
pueda producir engramas, más que el propio sufrimiento.
Interlocutor: A ver si entiendo: ¿Usted, en ese Eón eterno, se
encuentra con limitaciones?
Eón: No, en absoluto. Opté directamente por crear los espíritus
con ese tipo de vibración…
Interlocutor: Sobre la base de “¿y por que no?”…
Eón: Correcto… Y me pareció una excelente opción, y dentro de
esa opción reitero que la felicidad puede traer engramas. Una
persona que tiene todo abastecido, que tiene todo lo que puede
tener un ser en el plano físico, como ser un compañero o
compañera, diez compañeros o compañeras, la mejor comida, los
mejores licores, los mejores aromas, la mejor posición
económica… En síntesis, hacer un chasquido con los dedos y tener
todo. En determinado momento esa persona hasta puede perder su
sentido de realidad y su decodificador entrar en corto…
Interlocutor: Quisiera dejar todo esto en suspenso para darnos
tiempo de estudiarlo y madurarlo y preguntar algo que considero
importante. Yo, espíritu –no yo 10 % sino Radael, espíritu 100
%–, cuando llegue el Big Crunch y finalmente me sumerja con
todos los demás en Eón, ¿lo haremos dentro del núcleo, fuera del
núcleo, o dónde? La pregunta crucial es si entenderemos total y
absolutamente al Absoluto, es decir si lo abarcaremos todo,
junto con todos los infinitos Big Bang.
Antes de que responda hay esta otra pregunta: ¿Radael sigue con
su individualidad o es como la gota que se evaporó del mar pero
que cuando regresa al mar se disuelve en el mar y desaparece la
gota volviendo a ser otra vez el mar mismo?
Eón: Primero, al producirse el Big Crunch el universo deja de
ser como tal y se trasforma todo. Según los físicos se
transforma en una Singularidad. El universo deja de existir
hasta que está la Nada.
Interlocutor: No Eón, el universo…
Eón: Exacto, el universo… Eón se adapta, y dentro del supuesto
plano físico, que en ese momento estaría comprimido en un átomo,
Eón estaría pequeño como un átomo en el plano físico y en el
plano espiritual. Porque el plano espiritual también acompañaría
al plano físico en esa Singularidad. Esto nunca se ha dicho.
Pero yo también estoy más allá de los planos y entonces junto
con ese Big Crunch, eso que tú llamas núcleo mío, esa parte
inmóvil, se funde con la parte móvil. Y todos mis hijos se
funden conmigo, y de alguna manera, como ya se ha dicho hace
algunos años atrás, sí pierden la identidad
Interlocutor: ¿Cómo una gota que cae al mar?
Eón: Así es, como una gota que cae al mar.
Interlocutor: ¿O sea que la parte y el todo serían lo mismo?
Eón: En un momento determinado, sí. Cuando hay una nueva
explosión y se forma un nuevo universo, vuelvo otra vez a crear
toda la estructura: Aes, Esencia, elohim, a los cuales les doy
la tarea de crear nuevos espíritus, que no se van acordar del
universo anterior.
Por eso dije que tuve que hacer lo que vosotros llamaríais un
“truco” para llevar Johnakan a un universo anterior, porque en
ese universo anterior Johnakan no existe.
Interlocutor: Pero siempre estamos hablando desde el punto de
vista de que usted está dentro del tiempo junto con nosotros,
porque todo eso ya está hecho en ese eterno presente que es Eón…
Eón: Exacto, pero yo lo digo así para ser entendido. Yo estoy
fuera de todos los tiempos y de todos los espacios.
Interlocutor: Entonces, ¿cuando Radael se funde con el Absoluto
desaparece Radael y es el Absoluto?
Eón: Así es, Radael es parte del Absoluto y es el Absoluto, de
la misma forma que la gota, en el ejemplo que tú diste, es el
mar.
Interlocutor: A ver si puedo concretar la idea: Esta parte mía,
que en este momento, por mis limitaciones como espíritu, no
puedo entender de Eón, sí lo voy a entender perfectamente cuando
me funda con él porque también voy a ser él… ¿Es así? ¿Voy a ser
la totalidad de Eón?
Eón: La totalidad de Eón en ese instante. Cuando se
produce de nuevo la gran explosión vuelvo a crear otra vez la
estructura y en esa estructura hay nuevos espíritus, nuevas
entidades angélicas…
Interlocutor: ¿Pero siempre la parte que encarna, digámoslo así,
es el mismo 10 %?
Eón: No necesariamente. Igual que vosotros que cuando encarnáis
como roles no siempre encarna el mismo 10 %, el 10 % de mi
receptáculo, Jorge Olguín, quizás no sea el mismo 10 % que
encarnó Juan de la Cruz o como Juan Zebedeo o como Ananda. Pero
la esencia del espíritu es toda la misma.
Interlocutor: Pero el núcleo nunca encarna… ¿Es así? ¿O todo es
núcleo?
Eón: Eso del núcleo es una forma de decir. En realidad no hay un
núcleo. Haz de cuenta que soy como un espíritu en otra magnitud,
y el espíritu no tiene un núcleo. Tú, como espíritu, no tienes
un núcleo. Eres un espíritu puro 100 % que encarna, en cuyo caso
tu 90 % queda en el plano espiritual y el 10 % en el plano
físico. Es una energía conceptual pensante.
Interlocutor: Eso está perfectamente claro…
Eón: Bueno, defíneme a mí como una energía conceptual pensante
absoluta.
Interlocutor: Más claro imposible…
Eón: La palabra “absoluto” quizás te dé una idea más clara
porque es más profunda que “eternidad” o “infinito”, porque
infinito sí se puede multiplicar por sí mismo, y también se
puede sumar eternidad más eternidad. La palabra absoluto cubre
todo y por eso hablar absoluto más absoluto ya no tendría
sentido, ni siquiera para el más grande de los matemáticos.
Si lo deseas, llámame tú una energía pensante conceptual
absoluta.
Interlocutor: ¿Nada de núcleo, entonces?
Eón: ¿Quieres encontrar un núcleo?
Interlocutor: Bueno, sí…
Eón: Llámalo amor, porque amor es creación, pero amor también es
diversidad… Eso es lo que la gente de este planeta no entiende…
La diversidad le incomoda a la gente de este mundo. Vas a
encontrar gente racista, vas a encontrar gente que discrimina
por dinero, por raza, por religión… No entienden que la
diversidad también es amor…
Interlocutor: Entiendo… Antes de concluir la sesión ¿puedo hacer
algunas preguntas cortitas salteadas?
Eón: Bien, hazlas…
Interlocutor: ¿Cuál es la felicidad de Eón?
Eón: La diversidad de mis hijos.
Interlocutor: ¿Ésa sería la respuesta?
Eón: Así es, y ver que mis hijos de a poco van comprendiendo.
Entonces muchos me preguntarán: ¿Qué pena, Eón, que al final,
cuando llegamos a captar todo, cuando ya tenemos compañeros
–porque todos los seres de esta Creación llegarán a alcanzar la
iluminación–, inmediatamente después que nos fundimos con el
Absoluto comienza de nuevo otra cosa… ¿No es una pena ese borrón
y cuenta nueva?
Es una pena para vosotros, que lo miráis desde el apego. A ver
si me entendéis. Vosotros lo miráis desde el apego, desde el
apego de decir: ¿Ahora que aprendimos la lección cierran la
escuela?
¿Se entiende?
Interlocutor: Obviamente sí porque está muy claro…
Eón: Si yo tuviera que referirme a un apego, mi apego sería a la
felicidad y al amor.
Interlocutor: Concretamente, entonces, Eón se mueve, Eón creó y
casi, remarco casi, todo lo puede. ¿Es así?
Eón: No puedo destruirme, no puedo duplicarme, no puedo cambiar
las leyes del plano físico, porque son leyes que fueron hechas
con determinada vibración. Si yo creo una vibración, esa
vibración va a cumplir una misión…
Interlocutor: De acuerdo, pero cuando hablamos de creación, en
realidad nunca hubo una creación porque todo existió siempre.
¿Es así? Eón existió siempre con todo. Es algo similar al
círculo, que siempre existió con todos sus puntos y nunca hubo
un momento en que fue creado…
Eón: De alguna manera es así, y de alguna manera no, porque si
yo en determinado momento busco manifestarme en el universo
físico, significa que aunque sea un instante, y piensa bien lo
que te digo, yo estuve antes que el universo porque me
manifesté, y el manifestarme fue una acción, y esa acción ocupó
tiempo. Entiéndelo por favor.
Interlocutor: Está claro… Lo que sucede es que yo siempre voy al
punto de vista de Eón, difícil de comprender, pero por lo menos
lo intento. La pregunta es: ¿hubo algún momento en el que Eón
fue sin creación? ¿O Eón forma parte de la creación y no se
pueden separar?
Eón: Hubo momento en que fue antes de la creación. Por eso me
manifesté. El manifestarme, el simple hecho de manifestarme,
aunque ocupe una milésima de segundo, o menos, ocupa una
acción, y esa acción ocupa tiempo. Entonces hubo un antes.
Porque veamos, y esto es un trabajo para los físicos, si yo dije
antes que el universo es como una Cinta de Moebius, y el último
universo, el del lejano futuro, y el del lejano pasado, se
encastran, teóricamente el universo existió siempre.
Interlocutor: Obvio.
Eón: Entonces, ¿cómo pude antes haberme manifestado, si el
universo estuvo siempre? Siempre, en esta dimensión, pero
recuerda que dije en la primera parte que hay otros
superuniversos, que sería muy difícil de entender para aquellos
que me escuchan, porque los universos son como burbujas y hay
superuniversos comprometidos también en mi creación.
Mi propio receptáculo, que en la Tierra tiene en este momento
una fidelidad de captación en el decodificador de casi un 99 %,
le cuesta muchísimo traducir lo que quiero decir. Entonces,
antes de que su decodificador estalle, mejor dejemos este tema
pendiente para la próxima sesión.
Interlocutor: De acuerdo… Hay algunas preguntas que me han hecho
reiteradamente, y que también me interesan a mí, como por
ejemplo cuándo tomará la Tierra contacto masivo, es decir
público, con los extraterrestres. Lo pregunto porque hasta el
momento los extraterrestres se ocultan. Y en la famosa Área 51,
que es un asentamiento terrestre-extraterrestre, hay una
tremenda labor de desinformación para que no se sepa la verdad.
Eón: Lo voy a responder en tres palabras y no me pidas más:
las posibilidades están.
Interlocutor: ¿Nada más que esa cortita explicación? ¿Tardaremos
siglos, quizás milenios?
Eón: Quiero dejar esa expectativa, porque la expectativa trae
intención. Una sana expectativa trae intención, y yo quiero que
los seres de este planeta trabajen con esa intención.
Interlocutor: Bien… ¿Cuánto mide el extraterrestre más pequeño y
cuánto mide el más alto?
Eón: Hay seres en distintos mundos tan pequeños que llegan a
medir una décima de milímetro…
Interlocutor: ¿Nada más que una décima de milímetro?
Eón: Así es.
Interlocutor: ¿Y construyen naves espaciales también?
Eón: Sí, pero obviamente en su escala. Y hay seres que llegan a
medir 100 metros de vuestras medidas.
Interlocutor: ¿Y han llegado hasta nuestro planeta?
Eón: No, para nada.
Interlocutor: ¿Hasta qué punto se puede crear inteligencia
artificial? La pregunta apunta a saber si de alguna manera el 10
% podría llegar a encarnar en una máquina que se haya construido
en algún planeta, obviamente muy sofisticada. Me refiero a una
máquina casi como un cuerpo que ha nacido.
Eón: Si bien todo forma parte de mí, tanto la parte espiritual
como la parte física, lo que yo valoro como hijo mío no es tu
cuerpo, sino tu espíritu…
Interlocutor: Eso está claro…
Eón: Siempre se habló de que mientras haya un decodificador que
pueda captar el concepto mental del espíritu, y ese concepto
mental encaje en ese decodificador como para que pueda
traducirlo al lenguaje hablado, es válido.
Por eso, el mismo espíritu que hoy encarna en un homo
sapiens sapiens puede encarnar también en un ser de otro
mundo que pueda tener una forma completamente distinta y ser un
ente pensante igual que vosotros.
Interlocutor: La pregunta es si se ha construido una máquina
así…
Eón: Hay en este momento, en distintos mundos de las distintas
galaxias, “seres” artificiales que tienen un decodificador lo
suficientemente avanzado como para poder encarnar.
Aclaro que la palabra “encarnar” es vuestra, no mía, porque hay
seres que directamente no son de carne como vosotros, pero la
uso para ser comprendido.
Interlocutor: ¿Estamos hablando de seres artificiales
construidos en el plano físico por otros seres encarnados?
Eón: Así es… Son similares a robots o androides, como los
describen los escritores de ciencia ficción.
Interlocutor: ¿Usted me quiere decir que un espíritu puede
encarnar en esas latas?
Eón: ¡Llamarle latas a esos robots es muy despectivo!
Interlocutor: Bueno, usted sabe que lo he dicho con mucho humor,
nada más que para ser incisivo en esto… Concretamente, entonces,
es posible…
Eón: El tema es bastante complejo, pero sí, es posible… Aquel
biólogo o aquel médico que niegue esta realidad no comprende el
alcance de lo que algunas civilizaciones avanzadas pueden hacer.
La argumentación de los biólogos sería que las neuronas están
conectadas en paralelo y no en serie como en algunas máquinas.
Entonces, construir un cerebro artificial con conexiones en
paralelos, donde hay millones de conexiones, parecería algo
imposible.
Pero sería pedante decir que porque esto todavía está vedado
para esta civilización terrestre también tiene que estar vedado
para otras civilizaciones, como fue pedante hace nada más que
pocos siglos de vuestra Tierra negar que existían otros mundos.
Interlocutor: ¿En esas civilizaciones avanzadas se ha llegado al
punto de poder destruir los engramas a través de una máquina y
no de auditación?
Eón: Se ha logrado eliminar los engramas celulares, pero no los
engramas conceptuales, porque ninguna máquina alcanza a “tocar”
la parte espiritual.
Interlocutor: Cuándo hablamos de esos robots o androides,
¿estamos hablando de máquinas rudimentarias o de máquinas que
pueden competir perfectamente con las creaciones de los elohim?
Eón: Quizás no en este presente, pero la posibilidad forma parte
de mí. No despreciemos sobremanera lo que nosotros creemos que
es inválido, y nunca admiremos en demasía lo que nosotros
creemos que es lo supremo, lo máximo.
Siempre mantengámonos con el equilibrio. Solamente admiremos el
amor y despreciemos el odio, despreciemos la indiferencia. Toda
forma de vida de alguna manera puede ser importante y todo tiene
un motivo…
Hasta todo momento querido hijo…
Interlocutor: Hasta luego, Eón, hasta la próxima sesión…