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EL CIELO RESPONDE

Segunda Parte

Sesiones del mes de julio de 1997

Jorge Olguin Con la colaboración del Prof. Horacio  Velmont

 
 

Sesión (grupal) del 5/7/97

Médium: Jorge R. Olguín

 
   

Interlocutores: Horacio Velmont y otros presentes en la sesión.

Entidades que se presentaron a dialogar: Kether, Anciano de los días; Johnakan Ur-el,  Juan Zebedeo.

Interlocutor: ¿Quién se va a presentar primero?

Anciano de los días: Me encuentro con mucho gozo en este sitio. Percibo un lugar donde hay armonía, donde hay Luz y sé que muchas de las personas que están aquí se encuentran en un plano elevado de vibración.

Sé que están en la búsqueda espiritual y no deben claudicar aunque traten de perturbarlos.

 

Les comunico que en estos encuentros a nivel telepático existe un patrón. Siempre que hay una reunión grupal donde se tocan temas relacionados con el mundo espiritual, las personas involucradas en la búsqueda evolucionan un escalón, pequeño o grande. Depende de cada uno.

Interlocutor: ¿Cuál es su nombre?

Anciano de los días: En mi planeta me conocen como “El anciano de las rotaciones”, aunque mi nombre es Kether.

Interlocutor: ¿Por qué le llaman así?

Anciano de los días: Porque desde que comencé a guiar a mi gente siempre los orienté a valorar cada rotación planetaria. En mi planeta se le llama rotación a lo que ustedes, en La Tierra, llaman día.

Por la noche, vamos a dormir con el pensamiento elevado en el amor a nuestros semejantes y por la mañana, al despertarnos, vemos con gozo la salida de nuestra estrella. Cada nueva rotación convoca a una ceremonia de amor. Mi gente aprendió a dar gracias al Creador por cada rotación más de vida física. Por eso me llaman “El anciano de las rotaciones”, aunque en su planeta  sería  “El anciano de los días”.

Interlocutor: ¿Cómo se llama su planeta?

Anciano de los días: Se llama Aní.

Interlocutor: ¿Cuál es su forma de vida?

Anciano de los días: Nosotros avanzamos respetando la forma de pensar del otro, aunque no la compartamos. Damos preponderancia a la filosofía.

No siempre ha sido así, pues hemos tenido muchos conflictos a lo largo de los eones. Conflictos que hemos superado, aunque para ello tuvimos que vencer primero nuestra avidez de poder.

Fuimos creciendo en nuestro interior y dejamos de estar condicionados por el entorno.  Dimos prioridad al altruismo.

Interlocutor: ¿Dejaron de lado la parte tecnológica?

Anciano de los días: No. El avance en lo científico fue paralelo a lo espiritual. Hoy tenemos la tecnología necesaria para dominar la materia, pero ponemos todo nuestro afán en lo relacionado con lo espiritual.

Demostrar nuestro poder tecnológico sería caer víctima de nuestro propio ego.

En nuestro mundo, el planeta Aní, tenemos actualmente una armonía total, pero costó mucho lograrla. Hace muchos siglos, cuando encarné en Aní por primera vez, había disparidad de criterios por distintas políticas a aplicar y el planeta estaba al borde de una guerra interna. Logré, con el tiempo, alcanzar el gobierno de mi mundo y fui nombrado Anciano. Este nombramiento es un título honorífico y no tiene nada que ver con la edad de la persona.

No pude evitar las guerras pero, al cabo de muchas rotaciones, logré una tregua entre los dos bandos en pugna y luego la firma de la paz.

Tiempo más tarde, al desencarnar, tuve el honor de ser designado Logos planetario de Aní.

En el planeta, la paz no duró eternamente, pues siglos más tarde se produjo un cisma religioso de primera magnitud. En los niveles espirituales de Luz observamos con asombro y sufrimiento, las rebeliones que comenzaron a producirse en Aní.  Fueron a escala planetaria y las revueltas provocaron miles de muertes.

Después de arduas deliberaciones en nuestro nivel espiritual y, por expreso pedido mío, se decide que yo vuelva a encarnar para tratar de frenar ese nuevo conflicto.

Era la primera vez que un Logos planetario volvía al plano físico.

Esto puede parecer una tarea sencilla, pero recuerden que la persona nace sin la memoria de reencarnaciones anteriores. Podía transformarme en un simple campesino o en un hombre de familia como tantos, sin involucrarme en nada. Eso, en el mejor de los casos. Sé de espíritus de Luz que, al encarnar, fueron presa de apetitos materiales.

Por suerte en mi caso no fue así. Fui creciendo en un hogar humilde, incrementando el conocimiento a través de distintos tratados antiguos. El cisma religioso continuaba. Al terminar los estudios básicos, organicé grupos que pedían por la paz general, pero las revueltas no disminuían. Investigué durante varias rotaciones planetarias sobre las distintas religiones de Aní. Conversé con los grandes maestros de la época. Eran obstinados y su necedad los hacía apoyarse en lo que ya conocían. Eran cerrados a nuevos paradigmas. Hacían caso omiso de nuevas orientaciones, pero lentamente fui imponiendo mi criterio, logrando que den importancia a la espiritualidad y no a la religiosidad [1]. Trataba de divulgar mi palabra para que todos recuperen el sentido común.

Finalmente se fueron dejando de lado los dogmas, se unificaron las ideas y se logró al fin la tan ansiada paz.

Me nombraron Anciano y prediqué el Amor a todos los habitantes de Aní, encaminando la unión definitiva del planeta.

Actualmente Aní es un mundo de Amor, donde todos cooperan entre sí.  Lo técnico se combina con lo filosófico. El conocimiento se complementa con la sabiduría. La voluntad se apuntala con la perseverancia.

Finalmente les enseñé a dar gracias al Absoluto por cada rotación, porque un instante más de vida es un instante más de Servicio.

Interlocutor:  Por lo que me cuenta, Aní alcanzó la meta espiritual.

Anciano de los días:  No, pero seguimos evolucionando. Aún no estamos preparados para formar lo que se llama la “mente planetaria”.

Interlocutor: ¿Qué es la mente planetaria?

Anciano de los días: Es la fusión de todos los pensamientos, sin que el ser encarnado pierda su individualidad. Cada persona está al tanto de las carencias del otro. Cada habitante del planeta puede saber quién precisa una ayuda solidaria y así brindarla.

Esto no significa perder la privacidad mental, pues cada uno podría “cerrar su mente” cuando tuviera algo personal que no quisiese compartir: el tener secretos forma parte del libre albedrío. 

Conocemos otro planeta que dista 25 años luz de nosotros, casi 60 años luz de ustedes,  que logró la tan ansiada mente planetaria.

Interlocutor: ¿Usted está encarnado en este momento?

Anciano de los días: Así es.

Interlocutor: ¿O sea que ésta es una transmisión telepática desde su planeta?

Anciano de los días: Sí. Mi tethán se comunica con el thetán de este receptáculo.

Interlocutor: ¿A qué distancia de la Tierra está Aní, su mundo?

Anciano de los días: Aní es el cuarto planeta de la estrella 47 Ursae Majoris  y se encuentra a 35 años luz de aquí.

Interlocutor: He comprendido... Le paso la palabra a uno de los presentes que quiere hacerle una pregunta.

Anciano de los días: De acuerdo.

Bautista B. : ¿Ustedes conocen bien el planeta Tierra?

Anciano de los días: Sí, hermano, lo conocemos. Conocemos sus costumbres.

Bautista B.: ¿Y qué concepto tienen de nosotros?

Anciano de los días: ¡Tienen tanto para dar! Y se encierran cada vez más en su ego. No comparten nada de lo que tienen y, por el contrario, tienen avidez por guardar todas las cosas materiales, como si se las fuesen a llevar al otro plano.

Bautista B.: Creo que aún no hemos evolucionado totalmente como para llegar a una perfección, pero estoy convencido de que dentro de los próximos cincuenta años entraremos a evolucionar en lo espiritual, así como ahora estamos evolucionando con la técnica. Avanzamos mucho con la ingeniería genética y con la electrónica.

Anciano de los días: Hermano, el crecer espiritualmente depende exclusivamente de ustedes. No es la primera vez que se les transmite la palabra. Una vez, hace dos mil de vuestros años, ya les fue mostrado el camino. Lo único que hicieron es fundar religiones para su propio beneficio.

¿Sabían que la mayoría de los maestros espirituales que han encarnado en misión han transmitido palabras de amor y no fueron entendidos?

El actual Logos Solar de vuestro sistema, el Maestro Jesús ha transmitido el mensaje de una manera tan sublime... Sin embargo, lo único que ha logrado es que sólo unos pocos lo entiendan. Porque la mayoría de los habitantes de este planeta han utilizado el mensaje en forma tergiversada, para someter a las masas y forzar su dependencia.

Se les ha dicho que cada ser encarnado es responsable de su propio destino, de acuerdo a la actitud que tomen con sus semejantes. Se les ha explicado que la mezquindad los condenaría a retrasar el camino hacia la Luz y que solo el altruismo los llevaría a la meta.

En este presente, aquellos que creen en un Creador, solo buscan comunicarse con El  mediante oraciones para pedirle favores. ¡Es el concepto lo que se ha tergiversado! [2]

En lugar de tomar conciencia de que el sufrimiento es el pilar de la elevación espiritual, ustedes lo toman como un castigo divino.

El Absoluto no castiga.  Ustedes cambian de vibración espiritual de acuerdo a vuestros actos: La mezquindad es un lastre para el espíritu. El mismo solo puede elevarse mediante el altruismo.

La ignorancia del ser encarnado hace que éste tome decisiones equivocadas. Hay mucha inconsciencia en vuestra raza.

Interlocutor: ¿No hay mucha crueldad, también?

Anciano de los días: Sí, lamentablemente existe esa emoción negativa, pues lastiman a sus semejantes. Pero también se hieren a sí mismos... Eso es inconsciencia. ¿Qué hacéis hoy por vuestro planeta? ¿Quién piensa en el futuro? ¿Por qué no crean leyes para controlar la natalidad en regiones donde los recién nacidos no sobreviven a la falta de alimentos?

Bautista B.: ¿Qué población tiene el planeta de ustedes, Aní?

Anciano de los días: Somos pocos comparados con la población terrestre. Aproximadamente doscientos millones de seres.

Bautista B.: No puedo entender cómo no se multiplican como especie.

Anciano de los días: Hermano, yo tampoco puedo entender por qué ustedes se multiplican indiscriminadamente como especie.

Bautista B.: Entiendo la sutileza... ¿Ustedes tienen cárceles?

Anciano de los días: La cárcel existe, pero en el espíritu de cada ser que comete un error.

Bautista B.: ¿Y cómo se traduce eso a nuestro conocimiento?

Anciano de los días: Después de que un integrante de nuestro pueblo cometió una acción errónea, tanto verbal como física hacia un semejante, se encierra en un genuino arrepentimiento. Se vuelca dentro de sí mismo y recién se contacta con los demás cuando su ego quedó integrado y ya no es un lastre para él.

Bautista B.: Perdone que insista, ¿pero cuál sería el sufrimiento?

Anciano de los días: El sufrimiento se produce cuando el sujeto toma conciencia de lo que hizo y, al ver su error, gime por el hermano agredido. Se cuestiona muchas cosas, aunque no siempre la solución llega pronto. A veces se tardan rotaciones enteras en darse cuenta de que solo vale el amor y no la agresión.

Hay conflictos espirituales que no se llegan a superar con un tratamiento. La propia sabiduría interior tiene que equilibrar el interior de ese ser.

Entonces,  esa cárcel interna sería como laboratorio de pruebas. El ego mandaría dosis de soberbia e incomprensión, y la Conciencia Divina que todos llevamos dentro nuestro enviaría rayos de Amor. El secreto está en que no hay que destruir al ego, sino integrarlo.

Bautista B.: ¿Qué religión practican?

Anciano de los días:  Desde que se solucionó lo del cisma religioso, sólo practicamos amar al Absoluto y, por ende, amar a nuestros semejantes.

Bautista B.: Usted recién habló del Maestro Jesús. ¿Lo conocen en su mundo?

Anciano de los días: Hablé del Maestro Jesús porque en vuestro sistema es el Logos Solar. Yo tengo altamente desarrollada la facultad mediúmnica y me comunico periódicamente con mi hermano de Luz. Ya tenía contacto con el Maestro cuando yo estaba desencarnado y era el Logos planetario de Aní.

Interlocutor: ¿De qué forma se comunican?

Anciano de los días: A nivel telepático. No hay un lenguaje, solo ideas.

Bautista B.: ¿Cuántos años viven en su planeta?

Anciano de los días: Prácticamente 120 rotaciones planetarias, que son cerca de 240 años terrestres.

Interlocutor: ¿Es decir que viven más de dos siglos terrestres?

Anciano de los días: Así es.

Bautista B.: ¿Y usted qué edad tiene, Maestro?

Anciano de los días: Cerca de 80 rotaciones.

Bautista B.:  Disculpe mi atrevimiento, ¿pero por qué le dicen Anciano si según vuestra longevidad como raza usted no es tan viejo?

Anciano de los días: Esto ya lo había aclarado. No es un adjetivo calificativo, sino un título honorífico.

Interlocutor: Para establecer una comparación, ¿cuántos años están adelantados tecnológicamente con respecto a nosotros y qué ventaja nos llevan, para decirlo de alguna manera, en la parte espiritual?

Anciano de los días: Científicamente hemos realizado muchos descubrimientos, pero son tecnologías distintas. No me atrevería a hablar de adelanto de un mundo sobre el otro.

Y con respecto a la parte espiritual no puedo decir que existe una ventaja de una civilización sobre la otra, pues cada civilización cumple una etapa y ustedes todavía tienen que aprender a no estar condicionados.

Bautista B.: Usted habló de tecnologías distintas y mi pregunta es: ¿En qué temas están más adelantados?

Anciano de los días: Por ejemplo, en teletransportación interplanetaria e interestelar. Desarrollamos un aparato que transporta un cuerpo físico de un punto a otro del espacio en fracciones de segundo.  El único requisito es tener una terminal en cada base. También tenemos naves para visitar otros mundos.

Interlocutor: ¿Es decir que tienen naves espaciales?

Anciano de los días: Así es.

Interlocutor: ¿Y moralmente, cuál sería el adelanto?

Anciano de los días: El avance moral depende de cada raza. Resulta curioso notar la avidez de ustedes por saber cuál es el adelanto de otras razas para, de esa manera, compararse. Si mi respuesta fuera que estamos 100 años avanzados con respecto a ustedes en la parte moral, estaría juzgando su conducta y esa no es nuestra postura. No se avanza espiritualmente con el conocimiento. Sí, con la sabiduría.

Todas las razas tienen el sendero abierto hacia los caminos de Luz y depende de los habitantes de cada planeta el que tomen conciencia de lo que es verdaderamente importante. Son muchos los que valoran lo material y a veces no tienen la culpa de tener esa forma de pensar. Porque ellos mismos son valorados por los bienes que poseen. Vuestra sociedad le da más importancia a las posesiones que a la sabiduría.

Sólo unos pocos toman conciencia de cual es el verdadero valor del ser encarnado en el plano físico.

Bautista B.: ¿Qué superficie tiene el planeta de ustedes?

Anciano de los días: Es un poquito más pequeño que la Tierra.

Bautista B.: Voy a insistir sobre un tema. ¿Por qué son tan pocos habitantes?  Lo pregunto porque me parece que 200 millones es poca cantidad...

Anciano de los días: Simplemente porque controlamos la población.

Bautista B.: ¿Por qué motivo controlan la natalidad?

Anciano de los días: No la controlamos por egoísmo, sino por todo lo contrario. Sabemos que nuestro mundo es limitado, tanto en espacio como en alimentos. No queremos que nuestros descendientes pasen hambre o tengan nuevas luchas entre ellos para conquistar territorios.

Si me perdonan un juego de palabras: No entiendo cómo no lo entienden. Y pido perdón si parezco ofensivo.

Amamos nuestro mundo. Utilizamos en forma plena la agricultura. Hay mucha superficie cubierta por las aguas. Mares, ríos, lagos. La superficie continental posee cadenas montañosas bastante elevadas. Hay montañas de una altura de 26 mil metros terrestres.

La planicie es cultivada con diversos sembradíos. No tenemos grandes ciudades, solo pequeños poblados repartidos por todo el planeta. Y se vive en total armonía.

Bautista B.: Obviamente existen mujeres...

Anciano de los días: Sí, existen mujeres, existe el sexo y la procreación.

Bautista B.: ¿Cuál es el período de gestación?

Anciano de los días: Dura aproximadamente tres cuartas partes de una circunvalación planetaria.

Bautista B.: ¿Hay alguna razón especial por la que sean tan pocos habitantes en su planeta?

Anciano de los días: Se tiene un control. No buscamos la causa.

Bautista B.: ¿Quién tiene ese control?

Anciano de los días: Cada uno de nosotros. Por favor, quiero aclarar que no existe ningún poder central que tome decisiones por nosotros. Esto lo ratifico porque creo vislumbrar la intención de la pregunta. Como norma, cada familia  tiene dos hijos, aunque hay algunas que llegan a tener tres. No hay prohibiciones de ningún tipo, solo el sentido común...

Interlocutor: Obviamente, para mantener el equilibrio poblacional, deben tener la misma cantidad de muertes que de nacimientos.

Anciano de los días: Así es  en general.

Jorge B.: ¿Pero no  hay una razón en particular por la que en su planeta sean tan pocos?

Anciano de los días: Me desconcierta que le den tanta importancia al tema. No, no hay una razón en particular. Somos los que somos y disfrutamos cooperando los unos con los otros. También intercambiamos cultura con otros mundos, brindando nuestro conocimiento.

Es infinita la diversidad de mundos y sus características. Hay un planeta saturado de volcanes, cuya atmósfera está compuesta por ácidos sulfurosos.  Sus habitantes se adaptaron perfectamente en ese hábitat y les sería completamente hostil el clima terrestre.

Hay otro planeta que está a 200 años luz del centro de la galaxia, donde existe un gran agujero negro [3].  Ese planeta tiene alrededor de 5.000 millones de seres.  Es un mundo enteramente tecnocrático. Para decirlo en términos de ustedes, “se vive para el trabajo”. Un mundo donde prácticamente se trabaja sin parar, como sus insectos hormigas.

Y hay otro planeta que está casi desierto,  es un mundo donde hay nada más que 500 habitantes. En dicho mundo, cada uno de sus habitantes tiene kilómetros y kilómetros de terreno sólo para él.  Respetan su privacidad en forma estricta y evitan contactarse personalmente.

Interlocutor: ¿Y cómo se comunican?

Anciano de los días: Se comunican entre ellos mediante visores. Prácticamente son seres que viven más de dos mil de lo que ustedes llaman “años”.

Sin embargo, no se multiplican y prácticamente el trato entre ellos es nulo. Son seres que tienen escaso trato entre ellos y altísima soledad. Y no es que se encierren porque mediten o porque sean elevados espiritualmente, sino porque prácticamente se tienen miedo.

Interlocutor: ¿Miedo?

Anciano de los días: Sí, miedo. Les causa pavor el pensar en tocarse, les causa repugnancia la sola idea de verse personalmente. Por eso se comunican por medio de visores.

Pero dichos visores están muy perfeccionados y brindan una imagen holográfica al interlocutor.

Obviamente, estos seres no precisan del apareamiento para procrear.

Ustedes me preguntaban antes sobre el control de la natalidad. Hay un mundo, un poco más grande que vuestro planeta, donde 50.000 millones de seres viven todos hacinados, trabajando, sin preocuparse por el crecimiento espiritual. Son como aparatos mecánicos.

Interlocutor: ¿Cómo si no tuviesen alma?

Anciano de los días: El alma es inherente al ser... el alma es ese ser. Pero no todos toman conciencia de que poseen un espíritu interno. Ese planeta es un claro ejemplo de ello.

Cada mundo tiene sus peculiaridades y es imposible analizar la razón de las diversas costumbres.

Espero que alguna vez se pueda lograr la unión galáctica y que cada mundo le pueda brindar al otro la ayuda que necesite, sea espiritual, moral o  técnica. Ayuda que evite conflictos, que evite situaciones bélicas, que sirva para que cada planeta aprenda a vivir en amor. Para que cada individuo carezca de ese conflicto interno y pueda encontrar el sendero de Elevación.

No se necesita otra cosa para comunicarse con el Altísimo. Además, quiero explicar algo muy importante que ustedes ignoran: por qué se nombró al Maestro Jesús  Logos Solar de este sistema y no a otros que también estaban nominados, como Cambión, que es una alta entidad de la 5º vibración espiritual o como Nurbión, un espíritu tan altruista que siempre piensa en el bienestar de los demás. Son espíritus no conocidos por vosotros porque no encarnaron y siempre estuvieron colaborando en los distintos planos del Error.

Tanto Cambión como Nurbión trabajan actualmente en los planos espirituales 2 y 3, revirtiendo conflictos en forma permanente. Pero Jesús, aparte de ser misericordioso con sus hermanos, hizo algo más: Transmitió un mensaje de Amor para toda la humanidad terrestre.

En los planos espirituales, ese mensaje trascendió las fronteras de vuestro mundo y muchos Maestros de otros planetas conocieron al adalid del Amor. No puedo dejar de resaltar que Jesús tiene un carisma especial, sumado a un espíritu de sacrificio y nobleza que lo hacen una figura incomparable.

Eso influyó en la elección y les ratifico que la dirección espiritual del sistema solar está en las mejores manos.

Se puede servir por reflejo, se puede servir por costumbre, se puede servir por obligación, se puede servir por especulación, se puede servir por mandato, pero no todos sirven por Amor.

El secreto es servir por Amor. Esto es lo que enseñó el actual Logos Solar de vuestro sistema, el Maestro Jesús.

¿Desean hacerme otra pregunta?

Benji  B.: ¿Cómo son las ciudades en su planeta?

Anciano de los días: Son pequeños poblados, con edificaciones bajas, con muchos arbustos, mucha vegetación. Amamos a las plantas, vivimos con las plantas. Tenemos también lo que ustedes llaman “animales”, es decir, seres con menor discernimiento,  y vivimos con ellos en perfecta armonía.

Todavía debe haber dos o tres razas que no conviven con nosotros. Constituyen lo que ustedes llamarían “salvajes”. Están en las montañas. Pero cada día se van adaptando más a nosotros. Y va a llegar un momento en que todos los habitantes de Aní vivamos en armonía.

Eduardo R. L.: ¿Sabe usted si en el planeta Tierra hay extraterrestres conviviendo con nosotros?

Anciano de los días: Conviven con ustedes no menos de dos razas  y están ocultas al conocimiento público. Parece difícil de creer, pero es así.

Karina T.: Me gustaría saber qué desarrollo artístico tienen ustedes.

Anciano de los días: Principalmente, trabajamos con imágenes. Aunque somos morfológicamente similares a ustedes en muchos aspectos, las imágenes que nosotros representamos —en la Tierra ustedes las llamarían “estatuas”— son completamente distintas.

Nos manejamos con círculos, con curvas, en un arte de expresión que ustedes catalogarían de incongruente. No nos especializamos tanto en la pintura, pero amamos tanto el arte de la arcilla como de la piedra.

Esculpimos imágenes ovoides, esféricas, con huecos donde pueden insertarse unas imágenes con otras. Se llegan a formar hermosos objetos, siempre desde nuestro punto de vista. Quizás ustedes verían nuestro trabajo artístico como figuras extrañas, sin sentido.

Carlos G.: ¿Hay algún mensaje en particular para los presentes a esta sesión?

Anciano de los días: El mensaje no debe ser solo para determinado grupo, sino para toda la humanidad terrestre. Pero depende de ustedes si quieren ser los responsables de difundir mis palabras.

Quiero decirles que no tomen la búsqueda espiritual como una meta. Traten de gozar la misma búsqueda.

Ignoren las religiones que den ofrendas de sacrificio, pues El Absoluto no exige ninguna ofrenda.

No hagan caso de un mensaje que condicione o que imponga dogmas. No presten atención a aquellas palabras que hieran susceptibilidades.

Transmitan sólo aquello que sirva para tomar conciencia de que todos somos hermanos. No debe haber un credo que los separe, tampoco debe haber una competencia para llegar primero a la cima de la Luz. Se valora más a aquel que resigna su avance para tratar de ayudar al rezagado. Esto último muy pocos lo tiene en cuenta.

Ante todo se ve todavía en los seres humanos mucha soberbia. Se sigue midiendo al semejante por su poder económico. Hay mucha falta de palabra y, lo que es peor, se trata de ridiculizar a aquel que desea transmitir un mensaje espiritual.

Se que todos tienen conflictos, pero deben ser sinceros con ustedes mismos.  No hay que fingir una armonía inexistente, tampoco ocultar el conflicto en el inconsciente. Simplemente hay que integrarlo.

Hay otros que poseen un ego tan grande que para alimentarlo con halagos se disfrazan de altruistas.

Algunos son dominados por la envidia y no se dan cuenta de que esa emoción negativa los carcome por dentro.

No permitan que el ego tenga el control de ustedes. Hagan que esa envidia se transforme en cooperación, pero cooperen de verdad, desde el corazón.

Las dudas deben ser transformadas en certezas. Traten de buscar cada uno su verdad dentro de sí mismos.  De esa manera, el conflicto interno desaparecerá y podrán lograr la verdadera armonía. Tendrán al alcance de su mano la tan ansiada Luz.

El paso a dar es sencillo... sólo deben de dejar de pensar como protagonistas y prestar más atención a las carencias del otro, para intentar solucionarlas.

Pero es necesario que cada uno se sincere consigo mismo, que cada uno reconozca sus falencias y que se ponga como meta suplir las mismas con la intención de ser mejor cada vez.

Acá no se trata de vencer el mal, sino de transmutarlo en servicio hacia los demás.

Tampoco se crean infalibles. Recién cuando todos estemos en comunión con el Altísimo, seremos infalibles. Pensad que mientras tanto, aun llegando a un nivel de Maestría, tenemos falencias,  porque somos seres creados por el Increado, que es el único infalible.

Ahora les voy a transmitir armonía a su espíritu. Por favor, cierren los ojos.

Imaginen una esfera incandescente, derramando luz blanco azulada sobre vuestras cabezas. Es la Luz del Altísimo, que se derrama sobre todo su cuerpo, cubriendo sus partes externas e internas, todos vuestros órganos.  Imaginen ahora una luz dorada, la Luz del Cristo, que los llena de gozo y los sumerge en éxtasis. Mentalicen ahora la luz violeta, que es la Luz que les envía el Maestro Johnakan para transmutar lo negativo que pudiera quedar de remanente. Los tres rayos, trabajando en combinación, van a conectar su campo de conciencia con su Yo superior, logrando una total armonía. Respiren hondo, buscando la conexión con vuestro Yo superior, que es donde está la verdadera sabiduría.

Todos tenemos una meta. Esa meta es la integración con el Absoluto. Desde siempre el Absoluto está dentro nuestro, pero como muy pocas veces nos asomamos a nuestro interior, no lo sabemos reconocer.

Los saludo con todo mi amor y con la esperanza de que hayan asimilado el mensaje.

Interlocutor: Muchas gracias, Maestro, por sus palabras... ¿Quién se va a comunicar ahora?

Johnakan: Quisiera, ante todo, saludar a mis hermanos de Luz. Para aquellos que no me conocen les explico que soy Johnakan Ur-el, estoy en el 5º nivel de vibración espiritual y en una vida anterior fui Juan Zebedeo, el discípulo amado y alma gemela del Maestro Jesús.

Quiero aclarar que el amor es sobre todo sacrificio, que el ser encarnado lamentablemente aprende mediante el sufrimiento. Que la mayoría arrastra karmas, pero que no tomen esos karmas como una carga, sino como una bonificación, porque son lecciones a aprender que quedaron pendientes de vidas pasadas. No piensen que el camino será fácil.

El amor es servicio. En una ocasión dije: “Servir al prójimo es servir a Dios”.  Pero la  visión del  plano físico 1 es muy limitada.

Cuanto más elevados se encuentren, mayores serán las pruebas. Y los exámenes muchas veces se pagarán con lágrimas.

¡Claro que el amor es Servicio! Pero la recompensa muchas veces es el dolor. Y no todos están preparados para sufrir. Conozco a muchas personas que hablan de lo que darían si tuvieran la oportunidad, pero cuando llega su momento, se echan atrás. Y dudan,  atrapados en una vergonzosa vacilación.

Porque el servicio también es jugarse en el amor. Y si la misión es actuar con el pensamiento puesto en los demás, no dudemos.

Pero no pensemos en dar para tener después una recompensa, porque eso sería especular con el Bien y sería ficticio. Tampoco esperen un premio por buena conducta.

Dios provee, siempre provee. Pero, como he dicho en mensajes anteriores: “Dios no quiere mendigos, quiere dadivosos”. Entonces no pidáis. Dios quiere que le den.

Algunos me preguntarán: “¿Cómo le puedo dar a Dios?”, y yo le respondo: “¡Pues dándole a tus semejantes!”.

·         ¡Pero si yo no tengo nada para dar!  Económicamente estoy quebrado.

·         ¿Cómo que no tienes que dar? ¡Tienes tu tiempo, tienes tu espíritu, tienes tu corazón para dar orientación, tienes tu calor para brindarlo! ¡Ahí le estás sirviendo al Absoluto!”

Entonces, el secreto es no dudar, el secreto es servir incondicionalmente al Padre.

Es fácil hablar de Servicio. Lo difícil es llevar a cabo esa obra altruista. Hay que servir hasta las últimas consecuencias. Por eso siempre tomo el ejemplo de mi amado Maestro Jesús, que relegaba su persona física para dar paso a Su Palabra. Y su Espíritu  trascendió a su época.

En la poca sabiduría que yo tenía con mis escasos dieciocho años, intenté imitar su conducta y le serví transmitiendo su mensaje. Cuando lo vi clavado en la Cruz, mi corazón se partía de dolor. Y me sentí honrado cuando él, antes de desencarnar, dijo, dirigiéndose a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, y luego me dijo a mí: “Ahí tienes a tu madre”. A partir de ahí, mi misión fue cuidar de esa sublime mujer, a la que amé como a mi verdadera madre.

Si están en función de servicio, tienen que amar cada día más. No importan las dudas que tengan. Si conviven con personas que tratan de desestabilizarlos, no se involucren en una discusión que solo los conduciría al fracaso. Su entorno no los puede hacer retroceder. Traten de conciliar situaciones. Busquen la armonía por sobre todas las cosas. Eviten los rencores, pues éstos solo los lastiman a ustedes... ¡amad!

Busquen la verdad y alcanzarán la sabiduría.

Nélida A.: ¿Cómo se hace para vencer los conflictos del entorno?

Johnakan: Amando y no juzgando, evitando los roles del ego, que siempre busca protagonizar, no asumiendo el rol de víctimas de la adversidad, ni ocupando el lugar de jueces, sentenciando de antemano al que no piensa como uno. El ego puede ser integrado a la conciencia total y eso se logra amando con todas las fuerzas del espíritu. No es sencillo, pero se puede lograr.

Por último, les quiero decir que una de las cosas que más traba al ser humano es el miedo a ser auténticos. Si hay miedo a mostrarse tal cual son, van a dar una imagen falsa de sí mismos. El miedo es fruto del ego, que obliga a la persona a necesitar. Es importante que tomen conciencia de que dentro de cada uno hay un Yo Superior, que es el espíritu en toda su pureza. De esa manera, podrán reemplazar el miedo por el amor.

Es más, debéis tener certeza en el amor. Pero para tener certeza del amor hay que practicarlo diariamente y  hacer del Servicio una costumbre.

Pero es necesario que sepan que el servicio puede acarrear dolor. No recibirán una gratificación de los otros.  La gratificación vendrá de vuestra propia conciencia. Ése será el pago,  el sentirse bien con ustedes mismos.

Pienso que cada uno de ustedes va a caer en nuevos conflictos, una y otra vez. Pero finalmente saldrán adelante, porque su espíritu es inmortal y hará que sepan discernir entre los triunfos pasajeros y el verdadero triunfo, que es la Comunión con El Padre.

Los saludo con todo mi amor y recuerden que, si bien ahora tienen la enorme responsabilidad de transmitir los mensajes de Luz, tómenlo como una bonificación. Es el gozo de Servir.

Interlocutor: Muchas gracias, Johnakan.  No nos despediremos de ti ni de las otras entidades de Luz, pues sabemos que siempre están con nosotros 

SESIÓN   RADIAL   DEL   28/7/97

Médium: Jorge R. Olguín.

Interlocutor: Andrea Frigerio

Programa:  “100% Andrea”, en Radio del Plata

Entidad que se presentó a dialogar:  Tar,  de Orión IV.

Andrea:  Vamos a conversar con el profesor Jorge Olguín, que dice que hace contactos telepáticos con entidades extraterrestres y que puede enseñarnos a todos nosotros a mantener ese tipo de contactos. Buenos días, profesor Jorge Olguín.

Jorge Olguín: Buenos días. ¿Qué tal, cómo está usted?

Andrea: Bien.  Muy bien, por suerte. ¿Cómo es esto? ¿Todos podemos hacer contactos telepáticos con entidades extraterrestres?

Jorge Olguín: Es cuestión de poder desarrollar la mediumnidad, que todos tenemos incorporada. Hay personas que por descreimiento o por desconfianza no desarrollan ese Don Divino.

Andrea: ¿Qué es la mediumnidad?

Jorge Olguín: La mediumnidad es la facultad que nos permite desarrollar una percepción psíquica para poder comunicarnos telepáticamente, no solamente con entidades extraterrestres, sino con cualquier ser desencarnado.

Andrea: ¿Qué son seres desencarnados?

Jorge Olguín: La teoría de la reencarnación dice que no existe la muerte, sino una transmutación. Al morir, dejamos nuestro plano vibracional físico y pasamos a un plano vibracional superior, que es el que se conoce comúnmente como  “el mundo de los espíritus”.

Andrea: ¿Y usted mantiene contacto con los seres desencarnados y con los extraterrestres?

Jorge Olguín: Necesito aclarar que la comunicación con los extraterrestres no se efectúa con su parte física, sino con su parte espiritual. La mayoría de las veces nos dan mensajes de amor, mensajes positivos.

 

Andrea: ¿Cómo se hace esa mediumnidad?

Jorge Olguín: Hay una preparación previa, donde la persona a contactarse se armoniza física y mentalmente. Luego se entra en una especie de trance, proyectando amor en forma impersonal y finalmente se hace una inspiración, visualizando una luz radiante. Se “intenciona” que se presente el espíritu y, automáticamente la entidad se presenta y habla utilizando la voz del médium. Nosotros pasamos a ser el “receptáculo”.

Andrea: ¿Generalmente qué le dicen?

Jorge Olguín: Que la mayoría de los mensajes populares carecen de veracidad.  Que no va a haber un Juicio Final, sino una Gran Comunión con  Dios, porque si hay Misericordia Divina no puede haber fuego eterno.

La mayoría de los mensajes son desalentadores. Predicen catástrofes planetarias, terremotos, inundaciones o guerras totales.

No va a ser así. Va a haber un gran cambio, es verdad. Pero va a ser un cambio de conciencia en el espíritu humano. Sucede que todavía falta bastante para esto,  porque no entendemos que nuestro mundo es finito y lo estamos depredando. Tenemos que entender que la Tierra es un organismo vivo. No destruyamos ese organismo. Depende de nosotros evitar ese final que anuncian esas profecías apocalípticas.

Andrea: ¿Cuándo  fue la última vez que se contactó con una entidad extraterrestre?

Jorge Olguín: Me comunico en forma periódica, en las sesiones que organizamos con el grupo espiritual. Las sesiones constan de una primera parte, donde se realiza una conferencia sobre un tema a tratar, y una segunda parte, donde se efectúa el contacto telepático. En las conferencias explico que no somos el único mundo habitado del universo.

Andrea: ¿Hay otros mundos habitados en el universo?

Jorge Olguín:  Sí, pero esto no lo afirmo solamente porque me fue dictado en los mensajes, sino guiado por el sentido común. Calculemos que solamente en nuestra galaxia hay trescientos mil millones de soles. Supongamos que haya vida en un porcentaje bajísimo, de un mundo por cada millón de sistemas estelares.

 

 

Nos quedaría una cifra de trescientos mil planetas habitados en la galaxia. Además, hay miles de millones de galaxias como la nuestra en el universo.

Si Dios es la suprema sabiduría, no va a crear un universo infinito para que solo haya vida en un minúsculo planeta.

Andrea: ¿Podría entrar en trance ahora? ¿Cómo lo haría?

Jorge Olguín: Hay que envolverse primero en Amor, armonizarse e “intencionar” para que la entidad se comunique.

Andrea: ¿Lo hacemos?

Jorge Olguín: Sí, escuchen atentos y la entidad transmitirá el mensaje.

Andrea: Lo escuchamos entonces.

Tar: Me dirijo a ustedes, no solamente para darles todas mis bendiciones, sino para que sepan que la raza humana tiene una gran misión. Es la misión de hermanarse, es la misión de estar en contacto unos con otros y, por sobre todas las cosas, de tener una vocación de Servicio. No piensen que el servicio es solamente dar ayuda material a un semejante, porque no todos lo pueden hacer. El servicio es brindar su tiempo, brindarse como ser humano,  dar ese amor impersonal que todos los seres vivos tenemos, no solamente en el planeta Tierra, sino en todos los planetas del universo conocido.

Ese servicio va a hacer que toda la vida cotidiana sea mejor, tanto para las personas que lo presten, como para aquellos que reciban el mismo. Por sobre todas las cosas, lo que hay que brindar es ese amor impersonal, desinteresado, para poder lograr que toda la raza se eleve de vibración.

En este momento hay mucho egoísmo, hay un caudal de ego tremendo. La gente está susceptible, se ofende, se encierra en sí misma. Cada uno piensa solamente en su dolor y no piensa en el dolor del otro.

Como dijo hace dos milenios atrás mi hermano espiritual, el Maestro Jesús: -“Amáos los unos a los otros”.  Eso se logra cuando no se tiene ego en absoluto.

Ese es el mensaje. Mi nombre es Tar, soy de Orión IV y los saludo,  dejándolos en la compañía de mi receptáculo.

Andrea: ¿Ahora se comunica de nuevo Jorge Olguín?

 

Jorge Olguín: Sí. La entidad que se comunicó recién es un espíritu milenario y no es la primera vez que la recibo. En la Tierra fue conocido como Thot (Hermes Trimegisto). Es una entidad de otro sistema estelar y, como habrán observado,  da mensajes de amor. Espero que todos los oyentes tomen conciencia de que el Amor es el único camino hacia la hermandad global.

Andrea: Muchísimas gracias,  profesor Jorge Olguín.

Jorge Olguín: Para mí ha sido un gusto y lo principal es dejarles un mensaje de amor de un ser humano hacia otro ser humano. Siempre pensamos en nuestros problemas y muy pocas veces en los problemas del otro. Amar no es necesitar, amar es dar.  Comencemos a amar.  Gracias.

 

SESIÓN  TELEVISIVA  DEL 6/7/99

RAH, EXTRATERRESTRE DE ANTARES 4

El siguiente diálogo fue sostenido por Horacio Embón con el Profesor Jorge Olguín, en el programa de TV por Cable Zona Infinito, emitido los días 6 y 7 de julio de 1999, en cual se presentó a dar un mensaje telepático Rah, extraterrestre de Antares 4.

Horacio Embón: Nos acompaña en este programa el profesor Jorge Olguín, a quien le vamos a preguntar qué es la mediumnidad.

Jorge Olguín: La mediumnidad es un don que todos los seres encarnados podemos desarrollar. Muchos la confunden con la telepatía... En realidad, la mediumnidad es la comunicación del ser encarnado con las entidades espirituales que están desencarnadas, comúnmente mal llamadas “muertos”.

De todas maneras, hay una desinformación con respecto a eso... Se cree, por ejemplo que toda el alma encarna y esto no es así. Sólo encarna un 10 % de ella. El otro 90 % está en el plano espiritual o vibratorio correspondiente.

Esto significa que a nivel mediumnidad podemos comunicarnos no solo con un espíritu, sino también con un ser encarnado, pero con su parte espiritual que está en el plano correspondiente, es decir, lo que en algunas filosofías se conoce como “Yo Superior”.

Horacio Embón: ¿Cuál es la diferencia entre alma, espíritu y Yo Superior?

Jorge Olguín: Se trata de expresiones equivalentes que designan a la misma esencia.

Horacio Embón:  ¿Y por qué reencarna solamente el 10 %?

Jorge Olguín: Porque es la energía que basta para animar a nuestro organismo físico y actuar en el plano físico, mientras el otro 90 % queda en su propio plano... yo no diría para “dirigir”, sino más bien para orientarnos y de alguna manera también “vivenciarnos”.

 

Voy a dar un ejemplo que ya han dado otros Maestros, que hacen la comparación entre el buzo que desciende al fondo del mar con todo su equipo, escafandra, zapatones, etc. y el capitán del barco que se queda arriba para enviarle oxígeno y guiarlo. El buzo sería el ser encarnado y el capitán, el alma o Yo Superior.

Horacio Embón: Cuando este corazón mío deje de latir, cuando clínicamente el médico que firme mi certificado de defunción diga, por ejemplo: “Horacio Embón está clínicamente muerto”, ¿a dónde voy, ya que el “envase” quedará aquí en la Tierra y finalmente se disgregará?

Jorge Olguín: Regresa al mundo espiritual de donde vino, a un plano que puede ser de Luz o del Error, de acuerdo a cómo haya vivido, a las experiencias positivas o negativas que haya tenido en esta encarnación.

Horacio Embón: ¿Mi futuro espiritual depende entonces de lo que yo haya hecho en mi vida actual?

Jorge Olguín: Fundamentalmente depende de si usted ha sido egoísta o altruista.

Horacio Embón: ¿Qué es ser egoísta y qué es ser altruista?

Jorge Olguín: Los dos factores que puede tirarnos hacia abajo o anclarnos en un karma son, por un lado, el cuerpo de deseos, el cual nos hace entrar en cólera, en ira, en susceptibilidades, y por el otro el tremendo apego, el ser egoísta, el ser mezquino, el pensar primero en nosotros, en no tener ningún tipo de vocación de servicio... Eso es ser egoísta. Y pensar en vocación de Servicio es ser altruista.

Horacio Embón: ¿Y qué es el ego?

Jorge Olguín: El ego es prácticamente lo que nos impulsa a hacernos protagonistas, a pensar siempre en nosotros... Incluso hay una confusión acerca de esto. Es algo común que una pareja, cuando se habla por teléfono, se diga: te extraño, te preciso, te necesito;  “te”... siempre en función de uno.

Nunca pensamos —o por lo general nunca pensamos— en función del otro. Ése es el ego, el pensar solamente en nosotros.

 

Por eso, cuando a veces sufrimos una pérdida —pérdida en apariencia, obviamente— tenemos la “necesidad” de esa otra persona...

Horacio Embón: Es la ausencia...

Jorge Olguín: No tiene que haber ausencia cuando el ego no existe, porque entonces se deja de pensar en uno. No hay ausencia cuando pensamos en el otro, no hay ausencia cuando lo que hacemos es dar.

Horacio Embón: Usted me dice que cuando llegue al final clínico yo seré lo que he reencarnado y algo más que habré realizado en encarnaciones anteriores... ¿Siempre seré la consecuencia de mis anteriores vidas?

Jorge Olguín: En todos los casos.

Horacio Embón: ¿Y mi alma, ya completa, se podrá reencarnar nuevamente?

Jorge Olguín: Sí, sí. Cuando el ser desencarna, el 10 % encarnado se suma al 90 % restante que está en su correspondiente plano espiritual o nivel vibratorio hasta conformar el 100 %. Entonces, ya sería otra vez un espíritu completo, y si la persona, al estar encarnada, no tuvo una conducta apropiada, vuelve a reencarnar para aprender esa lección que quedó inconclusa, de acuerdo a su karma.

Quiero aclarar, para que no quede ninguna duda, que el karma no es un castigo, no es una culpa a pagar, sino más bien una lección a aprender.

Horacio Embón: Hay altas entidades espirituales, me estoy refiriendo a Cristo, Confucio, Buda, Moisés... ¿Por qué tenían otro nivel de reencarnación?

Jorge Olguín: Ellos reencarnaron en misión de Servicio.

Horacio Embón: Cuando, por ejemplo, Cristo dice: “Yo soy el hijo de Dios”, ¿qué significan estas palabras?

Jorge Olguín:  En realidad, todos somos hijos de Dios. Somos todos hermanos. Jesús es nuestro hermano, a la vez, por supuesto, de ser nuestro Maestro.

Horacio Embón: ¿Cristo había reencarnado a Dios?

Jorge Olguín: Cristo había reencarnado en misión como un ser humano, como cualquiera de nosotros.

Horacio Embón: ¿Entonces por qué no somos como él?

 

Jorge Olguín: Por apego, por el ego que nos domina, que nos hace pensar más en nosotros que en la necesidad del otro. Entonces sufrimos desfasajes de personalidad. Tenemos egoísmos, temores...

Otra de las confusiones es pensar que el ego es la pedantería, la soberbia... El ego también es el complejo de inferioridad, es el sentirse disminuido, es el tener miedo a jugarse. Todo lo que es protagonismo, es ego.

Horacio Embón: Volviendo a la mediumnidad, ¿de qué forma yo podría contactarme con esos seres superiores, o con mi Yo Superior?

Jorge Olguín: A través de un médium calificado o teniendo el don de la mediumnidad, en cuyo caso primero tenemos que envolvernos en amor, tenemos que estar en una tremenda armonía para evitar que la entidad que uno tome sea un espíritu del Error. Porque lo importante en la mediumnidad es el mensaje.

Horacio Embón: ¿Entonces, cuando usted convoca o invoca viene todo?

Jorge Olguín: Por supuesto que sí.

Horacio Embón: ¿Viene tanto el error como el acierto, la Oscuridad como la Luz?

Jorge Olguín: Así es, y lo que se busca, precisamente, es que se incorpore una entidad de Luz para que pueda transmitir un mensaje positivo.

Horacio Embón: ¿Y cómo es la práctica de la mediumnidad?

Jorge Olguín: La práctica es entrar en un estado que se llama “alfa”, es decir, directamente poner la mente “en blanco”, y en ese momento llamar a la Luz y así baja la entidad determinada.

Horacio Embón: ¿Cómo clasifica para que no sea una entidad del Error?

Jorge Olguín: No, no la clasifico, “la filtro”, para expresarlo de alguna manera, a través de una envoltura de amor. El amor, prácticamente, constituye una especie de filtro que impide pasar a los espíritus del Error, no les permite incorporarse.

Horacio Embón: ¿Usted es un Maestro?

Jorge Olguín: Yo me considero un maestro igual que todos los demás. De alguna manera todos enseñamos y por ello todos somos maestros. Pero también me considero un alumno, y lo seré hasta el último día de mi encarnación.

Horacio Embón: ¿Qué es una maestría terrenal?

 

 

Jorge Olguín: Una maestría terrenal es poder enseñarles, de alguna manera, a las personas que quieran aprender, la Palabra.

Horacio Embón: ¿Jesús era Maestro de la Luz?

Jorge Olguín: Sí, lo era, y lo sigue siendo en al altísimo plano donde mora actualmente.

Horacio Embón: ¿Buda y Mahoma también?

Jorge Olguín: Sí, por supuesto, cada uno en lo suyo.

Horacio Embón: ¿Qué significa “cada uno en lo suyo”?

Jorge Olguín: Significa que el error es del ser humano encarnado... Todos los Maestros enseñaron lo mismo. Jesús dice —y hablo en presente—

“Amaos los unos a los otros”. En este caso está enseñando el amor impersonal, no el amor personal del  te quiero, te preciso.

Siddartha, el Buda, enseñaba exactamente lo mismo: “Dejad toda ignorancia”; “Volcaos hacia los demás”.

¿Por qué, entonces, las divisiones entre Cristianismo y Budismo? Eso fue obra del ser humano, no de estos Maestros.

Cada Maestro, Mahoma, Confucio, Lao Tsé, tenían una similitud de pensamiento, que fue tergiversada por el hombre.

Horacio Embón: ¿Por qué el hombre en tanta magnitud se confundió —y confundió—, al mejor estilo de Babel?

Jorge Olguín: Por apego, por protagonismo, por fundar sus propias disciplinas, por crear sus propios dogmas. El propio Cristianismo ha creado dogmas, y muchas enseñanzas de Jesús las ha desvirtuado, como por ejemplo, la de la reencarnación... Jesús, en un momento dado, y esto está en la Biblia, habla de la reencarnación en el capítulo de la Transfiguración, donde dice: “Elías ya vino y no lo han reconocido”.

Horacio Embón: ¿A quién se refería Jesús?

Jorge Olguín: Jesús se refería a Juan el Bautista... Han sacado muchas palabras del Maestro... Y estoy convencido de que hay más de 4 evangelios y no todos son ciertos. En esto hay que usar el sentido común.

 

 

Hay evangelios que pintan a un Jesús pequeño malévolo. A ese Evangelio lo dejo de lado, porque el sentido común me dice que el Maestro era Maestro de Amor,  desde su nacimiento hasta su desencarnación.

Horacio Embón: Volviendo al tema del karma, ¿qué significa concretamente esta palabra? ¿Qué significa ese dicho tan común, de que una persona carga su karma hasta el final de sus días?

Jorge Olguín: Muchos asocian el karma con una culpa a pagar. El karma, como ya dije antes, es una “lección a aprender”. Uno se lleva una materia que no rindió bien en una vida anterior y en la siguiente tiene que volver a rendirla.

Horacio Embón: ¿Se pueden dejar materias pendientes porque no las rindió bien?

Jorge Olguín: Sí, e incluso uno se puede llevar más karmas de los que trajo a la encarnación actual. Hay personas que son tan egoicas que viven siempre pensando en sí mismas. Son completamente egocéntricas y viven generando un karma tras otro, y en lugar de revertir determinada lección acarrean más lecciones.

Horacio Embón: Pasando a otro tema, ¿qué son las almas gemelas?

Jorge Olguín: El de las almas gemelas es uno de los temas más importantes... Siempre nos han enseñado a necesitar, porque desde que yo era pequeño he escuchado que el asunto de las almas gemelas lo explicaban diciendo que era un espíritu dividido en dos y que, al separarse, esas almas se vivían buscando por la eternidad hasta encontrarse... y entonces vivían el gran amor terrenal...

Esta concepción, además de ser totalmente errónea, impulsa a los seres humanos a necesitarse. Almas “gemelas”, por otra parte, no necesariamente son dos, pues pueden ser tres, diez, cien, mil...

Las almas gemelas, en realidad, son almas que vibran en resonancia y el ejemplo lo doy con dos guitarras, afinadas ambas en la misma sintonía... Toco la bordona de una de las guitarras y la bordona de la otra guitarra vibra sin que yo la toque, porque está afinada en la misma sintonía. Un espíritu que vibra en una sintonía determinada y otro espíritu que vibra en la misma sintonía son almas que se van a atraer automáticamente.

 

Horacio Embón: ¿Eso es amor?

Jorge Olguín: Eso es amor también. La atracción de las almas gemelas es amor. Yo, por ejemplo, me considero un alma gemela del Maestro Jesús, y esto lo digo con el más absoluto de los respetos, porque vibro en sintonía con él. Reconozco que aún me falta muchísimo para llegar a su altura, pero lo amo...

Horacio Embón:  ¿Jesús era médium?

Jorge Olguín:  Sí, Jesús tenía el don de comunicarse.

Horacio Embón: ¿Usted es un médium?

Jorge Olguín: Sí, lo afirmo.

Horacio Embón: ¿Y con quién se comunica?

Jorge Olguín: Me comunico con entidades de Luz, tanto del planeta Tierra como de otros mundos habitados de otros sistemas estelares.

Horacio Embón: ¿Y cómo es posible contactarse con seres extraterrestres?

Jorge Olguín: Porque la distancia no es obstáculo para el pensamiento. Podemos contactarnos con mundos que están situados a cientos de años luz.

Horacio Embón: ¿Usted recibe o da mensajes?

Jorge Olguín: Yo recibo mensajes.

Horacio Embón: ¿Que le dicen qué?

Jorge Olguín: Por ejemplo, que no va a haber cambios en el fin del Milenio, que la Tierra está muy dividida en fracciones, pero no con referencia a fracciones políticas, ya que es muy raro que entidades de otros planos y de otros mundos se involucren en ese tema. Se involucran más en el tema de las creencias. Nuestro planeta está muy dividido en este aspecto, hay luchas fratricidas por cuestiones religiosas.

Horacio Embón: Por ejemplo, esta última lucha étnica en Kosovo, por no hablar de la Segunda Guerra Mundial y otras luchas históricas por todos conocidas...

Jorge Olguín: Claro, pero lo que más lastima son las luchas de creencias, como las de los fundamentalistas de Afganistán,  los terroristas de Irlanda...

 

 

Voy a mencionar un ejemplo muy breve. Una enfermera estaba cuidando a una anciana minusválida y a los pocos días de haber comenzado, renunció. La nieta fue a averiguar la razón y la enfermera le confesó que había renunciado porque ella pertenecía a una rama protestante —no viene al caso especificar cuál— y la anciana, cuando era más joven, había sido directora de un centro espiritista, y su creencia le impedía cuidarla.

La nieta, entonces, le respondió con el más acendrado sentido común: ¿Cómo, acaso Jesús no enseñó el Servicio sin mirar a quién?

El mensaje que surge de esta historia real es que el amor personal, el amor terrenal nuestro, es sinónimo de respeto y no podemos dar amor si no respetamos. Y el ser humano “utiliza” la religión para separarse, no para hermanarse.

Existe el otro amor, el amor impersonal que nos inculcaba Jesús. Es el amor de Servicio, que no se fija en raza, ni sexo, ni religión, que se brinda espontáneamente a todo el que lo necesita.

La única manera que tenemos nosotros de practicar el amor es, pues, sirviendo, pero solo tenemos una forma de hacerlo: no discriminando.

Horacio Embón: ¿Usted sabe quién fue en una vida anterior el Jorge Olguín con el que estoy dialogando ahora?

Jorge Olguín: Las entidades me han revelado que fui Juan Zebedeo, el discípulo amado del Maestro Jesús. Y como Juan Zebedeo estuve con el Maestro hasta los 18 años míos y 35 de él.

Jesús nació el 6 de agosto del año –6, y falleció el 30 de abril del año 30, es decir, a los 35 años y  9 meses.

Horacio Embón:  ¿Y qué fue de Juan Zebedeo después de la muerte de Jesús?

Jorge Olguín: Como Juan Zebedeo quedé al cuidado de la madre biológica de mi Maestro y en determinado momento, a determinada edad, desencarné y regresé a mi propio plano espiritual, donde quedé en misión hasta que volví a encarnar nuevamente, también en misión, y aquí estoy.

Horacio Embón: ¿Cómo se puede saber quien fue Horacio Embón en una vida anterior?

 

Jorge Olguín: Se puede saber, o bien comunicándose con el Yo Superior de Horacio Embón, o bien haciendo una regresión hacia el pasado.

Horacio Embón: ¿Y cómo se hace eso?

Jorge Olguín: Se lleva a la persona a un estado mental llamado “alfa”, y en este estado, la persona —alerta y no dormida como en el trance hipnótico— va rememorando, primero su infancia y luego sigue hacia atrás, hasta llegar a vidas anteriores.

Horacio Embón: ¿Esto ha sido comprobado científicamente?

Jorge Olguín: Así es... Es importante, para que la regresión sea exitosa, que la persona tenga confianza en el operador, es decir que tenga la certeza de que no se la va a manipular, porque la persona regresa al pasado totalmente alerta y no dormida, reitero, como en el hipnotismo, que es una técnica desaconsejable pues, además de reducir el libre determinismo, es un procedimiento peligroso, porque puede producir trastornos psicosomáticos impredecibles.

Horacio Embón: ¿La persona, entonces, está consciente durante todo el proceso?

Jorge Olguín: Así es. No es una técnica por la que a la persona puede manipulársela como si fuera un títere.

Horacio Embón: ¿Hay personas que no pueden pasar ese umbral e ir al pasado?

Jorge Olguín: Sí, porque pueden estar en ese momento presa de los nervios o tener miedo de lo que va a encontrar al regresar a vidas pasadas... El miedo y las dudas les impiden cruzar el umbral.

Horacio Embón: ¿Yo puedo tomar contacto con espíritus anteriores que haya conocido?  

Jorge Olguín: Posiblemente.

Horacio Embón: ¿Y que tengo que hacer?

Jorge Olguín: Abrirse a ellos, pedir mensajes.

Horacio Embón: ¿Y el mensaje llega?

Jorge Olguín: Siempre llega el mensaje.

Horacio Embón: Pero supongo que no llegará como una voz en el teléfono...

Jorge Olguín: Con respecto a la mediumnidad, muchas personas creen que uno escucha voces... En mi caso, por ejemplo, hablo, simplemente hablo, como si fuera una canilla abierta que en lugar de líquido deja salir palabras...

Horacio Embón: ¿Podría hacer una demostración en este momento?

Jorge Olguín: Por supuesto... Sólo concédame unos segundos para la incorporación de la entidad espiritual...

Rah: Estoy aquí con ustedes... Mi nombre es Rah... Soy un filósofo y estoy actualmente encarnado en Antares 4... Comparto el dolor de todos aquellos seres que necesitan llegar al camino de la Luz. A esos seres les digo: Tened paciencia, tened fe, que su tiempo llegará. 

Estáis dentro de Dios y Dios está dentro de vosotros Muy pronto os fundiréis en Él. Pronto llegará la Gran Comunión... No habrá en vuestro planeta grandes cataclismos, pero sí grandes cambios de conciencia.

Tenéis que tomar esa conciencia para daros cuenta de que vivís en un mundo extremadamente limitado... Solamente les digo: ¡Cuidadlo! Comparto vuestro dolor y les transmito todo mi amor... Les habló Rah.

Jorge Olguín: Ya estoy nuevamente con usted...

Horacio Embón: ¿Mientras las entidades se comunican a través suyo, usted es consciente de lo que está sucediendo?

Jorge Olguín: Generalmente, sí. Me acuerdo de la mayoría de las palabras que la entidad pronuncia.

Horacio Embón: ¿Tiene alguna identidad física la entidad que usted incorpora?

Jorge Olguín: Sí. Esta entidad, llamada Rah, que no es la primera vez que tomo, es un filósofo que reside en Antares 4.

Horacio Embón: ¿Qué es Antares 4?

Jorge Olguín: Los diversos mundos se designan con la denominación de su estrella. Así, Antares 4 es el cuarto planeta de Antares. En el caso nuestro, somos Sol 3.

Horacio Embón: ¿Cómo es Rah físicamente?

 

Jorge Olguín: Rah es una entidad cuyo cuerpo físico no podría vivir en nuestro planeta, porque Antares 4 tiene una densidad atmosférica muy inferior, y pesaría menos de 40 kilos aquí en la Tierra.

Rah, me refiero a su parte encarnada, es un ser antropomorfo similar a nosotros, un poco más bajo que la raza promedio humana, alrededor de un metro y medio o un poco menos.

Horacio Embón: ¿Tiene sexo?

Jorge Olguín: Sí, por supuesto. Rah es masculino. No todos los seres de otros mundos tienen sexo. Hay mundos donde ha dominado la vida vegetal y hay mundos donde ha dominado la vida mineral.

Horacio Embón: ¿Usted cree en el Mesías?

Jorge Olguín: Creo que hay muchas personas capaces de dar mensajes. Sería muy egoísta si dijera que hay sólo un “mensaje salvador”.

En todo caso, yo diría: Volquémonos hacia el Servicio y todos nos vamos a salvar.  Esto lo puedo asegurar.  Quién dedica su vida al Servicio, se salva.

Horacio Embón: Muchas gracias, Jorge Olguín. Lo mejor para usted.

Jorge Olguín:  Y para usted.

 

 

olguin_jorge@yahoo.com

Bibliografía:

Diccionario esotérico Zaniah-Morel, Edit. Kier S.A., 1987. Ciencia de los dioses, Ash-Hewitt, Edit. Sudamericana, 1990. Breve Historia de la Espiritualidad, Luis Fabré, Edit. Claridad S.A., 1988

DATOS  DEL  AUTOR:

Jorge  Raúl  Olguín

Terapeuta en Psicología Transpersonal

Creador de Psicointegración

 

 
 
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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