EL CONTAGIO DE LA CONCIENCIA
Me estiré lo mejor que pude en el vehículo atestado. Estaba
completamente exhausto y me preguntaba cómo hacía Yin para seguir
manejando. Sabía que habíamos tenido suerte. Como suponía mi amigo,
los militares chinos parecían desorganizados e indiferentes en
cuanto a su búsqueda. Habían apostado a un solo guardia ante la
camioneta de la pareja holandesa, mientras los demás registraban a
desgana en la otra dirección, pasando totalmente por alto nuestro
jeep. Yin se las había ingeniado para ponerlo en marcha sin hacer
mucho ruido y rodear a los hombres sin que lo advirtieran, para ir a
buscarme al río.
A esa altura Yin todavía manejaba con los faros apagados y mirando
con gran concentración por el parabrisas para ver el camino
oscurecido.
Al cabo de un momento me miró de soslayo.
—¿El joven holandés al que viste no te dijo nada?
—No —respondí—. Estaba muy asustado. Simplemente huyó.
Yin meneaba la cabeza.
—Es culpa mía, por no haberte dicho nada acerca de la siguiente
extensión de la oración, la Tercera. Habrías tenido más éxito en
cuanto a obtener información.
Comencé a preguntarle a qué se refería, pero me hizo callar con un
ademán.
—SÓLO RECUERDA DÓNDE ESTÁS —me instruyó—. HAS EXPERIMENTADO LA
PRIMERA EXTENSIÓN: CONECTARTE CON LA ENERGÍA Y DEJARLA FLUIR A
TRAVÉS DE TI, VISUALIZANDO QUE FORMA UN CAMPO DE ENERGÍA QUE FLUYE
DELANTE DE TI ADONDEQUIERA QUE VAYAS. LA SEGUNDA EXTENSIÓN,
COMO TE HE EXPLICADO, DISPONE TU CAMPO DE ENERGÍA DE MANERA QUE
INTENSIFIQUE EL FLUIR DE TU VIDA. ESTO LO LOGRAS PERMANECIENDO
SIEMPRE ALERTA Y EXPECTANTE.
Yin me miraba con total seriedad.
—LA TERCERA EXTENSIÓN CONSISTE EN DISPONER TU CAMPO DE
ORACIÓN PARA QUE SALGA Y AUMENTE LA ENERGÍA Y LOS NIVELES
VIBRATORIOS DE OTRAS PERSONAS. CUANDO TU CAMPO DE ORACIÓN ALCANZA A
LOS DEMÁS DE ESTA MANERA, ELLOS SIENTEN UN IMPACTO DE ENERGÍA
ESPIRITUAL, CLARIDAD, INTUICIÓN, Y SERÁ MÁS PROBABLE QUE TE DEN LA
INFORMACIÓN CORRECTA.
De nuevo supe con exactitud a qué apuntaba. En Perú, bajo la tutela
de Wil y Sánchez, yo había explorado cómo enviar energía a otras
personas, como una nueva postura ética hacia los demás. Ahora, en
apariencia. Yin me aclaraba cómo hacerlo de manera más eficaz.
—Ya sé a qué te refieres —le dije—. ME ENSEÑARON QUE EXISTE UNA
EXPRESIÓN MÁS ELEVADA DEL YO, CAPAZ DE ENCONTRARSE EN EL ROSTRO DE
CADA PERSONA. SI LE HABLAMOS A ESE YO, A ESA EXPRESIÓN, NUESTRA
ENERGÍA AYUDA A LEVANTARLOS EN LA CONCIENCIA DE SU YO MÁS ELEVADO.
—Sí —respondió Yin—, PERO ESTE EFECTO AUMENTA SI UNO SABE CÓMO
EXTENDER EL CAMPO DE ORACIÓN DE UNO, COMO EXPLICAN LAS LEYENDAS.
DEBEMOS ESPERAR QUE NUESTRO CAMPO DE ORACIÓN VAYA DELANTE DE
NOSOTROS Y AUMENTE LA VIBRACIÓN DE LOS DEMÁS A CIERTA DISTANCIA,
INCLUSO ANTES DE QUE NOS HALLEMOS LO BASTANTE CERCA COMO PARA VERLES
LA CARA. Lo miré con expresión interrogante.
—CONSIDÉRALO DE ESTE MODO: SI EN VERDAD ESTÁS PRACTICANDO LA
PRIMERA EXTENSIÓN, LA ENERGÍA VIENE A TI Y TÚ VES EL MUNDO COMO ES
EN REALIDAD: COLORIDO, VIBRANTE, HERMOSO COMO UN BOSQUE MÁGICO O UN
DESIERTO COLORIDO. AHORA, PARA PRACTICAR LA TERCERA EXTENSIÓN, DEBES
VISUALIZAR EN FORMA CONSCIENTE QUE TU ENERGÍA REBOSA HACIA EL CAMPO
DE TODOS LOS QUE TE RODEAN Y ELEVA SU VIBRACIÓN DE MODO QUE TAMBIÉN
COMIENCEN A VER EL MUNDO COMO EN REALIDAD ES. UNA VEZ QUE ESTO
OCURRE, PUEDEN AFLOJAR EL PASO Y PERCIBIR LA SINCRONICIDAD. DESPUÉS
DE DISPONER TU CAMPO DE ESTA MANERA ES MÁS FÁCIL OBSERVAR LA
EXPRESIÓN MÁS ELEVADA DEL YO EN LAS CARAS DE LOS DEMÁS.
Hizo una pausa y me miró directamente, como si acabara de
ocurrírsele otra cosa.
—RECUERDA TAMBIÉN —continuó— QUE HAY PELIGROS LATENTES QUE DEBEN
EVITARSE CUANDO ELEVAS A ALGUIEN. CADA ROSTRO ES UN CONJUNTO DE
RASGOS, COMO UNA... EH... MANCHA DE TINTA, Y PUEDES VER MUCHAS COSAS
ALLÍ. PUEDES VER LA IRA DE UN PADRE ABUSADOR, LA INDIFERENCIA DE UNA
MADRE NEGLIGENTE, O EL ROSTRO DE ALGUNA OTRA PERSONA QUE TE HA
AMENAZADO. ESTO ES UNA PROYECCIÓN DE TU PASADO, UNA PERCEPCIÓN
CREADA POR UNA SITUACIÓN TRAUMÁTICA QUE HA COLOREADO LA MANERA COMO
ESPERAS QUE ACTÚEN LOS DEMÁS. CUANDO VES A UNA PERSONA QUE SE PARECE
AUNQUE SEA UN POCO A ALGUIEN QUE TE HA HECHO DAÑO, LA TENDENCIA ES
ESPERAR QUE ESE INDIVIDUO SE COMPORTE DEL MISMO MODO.
"ES MUY IMPORTANTE COMPRENDER ESTE PROBLEMA, Y HAY QUE VIGILARLO DE
CERCA. TODOS DEBEMOS IR MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS DICTADAS POR
NUESTRAS EXPERIENCIAS PASADAS. ¿Entiendes?
Asentí, ansioso de que prosiguiera.
—Ahora piensa otra vez en lo que te sucedió en el hotel de Katmandú.
Debemos observarlo con más atención. ¿No dijiste que, cuando se
sentó, el hombre de la piscina cambió el estado de ánimo de todos?
Asentí, recordando. Era una afirmación totalmente correcta. -Con su
llegada, el hombre había dado la impresión de imponer un nuevo
estado de ánimo en la zona de la piscina, incluso antes de haber
dicho una palabra.
—Eso ocurrió porque su energía ya estaba dispuesta para ingresar en
los campos de energía de los demás y darles un impulso positivo.
Piensa en la sensación exacta que eso causaba.
Desvié la mirada un momento, tratando de recrear en mi mente lo que
había sucedido. Por fin dije:
—Dio la impresión de que todos los que se encontraban allí pasaron
de un estado de irritación y descontento a un estado de ánimo más
abierto y dispuesto a la conversación. Es difícil de explicar.
—La energía de ese hombre los abrió a explorar algo nuevo —continuó
Yin—, en lugar de quedarse empantanados en el miedo o la
desesperación o lo que fuere que estuvieran sintiendo.
Yin calló un breve instante, al tiempo que me miraba con atención.
—Por supuesto —prosiguió—, podría haber sucedido lo contrario. Si el
hombre no hubiera sido lo bastante fuerte en su energía al entrar en
la zona de la piscina, podría haber quedado abrumado por el estado
de baja energía del resto de ustedes y haber descendido a ese nivel.
Eso es lo que te ocurrió cuando te encontraste con el joven
holandés. Él estaba aterrado, y su miedo te afectó. Permitiste que
prevaleciera el estado de ánimo de él.
"Verás: LOS CAMPOS DE ENERGÍA DE TODOS SE MEZCLAN, Y PREDOMINA
EL MÁS FUERTE. ÉSA ES LA DINÁMICA INCONSCIENTE QUE CARACTERIZA
AL MUNDO HUMANO. EL ESTADO DE NUESTRA ENERGÍA, ES DECIR, NUESTRAS
EXPECTATIVAS PREDOMINANTES, SEAN CUALES FUEREN, SALEN E INFLUYEN EN
EL ESTADO DE ÁNIMO Y LA ACTITUD DE TODOS LOS DEMÁS. EL NIVEL DE
CONCIENCIA ENTRE LOS SERES HUMANOS Y TODAS LAS EXPECTATIVAS QUE LO
ACOMPAÑAN SON CONTAGIOSOS.
"ESTO EXPLICA LOS GRANDES MISTERIOS DE LA CONDUCTA DE LAS
MULTITUDES: POR QUÉ PERSONAS DECENTES, INFLUIDAS POR UNOS CUANTOS
QUE SON PRESA DE GRAN MIEDO O IRA, PUEDEN VERSE ENVUELTAS EN
LINCHAMIENTOS, DISTURBIOS U OTROS ACTOS DESPRECIABLES. TAMBIÉN
EXPLICA POR QUÉ FUNCIONA LA HIPNOSIS Y POR QUÉ LAS PELÍCULAS Y LA
TELEVISIÓN EJERCEN UNA INFLUENCIA TAN GRANDE EN LOS INDIVIDUOS DE
MENTE MÁS DÉBIL. EL CAMPO DE ORACIÓN DE CADA PERSONA DE LA TIERRA SE
ENTREMEZCLA CON LOS DE TODAS LAS DEMÁS, PRODUCIENDO TODAS LAS
NORMAS Y AFILIACIONES DE GRUPO Y NACIONALISMOS Y HOSTILIDADES
ÉTNICAS QUE VEMOS POR AHÍ.
Yin sonrió.
—La cultura es contagiosa. Viaja a un país extranjero y fíjate cómo
la gente no sólo piensa en forma diferente, sino que también siente
en forma diferente, debido a una cuestión de estado de ánimo y
perspectiva.
"ES UNA REALIDAD QUE DEBEMOS COMPRENDER Y DOMINAR. ES PRECISO
RECORDAR DE MANERA CONSCIENTE UTILIZAR LA TERCERA EXTENSIÓN. CUANDO
NOS RELACIONAMOS CON UNA PERSONA Y DESCUBRIMOS QUE ESTAMOS ADOPTANDO
SU ESTADO DE ÁNIMO, QUE NOS ABRUMAN SUS EXPECTATIVAS, TENEMOS QUE
RETROCEDER, LLENAMOS OTRA VEZ DE ENERGÍA POSITIVA Y EMANARLA EN
FORMA MUY CONSCIENTE HASTA QUE EL ESTADO DE ÁNIMO SE ELEVE. Si
hubieras podido hacer eso con el joven holandés, quizás habrías
averiguado algo sobre Wil antes de que huyera.
Me sentía impresionado. Yin parecía tener pleno dominio de esta
información.
—Yin —dije—, eres un erudito. Se le borró la sonrisa.
—Existe una diferencia entre saber cómo funciona todo esto
—respondió— y poder hacerlo.
Debo de haber dormido durante horas, porque cuando me desperté se
había puesto el Sol y el jeep estaba estacionado en una región
plana, por encima del camino. Me estiré y luego volví a desplomarme
en el asiento. Durante unos minutos me quedé mirando más allá de
varios montículos de piedras, la carretera de grava que corría
abajo. Pasó un nómada que conducía un caballo y una pequeña carreta,
pero salvo eso el camino se hallaba vacío. El cielo era claro como
el cristal y desde algún punto a nuestras espaldas me llegó el
llamado de un pájaro. Respiré hondo. Parte de la tensión del día
anterior había cedido.
Yin comenzó lentamente a moverse; enseguida se sentó y me miró con
una sonrisa. Bajó del jeep y se estiró; luego tomó de la parte
posterior un calentador, sobre el cual puso un recipiente con agua
para preparar avena cocida y té. Me le acerqué y traté de seguirlo
en una serie de difíciles ejercicios semejantes a los del Tai-Chi.
Oí que se acercaba un vehículo por el camino, a buena velocidad.
Esperamos detrás de una roca mientras el coche pasaba; los dos lo
reconocimos al mismo tiempo.
—Era el joven holandés —dijo Yin, al tiempo que corría hacia el
jeep. Recogí el calentador, lo arrojé a la parte de atrás y salté al
vehículo mientras Yin daba la vuelta.
—A la velocidad que va, tendremos suerte si lo alcanzamos —comentó
Yin mientras corríamos tras él.
Subimos por una colina y bajamos a un estrecho valle, hasta que al
fin divisamos el vehículo, que avanzaba por el camino varios cientos
de metros más adelante.
—Tenemos que alcanzarlo con nuestra energía de oración —dijo Yin.
Asentí y respiré hondo, visualizando que mi energía rebosaba camino
arriba, ingresaba en el auto y ejercía su efecto sobre el joven.
Imaginé que aminoraba la marcha y se detenía.
Mientras enviaba la imagen, en realidad el vehículo aceleró,
distanciándose de nosotros. Me sentí confundido.
—¿Qué haces? —me gritó Yin.
—Utilizo mi campo para hacerlo parar.
—NO USES TU ENERGÍA DE ESE MODO —se apresuró a advertirme—. SURTE
EL EFECTO OPUESTO. Lo miré sin comprender.
—¿QUÉ HACES CUANDO ALGUIEN TRATA DE MANIPULARTE PARA QUE HAGAS ALGO?
—Me resisto —respondí.
—Correcto —continuó Yin—. EN EL NIVEL INCONSCIENTE, EL HOLANDÉS
PUEDE SENTIR QUE TRATAS DE ORDENARLE QUÉ HACER. SE SIENTE
MANIPULADO, Y ESO LE DA LA SENSACIÓN DE QUE EL QUE LO INTENTA NO SE
PROPONE NADA BUENO, LO CUAL LE PRODUCE MÁS MIEDO Y AUMENTA SU
DETERMINACIÓN DE HUIR.
"LO ÚNICO QUE PODEMOS HACER ES VISUALIZAR QUE NUESTRA ENERGÍA SE
EXTIENDE Y AUMENTA EL NIVEL DE VIBRACIÓN GENERAL DEL JOVEN. ESTO LE
PERMITE SUPERAR EN FORMA MÁS PLENA SU MIEDO Y PONERSE EN CONTACTO
CON LAS INTUICIONES DE SU YO MÁS ELEVADO,
que, espero, lo conduzcan a tenemos menos miedo y quizás a
arriesgarse a una conversación. Eso es todo lo que podemos hacer con
nuestra energía de oración. PRETENDER ALGO MÁS EQUIVALE A
PRESUMIR QUE NOSOTROS SABEMOS CUÁL ES SU MEJOR CURSO DE VIDA, Y ESO
SÓLO ÉL LO SABE. Tal vez resulte que su intuición más elevada,
una vez que le enviemos suficiente energía, le indique abandonarnos
y salir del país. TENEMOS QUE ESTAR ABIERTOS A ESO. SÓLO PODEMOS
AYUDARLO A TOMAR LA DECISIÓN DESDE EL NIVEL DE ENERGÍA MÁS ELEVADO
POSIBLE.
Tomamos por una curva del camino, y el vehículo azul ya no se veía
por ninguna parte. Yin aminoró la marcha. A nuestra derecha se abría
un camino más angosto que parecía destacarse.
—¡Por ahí! —exclamé, señalando.
Unos cien metros más adelante, al pie de una pequeña colina, había
un afluente ancho pero de poca profundidad. En el medio se hallaba
el vehículo del holandés, acelerando el motor, con las ruedas
girando y escupiendo lodo, pero sin ir a ninguna parte. Estaba
atascado.
El joven miró hacia atrás, nos vio y abrió la puerta, dispuesto a
salir corriendo. Pero al reconocerme apagó el motor y bajó, hundido
en el agua hasta las rodillas.
Mientras deteníamos el jeep cerca, Yin me miró con atención, y por
su expresión me di cuenta de que me advertía que empleara mi
energía. Le hice una seña afirmativa.
—Podemos ayudarte —le dije al joven.
Por un momento nos miró con desconfianza, pero poco a poco se
ablandó. Yin y yo avanzamos por el agua y empujamos el guardabarros
de su auto, al tiempo que él aceleraba el motor. Las ruedas giraron
en el aire un instante, arrojando barro contra mis pantalones;
luego el auto dio un salto, salió del bache y cruzó al otro lado del
río. Lo seguimos en nuestro jeep. El joven nos miró un momento, como
decidiendo si escapar o no, pero al fin bajó y vino hacia nosotros.
Mientras se aproximaba, nos presentamos. Nos dijo que se llamaba
Jacob.
Mientras hablábamos comencé a buscar en su rostro la expresión más
sabia que pude detectar.
Jacob meneaba la cabeza, aún aterrado; durante varios minutos
averiguó quiénes éramos y nos interrogó con respecto a sus amigos
perdidos.
—No sé por qué vine al Tíbet —dijo al fin—. Siempre pensé que era
demasiado peligroso. Pero mis amigos querían que los acompañara. No
tengo idea de por qué accedí. ¡Dios mío, había soldados chinos por
todas partes! ¿Cómo sabían que íbamos a estar ahí?
—¿Pediste indicaciones a alguien a quien no conocías?
Nos miró con dureza.
—Sí. ¿Creen que nos delataron a los soldados?
Yin asintió, y en apariencia Jacob se asustó aún más; miraba hacia
todos lados con nerviosismo.
—Jacob —le pregunté—, tengo que saberlo: ¿conociste a Wilson James?
El joven aún parecía incapaz de concentrarse.
—¿Cómo sabemos que los chinos no nos pisan los talones?
Le busqué los ojos, y al fin logré que me mirara.
—Esto es importante, Jacob. ¿Recuerdas haber visto a Wil? Parece
peruano, pero habla inglés con acento de los Estados Unidos.
Jacob continuaba confundido.
—¿Por qué es importante? Debemos encontrar una manera de salir de
aquí.
Mientras lo escuchábamos, Jacob continuó haciendo varias sugerencias
acerca de dónde podíamos acampar hasta que los chinos abandonaran
la zona, o mejor aún, de qué manera podíamos realizar una riesgosa
travesía por los Himalayas hasta la India. Al final comenzó a
mirarme.
—¿Por qué quieren encontrar a ese hombre? —preguntó.
—Creemos que necesita nuestra ayuda. Él me pidió que viniera al
Tíbet.
Me miró un momento, al parecer tratando de enfocar.
—Sí —respondió al fin—. Conocí a tu amigo. Lo vi en el vestíbulo de
un hotel de Lhasa. Estábamos sentados uno frente al otro y nos
pusimos a hablar de la ocupación china. Hace un largo tiempo que
estoy furioso con los chinos, y supongo que vine acá porque quería
hacer algo, cualquier cosa. Wil me dijo que me había visto tres
veces ese día en diversos lugares del hotel, y que eso significaba
algo. No sé a qué se refería.
—¿Te mencionó un lugar llamado Shambhala? —le pregunté.
Su expresión mostró interés.
—No exactamente. Mencionó algo al pasar, algo al respecto de que el
Tíbet no sería liberado hasta que se comprendiera Shambhala. Algo
así.
—¿Te mencionó un punto de acceso?
—No creo. No recuerdo mucho de la conversación. En realidad fue muy
breve.
—¿Y te dijo cuál era su destino? —preguntó Yin—. ¿Te mencionó adónde
iba?
Jacob desvió la mirada, pensando; luego dijo:
—Creo que mencionó un lugar con un nombre muy extraño... Dormar,
creo... y algo más, sobre las ruinas y un viejo monasterio que hay
ahí...
Miré a Yin.
—Conozco el lugar —dijo—. Queda en el noroeste, a cuatro o cinco
días de viaje. Será difícil... y frío.
Pensar en tener que internamos tanto en las regiones más salvajes
del Tíbet descalabró mi energía.
—¿Quieres venir con nosotros? —le preguntó Yin a Jacob.
—No, gracias —respondió el joven—. Tengo que irme de aquí.
—¿Estás seguro? —presionó Yin—. Parece que los chinos están muy
activos en este momento.
—No puedo —respondió Jacob, apartando la vista—. Soy el único que
queda para contactarse con mi gobierno y buscar a mis amigos, si es
que logro encontrar una manera de irme.
Yin garabateó algo en un papel, que le dio a Jacob.
—Busca un teléfono y llama a este número —le indicó al holandés—.
Menciona mi nombre y déjales un número adonde puedan llamarte para
indicarte qué hacer. Diles quién eres, cuéntales lo que pasó, y te
ayudarán. —A continuación Yin le indicó el mejor camino para volver
a Saga, y lo acompañamos de vuelta a su vehículo.
Una vez que subió, nos dijo:
—Buena suerte... Espero que encuentren a su amigo. Asentí.
—Si lo encuentran —agregó—, entonces tal vez resulte que es por esto
que vine al Tíbet, ¿no? Para poder ayudar.
Se volvió y puso el motor en marcha; nos miró una vez más y se
marchó. Yin y yo nos apresuramos a subir a nuestro jeep y mientras
salíamos al camino principal vi que sonreía.
—¿Ahora comprendes la Tercera Extensión? —me preguntó—. Piensa en
todo lo que produce.
Lo miré un momento, reflexionando en su pregunta. LA CLAVE DE
ESTA EXTENSIÓN, AL PARECER, ERA LA IDEA DE QUE NUESTROS CAMPOS
PUEDEN IMPULSAR A OTROS, ELEVARLOS A UNA CONCIENCIA MÁS ALTA, EN LA
QUE PUEDEN RECURRIR A SUS PROPIAS INTUICIONES GUÍA. PARA MÍ, LO QUE
MÁS EXPANDÍA ESTA IDEA, ADEMÁS DE TODO LO QUE HABÍA OÍDO EN PERÚ,
ERA EL CONCEPTO DE QUE NUESTRO CAMPO DE ORACIÓN FLUYE DELANTE DE
NOSOTROS, Y QUE PODEMOS DISPONERLO PARA ELEVAR A CUALQUIERA CON
QUIEN ENTRE EN CONTACTO, AUN CUANDO NO LES HABLEMOS DIRECTAMENTE NI,
INCLUSO, LES VEAMOS LA CARA. PODEMOS LOGRARLO VISUALIZANDO
PLENAMENTE QUE ASÍ SUCEDE... MEDIANTE EL HECHO DE ESPERARLO.
DESDE LUEGO, ES PRECISO NO ACTUAR DE UN MODO CONTROLADOR CON ESTA
ENERGÍA, PORQUE DE LO CONTRARIO PRODUCE EL EFECTO OPUESTO,
tal como yo había visto cuando intenté hacer que Jacob detuviera su
auto. Le mencioné todo esto a Yin.
—LO QUE VAS COMPRENDIENDO ES EL ASPECTO MÁS IMPORTANTE DE LA
MENTE HUMANA —me explicó Yin—. EN ALGÚN SENTIDO, TODOS COMPARTIMOS
MENTES. POR CIERTO TENEMOS CONTROL SOBRE NOSOTROS MISMOS Y PODEMOS
RETIRARNOS, AISLARNOS, PENSAR EN FORMA INDEPENDIENTE. PERO, COMO YA
TE DIJE, LA VISIÓN HUMANA DOMINANTE DEL MUNDO ES SIEMPRE UN CAMPO
GIGANTE DE CREENCIA Y EXPECTATIVA. LA CLAVE DEL PROGRESO HUMANO
RADICA EN CONTAR CON SUFICIENTES PERSONAS CAPACES DE IRRADIAR UNA
EXPECTATIVA MÁS ELEVADA DE AMOR HACIA ESTE CAMPO HUMANO. ESTE
ESFUERZO NOS PERMITE CONSTRUIR UN NIVEL DE ENERGÍA SIEMPRE MÁS
ELEVADO, E INSPIRARNOS MUTUAMENTE HACIA NUESTRO MAYOR POTENCIAL.
Yin dio la impresión de relajarse un momento; me sonrió.
—La cultura de Shambhala —añadió— se construye alrededor de la
suposición de un campo como el que te describo.
No pude sino devolverle la sonrisa. Aquel viaje comenzaba a tener
sentido de un modo que aún no conseguía articular.
Los dos días siguientes pasaron sin sobresaltos, sin ninguna señal
de los militares chinos. Todavía en la ruta sur en dirección al
noroeste, cruzamos otro río cercano a la cima de Mayun-La, un alto
paso de montaña. El paisaje era espectacular, con picos cubiertos de
hielo a cada lado del camino. Pasamos la primera noche en Hor Qu, en
una posada que Yin conocía, y por la mañana continuamos viaje hacia
el lago Mansarowar.
Cuando nos aproximábamos al lago, Yin me advirtió:
—Aquí tendremos que tener mucho cuidado otra vez. El lago y el monte
Kailash, que queda más adelante, son destinos clave para gente de
toda la región: la India, Nepal y China, además del Tíbet. Es un
lugar sagrado como ninguno. Habrá muchos peregrinos, así como muchos
puestos de control chinos.
Varios kilómetros más adelante Yin salió de la ruta principal y tomó
por una vieja senda, por la que avanzamos rodeando uno de los
puestos de control; luego comenzamos a divisar el lago. Miré a Yin,
que sonreía. La vista era increíble: una enorme perla turquesa que
se extendía sobre el terreno rocoso, marrón oliváceo, y el conjunto
enmarcado contra las montañas cubiertas de nieve del fondo. Una de
las montañas, según me señaló Yin, era el monte Kailash.
Mientras pasábamos en el jeep ante el lago, alcanzamos a ver
numerosos grupos de peregrinos parados alrededor de grandes mástiles
con banderas.
—¿Qué son? —pregunté.
—Banderas de oración —respondió Yin—. Plantar banderas que
simbolicen nuestras plegarias es una tradición tibetana desde hace
siglos. Las banderas de oración se dejan flamear al viento, y esto
envía continuamente a Dios las plegarias que contienen. Las banderas
de oración también se dan a la gente.
—¿Qué tipo de plegarias contienen?
—Plegarias que piden que predomine el amor en toda la humanidad.
Guardé silencio.
—Irónico, ¿verdad? —agregó Yin—. La cultura del Tíbet vive dedicada
por entero a la vida espiritual. Podría decirse que somos los más
religiosos del globo. Y nos ha atacado el gobierno más ateo de la
Tierra, el de China. Es un contraste perfecto para que lo vea todo
el mundo. Prevalecerá una visión o la otra.
Sin hablar más, atravesamos otra población pequeña y luego entramos
con cautela en Darchen, el pueblo más próximo al monte Kailash,
donde Yin contrató a dos mecánicos conocidos para que revisaran el
jeep en busca de potenciales problemas. Acampamos con los lugareños
lo más cerca de la montaña que pudimos sin despertar sospechas. Yo
no podía apartar los ojos de la cumbre nevada.
—Desde aquí, Kailash parece una pirámide —comenté.
Yin asintió.
—¿Qué te dice eso? Tiene poder.
Mientras el Sol se hundía en el horizonte, contemplamos una vista
asombrosa. Un ocaso increíble llenaba el cielo occidental con capa
tras capa de nubes color durazno, y al mismo tiempo el Sol, debajo
del horizonte, aún brillaba contra las laderas nevadas del monte
Kailash, convirtiéndolas en un deslumbrante espectáculo de amarillo
y naranja.
—A lo largo de toda la historia —dijo Yin— grandes emperadores han
viajado miles de kilómetros a lomo de caballo o en carros para
admirar estas vistas del Tíbet. Se creía que la primera luz de la
mañana y la última de la tarde encerraban grandes poderes
rejuvenecedores y visionarios.
Mientras él hablaba, yo me sentía incapaz de apartar los ojos de la
luz majestuosa que me rodeaba. De veras me sentía rejuvenecido, y
casi sereno. Frente a nosotros, hacia el Kailash, los valles llanos
y las estribaciones bajas lucían bañados en estratos alternados de
reflejos pardos de sombra y luz que daban un contraste fantasmal a
los cerros más elevados, iluminados por el Sol, que parecían relucir
desde adentro. La vista era surrealista; por primera vez me di
cuenta de por qué los tibetanos eran tan espirituales. La luz de
esa sola región los impulsaba de manera inexorable a una conciencia
más plena.
A la mañana siguiente, temprano, nos hallábamos de nuevo en
marcha; en cinco horas habíamos alcanzado las afueras de Ah. El
cielo estaba encapotado y la temperatura descendía con rapidez. Yin
tomó por varios caminos casi intransitables, con el objeto de no
pasar por la parte principal del pueblo.
—Ahora esto es principalmente una zona china —dijo Yin—, con bares y
locales desnudistas para los soldados. tenemos que atravesarla sin
que nadie repare en nosotros.
Cuando volvimos a tomar por un camino decente, ya estábamos al norte
del pueblo. En un momento divisé un edificio de oficinas recién
construido, ante el cual había estacionados varios camiones más
nuevos. No se observaba ningún movimiento en el terreno.
Yin lo vio al mismo tiempo; salió del camino principal hacia un
viejo acceso para autos y se detuvo.
—Es un edificio chino nuevo —me explicó—. No lo conocía. Fíjate, a
ver si alguien de allí nos observa mientras pasamos.
En ese momento se levantó un viento y comenzó a nevar copiosamente,
lo cual ayudó a oscurecer nuestra identidad. Mientras pasábamos,
miré con mucha atención el lugar. La mayoría de las ventanas del
edificio estaban cubiertas con colgaduras.
—¿Qué es este lugar? —pregunté.
—Una antigua estación de explotación petrolera, creo. Pero quién
sabe.
—¿Qué pasa con el clima?
—Parecería que viene una tormenta. Podría ayudarnos.
—Crees que es probable que nos busquen también aquí, ¿verdad?
—pregunté.
Me miró con profunda tristeza, que se convirtió en furiosa ira.
—Éste es el pueblo donde mataron a mi padre —dijo. Meneé la cabeza.
—Qué terrible que hayas tenido que presenciar semejante horror.
—Les ha sucedido a miles de tibetanos —comentó, con la vista fija
adelante. Percibí su odio. Meneó la cabeza y me miró.
—Es importante no pensar en eso. Tenemos que evitar ese tipo de
imágenes. En especial tú. Como ya te dije, quizá yo no sea capaz de
controlar mi ira. Tú debes actuar mejor que yo con este problema, de
modo que puedas continuar solo, de ser necesario.
—¿Qué?
—Escúchame con atención —me dijo—. Debes comprender con
exactitud dónde te encuentras. Has aprendido las tres primeras
extensiones. Has podido elevar en forma consistente tu energía y
crear un campo fuerte. No obstante, al igual que yo, todavía caes
en el miedo y la ira. Hay algunas otras cosas que puedo contarte en
cuanto a fijar tu efluvio de energía.
—¿Qué quieres decir con "fijar"? —quise saber.
—DEBES ESTABILIZAR MEJOR TU FLUJO DE ENERGÍA, DE MODO QUE SALGA
DE TI HACIA EL MUNDO CON FUERZA, CUALQUIERA SEA TU SITUACIÓN. CUANDO
LO LOGRAS, LAS TRES EXTENSIONES QUE HAS APRENDIDO SE CONVIERTEN EN
UNA MENTALIDAD Y UN MODO DE VIDA CONSTANTES.
—¿Ésa es la Cuarta Extensión? —pregunté.
—Es el comienzo de la Cuarta. Lo que estoy por decirte es la última
información que tenemos sobre las extensiones. El resto de la
Cuarta Extensión sólo lo conoce con claridad la gente de Shambhala.
"IDEALMENTE, LAS EXTENSIONES DEBERÍAN FUNCIONAR JUNTAS DE LA
SIGUIENTE MANERA: TU ENERGÍA DE ORACIÓN DEBE PROVENIR DE TU CONEXIÓN
DIVINA INTERIOR Y FLUIR ANTE TI, PRODUCIENDO LA SINCRONICIDAD
ESPERADA Y ELEVANDO A TODOS LOS QUE TOQUE HACIA SUS YOES MÁS
ELEVADOS. DE ESTE MODO MAXIMIZA LA MISTERIOSA EVOLUCIÓN DE NUESTRA
VIDA, ASÍ COMO LA CONCIENCIA Y LA PLENITUD DE NUESTRAS MISIONES
INDIVIDUALES EN ESTE PLANETA.
"POR DESGRACIA, CHOCAMOS CON OBSTÁCULOS EN EL CAMINO, DESAFÍOS QUE
PRODUCEN UN ESTADO DE MIEDO QUE, COMO YA HEMOS HABLADO, PROVOCAN
DUDA Y POR LO TANTO DERRUMBAN NUESTRO CAMPO. PEOR AÚN, ESTE MIEDO
PUEDE PRODUCIR IMÁGENES NEGATIVAS, EXPECTATIVAS MALAS, LO CUAL PUEDE
CONTRIBUIR A CREAR EN NUESTRA VIDA LO QUE MÁS TEMEMOS. LO QUE DEBES
APRENDER AHORA ES UNA MANERA DE FIJAR TU ENERGÍA MÁS ELEVADA DE MODO
DE PERMANECER CON MÁS FRECUENCIA EN EL FLUJO POSITIVO.
"EL PROBLEMA DEL MIEDO —PROSIGUIÓ YIN— ES QUE PUEDE SER MUY SUTIL E
INTRODUCIRSE SUBREPTICIAMENTE EN NOSOTROS CON GRAN RAPIDEZ. VERÁS:
UNA IMAGEN DE MIEDO SIEMPRE TIENE QUE VER CON ALGÚN RESULTADO O
CONSECUENCIA QUE NO QUEREMOS QUE OCURRA. TEMEMOS FRACASAR,
COLOCARNOS EN SITUACIONES VERGONZOSAS PARA NOSOTROS O PARA NUESTRA
FAMILIA, PERDER NUESTRA LIBERTAD O A ALGUIEN A QUIEN QUEREMOS, O LA
PROPIA VIDA. LA PARTE DIFÍCIL RADICA EN QUE, CUANDO COMENZAMOS A
SENTIR TAL MIEDO, A MENUDO SE CONVIERTE CON RAPIDEZ EN IRA, Y USAMOS
ESTA IRA PARA AUMENTAR NUESTRAS FUERZAS Y LUCHAR CONTRA CUALQUIER
PERSONA A QUIEN SINTAMOS QUE CONSTITUYE UNA AMENAZA.
"YA SINTAMOS MIEDO O IRA, DEBEMOS DARNOS CUENTA DE QUE ESTAS
EMOCIONES VIENEN DE UNA SOLA FUENTE: AQUELLOS ASPECTOS DE NUESTRA
VIDA A LOS QUE QUEREMOS AFERRAMOS.
"LAS LEYENDAS DICEN QUE, PUESTO QUE EL MIEDO Y LA IRA PROVIENEN DE
LA PREOCUPACIÓN POR LA POSIBILIDAD DE PERDER ALGO, LA MANERA DE
EVITAR ESTAS EMOCIONES CONSISTE EN DESPRENDERSE DE TODOS LOS
RESULTADOS O CONSECUENCIAS.
Estábamos ya bien al norte del pueblo y la nieve caía aún más densa.
Yin se esforzaba por ver el camino y me miraba de reojo muy
brevemente mientras hablaba.
—Tomemos nuestro caso, por ejemplo —continuó—. Estamos buscando a
Wil y el punto de acceso a Shambhala. Las leyendas dirían que, al
mismo tiempo que disponemos nuestros campos para esperar sólo las
intuiciones y los sucesos correctos para que nos guíen, deberíamos
desprendernos por completo de cualquier resultado particular. A
esto apuntaba yo cuando te advertí acerca de apegarte demasiado a si
Jacob se detenía o no. Lo importante del desprendimiento, o desapego,
es el gran mensaje de Buda y el don a la humanidad que brindan todas
las religiones orientales.
Yo estaba familiarizado con el concepto, pero en aquel momento me
costaba comprender su valor.
—Yin —protesté—, ¿cómo podemos desprendernos por completo? Para mí,
a menudo esta idea suena como la teoría de la torre de marfil.
Podría ser una cuestión de vida o muerte que ayudemos a Wil. ¿Cómo
podemos no preocupamos por eso?
Yin
desvió el jeep del camino y se detuvo. Ahora la visibilidad era casi
cero.
—NO DIJE QUE NO HAY QUE PREOCUPARSE —continuó—. DIJE QUE NO HAY
QUE APEGARSE A NINGÚN RESULTADO EN PARTICULAR. LO QUE OBTENEMOS EN
LA VIDA ES SIEMPRE LIGERAMENTE DIFERENTE DE LO QUE DESEAMOS.
DESPRENDERSE ES DARSE CUENTA DE QUE SIEMPRE HAY UN PROPÓSITO MÁS
ELEVADO QUE SE PUEDE ENCONTRAR EN CUALQUIER SUCESO, EN CUALQUIER
RESULTADO. SIEMPRE PODEMOS ENCONTRAR UN HILO DE PLATA, UN
SIGNIFICADO POSITIVO, A PARTIR DEL CUAL PODAMOS CONSTRUIR.
Asentí. Era un concepto que conocía de Perú.
—Comprendo el valor de mirar las cosas de ese modo en general
—repuse—, pero ¿una perspectiva así no tiene sus límites? ¿Y si
estamos a punto de ser asesinados, o torturados? Es difícil
desprenderse ante esas cosas, o ver en ellas un hilo de plata.
Yin me miró con dureza.
—Pero... ¿y si ser torturado es siempre el resultado de que no
nos desprendemos lo suficiente durante los hechos que llevan a tal
situación crítica? NUESTRAS LEYENDAS DICEN QUE CUANDO APRENDEMOS EL
DESPRENDIMIENTO NUESTRA ENERGÍA PUEDE PERMANECER LO BASTANTE ELEVADA
COMO PARA EVITAR TODOS ESOS SUCESOS EN EXTREMO NEGATIVOS. SI
CONSEGUIMOS MANTENERNOS FUERTES, ESPERANDO SIEMPRE LO POSITIVO, YA
SEA EL RESULTADO EXACTAMENTE LO QUE PENSAMOS O NO, ENTONCES
COMIENZAN A OCURRIR MILAGROS. Yo no podía creerlo.
—¿QUIERES DECIR QUE TODO LO MALO QUE NOS SUCEDE OCURRE PORQUE
PASAMOS POR ALTO ALGUNA OPORTUNIDAD SINCRÓNICA DE EVITARLO?
Me miró sonriente.
—Sí, es exactamente lo que estoy diciendo.
—¡PERO ES ESPANTOSO! ¿ESO NO ASIGNA LA CULPA, DIGAMOS, A ALGUIEN QUE
SUFRE UNA ENFERMEDAD TERMINAL, CON EL ARGUMENTO DE QUE ES
RESPONSABLE DE SU ENFERMEDAD PORQUE PASÓ POR ALTO LA OPORTUNIDAD DE
CURAR?
—NO, NO EXISTE NINGUNA CULPA. TODOS HACEMOS LO MEJOR QUE PODEMOS.
PERO LO QUE TE HE DICHO ES UNA VERDAD QUE DEBEMOS ACEPTAR SI
QUEREMOS ALCANZAR LOS NIVELES MÁS ELEVADOS DE ENERGÍA DE ORACIÓN.
DEBEMOS MANTENER NUESTROS CAMPOS LO MÁS FUERTES POSIBLE, Y PARA
HACERLO DEBEMOS SIEMPRE CREER, CON UNA FE PODEROSA, QUE SEREMOS
SALVADOS DE TALES PROBLEMAS.
"A VECES PASAREMOS ALGO POR ALTO —CONTINUÓ—. EL CONOCIMIENTO HUMANO
ES INCOMPLETO, Y PODRÍAMOS MORIR O SER TORTURADOS A CAUSA DE FALTA
DE INFORMACIÓN. PERO LA VERDAD ES ÉSTA: SI POSEYÉRAMOS TODO EL
CONOCIMIENTO QUE AL FINAL TENDRÁN LOS HUMANOS, SIEMPRE PODRÍAMOS
GUIAMOS DE MODO DE SALIR DE UNA SITUACIÓN PELIGROSA. ALCANZAMOS
NUESTRO MAYOR PODER CUANDO ASUMIMOS QUE YA ES ASÍ. ÉSTE ES EL MODO
EN QUE PODEMOS PERMANECER DESPRENDIDOS Y FLEXIBLES Y CONSTRUIR UN
PODEROSO CAMPO DE EXPECTATIVA.
Me limité a mirarlo. Todo comenzaba a adquirir sentido. YIN ME DECÍA
QUE DEBÍAMOS ASUMIR EL PROCESO SINCRÓNICO QUE SIEMPRE NOS ALEJA DEL
CAMINO DEL DAÑO, Y QUE SABRÍAMOS POR ADELANTADO QUÉ MOVIMIENTOS
REALIZAR, PORQUE ESA CAPACIDAD ES NUESTRO DESTINO. SI LO CREEMOS,
TARDE O TEMPRANO SE TOMARÁ UNA REALIDAD PARA TODOS LOS SERES
HUMANOS.
—TODOS LOS GRANDES MÍSTICOS —prosiguió Yin— AFIRMAN QUE ACTUAR A
PARTIR DE LA FE TOTAL ES IMPORTANTE. El apóstol Juan, en la Biblia
occidental, describe el resultado de este tipo de fe. Lo pusieron en
una cuba de aceite hirviente y él salió indemne. A otros los
encerraron con leones hambrientos, y salieron ilesos. ¿Son meros
mitos?
—¿Pero cómo tiene que ser nuestra fe para lograr semejante nivel de
invulnerabilidad? —pregunté.
—Debemos alcanzar un nivel que se acerque al de la gente de
Shambhala —respondió Yin—. ¿No ves la coherencia de todo esto? Si
nuestra continua expectativa de oración es lo bastante fuerte, los
dos esperamos sincronicidad y enviamos energía a los demás de modo
que también ellos puedan esperar sincronicidad. El nivel de energía
sigue subiendo. Y mientras tanto están siempre los dakini...
Se apresuró a mirar hacia otro lado, en apariencia horrorizado de
haber vuelto a mencionar a estos seres.
—¿Qué pasa con los dakini? —pregunté. Guardó silencio.
—Yin —insistí—, tienes que decirme a qué te refieres. ¿Cómo entran
los dakini en todo esto?
Al fin respiró hondo y contestó:
—Sólo te digo lo que yo mismo comprendo. Las leyendas afirman que
sólo la gente de Shambhala comprende a los dakini, y que debemos
tener mucho cuidado. No puedo decirte más.
Lo miré enojado.
—Bien, tendremos que averiguarlo después, ¿no? Cuando lleguemos a
Shambhala.
Me miró con gran tristeza.
—Ya te dije que he tenido demasiada experiencia con los militares
chinos. Mi odio y mi ira erosionan mi energía.
Si en algún momento veo que te estoy reteniendo, deberé irme. Y tú
tendrás que continuar solo.
Me quedé mirándolo; no quería pensar en eso.