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RELACIONES ILUMINADAS


EL PODER DEL AHORA  - ECKHART TOLLE

CAPÍTULO OCHO
ENTRE EN EL AHORA DESDE DONDE ESTÉ

 

 En otras palabras, usted está esperando por un evento en el tiempo que lo salve. ¿No es este el error fundamental del que hemos estado hablando? La salvación no está en otro lugar en el tiempo o en el espacio. Está aquí y ahora.

¿Qué quiere decir esa afirmación, "la salvación está aquí y ahora"? No la entiendo. Ni siquiera sé lo que significa salvación.

 La mayoría de las personas persiguen placeres físicos o muchas formas de gratificación psicológica porque creen que esas cosas los van a hacer felices o a liberarlos de una sensación de miedo o de carencia. La felicidad puede percibirse como un sentido realzado de vida alcanzado a través del placer físico, o una sensación de sí mismo más segura y más completa lograda por medio de alguna forma de gratificación psicológica. Esta es la búsqueda de salvación a partir de un estado de insatisfacción o insuficiencia. Invariablemente, cada satisfacción que se obtiene es fugaz, y la condición de satisfacción o logro habitualmente se proyecta una vez más hacia un punto imaginario lejos del aquí y el ahora. "Cuando logre esto o esté libre de aquello, estaré bien". Esta es la actitud mental inconsciente que crea la ilusión de la salvación en el futuro.

 La verdadera salvación es un estado de liberación del miedo, del sufrimiento, de un estado percibido de carencia y de insuficiencia y por lo tanto de todo deseo, necesidad, codicia y apego. Es la libertad del pensamiento compulsivo, de la negatividad y sobre todo del pasado y el futuro como una necesidad psicológica. Su mente le dice que usted no puede llegar allá desde aquí. Tiene que suceder algo o usted tiene que volverse esto o aquello antes de poder ser libre y realizado. Le dice de hecho que usted necesita tiempo, que usted necesita encontrar, ordenar, hacer, lograr, adquirir, llegar a ser o comprender algo antes de ser libre o completo. Usted ve el tiempo como el medio de salvación, mientras que en verdad este es el mayor obstáculo para la salvación.

 

Usted piensa que no puede llegar a ella desde donde está y siendo quien es usted en este momento, porque todavía no está completo o no es suficientemente bueno, pero la verdad es que aquí y ahora es el único punto desde donde usted puede llegar a ella. Usted "llega" allá dándose cuenta de que está ya allá. Usted encuentra a Dios en el momento en que se da cuenta de que no necesita buscarlo. Así que no hay un camino único de salvación: puede utilizarse cualquier condición, no se necesita una condición particular. Sin embargo sólo hay un punto de acceso: el Ahora. No puede haber salvación fuera de este momento. ¿Está solo y sin pareja? Entre al Ahora desde ahí. ¿Está involucrado en una relación? Entre al Ahora desde ahí.

 No hay nada que pueda hacer o alcanzar que lo acerque a la salvación más de lo que lo está en este momento. Esto puede ser difícil de comprender para una mente acostumbrada a pensar que todo lo que vale la pena está en el futuro. Ni nada de lo que usted hizo o le hicieron en el pasado le impide decir sí a lo que es y enfocar su atención profundamente en el Ahora. No puede hacer esto en el futuro. Lo hace ahora o no lo hace.

 RELACIONES DE AMOR/ODIO

 Hasta que no entre en la frecuencia de conciencia de la presencia, todas las relaciones y particularmente las relaciones íntimas serán profundamente defectuosas y en últimas disfuncionales. Pueden parecer perfectas por un tiempo, como cuando está "enamorado", pero invariablemente esta perfección aparente se interrumpe cuan­do las discusiones, los conflictos, la insatisfacción y la violencia emocional o incluso física ocurren cada vez con mayor frecuencia. Parece ser que la mayoría de las "relaciones amorosas" se convierten en relaciones de amor/odio muy pronto. El amor puede convertirse entonces en un ataque salvaje, en sentimientos de hostilidad o en el abandono completo del afecto en un abrir y cerrar de ojos. Esto se considera normal. La relación entonces oscila por un tiempo, unos meses o unos años, entre las polaridades del "amor" y el odio, y le proporciona tanto placer como dolor. No es poco común que las parejas se vuelvan adictas a esos ciclos. Su drama los hace sentir vivos. Cuando se pierde el equilibrio entre las polaridades positiva y negativa y los ciclos negativos, destructivos, ocurren con frecuencia e intensidad crecientes, lo que tiende a ocurrir tarde o temprano, no pasará mucho tiempo antes de que la relación finalmente fracase.

 Puede parecer que si usted simplemente pudiera eliminar los ciclos negativos o destructivos, todo iría bien y la relación florecería hermosamente, pero esto no es posible. Las polaridades son mutuamente interdependientes. Usted no puede tener una sin la otra. Lo positivo ya contiene en sí mismo, aunque todavía sin manifestar, lo negativo. Los dos son de hecho aspectos diferentes de la misma disfunción. Estoy hablando aquí de lo que se llama comúnmente relaciones románticas, no del verdadero amor, que no tiene contrario porque surge de un lugar más allá de la mente. El amor como un estado continuo es todavía bastante raro, tan raro como los seres humanos conscientes. Sin embargo son posibles breves y elusivos atisbos de amor, siempre que hay una ruptura en la corriente de la mente.

El lado negativo de una relación es, por supuesto, más fácilmente reconocible como disfuncional que el positivo. Y también es más fácil de reconocer la fuente de la negatividad en su pareja que en usted mismo. Puede manifestarse en muchas formas: posesividad, celos, control, retraimiento y resentimiento no ma­nifestado, la necesidad de tener la razón, insensibilidad y enfrascamiento, reclamos emocionales y manipulación, la necesidad de discutir, criticar, juzgar, culpar o atacar, ira, revancha inconsciente por el dolor pasado infligido por un padre, rabia y violencia física. En el lado contrario, usted está "enamorado" de su pareja. Este es al principio un estado profundamente satisfactorio. Usted se siente intensamente vivo. Su existencia se ha vuelto repentinamente significativa porque alguien lo necesita, lo desea y lo hace sentir especial, y usted siente lo mismo por él o ella. Cuando están juntos, se sienten completos. El sentimiento puede volverse tan intenso que el resto del mundo se desvanece en la insignificancia.

 Sin embargo, puede que usted se haya dado cuenta también de que hay una cualidad de carencia y de apego en esa intensidad. Usted se vuelve adicto a la otra persona. Él o ella actúa sobre usted como una droga. Usted está en un punto alto cuando la droga está disponible, pero incluso la posibilidad o el pensamiento de que pueda no estar ahí para usted puede llevarlo a los celos, la posesividad, los intentos de manipulación por medio del chantaje emocional, la inculpación y las acusaciones, el miedo a la pérdida. Si la otra persona lo deja, esto puede hacer surgir la más intensa hostilidad o la tristeza y la desesperación más profundas. En un instante, la ternura amorosa puede convertirse en un ataque salvaje o en una tristeza espantosa. ¿Dónde está el amor ahora? ¿Puede el amor cambiar en un instante a su contrario? ¿Era amor desde un comienzo o solamente un apego adictivo?

 LA ADICCIÓN Y LA BÚSQUEDA DE LA PLENITUD

 ¿Por qué nos volveríamos adictos a otra persona?

 La razón por la que la relación de amor romántico es una experiencia tan intensa y universalmente perseguida es que parece ofrecer la liberación de un estado profundamente arraigado de miedo, necesidad, carencia y falta de plenitud que es parte de la condición humana en su estado no redimido o iluminado. Hay una dimensión física y otra psicológica en este estado.

 En el nivel físico, usted obviamente no está completo, ni lo estará nunca: es un hombre o una mujer, es decir, la mitad del todo. En este nivel, la añoranza de la plenitud -el retorno a la unidad- se manifiesta como una atracción entre el macho y la hembra, la necesidad del hombre de una mujer, la necesidad de la mujer de un hombre. Es un impulso casi irresistible de unión con la polaridad de energía contraria. La raíz de este impulso es espiritual: la añoranza del fin de la dualidad, un retorno al estado de plenitud. La unión sexual es lo más cerca que usted puede estar de este estado en el plano físico. Por eso es la experiencia más profundamente satisfactoria que puede ofrecer el reino físico. Pero la unión sexual no es más que un atisbo fugaz de la plenitud, un instante de bienaventuranza. Mientras se busque inconscientemente como un medio de salvación, usted está buscando el fin de la dualidad en el nivel de la forma, donde no puede encontrarse. Usted recibe un atisbo tantálico del cielo, pero no se le permite habitar allí y se encuentra a sí mismo de nuevo en un cuerpo separado.

 En el nivel psicológico, la sensación de carencia y de falta de plenitud es, acaso, aún mayor que en el nivel físico. Mientras esté identificado con la mente, usted tiene un sentido de sí mismo derivado del exterior. Es decir, usted obtiene el sentido de quién es de cosas que en últimas no tienen nada que ver con quién es usted: su papel social, las posesiones, la apariencia externa, los éxitos y fracasos, los sistemas de creencias, etcétera. Este ser falso, elaborado por la mente, el ego, se siente vulnerable, inseguro y siempre está buscando cosas nuevas con las cuales identificarse para que le den una sensación de que existe. Pero nunca nada es suficiente para darle una realización duradera. Su miedo y su sentido de carencia y necesidad permanecen.

Pero entonces llega esta relación especial. Parece ser la respuesta a todos los problemas del ego y llenar todas sus necesidades. Al menos así parece al principio. Todas las demás cosas de las que usted derivaba su sentido de sí mismo antes, ahora se vuelven relativamente insignificantes. Usted tiene ahora un solo punto focal que las reemplaza a todas, da sentido a su vida, y a través del cual usted define su identidad: la persona de la que está "enamorado". Ya no es un fragmento desconectado en un universo carente de afecto, o eso parece. Su mundo ahora tiene un centro: el amado. El hecho de que el centro esté fuera de usted y que, por lo tanto, usted todavía tenga un sentido de sí mismo derivado del exterior, no parece importar al principio. Lo que importa es que los sentimientos subyacentes de no plenitud, miedo, carencia y falta de realización, tan característicos del estado egotista, ya no están ahí. ¿O sí? ¿Se han disuelto o continúan existiendo bajo la feliz realidad superficial?

 Si en sus relaciones usted experimenta "amor" y su contrario -ataque, violencia emocional, etcétera- es probable que esté confundiendo el apego del ego y la dependencia adictiva con el amor. Usted no puede amar a su pareja un momento y atacarla al siguiente. El verdadero amor no tiene contrario. Si su "amor" tiene un contrario, entonces no es amor sino una fuerte necesidad del ego de un sentido más profundo y completo de sí mismo, una necesidad que la otra persona llena temporalmente. Es el sustituto del ego para la salvación y por un corto tiempo casi se siente como la salvación.

 Pero llega un punto en el que su pareja actúa de forma que deja de llenar sus necesidades, o más bien las de su ego. Los sentimientos de temor, dolor y carencia, que son una parte intrínseca de la conciencia egotista pero que habían sido ocultados por la "relación amorosa", ahora salen a la superficie. Igual que con cualquier otra adicción, usted está en un punto alto cuando la droga está disponible, pero invariablemente llega un momento en que la droga ya no le hace efecto. Cuando vuelven a aparecer esos sentimientos dolorosos, usted los siente incluso con más fuerza que antes, más aún, ahora percibe a su pareja como la causa de esos sentimientos. Esto quiere decir que los proyecta hacia afuera y ataca al otro con toda la violencia salvaje que es parte de su dolor. Este ataque puede despertar el dolor de la pareja y él o ella puede contraatacarlo. En ese punto el ego todavía espera inconscientemente que su ataque o sus intentos de manipulación serán suficiente castigo para inducir a su pareja a cambiar su conducta, de modo que pueda usarla de nuevo como protección de su dolor.

 Toda adicción surge de una negativa inconsciente a enfrentar el dolor y salir de él. Toda adicción comienza con dolor y termina con dolor. No importa a qué sustancia sea usted adicto- alcohol, comida, drogas legales o ilegales, o una persona- usted está usando algo o a alguien para ocultar su dolor. Por eso, después de que la euforia inicial ha pasado, hay tanta infelicidad, tanto dolor en las relaciones íntimas. Ellas no producen dolor o infelicidad. Sacan a la luz el dolor y la infelicidad que ya hay en usted. Toda adicción hace eso. Toda adicción llega a un punto en el que ya no funciona para usted y entonces usted siente el dolor más intensamente que nunca.

 Esa es una de las razones por las que la mayoría de las personas están siempre intentando escapar del momento presente y buscando algún tipo de salvación en el futuro. Lo primero que podrían encontrar si enfocaran su atención en el Ahora es su propio dolor y eso es lo que temen. Si supieran lo fácil que es acceder en el ahora al poder de la presencia que disuelve el pasado y el dolor, a la realidad que disuelve la ilusión. Si sólo supieran cuán cerca están de su realidad, cuán cerca de Dios.

 Evadir las relaciones en un intento por evitar el dolor no es la solución tampoco. El dolor está ahí de todos modos. Es más probable que tres relaciones fallidas en tres años lo obliguen a despertar que tres años en una isla desierta o aislado en su habitación. Pero si pudiera traer intensa presencia a su soledad, eso también funcionaría para usted.

 DE LAS RELACIONES ADICTIVAS A LAS RELACIONES ILUMINADAS

 ¿Podemos convertir una relación adictiva en una verdadera?

 Sí. Estando presentes e intensificando la presencia al prestar atención más profundamente al Ahora: sea que usted viva solo o con una pareja, esa sigue siendo la clave. Para que el amor florezca, la luz de su presencia debe ser lo suficientemente fuerte para que no vuelva a ser dominado por el pensador o el cuerpo del dolor y los confunda con quien es usted. Conocerse a sí mismo como el Ser que hay bajo el pensador, la quietud que hay bajo el ruido mental, el amor y la alegría que hay bajo el dolor, es libertad, salvación, iluminación. Dejar de identificarse con el cuerpo del dolor es traer presencia al dolor y así transmutarlo. Dejar de identificarse con el pensamiento es ser el observador silencioso de sus pensamientos y su conducta, especialmente los patrones repetitivos de su mente y los roles representados por el ego.

 Si usted deja de darle "identidad", la mente pierde su calidad compulsiva, que básicamente es el impulso de juzgar y así resistirse a lo que es, que crea conflicto, drama y dolor nuevo. De hecho, en el momento en el que el juicio se detiene por la aceptación de lo que es, usted está libre de la mente. Usted ha dejado sitio para el amor, para la alegría, para la paz. Primero usted deja de juzgarse a sí mismo: después deja de juzgar a su pareja. El mayor catalizador para el cambio en una relación es la aceptación completa de su pareja como es, sin necesidad de juzgar o de cambiarla de ninguna manera. Esto lo lleva a usted inmediatamente más allá del ego. Todos los juegos de la mente y todo apego adictivo se acaban entonces. No hay más víctimas ni victimarios, ni acusadores y acusados. Este es también el final de toda dependencia mutua, de ser arrastrado a los patrones inconscientes de otro y por lo tanto hacer posible que continúen. Ustedes entonces, o bien se separarán -en el amor- o entrarán juntos más profundamente en el Ahora, en el Ser. ¿Puede ser tan simple? Sí, es así de simple.

 

El amor es un estado del Ser. Su amor no está afuera: está profundamente dentro de usted. Usted nunca puede perderlo y él no puede dejarlo. No depende de otro cuerpo, de otra forma externa. En la quietud de su presencia usted puede sentir su propia realidad sin forma y sin tiempo como la vida no manifestada que anima su forma física. Usted puede entonces sentir la misma vida en lo profundo de todos los demás seres humanos y de todas las criaturas. Usted mira más allá del velo de la forma y la separación. Esa es la realización de la unidad. Ese es el amor.

 ¿Qué es Dios? La Vida Una eterna bajo todas las formas de la vida. ¿Qué es el amor? Sentir la presencia de esta Vida Una en lo profundo de sí mismo y de todas las criaturas. Ser eso. Por lo tanto, todo amor es el amor de Dios.

 El amor no es selectivo, lo mismo que la luz del sol no es selectiva. No convierte a una persona en especial. No es exclusivo. La exclusividad no es el amor de Dios sino el "amor" del ego. Sin embargo, la intensidad con la cual el verdadero amor se siente puede variar. Puede haber una persona que refleja su amor más clara e intensamente que las demás y si esa persona siente lo mismo hacia usted, se puede decir que usted está en una relación amorosa con ella o él. El lazo que lo conecta con esa persona es el mismo que lo conecta con la persona que se sienta a su lado en el autobús, o con un pájaro, un árbol, una flor. Sólo que el grado de intensidad con el cual se siente es diferente.

 Incluso en una relación que es adictiva en otros sentidos, puede haber momentos en los que algo más real brilla, algo más allá de sus necesidades adictivas mutuas. Esos son momentos en los que su mente y la de su pareja brevemente se calman y el cuerpo del dolor está temporalmente en un estado latente. Esto puede ocurrir a veces durante la intimidad física. O cuando los dos están presenciando el milagro del nacimiento de un niño, o en presencia de la muerte, o cuando uno de los dos está gravemente enfermo, cualquier cosa que vuelva la mente carente de poder. Cuando esto ocurre, su Ser, que está habitualmente enterrado bajo la mente, se revela y es eso lo que hace posible la verdadera comunicación.

 La comunicación es comunión, la realización de la unidad, que es amor. Habitualmente, esto se pierde de nuevo muy rápido a menos que usted sea capaz de permanecer suficientemente presente para mantener fuera la mente y sus patrones. En cuanto la mente y la identificación con ella retornan, usted ya no es usted mismo sino una imagen mental de usted mismo, y empieza a representar papeles de nuevo para llenar las necesidades de su ego. Usted es una mente humana de nuevo que aparenta ser un ser humano, interactuando con otra mente, representando un drama llamado "amor".

 Aunque son posibles breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que usted esté permanentemente libre de la identificación con la mente y su presencia sea lo suficientemente intensa para haber disuelto el cuerpo del dolor, o al menos pueda permanecer presente como el observador. El cuerpo del dolor no puede dominarlo entonces y volverse así destructor del amor.

 LAS RELACIONES COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL

 Mientras el modo de conciencia egotista y todas las estructuras sociales, políticas y económicas que este creó entran en su etapa final y se destruyen, las relaciones entre hombres y mujeres reflejan el profundo estado de crisis en el que la humanidad se encuentra ahora. En la medida en que los humanos se han ido iden­tificando cada vez más con la mente, la mayoría de las relaciones no se arraigan en el Ser y así se convierten en una fuente de dolor y permanecen dominadas por los problemas y el conflicto.

 Ahora hay millones de personas que viven solas o como padres solteros, incapaces de establecer una relación íntima o renuentes a repetir el drama demente de las relaciones pasadas.

 Otros saltan de una relación a otra, de un ciclo de placer y dolor a otro, en busca de la meta esquiva de realización a través de la unión con la polaridad de energía contraria. Otros se comprometen y continúan juntos en una relación disfuncional -en la que prevalece la negatividad- por el bien de los hijos, por la seguridad, la fuerza de la costumbre, el miedo a estar solos o algún otro arreglo "beneficioso", o incluso por la adicción inconsciente a la excitación del drama emocional y el dolor.

 Sin embargo, cada crisis supone no sólo un peligro sino también una oportunidad. Si las relaciones energizan y magnifican los patrones de la mente egotista y activan el cuerpo del dolor, como ocurre en estos tiempos, ¿por qué no aceptar este hecho más que tratar de escapar de él? ¿Por qué no cooperar con él en lugar de evitar las relaciones o continuar persiguiendo el fantasma de un compañero ideal como respuesta a sus problemas o como un medio de sentirse realizado? La oportunidad que está oculta en cada crisis no se manifiesta hasta que todos los hechos de una situación dada se reconocen y aceptan completamente. Mientras usted los niegue, mientras trate de escapar de ellos o desee que las cosas sean diferentes, la ventana de la oportunidad no se abrirá, y usted permanecerá atrapado en esa situación, que continuará siendo la misma o se deteriorará más.

 El reconocimiento y la aceptación de los hechos traen consigo un cierto grado de libertad. Por ejemplo, cuando usted sabe que no hay armonía y se da cuenta de ese hecho, a través de ese conocimiento ha aparecido un nuevo factor y la falta de armonía no puede permanecer sin cambiar. Cuando usted sabe que no está en paz, su conocimiento crea un espacio tranquilo que rodea a su falta de paz en un abrazo amoroso y tierno que la transmuta y la convierte en paz. En cuanto a la transformación interior, no hay nada que usted pueda hacer. No puede transformarse a sí mismo, y ciertamente no puede transformar a su pareja ni a ninguna otra persona. Todo lo que usted puede hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor.

 Así pues, siempre que su relación no funcione, siempre que lo "enloquezca" a usted y a su pareja, alégrese. Lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación. Todo el tiempo esté consciente de ese momento, particularmente de su estado interior. Si hay rabia, sepa que hay rabia. Si hay celos, actitud defensiva, impulso de discutir, necesidad de tener la razón, una frialdad interior que pide amor y atención, o dolor emocional de cualquier tipo, lo que sea, conozca la realidad de ese momento y esté atento a ese conocimiento. La relación entonces se volverá su sadhana, su práctica espiritual. Si usted observa una conducta inconsciente en su compañero, manténgala dentro del abrazo amoroso de su conocimiento para no reaccionar. La inconsciencia y el conocimiento no pueden coexistir durante mucho tiempo, incluso si el conocimiento está en la otra persona y no en la que está actuando llevada por la inconsciencia. La forma de energía que hay tras la hostilidad y el ataque encuentra la presencia del amor absolutamente intolerable. Si usted reacciona ante la inconsciencia de su compañero, se vuelve inconsciente también. Pero si en ese momento se acuerda de conocer su reacción, nada se ha perdido.

 La humanidad está bajo una gran presión de evolucionar porque es nuestra única oportunidad de sobrevivir como especie. Esto afecta todos los aspectos de su vida y las relaciones cercanas en particular. Las relaciones nunca antes han sido tan problemáticas ni han estado tan cargadas de conflicto como ahora. Como habrá notado, su objetivo no es hacerlo feliz o realizarlo. Si usted continúa persiguiendo la meta de la salvación a través de una relación, se desilusionará una y otra vez. Pero si usted acepta que la relación es para hacerlo consciente en lugar de feliz, entonces sí le ofrecerá salvación y usted se sintonizará con la conciencia superior que quiere nacer en este mundo. Para quienes se aferran a los patrones antiguos, habrá cada vez más dolor, violencia, confusión y locura.

 Supongo que se necesitan dos para hacer de una relación una práctica espiritual, como usted sugiere. Por ejemplo, mi pareja todavía actúa según los viejos patrones de celos y control. Le he señalado eso muchas veces, pero es incapaz de verlo.

     

 ¿Cuántas personas se necesitan para hacer de su vida una práctica espiritual? No importa si su pareja no quiere cooperar. La salud mental -la conciencia- sólo puede llegar a este mundo a través de usted. Usted no necesita esperar a que el mundo se vuelva cuerdo, o a que otro se vuelva consciente, para ser usted un ilu­minado. Podría llegar a esperar por siempre. No acuse a los demás de ser inconscientes. En el momento en que usted comienza a discutir, se ha identificado con una posición mental y está defendiendo no sólo esa posición sino también su sentido de sí mismo. El ego entra a la carga. Usted se ha vuelto inconsciente. A veces puede ser apropiado señalar ciertos aspectos de la conducta de su cónyuge. Si usted está muy alerta, muy presente, puede hacer eso sin involucrar el ego, sin culpar, acusar o hacer daño al otro. Cuando su compañero actúa inconscientemente, abandone todo juicio. El juicio es, o bien confundir la conducta de alguien con quien es esa persona o proyectar la propia inconsciencia en otra persona y confundir eso con lo que es ella. Abandonar el juicio no significa que usted no reconozca la disfunción y la inconsciencia cuando la vea. Significa ser "el que conoce" en lugar de "ser la reacción" y el juez. Entonces, o bien usted estará totalmente libre de reacción o reaccionará y aún será el que conoce, el espacio en el que la reacción se observa y se le permite ser. En lugar de luchar contra la oscuridad, usted trae la luz. En lugar de reaccionar al error, usted lo ve y sin embargo al mismo tiempo mira a través de él. Ser el que conoce crea un espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las cosas y a todas las personas ser como son. No existe mayor catalizador para la transformación. Si usted practica esto, su compañero no puede quedarse con usted y permanecer inconsciente.

 Si ambos están de acuerdo en que la relación será su práctica espiritual, mucho mejor. Entonces pueden expresar sus pensamientos y sentimientos mutuamente tan pronto como ocurran, o tan pronto como una reacción surja, de modo que no crean una brecha de tiempo en la que una emoción o una queja se encone y crezca. Aprenda a dar expresión a lo que siente sin acusar. Aprenda a escuchar a su compañero en una forma abierta, no defensiva. Déle espacio para expresarse. Esté presente. Acusar, defenderse, atacar, todos esos patrones diseñados para fortalecer o proteger el ego o para llenar sus necesidades se volverán inoficiosos. Dar espacio a los demás -y a usted mismo- es vital. El amor no puede florecer sin ello. Cuando usted ha suprimido los dos factores que destruyen las relaciones, cuando el cuerpo del dolor se ha transmutado y usted ya no está identificado con la mente y con las posiciones mentales, y si su pareja ha hecho lo mismo, usted experimentará la felicidad del florecimiento de la relación. En lugar de reflejar el uno en el otro su sufrimiento y su incons­ciencia, en lugar de satisfacer sus mutuas necesidades adictivas del ego, reflejarán mutuamente el amor que sienten en lo profundo de ustedes, el amor que viene con la comprensión de su unidad con todo lo que es. Ese es el amor que no tiene contrario.

 Si su compañero está todavía identificado con la mente y el cuerpo del dolor mientras que usted ya es libre, esto representará un reto mayor, no para usted sino para su compañero. No es fácil vivir con una persona iluminada, o más bien, es tan fácil que el ego lo encuentra extremadamente amenazador. Recuerde que el ego necesita problemas, conflicto y enemigos para fortalecer la sensación de separación de la que depende su identidad. La mente del compañero no iluminado se sentirá profundamente frustrada porque sus posiciones fijas no encuentran resistencia, lo que significa que se tambalean y se debilitan e incluso corren "peligro" de derrumbarse completamente, lo que produciría la pérdida de la identidad. El cuerpo del dolor está pidiendo retroalimentación sin recibirla. La necesidad de discusión, de drama y de conflicto no se satisface. Pero atención: algunas personas que no responden, que se encierran, que son insensibles o están desconectadas de sus sentimientos pueden pensar, y convencer a los demás, de que son iluminadas, o al menos de que no hay "nada malo" en ellas y todo lo malo está en su compañero. Los hombres tienden a hacer eso más que las mujeres. Pueden ver a sus compañeras como irracionales o emocionales. Pero si usted puede sentir sus emociones, no está lejos del cuerpo interior radiante que hay bajo ellas. Si usted está fundamentalmente en su cabeza, la distancia es mucho mayor, y necesita traer la conciencia a su cuerpo emocional antes de llegar al cuerpo interior.

 Si no hay una emanación de amor y alegría, presencia completa y apertura hacia todos los seres, entonces no hay iluminación. Otro indicador es cómo actúa una persona en situaciones difíciles o amenazadoras o cuando las cosas "van mal". Si su "iluminación" es autoengaño del ego, entonces la vida pronto le ofrecerá un reto que sacará a flote su falta de conciencia en cualquier forma, como miedo, ira, actitud defensiva, juicio, depresión, etcétera. Si usted sostiene una relación, muchos de los retos le llegarán a través de su pareja. Por ejemplo, una mujer puede tener el reto de un compañero insensible que vive casi completamente en su cabeza. Se sentirá amenazada por su incapacidad de oírla, de darle atención y espacio para ser, lo que se debe a su falta de presencia. La ausencia de amor en la relación, que suele sentirse más agudamente por parte de la mujer que del hombre, disparará el cuerpo del dolor de la mujer y a través de él atacará a su compañero, lo culpará, lo criticará, le hará ver que está equivocado, etcétera. Esto a su vez se convierte en el reto de él. Para defenderse del ataque del cuerpo del dolor de ella, que ve como totalmente injustificado, se atrincherará aún más profundamente en sus posiciones mentales, mientras justifica, se defiende o contraataca. Eventualmente esto puede activar su propio cuerpo del dolor. Cuando ambos han sido dominados así, se ha alcanzado un profundo nivel de inconsciencia, de violencia emocional, de ataque y contraataque salvajes. No disminuirá hasta que ambos cuerpos del dolor se hayan reaprovisionado y entren en estado latente. Hasta la siguiente vez.

Esta es sólo una de un número interminable de posibles situaciones. Se han escrito muchos volúmenes y se podrían escribir muchos más, sobre las formas en que la inconsciencia sale a flote en las relaciones entre hombre y mujer. Pero, como dije antes, una vez que usted entiende la raíz de la disfunción, no necesita explorar sus innumerables manifestaciones.

 Miremos de nuevo brevemente la situación que acabo de describir. Cada amenaza que contiene es una oportunidad de salvación. En cada etapa del proceso disfuncional que se desarrolla, es posible la liberación de la inconsciencia. Por ejemplo, la hostilidad de la mujer podría ser una señal para que el hombre salga de su estado de identificación con la mente, despierte al Ahora, se vuelva presente, en lugar de sentirse aún más identificado, aún más inconsciente. En lugar de "ser" el cuerpo del dolor, la mujer podría ser el conocedor que observa el dolor emocional en sí misma, accediendo así al poder del Ahora e iniciando la transmutación del dolor. Esto suprimiría la proyección compulsiva y automática del mismo hacia el exterior. Entonces podría expresar sus sentimientos a su pareja. No hay garantía, por supuesto, de que él escuche, pero le da una buena oportunidad de volverse presente y desde luego rompe el círculo malsano de la actuación involuntaria según viejos patrones mentales. Si la mujer pierde esa oportunidad, el hombre podría mirar su propia reacción mental-emocional al dolor de ella, su propia actitud defensiva, en lugar de ser la reacción. Podría entonces observar cómo su propio cuerpo del dolor se dispara y traer así conciencia a sus emociones. De esta manera, surgiría un claro y calmado espacio de pura conciencia: el que conoce, el testigo silencioso, el que observa. Esta conciencia no niega el dolor y sin embargo está más allá de él. Lo deja ser y sin embargo lo transmuta al mismo tiempo. Acepta todo y lo transforma todo. Se habría abierto una puerta para ella a través de la cual podría fácilmente unirse a él en ese espacio.

 Si usted está habitualmente, o al menos la mayoría de las veces, presente en su relación, este será el mayor reto para su compañero. No podrá tolerar su presencia durante mucho tiempo y permanecer inconsciente. Si está listo, cruzará la puerta que usted le abrió y se unirá a usted en ese estado. Si no lo está, se separarán como el agua y el aceite. La luz es demasiado dolorosa para el que quiere permanecer en la oscuridad.

 POR QUÉ LAS MUJERES ESTÁN MÁS CERCA DE LA ILUMINACIÓN

 ¿Los obstáculos hacia la iluminación son los mismos para hombres y mujeres?

 Sí, pero el énfasis es diferente. En general, es más fácil para una mujer sentir y estar en su cuerpo, así que está naturalmente más cerca del Ser y potencialmente más cerca de la iluminación que un hombre. Por eso muchas culturas antiguas instintivamente escogieron figuras o analogías femeninas para representar o describir la realidad trascendental y sin forma. A menudo se veía como una matriz que da a luz a todo en la creación y que lo sostiene y nutre durante su vida como forma. En el Tao Te King, uno de los libros más antiguos y profundos que se han escrito, el Tao, que podría traducirse como Ser, se describe como "infinito, eternamente presente, la madre del universo". Naturalmente, las mujeres están más cerca de él que los hombres puesto que virtualmente "encarnan" lo No Manifestado. Más aún, todas las criaturas y todas las cosas deben eventualmente retornar a la Fuente. "Todas las cosas se desvanecen en el Tao. Sólo él permanece". Puesto que la Fuente se percibe como femenina, se representa como los lados claro y oscuro del arquetipo femenino en psicología y mitología. La Diosa o Madre Divina tiene dos aspectos: da la vida y la quita.

 Cuando la mente tomó el poder y los hombres perdieron contacto con la realidad de su esencia divina, empezaron a creer en Dios como una figura masculina. La sociedad empezó a ser dominada por lo masculino y lo femenino quedó subordinado a lo masculino.

No estoy sugiriendo volver a las representaciones femeninas primitivas de lo divino. Algunas personas usan ahora Diosa en lugar de Dios. Están restaurando el equilibrio entre lo masculino y lo femenino que se perdió hace mucho tiempo, y eso es bueno. Pero todavía es una representación y un concepto, quizá temporalmente útil, como un mapa o un poste indicador es útil temporalmente, pero resulta ser un impedimento más que una ayuda cuando usted está listo para comprender la realidad más allá de todo concepto o imagen. Lo que continúa siendo verdadero, sin embargo, es que la frecuencia de energía de la mente parece ser esencialmente masculina. La mente se resiste, lucha por el control, usa, manipula, ataca, trata de atrapar y poseer. Por eso el Dios tradicional es una figura de autoridad patriarcal, controladora, un hombre a menudo iracundo al cual usted debería temer, como sugiere el Antiguo Testamento. Este Dios es una proyección de la mente humana.

 

Para ir más allá de la mente y volverse a conectar con la realidad más profunda del Ser, se necesitan cualidades muy diferentes: entrega, ausencia de juicio, una apertura que permita que la vida sea en lugar de resistirse a ella, la capacidad de sostener todas las cosas en el abrazo amoroso de su conocimiento. Todas estas cualidades están mucho más cercanamente relacionadas con el principio femenino. Mientras que la energía de la mente es dura y rígida, la energía del Ser es suave y dúctil y sin embargo infinitamente más poderosa que la mente. La mente gobierna nuestra civilización, mientras que el Ser está a cargo de toda la vida en nuestro planeta y más allá. El Ser es la verdadera Inteligencia cuya manifestación visible es el universo físico. Aunque las mujeres están potencialmente más cerca de él, los hombres también pueden acceder a él dentro de sí mismos.

 En este momento, la inmensa mayoría de hombres y mujeres están todavía en las garras de la mente: identificados con el pensador y con el cuerpo del dolor. Esto, por supuesto, es lo que impide la iluminación y el florecimiento del amor. Como regla general, el mayor obstáculo para los hombres tiende a ser la mente pensante y el mayor obstáculo para las mujeres el cuerpo del dolor, aunque en ciertos casos individuales puede ser cierto lo contrario y en otros los dos factores pueden ser iguales.

 DISOLVER EL CUERPO DEL DOLOR COLECTIVO DE LAS MUJERES

 ¿Por qué el cuerpo del dolor es un obstáculo mayor para las mujeres?

 El cuerpo del dolor generalmente tiene un aspecto colectivo así como uno personal. El aspecto personal es el residuo acumulado de dolor emocional sufrido en el propio pasado. El aspecto colectivo es el dolor acumulado en la psique humana colectiva durante miles de años a través de la enfermedad, la tortura, la guerra, el asesinato, la crueldad, la locura, etcétera. El cuerpo del dolor de cada uno participa también de este cuerpo del dolor colectivo. Hay diferentes ramas en el cuerpo del dolor colectivo. Por ejemplo, ciertas razas o países en los que ocurren formas extremas de lucha y violencia tienen un cuerpo del dolor colectivo más pesado que otros. Cualquiera que tenga un cuerpo del dolor fuerte y una conciencia insuficiente para dejar de identificarse con él no sólo se sentirá forzado a volver a vivir periódica o continuamente su dolor emocional sino que puede también fácilmente convertirse en el perpetrador o en la víctima de la violencia, dependiendo de si su cuerpo del dolor es predominantemente activo o pasivo. Por otra parte, también pueden estar potencialmente más cercanos a la iluminación. Este potencial no se realiza necesariamente por supuesto, pero si usted está atrapado en una pesadilla, probablemente estará más fuertemente motivado a despertar que alguien que sólo está atrapado en los altibajos de un sueño ordinario.

 Aparte de su cuerpo del dolor personal, toda mujer tiene participación en lo que podría describirse como el cuerpo del dolor femenino colectivo, a menos que sea completamente consciente. Este cuerpo está formado por el dolor acumulado que ha sido soportado por las mujeres, en parte a través de la dominación de la mujer por el hombre, de la esclavitud, de la explotación, las violaciones, el dar a luz, la pérdida de los hijos, etcétera, durante miles de años. El dolor físico y emocional que muchas mujeres sienten antes y durante la menstruación es el cuerpo del dolor en su aspecto colectivo que despierta de su latencia en ese momento, aunque puede dispararse en otras oportunidades también. Restringe el flujo libre de energía vital a lo largo del cuerpo, del cual la menstruación es una expresión física. Demorémonos en esto por un momento y veamos cómo puede convertirse en una oportunidad para la iluminación.

 A menudo las mujeres son "dominadas" por el cuerpo del dolor en ese momento. Tiene una carga energética extremadamente poderosa que puede empujarla a la identificación inconsciente con él. Usted entonces es poseída activamente por un campo de energía que ocupa su espacio interior y simula ser usted pero, por supuesto, no lo es en absoluto. Habla a través de usted, actúa a través de usted, piensa a través de usted. Creará situaciones negativas en su vida para poder alimentarse de esa energía. Quiere más dolor, en cualquier forma. He descrito ya este proceso. Puede ser maligno y destructivo. Es puro dolor, dolor pasado, y no es usted.

 El número de mujeres que se aproxima ahora al estado completamente consciente excede ya al de hombres y crecerá aún más rápidamente en los años venideros. Los hombres quizá las alcancen al final, pero durante un tiempo considerable habrá una brecha entre la conciencia de los hombres y la de las mujeres. Las mujeres están recuperando la función que es su derecho de nacimiento y, por tanto, llega a ellas más naturalmente que a los hombres: ser un puente entre el mundo manifestado y lo No Manifestado, entre lo físico y el espíritu. Su mayor tarea como mujer ahora es transmutar el cuerpo del dolor para que no siga interponiéndose entre usted y su verdadero ser, la esencia de lo que usted es. Por supuesto, usted también tiene que manejar el otro obstáculo hacia la iluminación, que es la mente pensante, pero la intensa presencia que usted genera cuando maneja el cuerpo del dolor, la liberará también de la identificación con la mente.

 La primera cosa que tiene que recordar es esta: mientras usted construya su identidad a partir del dolor, no puede liberarse de él. Mientras una parte de su sentido de sí misma esté invertida en su dolor emocional usted inconscientemente se resistirá o saboteará cualquier intento que haga de curar ese dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea mantenerse intacta y el dolor se ha convertido en parte esencial suya. Este es un proceso inconsciente y la única forma de superarlo es hacerlo consciente.

 Ver súbitamente que está o ha estado aferrada a su dolor puede ser algo bastante impactante. En el momento en que se da cuenta de esto, ha roto la fijación. El cuerpo del dolor es un campo de energía, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en su espacio interior. Es energía vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye. Por supuesto, el cuerpo del dolor está ahí por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado que vive en usted y si se identifica con él, se identifica con el pasado. Una identidad de la víctima es la creencia de que el pasado es más poderoso que el presente, lo que es contrario a la verdad. Es la creencia de que otras personas y lo que le hicieron son responsables de lo que usted es ahora, de su dolor emocional o de su incapacidad de convertirse en su verdadero ser. La verdad es que el único poder que hay está contenido en este momento: es el poder de su presencia. Una vez que usted sabe esto, también se da cuenta de que usted es responsable de su espacio interior ahora -nadie más lo es- y de que el pasado no puede prevalecer contra el poder del Ahora.

 Así pues la identificación le impide manejar el cuerpo del dolor. Algunas mujeres que son ya suficientemente conscientes para haber abandonado su identidad de víctimas en el nivel personal todavía se aferran a una identidad colectiva de víctimas: "lo que los hombres les hicieron a las mujeres". Tienen razón, y también están equivocadas. Están en lo cierto en cuanto que el cuerpo del dolor femenino colectivo se debe en gran parte a la violencia infligida por el varón a la mujer y a la represión del principio femenino por todo el planeta durante milenios. Están equivocadas si derivan un sentido de identidad de este hecho y por lo tanto se mantienen aprisionadas en una identidad colectiva de víctimas. Si una mujer aún se aferra a la rabia, el resentimiento o la condenación, se está aferrando a su cuerpo del dolor. Esto puede darle una sensación consoladora de identidad, de solidaridad con otras mujeres, pero la mantiene atada al pasado y bloquea el acceso completo a su esencia y al verdadero poder. Si las mujeres se excluyen de los hombres, eso alimenta un sentido de separación y por lo tanto un fortalecimiento del ego. Y cuanto más fuerte es el ego, más distante está usted de su verdadera naturaleza.

 Así que no use el cuerpo del dolor para darle identidad. Úselo en cambio para la iluminación. Transmútelo en conciencia. Uno de los mejores momentos para esto es durante el periodo menstrual. Creo que, en los próximos años, muchas mujeres entrarán en el estado de conciencia total durante esos días. Generalmente, es un tiempo de inconsciencia para muchas mujeres, puesto que son dominadas por el cuerpo del dolor colectivo. Una vez que usted ha alcanzado un cierto nivel de conciencia, sin embargo, puede cambiar esto, así que en lugar de volverse inconsciente puede volverse más consciente. He descrito el proceso básico ya, pero permítame hacerlo de nuevo, esta vez con referencia especial al cuerpo del dolor femenino colectivo.

 Cuando sepa que se acerca el flujo menstrual, antes de que sienta los primeros signos de lo que se llama comúnmente tensión premenstrual, el despertar del cuerpo del dolor femenino colectivo, póngase muy alerta y habite su cuerpo tan plenamente como sea posible. Cuando aparezca el primer signo, debe estar suficientemente alerta para "atraparlo" antes de que la domine. Por ejemplo, el primer signo puede ser una fuerte irritación repentina o un relámpago de rabia, o puede ser un síntoma puramente físico. Sea lo que sea, atrápelo antes de que domine su pensamiento o su conducta. Esto significa simplemente enfocar su atención en él. Si es una emoción, sienta la fuerte carga de energía que hay tras ella. Sepa que es el cuerpo del dolor. Al mismo tiempo, sea el que conoce; es decir, dese cuenta de su presencia consciente y sienta su poder. Cualquier emoción a la que aplique su presencia disminuirá rápidamente y se transmutará. Si es un síntoma puramente físico, la atención que le dé evitará que se convierta en una emoción o un pensamiento. Después continúe alerta y espere el siguiente signo del cuerpo del dolor. Cuando aparezca, atrápelo de nuevo de la misma manera que antes.

 Más tarde, cuando el cuerpo del dolor haya despertado completamente de su estado latente, usted puede experimentar una turbulencia considerable en su espacio interior por un tiempo, quizá varios días. Cualquier forma que tome, manténgase presente. Entréguele su atención completa. Observe la turbulencia que hay en su interior. Sepa que está allá. Mantenga el conocimiento y sea el que conoce. Recuerde: no deje que el cuerpo del dolor use su mente y se apodere de su pensamiento. Obsérvelo. Sienta su energía directamente dentro de su cuerpo. Como sabe, atención plena significa aceptación completa.

 Por medio de una atención sostenida y por lo tanto de la aceptación, llega la transmutación. El cuerpo del dolor se transforma en conciencia radiante, lo mismo que un trozo de madera, cuando se pone en el fuego o cerca de él, se transformará en fuego. La menstruación se volverá no sólo una expresión gozosa y realizadora de su feminidad sino también un tiempo sagrado de transmutación en el que usted da nacimiento a una nueva conciencia. Su verdadera naturaleza brillará entonces, en su aspecto femenino como la Diosa y en su aspecto trascendental como el Ser divino que es usted, más allá de la dualidad masculino-­femenino.

 Si su compañero varón es suficientemente consciente, puede ayudarla con la práctica que acabo de describirle manteniendo con frecuencia una presencia intensa, particularmente en este tiempo. Si él permanece presente siempre que usted caiga en la identificación inconsciente con el cuerpo del dolor, lo que puede suceder y sucederá al principio, usted podrá unirse rápidamente a él en ese estado. Eso significa que siempre que el cuerpo del dolor domine temporalmente, bien sea durante el periodo menstrual o en otros momentos, su compañero no lo confundirá con lo que es usted realmente. Incluso si el cuerpo del dolor la ataca, como probablemente ocurrirá, no reaccionará contra él como si fuera "usted", se retirará o levantará algún tipo de defensa. Conservará el espacio de intensa presencia. No se necesita nada para la transformación. En otros momentos, usted podrá hacer lo mismo por él o ayudarlo a reclamar conciencia de la mente trayendo su atención al aquí y al ahora, cuando se identifique con su pensamiento.

 De esta forma, surgirá entre ustedes un campo de energía permanente, de una frecuencia pura y alta. Ni la ilusión, ni el dolor, ni el conflicto, nada que no sea ustedes y nada que no sea amor puede sobrevivir en él. Esto representa la realización del propósito divino, transpersonal, de su relación. Se convierte en un vórtice de conciencia que atraerá muchos otros.

 RENUNCIE A LA RELACIÓN CONSIGO MISMO

 Cuando uno está plenamente consciente ¿aún tendrá necesidad de una relación?¿ Un hombre todavía se sentiría atraído por una mujer? ¿Una mujer todavía se sentiría incompleta sin un hombre?

 Iluminado o no, usted todavía es un hombre o una mujer, así que en el nivel de su identidad formal usted no está completo. Usted es la mitad de un todo. Esta falta de plenitud se siente como atracción hombre­-mujer, el empuje hacia la polaridad de energía contraria, no importa cuán consciente sea usted. Pero en ese estado de unión interior, usted siente esa atracción en alguna parte de la superficie o la periferia de su vida. Cualquier cosa que le ocurra en ese estado se siente en cierta medida así. Todo el mundo parece olas o arrugas en la superficie de un vasto y profundo océano. Usted es ese océano y, por supuesto, usted también es una arruga, pero una arruga que ha realizado su verdadera identidad como océano, y comparada con esa vastedad y profundidad, el mundo de las olas y las arrugas no es tan importante.

 Esto no significa que usted no se relacione profundamente con otras personas o con su pareja. De hecho, usted puede relacionarse profundamente sólo si es consciente del Ser. Viniendo del Ser usted es capaz de centrarse más allá del velo de la forma. En el Ser hombre y mujer son uno solo. Su forma puede seguir teniendo ciertas necesidades, pero el Ser no tiene ninguna. Ya está completo. Si esas necesidades se llenan, maravilloso, pero se llenen o no, no hay ninguna diferencia para su estado interior profundo. Es perfectamente posible para una persona iluminada no llenar la necesidad de la polaridad masculina o femenina, tener una sensación de carencia o falta de plenitud en el nivel exterior de su ser y al mismo tiempo estar totalmente completo, realizado y en paz en el interior.

 En la búsqueda de la iluminación ¿ser homosexual es una ayuda o un obstáculo, o no supone ninguna diferencia? 

Según se aproxima a la edad adulta, la incertidumbre respecto a su sexualidad seguida de la comprensión de que usted es "diferente" de los demás puede forzarlo a desidentificarse de los patrones de pensamiento y conducta condicionados socialmente. Esto elevará automáticamente su nivel de conciencia sobre el de la mayoría inconsciente, cuyos miembros aceptan sin cuestionar todos los patrones heredados. En este sentido, ser homosexual puede ser una ayuda. Ser un extraño en alguna medida, alguien que no "encaja" con los demás o que es rechazado por ellos por cualquier razón, hace la vida difícil, pero también lo pone a usted en ventaja en cuanto a la iluminación. Lo saca de la inconsciencia casi por la fuerza.

 Por otra parte, si usted desarrolla entonces un sentido de identidad basado en su homosexualidad, ha escapado de una trampa sólo para caer en otra. Usted representará roles y juegos impuestos por una imagen mental que tiene de usted mismo como homosexual. Se volverá inconsciente. Se volverá irreal. Bajo su máscara de ego, puede llegar a ser muy infeliz. Si le ocurre esto, ser homosexual se habrá vuelto un obstáculo. Pero usted siempre tiene otra oportunidad, por supuesto. Una infelicidad aguda puede ser un gran despertador.

 ¿No es verdad que se necesita tener una buena relación consigo mismo y amarse a sí mismo antes de tener una relación plena con otra persona?

 Si usted no puede estar a gusto consigo mismo cuando está solo, buscará una relación para ocultar su desasosiego. Puede estar seguro de que este reaparecerá en cualquier otra forma en la relación y usted probablemente responsabilizará a su pareja por ello.

 Todo lo que usted necesita hacer es aceptar este momento plenamente. Entonces usted se sentirá tranquilo en el aquí y ahora y consigo mismo.

 ¿Pero necesita tener una relación consigo mismo para algo? ¿Por qué no puede sencillamente ser usted mismo? Cuando usted tiene una relación consigo mismo se ha partido en dos: "yo" y "mí mismo", sujeto y objeto. Esta dualidad creada por la mente es la causa radical de toda la complejidad innecesaria, de todos los problemas y conflictos de su vida. En el estado de iluminación usted es usted mismo, usted y usted mismo se hacen uno. Usted no se juzga, no siente pena por usted mismo, no está orgulloso de sí mismo, no se ama a si mismo, no se odia a sí mismo...

La ruptura causada por la conciencia auto-­reflejada se cura, su maldición desaparece. No hay "uno mismo" que usted necesite proteger, defender o alimentar más. Cuando usted está iluminado, hay una relación que ya no tiene, la relación consigo mismo. Una vez que haya renunciado a eso, todas las demás serán relaciones de amor.

 

 

 
 
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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