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"Dianética"

El poder del pensamiento sobre el cuerpo

L. Ronald Hubbard

 

 

Capítulo NUEVE:

Mecanismos y aspectos de la terapia

Primera parte

(Dos)

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El básico-básico

La primera meta del auditor es el básico-básico y, después de esto, siempre el momento más antiguo de dolor o molestia que pueda alcanzar. Puede que tenga que ir a momentos recientes en busca de cargas emocionales, y éstas mismas pueden ser físicamente dolorosas. La emoción puede impedir que el paciente llegue al básico-básico. Pero siempre es importante ese primer cierre del analizador; y cuando se alcanza, los engramas siguientes se reducen mucho más fácilmente.

El básico-básico es el blanco vital por dos razones: (1) contiene un cierre del analizador que es reestimulado cada vez que se recibe un nuevo engrama. El denominador común de todos los engramas es el cierre del analizador. Abrelo en la primera ocasión en que se cerró y tendrá lugar una gran mejoría en el caso, pues después de esto el cierre del analizador ya no es tan profundo; (2) una "borradura" (o sea, una eliminación aparente del engrama de los archivos del banco de engramas y su rearchivado en el banco estándar como recuerdo) del básicobásico amplía notablemente la línea temporal que hay después de él, y saca a la vista muchos engramas nuevos.

A veces el básico-básico se encuentra semanas antes del primer retraso de periodo de la madre, lo que le colocaría mucho antes de cualquier prueba de embarazo o de un intento de aborto. A veces, en un caso que no tiene sónicos, puede descubrirse un sónico en el básico-básico, pero esto no sucede con mucha frecuencia.

Se puede "borrar" una gran cantidad de matera-:l antes de que aparezca el básico-básico.

A veces, el básico-básico se "borra" sin que el auditor ni el preclaro sepan que ha sido alcanzado, al ser el básico-básico simplemente otro engrama en el área básica. A veces hay que descargar mucha emoción dolorosa en las áreas de la vida más recientes antes de que aparezca el básico-básico.

Sin embargo, el básico-básico siempre es el blanco, y, hasta que el auditor esté muy seguro de haberlo alcanzado, hace un esfuerzo por conseguirlo, una vez por sesión. A partir de ahí, trata de localizar en cada sesión el momento más antiguo de dolor o molestia que pueda alcanzar. Si no puede lograr nada antiguo, trata de descargar un engrama emocional reciente; cuando esté completamente descargado, "reducido" o "borrado" como engrama, aborda entonces al material más antiguo que el archivero te dé.

Aparezca lo que aparezca, el auditor trata de quitarle toda la carga -ya sea de dolor o emoción- antes de continuar su camino en busca de material nuevo. Esto se hace simplemente retornando al paciente al incidente y repasándolo muchas veces hasta que ya no le afecte ni dolorosa ni emocionalmente, o hasta que parezca desvanecerse.

 

La reducción y la borradura

Estos dos términos son altamente coloquiales. Se ha hecho un serio esfuerzo por impedir su empleo y sustituirlos por algo sonoro y maravillosamente latinizado, pero hasta la fecha no se han hecho progresos. Los auditores insisten en usar términos coloquiales, tales como AA para intento de aborto, lío para engramas que aberran seriamente, aberrado para una persona no liberada ni aclarada, zombi para un caso de electrochoque o de neurocirugía, y así sucesivamente. Se teme que exista en ellos una tendencia a ser irrespetuosos con los santos y sagrados tomos del pasado, con la dignidad de autoridades pasadas que etiquetaban mucho y hacían poco. Como quiera que esto sea, reducción y borradura son de uso tan común que apenas es necesario cambiarlos.

Reducir significa sacar toda la carga y el dolor de un incidente. Esto significa hacer que el paciente relate el incidente de principio a fin (habiendo retornado a élen evocación), una y otra vez, cogiendo todos los somáticos y percepciones que estén presentes, exactamente como si el incidente estuviera sucediendo en ese preciso instante. Técnicamente, reducir significa liberar de material aberrativo hasta donde sea posible para hacer que el caso avance.

Borrar un engrama significa relatarlo hasta que se haya desvanecido completamente. Hay una diferencia notable entre una reducción y una "borradura La diferencia depende más de lo que el engrama vaya a hacer que de lo que el auditor quiera que haga. Si el engrama es antiguo, si no tiene material más antiguo que lo sostenga, ese engrama se "borrará". El paciente, al tratar de encontrarlo de nuevo para un segundo o un sexto relato, de pronto descubrirá que no tiene la menor idea de lo que contenía. Puede que le pregunte al auditor, quien, naturalmente, no le dará ninguna información. (El auditor que da pistas está retrasando la terapia al convertirse en la memoria del paciente.) Repasarlo y tratar de encontrarlo puede parecer divertido al paciente cuando no puede hacerlo. O puede extrañarle, pues aquí había algo que en el primer contacto tenía un somático doloroso y un contenido altamente aberrativo, que ahora ya no parece existir. Esto es una "borradura". Técnicamente, el engrama no está borrado. Si el auditor se preocupa de emplear algo de tiempo únicamente con objeto de investigar, encontrará ese engrama en los bancos estándares con la etiqueta de "antes aberrativo; más bien divertido; información que puede ser útil analíticamente". Tal búsqueda no está relacionada con la terapia. Si el suceso tenía un somático, fue relatado varias veces, y luego, cuando se encontró su último material nuevo, se desvaneció, está borrado en lo que respecta al banco de engramas. Ya no estará "soldado" a los circuitos motores, ya no será dramatizado, ya no bloquea una dinámica, y ya no es un engrama, sino un recuerdo.

La "reducción" tiene algunos aspectos interesantes. Tomemos un incidente de la infancia (a la edad de cuatro años, digamos) que tiene que ver con una quemadura. Se contacta con esto mientras quedan muchos datos en el área básica. Tiene muchas cosas debajo de él que lo fijan en su sitio. No obstante, tiene carga emocional, y la terapia es retrasada por esa carga. El archivero entrega la quemadura. Ahora no se borrará, sino que se reducirá. Aquí hay un trabajo que llevará más tiempo que una borradura. Y ese trabajo puede tener diversos aspectos.

Se contacta con el somático, se comienza el incidente lo más cerca del principio que el auditor pueda llegar, y entonces se relata. Digamos que esta quemadura tiene apatía como tono emocional (tono 0,5). El preclaro avanza a duras penas por el incidente, apáticamente, bien exteriorizado, observándose a sí mismo al ser quemado. Y quizá más tarde, de repente, puede sobrevenir una descarga emocional, pero no necesariamente. El preclaro retorna al principio y relata (reexperimenta) todo el asunto una vez más. Después, una y otra vez. Pronto empieza a enojarse con la gente implicada en el incidente por ser tan descuidada o tan cruel. Ha subido hasta enojo (tono 1,5). El auditor, aunque al paciente le gustaría decir lo perversos que son sus padres o que piensa que debería haber leyes respecto a quemar niños, pacientemente hace que el preclaro vuelva a repasar el incidente. Ahora el preclaro deja de estar enojado y se encuentra con que el material le aburre. Ha subido hasta aburrimiento en la escala tonal (tono 2,5). Puede protestarle al auditor, diciendo que esto es una pérdida de tiempo. El auditor vuelve a hacerle repasar el suceso. Pueden aparecer nuevos datos. El somático puede estar, o no, aún presente en este período, pero el tono emocional todavía es bajo. El auditor vuelve a hacer que el preclaro repase el suceso, y puede que el preclaro -aunque no siempre- empiece a ser sarcástico o chistoso. Se relata de nuevo el suceso. De pronto, al preclaro puede parecerle divertido (pero no siempre), y se puede abandonar el suceso cuando ha alcanzado obviamente un tono alto. En unos pocos días, probablemente decaiga, pero eso no es de gran importancia, ya que será borrado completamente al regresar del básico-básico. En cualquier caso, nunca será tan aberrativo como lo era antes de la reducción.

A veces, una reducción dará como resultado que todo el engrama esté desapareciendo aparentemente. Pero es obvio cuándo ocurrirá esto. Sin mucho subir por la escala tonal, el incidente, por repetición, simplemente se pierde de vista. Esto es reducir hasta la remisión. En pocos días ese incidente volverá a estar en vigor casi tan fuerte como siempre. Hay material antes de él, y carga emocional después, que lo harán poco manejable.

Por lo tanto, a un engrama le pueden suceder varias cosas en el proceso del trabajo. Puede reducirse, lo que quiere decir descargarse emocional y somáticamente, y no tener gran poder aberrante a partir de ahí. Puede reducirse hasta que remita, lo que significa que sólo desaparece de la vista después de varios relatos. Puede borrarse, o sea, desvanecerse, y dejar de existir a partir de ese momento, en lo que respecta al banco de engramas.

Un poco de experiencia le dirá al auditor lo que los engramas van a hacer después de que haya contactado con ellos. La borradura normalmente sólo tiene lugar después de haber alcanzado el básico-básico, o bien cuando se está trabajando sobre el área básica. La reducción ocurre con una descarga emocional. La reducción a remisión sucede cuando hay demasiado en el banco de engramas suprimiendo el incidente.

De vez en cuando, incluso el mejor de los auditores puede atrapar un engrama y decidir triturarlo ahora que ha contactado con él. Es un trabajo triste. Quizá sea mejor triturarlo que simplemente reestimularlo y permitir que irrite al paciente durante un par de días. Quizá no. Pero, en todo caso, el engrama que sólo se reduce a remisión hubiera quedado mejor sin que se le tocara en primer lugar.

Los auditores nuevos siempre se lanzan en busca del nacimiento como blanco obvio. Todo el mundo tiene un nacimiento; en la mayoría de los pacientes puede localizarse con bastante facilidad. Pero es un suceso doloroso y es preferible dejar el suceso donde está hasta que el área básica haya sido trabajada a fondo, la.emoción dolorosa de la vida reciente se haya descargado y el archivero esté dispuesto a entregar el nacimiento. Generalmente se reducirá hasta remisión y después seguirá apareciendo inesperadamente para tormento del auditor. Al paciente le dan misteriosos dolores de cabeza, resfriados y se siente molesto después, a menos que el nacimiento se saque (del área básica) en el retorno. Por supuesto, el auditor está perdiendo su tiempo al tratar de eliminar estos dolores de cabeza y resfriados porque el nacimiento, con toda la vida prenatal ante él, no se reducirá o borrará debidamente, sino que sólo remitirá. Con demasiada frecuencia sucede que el nacimiento, al contactarse con él prematuramente, proporcionará al paciente dolor de cabeza y catarro. Estas molestias son menores y de poca importancia, pero el esfuerzo que el auditor puede haber invertido al trabajar sobre un incidente que sólo se reduzca hasta remitir es trabajo perdido. Es cierto que el archivero a veces entrega el nacimiento; si lo hace, hay una carga emocional en él que se descargará, y el incidente se reducirá debidamente. El auditor, por supuesto, deberá tomarlo. Es cierto que un caso a veces se atasca, y el auditor recorre el nacimiento de todos modos para ver si puede acelerar las cosas. Pero simplemente regresar al nacimiento para poner las manos en un engrama porque sabe que está ahí, producirá malestar y tiempo perdido. Ve a la época prenatal lo más lejos que puedas y ve qué entrega el archivero. Prueba la técnica repetitiva en el área básica. Puede que obtengas incidentes que se borren. Si ahí no hay nada, averigua acerca de un engrama de emoción dolorosa en su vida reciente: la muerte de un amigo, la pérdida de un aliado, el fracaso de un negocio, algo. Quita carga de él y redúcelo como un engrama, y después regresa lo más temprano posible a la época prenatal y ve qué es lo que ha aparecido. Si el archivero cree que necesitas el nacimiento, lo entregará. Pero no pidas el nacimiento sólo para tener un engrama con el que trabajar, pues esto puede resultar en un esfuerzo completamente molesto e infructuoso. El nacimiento aparecerá cuando aparezca, y el archivero conoce su trabajo.

Irrumpir en cualquier período reciente de "inconsciencia", como la anestesia quirúrgica, donde el dolor físico está presente en grandes cantidades, puede producir esta reestimulación innecesaria. Naturalmente, a uno le va mejor con estas cosas en la evocación que en la hipnosis o en el narcoanálisis, donde una reestimulación así podría producir graves resultados. En la evocación, el efecto es leve.

 

Manejo de la banda somática

Hay dos hombrecillos a cada lado del cerebro, un par por lóbulo, colgados de sus talones. El del exterior es la "banda motora" , el del interior es la "banda sensorial" . Si deseas saber más sobre la estructura de estos pares, la investigación dianética tendrá la respuesta en unos pocos años más. Actualmente se conoce algo sobre ellos: una descripción. Para un ingeniero que conozca la Dianética, la descripción actual que se puede encontrar en la biblioteca no es completamente razonable. Estos son, posiblemente, tableros de mando de alguna clase. Pueden tomarse lecturas en su proximidad -justamente detrás de las sienes- si se tiene un galvanómetro muy sensible, un galvanómetro más sensible que cualquiera de los que haya en el mercado actual. Esas lecturas muestran emanaciones de alguna clase de campo. Cuando hayamos establecido el tipo exacto de energía que fluye ahí, probablemente podremos medirla con más precisión. Cuando sepamos exactamente dónde se lleva a cabo el pensamiento en el cuerpo, sabremos más sobre estas bandas. Todo lo que la investigación dianética ha establecido hasta la fecha es que, bajo un revoltijo de etiquetas, nada se sabe realmente sobre estas estructuras que valga la pena relatarse, aparte del hecho de que tienen algo que ver con la coordinación de diversas partes del cuerpo. Sin embargo, a falta de algo mejor, nos referimos a ellas en el curso de la terapia. Ahora que sabemos algo sobre la función, la investigación adicional no puede menos que proporcionar respuestas de precisión acerca de la estructura.

El auditor puede conectar y desconectar somáticos en un paciente como un electricista maneja interruptores. Más apropiadamente, puede conectarlos y desconectarlos en el cuerpo, como el maquinista conduce un tranvía a lo largo de la vía. Aquí tenemos el juego al que nos referíamos antes cuando hablábamos de la línea temporal.

En un paciente que está marchando bien, se puede ordenar a la "banda somática" que vaya a cualquier parte de la línea temporal. Día a día, hora a hora, en la vida normal, la "banda somática" se mueve por esta línea hacia adelante y hacia atrás a medida que los engramas se reestimulan. El auditor, al trabajar con un paciente, puede encontrarse con su propia banda somática obedeciendo a sus propias órdenes, y con algunos de sus propios somáticos conectándose y desconectándose: éste es un hecho que, en el peor de los casos, resulta ligeramente incómodo. El cuerpo entero, las células o lo que sea que se esté moviendo, realmente no lo sabemos. Pero podemos manejarlo y suponer que por lo menos pasa por el tablero de mando de los hombrecitos colgados de sus talones.

"La banda somática irá ahora al nacimiento", dice el auditor.
El paciente en evocación empieza a sentir la presión de contracciones que lo lanzan por el conducto del nacimiento.
"La banda somática irá ahora a la última vez que te lastimaste", dice el auditor.
Quizá el preclaro sienta una leve reproducción del dolor de una rodilla golpeada. Si tiene recuerdo con sónico y visual, verá dónde está, y de pronto se dará cuenta de que fue en la oficina, escuchará a los empleados, las máquinas de escribir y el ruido de los coches fuera.
"La banda somática irá ahora al área prenatal", dice el auditor.
Y el paciente se encuentra en el área, probablemente flotando por ahí, sin sentirse incómodo.
"La banda somática irá ahora al primer momento de dolor o molestia que se pueda alcanzar", dice el auditor.
Por un momento el paciente vaga de acá para allá, y de pronto siente un dolor en el pecho. Empieza a toser y se siente contraído por todas partes. La madre está tosiendo (la fuente frecuente de toses crónicas). "Repasa la tos", dice el auditor. El paciente se encuentra al principio del engrama y empieza a recorrerlo. "Cof, cof, cof", dice el paciente. Luego bosteza. "`Me duele y no puedo parar'", él cita a su madre. "Ve al principio y recórrelo de nuevo", dice el auditor. "Cof, cof, cof", comienza el paciente, pero ahora ya no está tosiendo tan fuerte. Bosteza más profundamente. "`¡Ay! Me duele, me duele y parece que no puedo parar'", cita el preclaro, escuchando directamente, si tiene sónico; obteniendo impresiones de lo que se dice, si no lo tiene. Ahora ha encontrado palabras que estaban suprimidas en el engrama por la "inconsciencia". La "inconsciencia" empieza a desprenderse con los bostezos. "Repásalo de nuevo", dice el auditor. "`No puedo parar'", dice el preclaro, citando todo lo que encuentra en esta ocasión. El somático se ha ido. Vuelve a bostezar. El engrama está borrado.
"La banda somática irá ahora al siguiente momento de dolor o molestia", dice el auditor.
El somático no se conecta. El paciente entra en un sueño extraño. Murmura algo sobre un sueño. De pronto, el somático se hace más fuerte. El paciente empieza a temblar. "¿Qué ocurre?", dice el auditor. "Oigo agua fluyendo", dice el preclaro. "La banda somática irá al comienzo del incidente", dice el auditor. "Recórrelo". "Sigo oyendo agua", dice el preclaro. (Debe estar atorado, porque los somáticos no se movieron. Esto es un retenedor.) "La banda somática irá a cualquier cosa que esté reteniendo", dice el auditor. `Lo voy a mantener ahí un rato a ver si sirve de algo'", cita el preclaro. "Consigue ahora el principio del incidente y recórrelo", dice el auditor. "Siento que me están empujando", dice el preclaro. "Ay, algo me golpeó". "Consigue el principio y recórrelo", dice el auditor. "`Estoy segura de que debo de estar embarazada'", cita el preclaro. "`Lo voy a mantener ahí dentro un rato, y veré si sirve de algo'". "¿Hay algo anterior?", dice el auditor. La banda del preclaro va al momento anterior, en el que siente presión al tratar ella de introducir algo en el cuello del útero. Luego recorre el engrama, y éste se borra.

Esto es manejar la banda somática. Se puede enviar a cualquier parte. Generalmente, cogerá primero el somático y después cogerá el contenido. Empleando la técnica repetitiva, el somático es "succionado" hasta el incidente y aparecen los somáticos. Entonces se recorre el incidente. Si no se borra, encuentra un incidente anterior simplemente pidiéndole a la banda somática que vaya al incidente anterior.

Si la banda somática no se mueve, es decir, si los somáticos (sensaciones físicas) no aparecen y desaparecen, entonces el paciente está atorado en alguna parte de la línea temporal. Puede estar atorado en el tiempo presente, lo que significaría que tiene un rebotador que lo lanza hacia adelante, hasta el final. Emplea la técnica repetitiva o, simplemente, trata de enviar la banda somática hacia atrás. Si no va, toma diversas frases rebotadoras, como "no puedo regresar", "vete por ahí", etc., y con ellas succiona la banda somática hasta el incidente, y recórrelo.

La banda somática puede moverse por un incidente con sensación plena, y, a pesar de ello, retornando varias veces sobre el mismo terreno, no proporcionar datos. Esto se puede hacer una y otra vez sin que dé como resultado engramas los somáticos permanecen casi igual apareciendo intermitentemente por el incidente cada vez, pero sin ningún otro contenido. Entonces el auditor está "enfrentándose" a un negador, una frase como: "Esto es un secreto", "que no se entere", "olvídalo", etc. En un caso así él envía la banda somática a la frase que niega los datos: "Ve al momento en que se pronuncia una frase que niega estos datos", dice el auditor. Después de un momento, el preclaro dice: `Si se enterara de esto, se moriría'", citando el preclaro a partir de un sónico o de impresiones. Entonces el auditor envía la banda somática de regreso al principio del incidente y continúa por él, esta vez con otro contenido de percepción. A menos que el incidente sea muy tardío en la época prenatal, con el área básica llena de material, los somáticos van y vienen (fluctúan de acuerdo con la acción del engrama) y disminuyen hasta la reducción o la borradura en relatos consecutivos.

El auditor le dice a la banda somática que vaya más al principio; algunas veces va más hacia el final. Esto es un desorientador. "No sé si voy o vengo",' "yendo hacia atrás", "haz todo lo contrario"; éste es el tipo de frases del desorientador. El auditor reconoce que tiene uno en el preclaro -lo adivina o lo descubre por las palabras del preclaro cuando se queja de la acción- y, por orden directa a la banda o mediante técnica repetitiva, selecciona la frase y el engrama, lo reduce o lo borra, y continúa.

Si la banda somática no responde de acuerdo a la orden, entonces se ha reestimulado un rebotador, un retenedor, un desorientador o un agrupador, y éste debe ser descargado. La banda somática estará en el sitio en que se encuentra la orden que le prohibe funcionar como se desea.

Hay buenos y malos conductores de esta banda somática. El buen conductor trabaja en estrecha colaboración con el archivero, empleando órdenes tan amplias como: "La banda somática escogerá el momento más antiguo de dolor y molestia que pueda alcanzarse", o bien: "La banda somática irá a la máxima intensidad del somático que tienes ahora" (cuando un somático esté molestando al paciente). El mal conductor escoge incidentes específicos que piensa que podrían ser aberrantes, fuerza a la banda somática a entrar en ellos, y de alguna manera los vence. Hay momentos en que es necesario ser muy persuasivo con la banda y momentos en que es preciso escoger incidentes de dolor físico, pero el auditor es el mejor juez de lo que debe ocurrir. Mientras la banda funcione suavemente, encontrando nuevos incidentes y discurriendo por ellos, el auditor no debe molestarla sino para asegurarse de que está reduciendo todo aquello con lo que ésta hace contacto.

Una forma muy buena de arruinar completamente un caso es colocar la banda somática en un incidente, decidir que otra cosa es más importante y salir disparado hacia esto último, sacarlo a medias y dirigirse a otra cosa. Para cuando se hayan tocado de este modo tres o cuatro incidentes sin reducirlos, la banda se atasca, la línea temporal empieza a amontonarse y el auditor se queda con un enredo que puede llevarle muchas horas de terapia, o bien una o dos semanas de reequilibrio (permitir que se asiente el caso), para volver a lograr un estado con el que se pueda trabajar.

El paciente a veces querrá que se le desconecte un somático. Le ha estado molestando. Esto significa que la banda está enganchada de algún modo en un incidente que la terapia o el entorno del paciente ha reestimulado. Normalmente, el tiempo y el problema de localizar el incidente no merecen la pena. Se estabilizará completamente por sí sólo en el plazo de uno o dos días, y puede ser un incidente que no puede reducirse debido a los engramas anteriores.

A la banda somática se la maneja en un incidente posterior al igual que se la envía a uno anterior. Las cargas de desesperación se contactan de la misma manera.

Si quieres una prueba para ver si la banda se está moviendo o para probar el recuerdo, envíala unas horas atrás y averigua qué obtienes. Aunque en muchos casos es más fácil alcanzar el área prenatal que el día de ayer, se obtendrá alguna idea sobre cómo está avanzando el paciente.

 

Tiempo presente

El principio es la concepción. Tus pacientes a veces tienen la sensación de que son espermatozoides u óvulos al principio de la línea temporal. En Dianética, esto se llama el sueño del esperma. Por lo que sabemos hasta ahora, esto no es de gran valor. Pero sí es muy interesante. No se le tiene que sugerir al preclaro. Todo lo que uno tiene que hacer es enviarle al principio de la línea temporal y escuchar lo que él tenga que decir. A veces tiene un engrama antiguo confundido con la concepción.

Naturalmente, en el extremo reciente de la línea temporal se encuentra el ahora. Este es el tiempo presente. De vez en cuando sucede que algunos pacientes no regresan a tiempo presente porque en el camino han tropezado con retenedores. La técnica repetitiva aplicada a retenedores, generalmente liberará la banda y la traerá a tiempo presente.

Un paciente puede sentirse un poco aturdido por todas las cosas que le han estado sucediendo en el curso de una sesión de terapia. Y puede haber reducido la resistencia a los engramas, a medida que retrocede por la línea temporal, y puede que entonces tropiece con un retenedor. El auditor debe estar muy seguro de que el paciente está en tiempo presente. A veces, el paciente estará tan atorado, y la hora será tan avanzada, que el esfuerzo por traerle completamente a tiempo presente no es factible en ese momento. Por lo general, un período de sueño lo logrará.

Hay una prueba mediante la cual el auditor puede asegurarse de que el preclaro está en tiempo presente. Lanza una pregunta al preclaro: "¿Qué edad tienes?". El preclaro le da una "respuesta relámpago". Si es la edad correcta del preclaro, el preclaro está en tiempo presente. Si es una edad menor, hay un retenedor y el paciente no está en tiempo presente. Hay otros métodos para determinar esto, pero no es muy importante, en general, si el paciente no lo consigue.

Lanzar preguntas a la gente, preguntándole su edad, provoca algunas respuestas sorprendentes. Estar atorado en la línea temporal es tan frecuente entre la gente "normal", que un día o dos, o una o dos semanas de fracasos para alcanzar el tiempo presente, no son alarmantes en absoluto.

 Cualquiera que tenga una enfermedad psicosomática crónica está definitivamente atorado en alguna parte de la línea temporal. Las preguntas rápidas sobre esto obtienen bastante a menudo como respuesta "tres" o "diez años", o algo así, aun cuando se pregunta a personas que se supone que gozan de muy buena salud. La evocación les revela dónde están en la línea temporal. Algunas veces, en la primera sesión, un preclaro cierra los ojos en evocación para encontrarse en el sillón de un dentista a la edad de tres años. Ha estado ahí durante los últimos treinta años, o algo así, porque el dentista y su madre le dijeron que se "quedara allí" mientras estaba conmocionado por el dolor y el gas; de modo que así lo hizo, y el problema dental crónico que ha tenido toda su vida es ese somático.

Esto no sucede muy a menudo, pero con toda seguridad puedes encontrar a algún conocido que dará la respuesta relámpago de "diez años" y, si se le pone en evocación, en cuanto el engrama salga a la vista se encontrará caído de espaldas en un frontón, o alguna situación así, con alguien que le está diciendo que no se mueva hasta que venga la ambulancia: ¡ésa es su artritis!

Pruébalo en alguien.


Banda motora: el sistema de control de la mente mediante los controles motores. Hay dos paneles a cada lado del cráneo, uno encima del otro, y controlan lados opuestos del cuerpo. En uno de los paneles de cada lado es donde se registran los pensamientos, y en el otro panel es donde está situado el control muscular.

Banda sensorial: la banda sensorial puede considerarse el lado "mental" del tablero de control; la banda mnotora, el lado físico.

Galvanómetro: un instrumento para detectar y medir pequeñas corrientes eléctricas.

 

Capítulo NUEVE:

Mecanismos y aspectos de la terapia

Primera parte

(Dos)

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