Mi
encarnación como Moisés estuvo llena de pruebas, como estoy
seguro de que estaréis de acuerdo. Cuando descubrí mi verdadera
herencia, me di cuenta del llamado interno —la invitación a responder
a este llamado.
Yo
no deseaba escuchar el llamado, debido a que estaba muy cómodo en mi
forma de vida. Representaba un gran esfuerzo de mi parte entender,
ya que estaba metido dentro de una vida de comodidad, de riqueza, de
confortabilidad, de todo clase de placer físico que se pudiera desear
en el estado encarnado. Y con todo eso, ese llamado interno estaba
apartándome del nido y del hogar donde disfrutaba esas comodidades.
Sabía que no podía permanecer en sincero servicio a Dios y abrigar [a
la vez] toda la degradación que me rodeaba. Esto no era una cosa
cualquiera. A pesar de que había aplacado mi mundo
emocional, los apetitos de los deseos recibían satisfacción. Y aún más,
salir de todo lo que estaba acostumbrado significaría un gran cambio.
No obstante, había una Voluntad dentro de mi ser que no podía ser
negada. Era la Voluntad de mi verdadera herencia. Era la
Voluntad de mi Presencia Divina que Yo debía acatar [este cambio].
La
determinación de la Voluntad de Dios agita toda clase de confusión en
tu mundo. Lo rearreglará, alterará y cambiará todo lo que crees que
es tu vida.
¿Cuáles
son las exigencias para que esa determinación ocurra? ¿Cómo adherirse
a la devoción y a la Voluntad de Dios en tu vida? ¿Se impondrá la
Determinación de la Voluntad sobre el mundo emocional? ¿Serás capaz
de hacer a un lado todas aquellas cosas en tu vida que están alejándote
del Rostro del Dios? ¿Transmutarás todo los hábitos latentes y te
moverás hacia la Luz?
Vosotros
podéis conversar con Dios como Yo conversé con Dios. Porque
vuestra Presencia Divina, amados míos, está esperando y os ha
extendido la invitación.
Sin
embargo, tu entorno puede ser cambiado, ¿preferirás la comodidad [de
tu lugar] como para no desear moverte? ¿Es la seguridad del hogar y la
chimenea todo lo que te importa? ¿O tendrás la entereza para
tomar el bastón en una mano y avanzar en una jornada desconocida, no
preparada por ti mismo?
Esto
es lo que se pidió a aquellos bajo mi cuidado para la festividad de la
Pascua, la cual en si misma era una rareza, porque nunca se les había
pedido observar una festividad de esa naturaleza —colocar la sangre
del cordero en la puerta. ¿Dónde estaba su Fe? ¿Serían capaces
de permanecer en su Fe y confianza, sabiendo que el Ángel de la muerte
pasaría por encima? ¿Serían capaces de escuchar el llamado interno y
responder, y tomar su alimento y esperar —mientras s escucharían los
gritos horribles y a sabiendas de que la muerte estaría afuera de la
puerta?
¿Dónde
estaba su Fe? Se les ordenó tener un bastón en una mano y sus
sandalias en sus pies —listos a moverse, listos a entrar en acción.
No sabían donde estaban yendo. Ni siquiera sabían si serían
capaces de ir, pero estaban listos.
¿Estáis
vosotros listos? Tenéis suficiente Fe en vuestra Presencia Divina
para seguir al verdadero llamado interno —esa voz pequeña y suave que
os hablará con la plenitud del Amor. ¿O estaréis preocupados por la
censura? Por los muy críticos, amados, que se burlarán de vosotros y
os causarán aflicción.
Aquellos,
amados míos, quienes tienen suficiente Fe en la Voluntad de Dios no
escucharán la crítica. Ellos sentirán el llamado interno y serán
capaces de responder. Pero no siempre con la respuesta que los
amigos o seres queridos desearían. [Porque] ellos no han
escuchado el llamado interno que vosotros escucháis. Quizás su
llamado no ha llegado, o quizás no ha habido suficiente determinación
en su vida para escuchar ese llamado interno. Quizás, simplemente
no es el momento apropiado y hay otras iniciaciones que deben enfrentar
y vencer.
Pero
sin Fe, amados míos, no podéis mover montañas, no podéis dividir el
Mar Rojo, no podéis hacer vuestra Ascensión. En algún momento
en vuestra vida ha de verificarse la mirada dirigida hacia lo alto,
entregada total y completamente a los brazos de la Confianza en vuestra
Presencia Divina —sin ninguna reserva, sin nada que os detenga —que
queme vuestras ataduras, amados míos, tanto que no podáis mirar hacia
atrás o volver hacia atrás, sino que marcharéis hacia delante en la
Luz.
Se
requiere Fe para tomar la decisión correcta de acatar la Voluntad de
Dios. Se requiere Fe para ser capaz de dejar las comodidades de
los sentidos y las condiciones circundantes; y se requiere Fe para
reconocer quienes sois, en presencia de la crítica, la condena y el
juicio de quienes no saben lo que hablan. No importa si la crítica
viene con palabras de cortesía. Aunque ésta esté oculta, es
todavía una crítica.
Advertid
quienes sois: la Presencia Divina de vuestro Ser Interno. El Corazón
que late en vuestro pecho lleva consigo la plenitud de la Voluntad de
Dios; y esa Voluntad, amados míos, de vuestro corazón, es la devoción
al Amor de Dios.
Porque
no podéis tener la Fe para dejar toda la comodidad de los sentidos; no
podéis tener la Fe para dejar la seguridad y el hogar; no podéis tener
la Fe en presencia de la censura, si no hay suficiente Amor a Dios.
Porque el Amor, amados míos, en toda la devoción, es lo que os
dará la fuerza. Os dará la entereza para tomar el bastón en la
mano y estar preparados.
Sí,
todo esto parece una historia de un pasado lejano, en la cual algunos
atravesaron el desierto, sin siquiera saber donde los conduciría su
jornada, pero buscaban nuevos horizontes —una mejor forma de vida.
¿No
es esto lo que estáis buscando en la Enseñanza de los Maestros
Ascendidos: una mejor forma de vida? Entonces abrazad una mejor
forma de vida. Aceptadla y hacedla vuestra.
Cuando
hay recatos, no podéis experimentar totalmente la realidad de todas las
Dádivas que vuestra Presencia Divina os otorgaría [de no haberlos]. No
se os está pidiendo que os inclinéis y postréis en exaltación a un
personaje. Puesto que, amados míos, a quien haréis reverencia únicamente
es a la Real Identidad de vuestro propio Ser. Sí, hay respeto y
honor para quienes han logrado la Maestría y la sintonía con su
Presencia Divina. Pero, la honra y la Gloria, otorgadlas a vuestra
propia Presencia I AM (YO SOY).
Solamente
a través del vehículo de este Cuerpo Superior sois capaces de realizar
las obras que venís a hacer, cumplir la misión que venís a
desarrollar, pagar el karma que espera ser saldado, y más aún, dar el
Amor incondicional que deseáis que se os dé a vosotros mismos.
Tú
puedes empuñar el bastón en la mano y caminar por el desierto, y también
dividir el Mar Rojo. Porque los milagros de vuestra corriente de
vida están esperando a que los realices, pero se requiere la ejecución
del primer paso. Porque si no das ese primer paso de escuchar el
llamado interno y la invitación de tu Presencia Divina, nunca llegarás
al Mar Rojo. Estarás todavía esperando y preguntándote sobre lo
que escuchaste —si aquello era un sentimiento que ameritaba respuesta.
Comprended,
amados míos, que el cuerpo emocional no debe gobernar. Porque las
emociones os causarán gran confusión y consternación en el Sendero.
Debéis confiar en el Corazón puro que es guiado por la Voluntad de
Dios. Porque solamente entonces podéis estar seguros de que el
mundo emocional está bajo control, y que no son los deseos humanos los
que guían vuestra vida.
La
Fe es la devoción al Amor de Dios. La Fe es verdaderamente la Victoria
en la Ascensión.
Una
vez que miré hacia el Rostro de Dios supe que no podría haber otro
momento, ni otro lugar, ni otra circunstancia, sino tan sólo aquel
mismo momento, de caer sobre mis rodillas e inclinar mi cabeza en honor
y Gloria a Dios. Oro para que tengáis suficiente Determinación
Divina para amar a Dios, escuchar Su llamado y responder.
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