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VIDA Y OBRA DE JESÚS EN EL TIBET Y LA INDIA OCCIDENTAL
Jesús en Lasa. Conoce a Meng-Tse, que le ayuda en la lectura de los manuscritos antiguos. Va a Ladak. Cura a un niño. Cuenta la parábola del hijo del rey.

 

1.    En la ciudad de Lasa en el Tíbet había un templo muy importante, rico en manuscritos de la antigua doctrina.

 2.   El sabio indio había leído estos manuscritos y revelaba a Jesús muchas de las lecciones secretas que contenían, pero Jesús deseaba leerlos por sí mismos.

 3.  En este templo del Tíbet se hallaba el más grande sabio de todo el Oriente, Meng-Tse.

 4.  El camino a través de los montes Emodos era muy difícil, pero Jesús se puso en marcha Jesús se puso en marcha Vidyapati le ofreció la guía de un hombre de confianza.

 5.   Y Vidyapati envió un mensajero e Meng-Tse para que le hablara del sabio hebreo y los sacerdotes del templo le dieran la bienvenida.

 6.   Después de muchos días y grandes peligros, Jesús y su guía llegaron al templo de Lasa en el Tíbet.

 7.  Meng-Tse abrió las puertas del templo de par en par, y todos los sacerdotes y maestros dieron la bienvenida al sabio hebreo.

 8.  Jesús tenía acceso a todos los manuscritos sagrados y los leía a todos con la ayuda de Meng-Tse.

 9.   A veces Meng-Tse hablaba con Jesús de la edad venidera y del servicio sagrado que convenía adaptar a los nuevos hombres.

10.  Jesús no enseñó en Lasa. Cuando hubo terminado sus estudios en las escuelas del templo, comenzó a viajar hacia el oeste. Y en muchos pueblos permanecía por un tiempo y enseñó.

11.  Al fin alcanzó un paso y en la ciudad de Ladak Leh fue recibido con honores por los monjes mercaderes y hombres de rango inferior.

12.  Y se quedó en el monasterio, donde enseñó; luego buscó a la gente del pueblo en los mercados, y allí también enseñó.

13.  No muy lejos vivía una mujer cuyo hijo estaba enfermo de muerte.  Los doctores habían afirmado que no había esperanzas para el niño y que debía morir.

14.  La mujer oyó que Jesús era un maestro enviado por Dios y creyó que tenia poderes para curar a su hijo.

15.  Así pues, tomó al niño moribundo en brazos y se fué corriendo a ver al hombre enviado por Dios.

16.  Y Jesús, al ver su fé, alzó los ojos al cielo y dijo:

17.  Padre mío, que el poder divino me ensombrezca y que el Santo Aliento llene a este niño de vida para que pueda vivir.

18.  Y en presencia de la multitud, posó su mano sobre el niño y dijo:

19.  Bendita seas, buena mujer; tu fé ha salvado a tu hijo. Entonces el niño sanó.

20. La gente estaba admirada y decían: Seguramente este es el santo hecho carne, pues un simple hombre no puede expulsar un fiebre así y salvar a un niño de la muerte.

21. Y muchos traían a los enfermos, y Jesús pronunciaba la palabra y se curaban.

22.  Jesús permaneció muchos días entre las gentes de Ladak; les enseñó a curar, a borrar los pecados y a hacer un cielo de alegría en la Tierra.

23.  La gente le amaba por sus palabras y obras, y cuando tuvo que partir, lloraban como lloran los niños, cuando su madre se va.

24.  Y por la mañana, cuando se puso en camino, había una gran multitud que quería estrechar su mano.   

25. Y les contó una parábola y dijo: Había un rey que amaba tanto a su pueblo que les envió a su único hijo cargado de preciosos para todos.

26.  El hijo fue a todas partes y repartió los regalos pródigamente.

27. Pero había sacerdotes que rendían culto a dioses extranjeros, y estaban disgustados por que el rey no se servía de ellos para dar los regalos.

28. Así que buscaron la forma de hacer que la gente odiara a su hijo. Dijeron: Estos regalos no valen nada, son sólo un engaño.

29. Entonces la gente tiró a la calle las preciosas gemas, el oro y la plata. Y cogieron al hijo y le golpearon, le escupieron y le excluyeron de su presencia.

30. El hijo no se ofendió por sus insultos y crueldades, sino que oró así: Padre mío, perdona a estas criaturas de tus manos, pues no son más que esclavos y no saben lo que hacen.

31. Y mientras ellos le pegaban, les daba comida y les bendecía con amor infinito.

32. Entre algunas ciudades era recibido con alegría, y de buena gana se hubiera quedado a bendecir aquellos hogares, pero no podía permanecer allí, pues debía llevar esos presentes a toda la gente del reino.

33. Y Jesús dijo: Mi Padre-Dios es el Rey de la Humanidad y me ha enviado con  la toda generosidad de su amor incomparable y de su infinita riqueza.

34. Y debo llevar estos regalos, el agua y el pan de la vida a la gente de toda la Tierra.

35. Voy a partir, pero volveremos a vernos, pues en la tierra de mi padre hay sitio para todos y allí prepararé un lugar para vosotros.

36. Jesús alzó su mano bendiciéndolos en silencio, y luego se fué.

   

Cristo en su trono: detalle de un precioso relicario bizantino
del tesoro de la Catedral Limburg an der Labn

 J esús recibe un camello como regalo. Va a Lahore, donde vive con Ajainín, a quien le enseña. La lección de los músicos vagabundos. Jesús emprende su viaje.

UNA caravana de mercaderes iba de viaje por valle de Cachemira y se encontraron con Jesús, que pasaba por allí camino a Lahore, ciudad de la mano, la tierra de los cinco ríos.

2. Los mercaderes habían oído hablar del profeta, habían visto sus obras milagrosas en Leh, y se alegraron de verle de nuevo.

3.  Y cuando se enteraron que iba a Lahore, pasando por el Sind a través de Persia y el Lejano occidente, y que no tenía ningún animal para viajar,

4.  le ofrecieron gustosos una bestia noble y equipada, Jesús viajó con la caravana.

5.  Y al llegar a Lahore, Ajanía y otros sacerdotes brahmánicos le recibieron con alegría.

 6.  Ajainín era aquel sacerdote que muchos meses atrás había visitado a Jesús por la noche en Benarés y había oído sus palabras de verdad.

 7.  Jesús fue huésped de Ajainín; le enseñó muchas cosas y le reveló los secretos del arte de curar.

 8.  Le enseñó a controlar los espíritus del aire, el fuego, y le tierra; le explicó la doctrina secreta del perdón y el modo de borrar los pecados.

 9. Un día Ajainín estaba sentado con Jesús en el pórtico del tiempo; había un grupo de cantores y músicos vagabundos y se pararon en aquel patio para cantar y tocar.

 10.  Su música era muy rica y delicada, y Jesús dijo: Entre la gente de alto rango no podrás escuchar una música tan dulce como la que los niños incultos y rústicos tocan ante nosotros.

 11.  ¿ De dónde proviene este talento y este poder? Seguro que en toda una vida no pueden conseguir una voz tan melodiosa ni un conocimiento tan exacto de las leyes de la armonía y el tono.

12.  Los hombres llaman a estas cosas prodigios. Todas las cosas existen por ley natural.

 13.  Estos cantores no son jóvenes. Mil años no serían suficientes para alcanzar una expresividad tan divina y tan gran pureza de voz.

 14.  Hace diez mil años estos cantores dominaban ya la armonía. En el pasado tuvieron que caminar por las vías públicas, y captaron la melodía de los pájaros y tocaron con arpas de formas perfectas.

 15.  Y han vuelto otra vez para seguir aprendiendo otras lecciones de las notas tan variadas de todos los seres.

 16.  Estos vagabundos forman parte de la orquesta celestial, y en esa tierra de perfección hasta los mismos ángeles se deleitan oyéndoles tocar y cantar.

 17.  Jesús seguía enseñando al pueblo de Lahore; curaba a los enfermos y les enseñaba  a perfeccionarse mediante la ayuda mutua.

 18.  Les decía: no somos ricos por lo que conseguimos y guardamos; las únicas cosas que poseemos son las que damos

19.  Si deseáis llevar una vida perfecta, entregad vuestra vida al servicio de vuestros semejantes y de las formas de vida que los hombres consideran inferiores.

 20.  Jesús no podía permanecer más tiempo en Lahore; se despidió de los sacerdotes y otros amigos y cogiendo su camello, partió hacia Sind.  

Jesús atraviesa Persia. Enseña y cura en muchos lugares. Tres magos se encuentran con él cerca de Persépolis. Gaspar y otros sacerdotes persas se reúnen con él en Persépolis. Los siete maestros se sientan en silencio durante siete días.

Jesús tenía veinticuatro años cuando llegó a Persia camino de su hogar.

2. Y se detuvo en muchas aldeas, ciudades y pueblos para enseñar y curar.

3. Los sacerdotes y autoridades no le recibían bien porque les censuraba la crueldad con que trataban a la gente de rango inferior.

4. Y la gente del pueblo le seguía en tropel.

5. A veces los jefes tenían la osadía de detenerle, prohibiéndole enseñar o curar a los enfermos.

6. Después de un tiempo llegó a Persépolis, la ciudad donde estaban enterrados los reyes de Persia, la ciudad de los tres sabios, Hor, Lun y Mer.

7. Quienes veinticuatro años atrás habían visto aparecer la estrella de la promesa sobre Jerusalém y habían viajado al occidente para conocer al recién nacido.

8. Estos magos fueron los primeros en honrar a Jesús como maestro de la nueva era, y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.

9. Los magos sabían, por métodos que todos los maestros conocen, que Jesús se acercaba a Persépolis, y se pusieron en camino para salir a su encuentro.

10. Y cuando se encontraron se vieron rodeados por una luz mucho mas brillante que el día, y los hombres que vieron a los cuatro en el camino decían que se habían transfigurado, pues parecían más dioses que hombres.

11. Hor y Lun eran ya ancianos, y Jesús les dejó el camello para llegar a Persépolis, mientras que él y Mer caminaban delante.

12. Y al llegar a casa de los magos todos se regocijaron. Jesús les contó la apasionante historia de su vida, y Hor, Lun y Mer no dijeron palabra; miraban el cielo y hablaban a Dios con sus corazones.

13. Había también en Persépolis tres sabios del norte. Eran Gaspar, Zara y Melzor; Gaspar era el maestro más sabio entre los magos, y los tres se hallaban en casa de Hor, Lun, y Mer cuando llegó Jesús.

14. los siete hombres estuvieron sin hablar durante siete días; se sentaron en silencio en la sala de asambleas, permaneciendo en estrecha comunión con la hermandad del silencio.

15. Buscaban la luz, la revelación y el poder. Las leyes y preceptos de la era venidera necesitaban toda la sabiduría de los maestros del mundo.

Jesús asiste a una fiesta en Persépolis. Habla de gente y analiza la filosofía de los magos. Explica el origen del mal. Pasa la noche en oración.

Se celebra una fiesta en honor del Dios mago y se habían reunido muchos hombres en Persépolis.

2.      Y en el gran día de la fiesta, el Maestro que dirigía a los magos dijo: La libertad reina en estos sagrados muros; quien desee hablar, puede hacerlo.

3.      Y Jesús, poniéndose de pie en medio de todos, dijo: Hermanos y hermanas, hijos de nuestro Padre-Dios.

4.      Hoy sois vosotros los más bienaventurados de los hijos de los hombres por tener una concepción tan justas de Dios y del Hombre.

5.      Vuestra pureza en el culto y en la vida complace a Dios, y vuestro maestro Zaratustra es digno de alabanza.

6.       Bien decís que hay un Dios de cuya grandeza salieron los siete espíritus que crearon el cielo y la tierra; y estos grandes espíritus se manifestaron a los hijos de los hombres en el sol, la luna y las estrellas.

7.       Pero en vuestros libros sagrados se dice que dos de estos siete tienen una fuerza superior, y que uno de ellos creó el bien y otro el mal.

8.       Venerados maestros, os ruego que me digáis cómo puede nacer el mal de algo que es completamente bueno.

9.       Entonces se levantó un mago y dijo: Si me contestas, tu problema estará resuelto.

10.  Todos reconocemos el hecho de que existe un mal. Y todo lo que existe debe tener una causa, así que Dios, el Uno, no creó el mal, ¿qué Dios lo creó?

11.  Y Jesús dijo: Todo los que Dios, el Uno, ha hecho es bueno, al igual que la primera causa, los siete espíritus son todos buenos, y todo lo que sale de su mano es bueno.

12.  Todas las cosas creadas tienen ciertos colores, tonos y formas propias; pero algunos tonos, aunque buenos y puros en sí mismos, producen desarmonías y tonos desacordes al ser mezclados.

13.  Y algunas cosas, siendo buenas y puras, producen cosas discordantes cuando se mezclan, cosas venenosas que los hombres llaman malas.

14.  Por eso el mal es la mezcla desarmónica de colores, tonos o formas del bien.

15. El hombre no es totalmente sabio, y sin embargo tiene voluntad propia. Tiene y usa el poder de mezclar las cosas buenas de Dios de múltiples formas, y todos los días crea sonidos discordantes y cosas malas.

16. Y todos los tonos y formas del bien o del mal se convierten en algo vivo, ya sea demonio, duende, espíritu bueno o maligno.

17. Así es como el hombre crea a su demonio, y luego siente miedo de él y huye; su demonio se vuelve más valiente que el, le persigue y arroja fuegos que le torturan.

18. Tanto el demonio como esos fuegos ardientes son creaciones del hombre, y nadie puede apagar esos fuegos ni disipar al maligno, si no es el hombre que los creó.

19. Entonces Jesús se retiró y ningún mago le respondió.

20. Y se alejó de la multitud para ir a orar a un apartado.

Jesús enseña a los magos. Habla del silencio y de cómo entrar en él. Gaspar elogia la sabiduría de Jesús. Enseña en las grutas de Giro.

Jesús volvió por la mañana temprano a enseñar y curar. A su alrededor había una luz maravillosa, como si proviniera de algún espíritu poderoso.

2.      Un mago se dio cuenta y le preguntó a solas de donde venía esa sabiduría, y que significaba esa luz.

3.      Y Jesús le dijo: Hay un silencio en el alma que puede encontrarse con su Dios; ahí se encuentra la fuente de sabiduría, y los que entran en ella se llenan de luz, sabiduría, amor y poder.

4.      El mago dijo: Háblame de este silencio y de esta luz para que yo pueda encontrarla y morar en ella.

5.      Y Jesús respondió: El Silencio no esta encerrado en ningún sitio; no es un lugar rodeado de paredes o de precipicios rocosos, ni guardado por espada alguna.

6.      Los hombres llevan consigo todo el tiempo el lugar secreto donde pueden encontrar a su Dios.

7.      No importa donde vivan los hombres, en la cimas montañosas, en hondos valles, en mercados o en la tranquilidad del hogar, porque en cualquier momento pueden derribar esa puerta en un segundo y encontrar el Silencio, la casa de Dios, que está dentro del alma.

8.      Cuando un hombre se retira a un valle o un camino en la montaña dejan de preocuparle el bullicio de los negocios y las palabras y pensamientos de los demás.

9.      Y cuando la vida se convierta en peso difícil de soportar, es mejor ir en busca de un lugar tranquilo para orar y meditar.

10. El silencio es el reino de alma y no puede verse con ojos humanos.

11. Cuando se está en silencio, puede que aparezcan formas espectrales por la mente, pero todas subordinadas a la voluntad, y cuando el alma maestra les habla, desaparecen,

12. Si deseas encontrar ese silencio de el alma, debes preparar tú mismo el camino. Sólo los puros corazones pueden entrar en él.

13. Y debes apartar toda tensión mental, todas las preocupaciones materiales, todos los miedos, las dudas y los pensamientos inquietantes.

14. Tu voluntad humana  debe ser absorbida por la divina; entonces entrarás en la conciencia de la santidad.

15. Ahí estarás en el Lugar Santo y verás arder la llama del Señor sobre el altar vivo.

16. Y cuando le veas brillar ahí, mira profundamente el templo de tu propia cabeza y la verás toda encendida.

17. En todas partes, de la cabeza a los pies, hay velas, cada una en su lugar, esperando ser encendidas por la antorcha llameante del amor.

18. Y cuando veas todas las velas encendidas, mira y verás con los ojos del alma como corren las aguas de la fuente de la sabiduría; y podrás beberlas y permanecer en ellas.

19. Y cuando las cortinas se corran, entrará en el Lugar más Santo de todos, donde descansa el Arca de Dios, cubierta por el Trono de Misericordia.

20. No tengas miedo de levantar la tabla sagrada; las Tablas de la Ley están escondidas en el Arca.

21. Cógelas y léelas con cuidado, pues encierran todos los preceptos y mandamientos que puedan necesitar los hombres de cualquier época.

22. Y en el Arca se halla la vara mágica de la profecía esperando tu mano; es la llave de todas las cosas del presente, el futuro y el pasado.

23. Y también encontraras ahí el maná, el pan escondido de la vida y el que lo coma nunca morirá.

24. El querubín ha guardado con cuidado esta caja de tesoros para cada alma y todos pueden entrar en ella y tener su lugar.

25. Gaspar lo oyó hablar al maestro hebreo y exclamó: ¡He aquí que la sabiduría de los dioses ha venido a los hombres!

26. Y Jesús reanudó su camino: y fué a curar y enseñar a las grutas sagradas de Ciro, donde se había reunido la multitud.

Jesús en la fuente que cura. Descubre el hecho de que la fé es el factor principal que cura y muchos se curan por la fé. Un niño les enseña una gran lección de fé.

1.      Cerca de Persépolis fluía un manantial que la gente llamaba la Fuente de la Curación.

 2.      La gente creía que en cierta época del año daba una virtud especial a sus aguas de la fuente y los enfermos que entonces se bañaban en ellas eran curados.

 3.      Alrededor de la fuente había una multitud de gente esperando que viniera el Uno Santo y diera poder a las aguas.

 4.      Los ciegos, cojos, sordos, mudos y poseídos se hallaban allí.

 5.      Y Jesús, que estaba en medio de ellos exclamó: ¡He aquí el manantial de la vida! Estas aguas perecederas están veneradas como una bendición de vuestro Dios.

 6.      Pero ¿de donde provienen las virtudes curativas? ¿por qué es vuestro Dios tan limitado en sus dones?  ¿Por qué bendice nuestro manantial hoy y mañana lo despoja de todas sus bendiciones?

 7.      Un Dios todo poderoso podría llenar esta agua de poder curativo todos los días.

 8.      Escuchadme, enfermos y desconsolados: la virtud de esta fuente no es un regalo especial de Dios.

 9.      La fé es el poder curativo que tiene cada gota de las aguas de este manantial.

 10. El que crea con todo su corazón que se puede sanar lavándose en esta fuente, quedara totalmente sano cuando así lo haga, y puede hacerlo en cualquier momento.

 11. Todos los que tengáis fe en Dios y en vosotros mismos, sumergíos ahora en esta agua y laváos.

 12. Y muchos de ellos se metieron en la fuente cristalina y fueron curados.

 13. Y entonces todos se precipitaron, pues se sentían llenos de fé, y cada uno luchaba por ser de los primeros en lavarse por miedo a que la virtud de las aguas fuera disminuyendo.

 14. Y Jesús vio a una niña, débil, desvalijada y abandonada, sentada sola y lejos de la agitación de la muchedumbre, a quien nadie ayudaba para llegar a la fuente.

 15. Jesús le dijo: Pequeña, ¿por qué te quedas sentada aquí esperando? ¿por qué no te levantas y vas corriendo a la fuente para lavarte y sanar?

 16. Y la niña contestó: No necesito apresurarme; las bendiciones de mi padre que está en el cielo no se pueden medir con tazas pequeñas; nunca se acaban; sus virtudes serán siempre la mismas.

 17. Todos estos de fé débil que ahora van corriendo a lavarse por temor a que su fe desaparezca, serán curados, pero las aguas seguirán teniendo los mismos poderes para mi.

 18. Entonces podré ir y quedarme mucho tiempo en las aguas benditas del manantial.

 19. Jesús dijo: he aquí una gran alma que vino a la Tierra para enseñar a los hombres el poder de la fé

 20. Luego levantó a la niña y dijo: ¿Para que vas a esperar? El mismo aire que respiramos está lleno de bálsamo de la vida. Respira con fé este bálsamo y quedaras curada.

 21. La niña respiró el bálsamo de la vida con fé y quedó curada.

 22. La gente maravillada de lo que había oído y visto, decían: Este hombre debe ser el Dios de la salud hecho carne.

 23. Y Jesús dijo: La fuente de la no vida es un pequeño estanque; es tan extensa como todos los espacios del cielo.

 24. Las aguas de la fuente son el amor; el poder, es la fe, y el que se sumerge profundamente en los manantiales vivos y en la fe viva puede lavar su culpa y sanar quedando libre de pecados.

Jesús se despide de los magos. Va a Asiria. Enseña a la gente en Ur de Caldea. Conoce a Ashbina, con quien visita muchas ciudades y pueblos, enseñando y curando a los enfermos.

1.     Jesús había finalizado su labor en Persia, y ahora reanudaba su viaje hacia su país de origen.

2.      El sabio persa le acompaño hasta el Eufrates, y allí se despidieron después de prometerse que se encontrarían de nuevo en Egipto.

3.      Así Gaspar se dirigió a su casa junto al mar Caspio, y Jesús llegó muy pronto a Caldea, cuna de Israel.

4.      Y permaneció un tiempo en Ur, ciudad donde había nacido Abraham; y cuando decía a la gente quién era y por que venía, acudían muchos desde todas partes para hablar con él.

5.      Y les dijo: Somos todos una familia. Hace más de dos mil años nuestro padre Abraham vivió aquí en Ur; él adoraba al único Dios y enseñó  a la gente en estas grutas sagradas.

6.      Y Abraham fué sumamente bendecido, pues se convirtió en padre del gran pueblo de Israel.

7.      Y aunque han pasado tantos años desde que Abraham y Sara estuvieron aquí, quedan todavía algunos descendientes suyos en Ur.

8.      Y en sus corazones siguen adorando al Dios de Abraham, y la fé y la justicia son las rocas sobre las que se sustentan.

9.      ¡Mirad esta tierra! Ya no es aquella tierra fértil que tanto amaba Abraham; las lluvias ya no son tan frecuentes como en aquellos tiempos; las viñas ya no dan frutos deliciosos y las higueras están secas.

 10. Pero esto no ocurrirá por siempre; llegará un día que todos sus desiertos se regocijarán, un día en que las parras doblaran sus cabezas cargadas de frutos deliciosos y los pastores volverán a estar alegres.

 11. Jesús les predicaba el Evangelio de la buena voluntad y de paz en la Tierra. Les hablaba de la hermandad en la vida, de los poderes innatos del hombre y del reino del alma.

 12. Y un día, cuando él estaba hablando, Ashbina, el más grande sabio de Asiria, se le acercó.

 13. La gente conocía a este sabio, pues les había enseñado muchas veces en las salas y grutas sagradas, y se alegraron al verle.

 14. Y Ashibana dijo: hijos míos de Caldea, ¡escuchad! Hoy habéis sido bendecidos en grado sumo, pues ha venido a vosotros un profeta del Dios vivo.

 15. Escuchad con atención lo que dice este maestro, pues él habla con las palabras que Dios le ha transmitido.

 16. Jesús y el sabio fueron por las ciudades y pueblos de Caldea y de las tierras que hay entre el Tigris y el Eufrates.

 17. Y Jesús curó un gran número de gente que estaba enferma.

Jesús y Ashbina visitan Babilonia y ven su desolación. Los dos maestros permanecen siete días juntos; luego Jesús reanuda su viaje a casa. Llega a Nazaret. Su madre da una fiesta en su honor. Sus hermanos están descontentos. Jesús cuenta a su madre y a su tía la historia de sus viajes

 1.   La destruida ciudad de Babilonia estaba cerca, y Jesús y el sabio cruzaron sus puertas y caminaron entre sus palacios destruidos.

 2.      Anduvieron por las calles donde Israel había sido tenida en cautiverio tiempo atrás.

 3.      Vieron el lugar en el que los hijos e hijas de Judas habían colgado sus arpas en unos sauces y se habían negado a cantar.

 4.      Pasaron por donde Daniel y los niños hebreos habían dado ejemplo como testigos vivientes de la fe.

 5.      Jesús alzó las manos y dijo: ¡He aquí la grandeza de las obras del hombre!

 6.      El rey de Babilonia destruyó el templo del Señor en la antigua Jerusalén; quemó la ciudad santa, encadenó a mi pueblo y a mi estirpe y los trajo aquí como esclavos.

 7.      Pero la recompensa siempre llega, pues todo lo que un hombre haga a otros hombres, el verdadero juez se lo hará a él.

 8.      El sol de Babilonia se ha puesto; ya no se oirán cantos de placer dentro de sus murallas.

 9.      Y toda clase de reptiles y aves inmundas morirán en las ruinas.

 10. Jesús y Ashabina permanecieron en silencio en el templo de Belus.

 11. Luego Jesús habló y dijo: Mira este monumento lleno de locura y vergüenza.

 12. El hombre trató de derrocar el trono de mismo de Dios e intentó construir una torre para llegar al cielo, pero hasta sus palabras fueron confundidas, pues se vanaglorió su poder orgullosamente.

 13. Y en la cima se levantaba Baal, el Dios pagano forjando las manos del Hombre.

 14. Y en ese altar se han quemado en cruel sacrificio a Baal aves, bestias e incluso niños.

 15. Por ahora esos sacerdotes sangrientos han muerto; las rocas se han tambaleado y han caído, y el lugar está desolado.

 16. Jesús permaneció siete días más en las llanuras de Shinar, y en compañía de Ashabina meditó sobre las necesidades de los hombres y sobre la manera en que los sabios podrían servir mejor en la era que se aproximaba.

 17.  Luego Jesús partió, y después de muchos días cruzó el Jordán de camino a su tierra. Y enseguida llegó a su casa de Nazaret.

 18. El corazón de su madre se llenó de gozo; hizo una fiesta para él e invito a todos sus familiares y amigos.

 19. Pero a los hermanos de Jesús, a quienes no se les diera tanta atención  y sí a alguien a quien consideraban un simple aventurero,  no quisieron asistir a la fiesta.

 20. Se burlaban con desprecio de las palabras de su hermano, y le llamaban indolente, ambicioso, vano, indigno, buscador de fortuna, deseoso de la fama de este mundo, que tras muchos años de búsqueda vuelve a casa de su madre sin oro ni ninguna riqueza.

 21. Pero Jesús llamó a solas a su madre y a su hermana Miriam y les hablö de su viaje a Oriente.

22. Les contó las lecciones que habían aprendido y las obras que habían hecho. A otros no quiso contarles la historia de su vida.                                                   
       FIN

 
 
 
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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