EL UNIVERSO MENTAL
«El universo es
mental,
sostenido en la mente del TODO»
El Kybalion.
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¡EL TODO es ESPÍRITU! Pero ¿qué es espíritu? Esta pregunta no puede ser
respondida, por la razón de que su definición es prácticamente la del
TODO, que no puede ser explicado o definido. Espíritu es simplemente un
nombre que dan los hombres a la concepción más elevada de la mente
viviente infinita; significa «la esencia real», signífica mente
viviente, tan superior a vida y mente tal como las conocemos, como las
últimas son superiores a la energía y la materia mecánicas.
El espíritu trasciende nuestra comprensión, y usamos el término
meramente a fin de que podamos pensar o hablar del TODO. Para los fines
del pensamiento y el entendimiento, estamos justificados en cuanto
pensar en el espíritu como mente viviente infinita, reconociendo al
mismo tiempo que no podemos entenderlo plenamente. Debemos o bien hacer
esto o parar de pensar del todo en la cuestión.
Procedamos ahora a una consideración de la naturaleza del universo, como
un todo y en sus partes. ¿Qué es el universo?
Hemos visto que no puede haber nada fuera del TODO. Entonces, ¿es el
universo EL TODO? No, no puede serio, porque el universo parece estar
constituido de MUCHOS, y está cambiando constantemente, y en otros modos
no se ajusta a las ideas que estamos compelidos a aceptar concernientes
al TODO, como se estableció en nuestra última lección. Entonces si el
universo no es EL TODO, ha de ser nada -tal es la inevitable conclusión
de la mente al primer pensamiento-. Pero esto no satisfará la pregunta,
pues estamos persuadidos de la existencia del universo. Entonces si el
universo no es ni EL TODO ni nada, ¿qué puede ser? Examinemos esta
cuestión.
Si el universo existe de algún modo, o parece existir, debe proceder de
algún modo a partir del TODO, debe ser una creación del TODO. Pero
puesto que algo nunca puede venir a partir de nada, ¿a partir de qué
pudo haberlo creado EL TODO? Algunos filósofos han respondido a esta
cuestión diciendo que EL TODO creó el universo a partir de Sí MISMO
-esto es, a partir del ser y sustancia del TODO-. Pero esto no servirá,
pues no puede sustraerse del TODO, ni puede éste ser dividido, como
hemos visto, y entonces de nuevo si esto fuera así, no se apercibiría
cada partícula en el universo de que fuese EL TODO. EL TODO no podría
perder su conocimiento de sí mismo, ni CONVERTIRSE realmente en un
átomo, o una fuerza ciega, o una cosa viviente vil. Algunos hombres, en
verdad, realizando que EL TODO es en verdad TODO, y reconociendo también
que ellos, los hombres, existían, han saltado a la conclusión de que
ellos y EL TODO eran idénticos, y han llenado el aire con gritos de «YO
SOY DIOS», para diversión de la multitud y lamento de los sabios. La
exclamación del corpúsculo de que: «¡Soy el hombre!» sería algo modesto
en comparación.
Pero ¿qué es en verdad el universo, si no es EL TODO ni ha sido creado
por EL TODO habiéndose separado en fragmentos? ¿Qué otra cosa puede ser,
de qué otra cosa puede estar hecho? Ésta es la gran cuestión.
Examinémosla cuidadosamente. Encontramos aquí que el «principio de
correspondencia» (ver Capítulo 1) viene en nuestra ayuda. El viejo
axioma hermético, «Como es arriba es abajo», puede ser puesto en
servicio en este punto. Tratemos de conseguir un vislumbre de los
trabajos en planos superiores examinando aquellos en el nuestro propio.
El principio de correspondencia debe aplicarse a éste, así como a otros
problemas.
¡Veamos! En su propio plano de existencia, ¿cómo crea el hombre? Bien,
primero, puede crear haciendo algo a partir de materiales externos. Pero
esto no servirá, pues no hay materiales fuera del TODO con los que pueda
crear. Bien, entonces, en segundo lugar, el hombre pro-crea o reproduce
su especie por el proceso de engendramiento, que es automultiplicación
conseguida transfiriendo una porción de su sustancia a su retoño. Pero
esto no bastará, porque EL TODO no puede transferir o sustraer una
porción de sí mismo, ni puede reproducirse o multiplicarse: en el primer
lugar habría una separación, y en el segundo caso una multiplicación o
adición al TODO, siendo ambos pensamientos un absurdo. No hay un tercer
modo en que cree el HOMBRE? ¡Sí, lo hay; él CREA MENTALMENTE! Y al
hacerlo así no utiliza ninguno de los materiales externos ni se
reproduce a sí mismo, y sin embargo su espíritu compenetra la creación
mental.
Siguiendo el principio de correspondencia, estamos justificados en
considerar que EL TODO crea el universo MENTALMENTE, de una manera
semejante al proceso por el que el hombre crea imágenes mentales. Y aquí
es donde el dictamen de la razón concuerda con el dictamen de los
iluminados, como se muestra por sus enseñanzas y escritos. Tales son las
enseñanzas de los sabios. Tal fue la enseñanza de Hermes.
EL TODO no puede crear en ningún otro modo excepto mentalmente, sin usar
material (y no hay ninguno que usar), o reproduciéndose a sí mismo (lo
que es también imposible). No hay escape de esta conclusión de la razón,
que, como hemos dicho, coincide con las más elevadas enseñanzas de los
iluminados. Igual que tú, estudiante, puedes crear un universo propio en
tu mentalidad, así crea EL TODO universos en su propia mentalidad. Pero
tu universo es la creación mental de una mente finita, mientras que el
del TODO es la creación de una infinita. Las dos son similares en clase,
pero infinitamente diferentes en grado. Examinaremos más de cerca el
proceso de creación y manifestación, conforme procedamos. Pero éste es
el punto a fijar en vuestras mentes en esta etapa: EL UNIVERSO, Y TODO
LO QUE CONTIENE, ES UNA CREACIÓN MENTAL DEL TODO. ¡Ciertamente, en
verdad, TODO ES MENTE!
«EL TODO crea en su mente infinita innumerables universos, que existen
por eones de tiempo; y sin embargo, para EL TODO, la creación,
desarrollo, declinación y muerte de un millón de universos es como el
tiempo del parpadeo de un ojo.»
El Kybalion.
«La mente infinita del TODO es la matriz de los universos.»
El Kybalion.
El principio de género (ver Capítulo 1 y otros que seguirán) está
manifestado en todos los planos de la vida material, mental y
espiritual. Pero como hemos dicho antes, «género» no significa «sexo» -
el sexo es meramente una manifestación material del género-. «Género»
significa «relativo a la generación o creación».Y donde quiera que algo
se genera o crea, sobre cualquier plano, el principio de género debe
estar manifestado. Y esto es verdad incluso en la creación de universos.
Ahora bien, no saltéis a la conclusión de que estamos enseñando que hay
un dios, o creador, macho y hembra. Esa idea es meramente una distorsión
de las antiguas enseñanzas sobre el tema. La verdadera enseñanza es que
EL TODO, en sí mismo, está por encima del género, como está por encima
de toda otra ley, incluyendo las del tiempo y el espacio. El es la ley,
de donde proceden las leyes, y no está sujeto a ellas. Pero cuando EL
TODO se manifiesta sobre el plano de generación o creación, entonces
actúa de acuerdo a la ley y el principio, pues se está moviendo sobre un
plano inferior de existencia. Y consecuentemente manifiesta el principio
de género, en sus aspectos masculino y femenino, sobre el plano mental,
desde luego.
Esta idea puede pareceres alarmante a algunos de vosotros que la oís por
primera vez, pero todos la habéis realmente aceptado pasivamente en
vuestras concepciones de cada día. Habláis de la paternidad de Dios, y
la maternidad de la Naturaleza de Dios, el Padre Divino, y la Naturaleza
la madre universal- y habéis, por tanto, reconocido instintivamente el
principio de género en el universo. ¿No es así?
Pero la enseñanza hermética no implica una dualidad real -EL TODO es
UNO-; los dos aspectos son meramente aspectos de manifestación. La
enseñanza es que el principio masculino manifestado por EL TODO se
halla, en un sentido, aparte de la creación mental real del universo.
Proyecta su voluntad hacia el principio femenino (que puede ser llamado
«Naturaleza»), a lo que el último comienza el verdadero trabajo de la
evolución del universo, desde simples «centros de actividad» hasta el
hombre, y después continuamente aún más arriba, todo de acuerdo con
leyes de la Naturaleza bien establecidas y firmemente establecidas. Si
preferís las viejas figuras de pensamiento, podéis pensar en el
principio masculino como DIOS, el padre, y en el principio femenino como
la NATURALEZA, la madre universal, de cuya matriz han nacido todas las
cosas. Esto es más que una mera figura poética del habla; es una idea
del proceso real de la creación del universo. Pero recordad siempre que
EL TODO no es sino uno, y que en su mente infinita el universo es
generado, creado y existe.
Puede ayudaros a obtener la idea apropiada, si queréis aplicar la ley de
correspondencia a vosotros mismos y a vuestra propia mente. Sabéis que
la parte de vosotros que llamáis «yo», en un sentido, se halla aparte y
es testigo de la creación de imágenes mentales en vuestra propia mente.
La parte de vuestra mente en la que se lleva a cabo la generación mental
puede ser llamada el «mí», en distinción al «yo» que se halla aparte y
presencia y examina los pensamientos, ideas e imágenes del «mí». «Como
es arriba, es abajo», recordad, y los fenómenos e un plano pueden ser
empleados para solucionar los interrogantes respecto de planos más altos
o más bajos.
¿Es extraño que vosotros, niños, sintáis esa reverencia instintiva por
EL TODO, sentimiento al que llamamos «religión», ese respeto y
reverencia por EL PADRE MENTE? ¿Es extraño que, cuando consideráis los
trabajos y maravillas de la Naturaleza, seáis abrumados por una poderosa
sensación que tiene sus raíces abajo en vuestro ser más interno. Es la
MADRE MENTE a la que os estáis aferrando, como un bebé al pecho.
No cometáis el error de suponer que el pequeño mundo que veis, alrededor
vuestro -la Tierra, que es un mero grano de polvo en el universo- es el
universo mismo. Hay millones de millones de tales mundos y mayores. Y
hay millones de millones de tales universos en existencia dentro de la
mente infinita del TODO. E incluso en nuestro propio pequeño sistema
solar hay regiones y planos de vida mucho más elevados que los nuestros,
y seres comparados con los cuales nosotros mortales ligados a la tierra
somos como las legamosas formas de vida que habitan sobre el lecho del
océano cuando se comparan con el hombre. Hay seres con poderes y
atributos superiores a lo que el hombre haya soñado nunca que poseyeran
los dioses. Y sin embargo estos seres fueron una vez como vosotros, y
aun inferiores, y vosotros seréis igual que ellos, y aun superiores, con
el tiempo, pues tal es el destino del hombre tal como es referido por
los iluminados.
Y la muerte no es real, incluso en el sentido relativo -no es sino
nacimiento a una nueva vida- e iréis adelante, y adelante, y adelante, a
planos de vida superiores y más altos todavía, por eones de eones de
tiempo. El universo es vuestro hogar, y exploraréis sus más alejados
escondrijos antes del fin del tiempo. Estáis habitando en la mente
infinita del TODO, y vuestras posibilidades y oportunidades son
infinitas, tanto en tiempo como en espacio. Y al final del gran ciclo de
eones, cuando EL TODO atraiga de vuelta hacia sí todas sus creaciones,
iréis contentos, pues entonces seréis capaces de conocer toda la verdad
de ser uno con EL TODO. Tal es el dictamen de los iluminados o sea
aquellos que han avanzado mucho a lo largo del sendero.
Y, mientras tanto, descansad calmos y serenos; estáis a salvo y
protegidos por el poder infinito del PADRE-MENTE.
«Dentro del padre-madre mente, los niños mortales están en el hogar.»
El Kybalion.
«No hay ni uno sin padre o sin madre en el universo.»
El Kybalion. |
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