Para ello debes siempre mantener el sentido común alerta y buscar la
claridad del pensamiento a pesar de miles de tribulaciones internas.
Sabrás que hay personas que tratan de entorpecer los caminos para su
bien propio sin importarles lo que sientas.
En esos casos debes mostrarte amable y dócil, pero mantén siempre una
voluntad de acero en tu alma.
Hay circunstancias en la vida en que uno debe mantenerse bajo el
resguardo de miradas ajenas, porque ésa es la manera en que te atrapan, saben lo
que haces, dónde vas, qué cosas te gustan y cuáles son las que te disgustan.
De esta manera adquieren cierto dominio sobre vos.
En esos momentos debes mantener tus pensamientos
claros pero sin mostrar tus ideas o tus proyectos, guardalos para un
momento más oportuno, ya llegará el tiempo de actuar y disponer.
No te sientas derrotado ni aun derrotado, a veces una retirada a tiempo
es más inteligente que una necia actitud que desgasta hasta al más fuerte.
A veces una retirada a tiempo es más valiente que continuar con
situaciones que corroen el alma.
Es una manera de preservar la iluminación interior para que algún día
te destaques ante quienes realmente valorarán tus aptitudes.
En épocas nefastas es necesario ser cauto y reservarse las opiniones, no
se debe atraer a personas soberbias o desconsideradas, sería inútil reclamar
atención por parte de ellas, pues su intención jamás se orientaría hacia lo
que buscamos que es la comprensióny ayuda en los momentos difíciles.
Cuando estés frente a situaciones que tienden a vencerte y ya no
encuentres más fuerzas para luchar, no resistas ya el mal, déjalo pasar.
Si continuas luchando cuando no se pueda hacer más, lo único que
ganarías sería quedar enredado en eternas disputas que al fin y al cabo
terminarán venciéndote por segunda vez.
Para preservarte de los peligros y de otras derrotas, en
momentos difíciles, conserva la paz en tu alma, no olvides nunca tus objetivos y
muestra una imagen más cautelosa que de costumbre, es la única manera en que no
atraerás más derrotas a tu vida.
Cuando el mal tiempo haya pasado será cuestión de ordenar las relaciones
interiores de tu yo con respecto a las demás cosas y personas, y en lo posible
ocupar el lugar que te corresponde.
Deja que a cada cual le llegue lo que le tenga que llegar, Dios sabe por
qué.