Pensadores de la
humanidad |
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Aprende
a pensar y a sentir por los otros,
a proceder como los otros como quisieras
que procedieran contigo.
Aprende a comprender y a entrar
completamente en sus vidas y en sus
corazones, derramando amor y comprensión
hacia ellos, y por eso eliminando toda
crítica, todo juicio o condenación.
Comprende que el amor transforma y
transmuta todo odio y amargura, y que
la comprensión abre completamente los
corazones que han estado cerrados y han
permanecido fríos y sin respuesta.
Pon en práctica en tu vida aquellas
palabras: "No resistas al mal sino que
vence al mal con el bien".
Es más fácil decirlo que hacerlo, pero
hasta que lo hagas y lo vivas, no podrás
tener paz y buena voluntad hacia la
humanidad. Esas palabras han sido
oídas, leídas y predicadas por años,
pero no han sido vividas, y es por eso
que hay guerras, destrucción, maldad
y odio en el mundo.
Continuará hasta que la humanidad
aprenda a vivir la vida y no solo a
hablar de ella.
Hasta que aprenda a hacer que estas
palabras maravillosas vivan y vibren
en la vida cotidiana.
Eileen Caddy
PRODUCIENDO FRUTOS
Lee Mateo 7:15-20.
Si el ser humano
careciera de un examen sencillo y práctico
para comprobar la
verdad religiosa, con toda seguridad estaría
en tremendo apuro; pero
felizmente éste no es el caso. Jesús,
el maestro más profundo y,
al mismo tiempo, más sencillo y práctico que el
mundo haya conocido jamás,
suplió esta necesidad, y nos dio un examen realmente
sencillo y de
aplicación universal para la Verdad. Es tan sencillo y directo como
la prueba de ácido
para el otro. El examen consiste en la siguiente pregunta:
¿Surte efecto positivo en
nuestra vida?. La prueba es tan sorprendentemente
sencilla que mucha
gente inteligente la ha pasado por alto. La Verdad sana
el cuerpo, purifica el
alma, reforma al pecador, resuelve dificultades, pacifica
contiendas. No existe eso de
un entendimiento sin demostrar. Si deseas
saber cual es tu verdadera
posición espiritual, vuelve la mirada a tu ambiente,
comenzando por tu
cuerpo. No puede haber nada en el alma que no sea
demostrado tarde o temprano
en lo externo, y no puede haber nada en lo
externo que no tenga su
correspondencia en lo interno.
“Por sus frutos los
conoceréis.” (Mateo 7:20).
EMMET FOX
La Belleza
Y un poeta dijo: Háblanos de la Belleza.
Y él respondió:
¿Dónde buscaréis la belleza y cómo haréis para encontrarla a menos que
ella misma sea vuestro camino y vuestro guía? ¿Y cómo hablaréis de ella, a
menos que ella misma teja vuestro hablar?
El agraviado y el injuriado dicen: "La belleza es gentil y buena.
Camina entre nosotros como una madre joven, casi avergonzada de su
propia gloria."
Y el apasionado dice: "No, la belleza es cosa de poder y temor,
Como una tempestad sacude la tierra bajo nuestros pies y el cielo
sobre nosotros."
El cansado y rendido dice: "La belleza es hecha de blandos murmullos.
Habló en nuestro espíritu.
Su voz se rinde a nuestros silencios como una débil luz que se
estremece de miedo a las sombras."
Pero el inquieto dice: "La hemos oído dar voces entre las montañas.
Y, con sus voces, se oyó rodar de cascos y batir de alas y rugir de
leones."
Durante la noche, los serenos de la ciudad dicen: "La belleza vendrá
del este, con el alba."
Y, al mediodía, los trabajadores y los viajeros dicen: "La hemos visto
inclinarse sobre la tierra desde las ventanas del atardecer."
En el invierno, dice el que se halla entre la nieve: "Vendrá con la
primavera, saltando sobre las colinas."
Y, en el calor del verano, los cosechadores dicen: "La vimos danzando
con las hojas de otoño y tenía un torbellino de nieve en su pelo."
Todas estas cosas habéis dicho de la belleza.
Pero, en verdad, hablásteis, no de ella, sino de vuestras necesidades
insatisfechas.
Y la belleza no es una necesidad, sino un éxtasis.
No es una sedienta boca, ni una vacía mano extendida.
Sino, más bien, un corazón ardiente y un alma encantada:
No es la imagen que veis ni la canción que oís.
Sino, más bien, una imagen que véis cerrando los ojos y una canción
que oís tapándoos los oídos.
No es la savia que corre debajo de la rugosa corteza, ni el ala
prendida a una garra.
Sino, más bien, un jardín eternamente en flor y una bandada de ángeles
en vuelo eternamente.
Pueblo de Orfalese, la belleza es la vida, cuando la vida descubre su
sagrado rostro.
Pero vosotros sois la vida y vosotros sois el velo.
La belleza es la eternidad que se contempla a sí misma en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad y vosotros sois el espejo.
KHALIL GIBRÁN