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Neale Donald Walsch

Conversaciones con Dios 3

Capitulo VII

 

 Hemos cubierto mucho aquí. En realidad, cubrimos mucho. ¿Podemos hacer otro cambio? ¿Estás listo para continuar?

 ¿Lo estás tú?

 Sí, ahora estoy avanzando. Al fin logré un avance. Deseo formular cada pregunta que he esperado tres años para preguntar.

 Estoy de acuerdo, adelante.

 Calma. Me gustaría hablar sobre otro de los misterios esotéricos. ¿Me hablarás sobre la reencarnación?

 Seguro.

 Muchas religiones dicen que la reencarnación es una doctrina falsa; que sólo tenemos una vida aquí; una oportunidad.

 Lo sé. Eso no es preciso.

 ¿Cómo pueden estar tan equivocados respecto a algo tan importante? ¿Cómo es que no saben la verdad sobre algo tan básico?

 Debes entender que los seres humanos tienen muchas religiones basadas en el temor, cuyas enseñanzas rodean una doctrina de un Dios al que se le debe adorar y temer.

Fue a través del temor como toda su sociedad terrenal se reformó del matriarcado y pasó al patriarcado. Fue al través del temor que los primeros sacerdotes lograron que la gente “enmendara su mal camino” y “escuchara la palabra del Señor”. Fue mediante el temor que las iglesias obtuvieron y controlaron a sus miembros.

Una iglesia insistió incluso en que Dios los castigaría si no iban a la iglesia cada domingo. No ir a la iglesia se declaró como un pecado.

Y no sólo a cualquier iglesia. Uno tenía que asistir a una iglesia particular. Si asistían a una iglesia de una denominación diferente, eso también era un pecado. Esto fue un intento de control puro y simple, mediante el temor. Lo sorprendente es que funcionó. ¡Diablos, todavía funciona!

 

Tú eres Dios, no maldigas.

 ¿Quién está maldiciendo? Hice una afirmación de un hecho. Dije: “¡Diablos, todavía funciona!”

La gente siempre creerá en el infierno y en un Dios que los enviará allí, mientras crea que Dios es como el hombre: despiadado, interesado, que no perdona y vengativo.

En el pasado, la mayoría de la gente no podía imaginar a un Dios que pudiera elevarse sobre todo eso. Por lo tanto, aceptaron las enseñanzas de muchas iglesias de “temer la terrible venganza del Señor”.

Fue como si la gente no pudiera confiar en sí misma para ser buena, para actuar adecuadamente por cuenta propia, por sus propios motivos. Por lo tanto, tuvieron que crear una religión que enseño la doctrina de un Dios enfadado y castigador para mantenerse en línea.

Ahora, la idea de la reencarnación atacó todo eso.

 ¿Cómo? ¿Qué hizo a esa doctrina tan amenazante?

La iglesia proclamó que sería mejor que fueran buenos o, de lo contrario... Y los que creen en la reencarnación dijeron: “Tendrán otra oportunidad después de ésta y otra después de ésa y aún más oportunidades. Por lo tanto, no se preocupen. Actúen lo mejor posible. No se paralicen tanto debido al temor, que no puedan moverse. Prométanse a sí mismos ser mejores y continúen”.

Naturalmente, la primera iglesia no quiso escuchar tal cosa. Por lo tanto, hizo dos cosas. Primero, denunció la doctrina de la reencarnación como herética. Luego, creó el sacramento de la confesión. La confesión podía hacer para el creyente lo que prometía la reencarnación. Esto es, darle otra oportunidad.

 Entonces, tuvimos un arreglo en el que Dios nos castigaría por nuestros pecados, a no ser que los confesáramos. En ese caso podíamos sentirnos a salvo, sabiendo que Dios había escuchado la confesión y nos había perdonado.

Si pero hubo un impedimento. Esta absolución no podía llegar directamente de Dios. Tenía que llegar a través de la iglesia, cuyos sacerdotes daban “penitencias” que tenían que cumplirse. Por lo general, estas consistían en oraciones que se le requerían al pecador. Por lo tanto, ahora tenían dos motivos para continuar siendo miembros.

La iglesia descubrió que la confesión era una atracción tan buena, que pronto declaró que era pecado no confesarse. Todos tenían que hacerlo al menos una vez al año. Si no lo hacían, Dios tendría otro motivo para enfadarse.

Más y más reglas, muchas de ellas arbitrarias y caprichosas, empezó a promulgar la iglesia, cada regla teniendo detrás de ella el poder de la condenación eterna de Dios, a no ser, por supuesto, que se confesara el fracaso.

Se presentó otro problema. La gente supuso que esto significaba que podía hacer cualquier cosa, siempre que lo confesara. La iglesia se encontró en un dilema. El temor había abandonado el corazón de la gente. La asistencia a la iglesia y sus miembros disminuyeron. La gente se iba a “confesar” una vez al año, cumplía su penitencia, era absuelta de sus pecados y continuaba con su vida.

     

No había duda en eso. Había que encontrar una manera para inculcar de nuevo el temor en el corazón.

Por lo tanto, se inventó el purgatorio.

¿El purgatorio?

El purgatorio. Se describió como un lugar parecido al infierno, pero no eterno. Esta nueva doctrina declaró que Dios los haría sufrir por sus pecados, incluso si los confesaban.

Bajo esta doctrina, Dios decretó cierta cantidad de sufrimiento para cada alma no perfecta, basándose en el número y tipo de pecados cometidos. Había pecados “mortales” y “veniales”. Los pecados mortales los enviarían directamente al infierno, sino se confesaban antes de morir.

Una vez más, la asistencia a la iglesia aumentó. Se hicieron también colectas y contribuciones especiales, porque la doctrina del purgatorio incluía también una forma en que uno podía comprar evitar el sufrimiento.

¿Perdón?

De acuerdo con las enseñanzas de la iglesia, uno podía recibir una indulgencia especial (una vez más, no directamente de Dios), sólo de un ministro de la iglesia. Estas indulgencias especiales liberaban a uno de sufrir en el purgatorio, que se había “ganado” con los pecados o, al menos, de parte de éste.

¿Algo como “menos tiempo por buen comportamiento”?

Sí. Por supuesto, estas suspensiones del castigo se concedían a muy pocas personas. Por lo general a aquellas que hacían una contribución a la iglesia.

Por una gran suma, uno podía obtener una indulgencia plenaria. Esto significaba no pasar ningún tiempo en el purgatorio. Era un boleto sin parada directo al cielo.

Este favor especial de Dios estaba disponible para muy pocas personas. Tal vez para la realeza y los muy ricos. La cantidad de dinero, joyas y tierra dada a la iglesia a cambio de estas indulgencias plenarias fue enorme. Sin embargo, la exclusividad de todo esto produjo gran frustración y resentimiento entre las masas.

El campesino más pobre no tenía esperanza de obtener una indulgencia del obispo y, por lo tanto, el vulgo perdió fe en el sistema y la asistencia amenazó con disminuir de nuevo.

¿Qué hicieron entonces?

Introdujeron las velas de la novena.

La gente podía ir a la iglesia y encender una vela de la novena por las “pobres almas del purgatorio” y al recitar una novena (una serie de oraciones en un orden particular que llevaba cierto tiempo completar), podían quitar años a la “sentencia” del difunto querido, sacándolo del purgatorio más pronto de lo que de otra manera hubiera permitido Dios.

No podían hacer nada por sí mismos, pero, al menos, podían orar para pedir piedad por los difuntos. Por supuesto, sería útil si se introducían en la ranura una o dos monedas, por cada vela encendida.

Muchas pequeñas velas ardían detrás de mucho cristal rojo y muchos pesos y centavos se depositaban en multitud de cajas pequeñas, en un intento de “disminuir” el sufrimiento infligido a las almas del purgatorio.

¡Vaya”! Esto es increíble. ¿Quieres decir que la gente no pudo ver a través de todo eso? ¿La gente no lo consideró un intento desesperado, de una iglesia desesperada, para mantener a sus miembros desesperados por hacer algo para protegerse de ese malhechor que llamaban Dios? ¿Quieres decir que la gente se creyó eso?

Bastante literalmente.

No me sorprende que la iglesia declarara que la reencarnación no existía.

Sí. Sin embargo, cuando Yo los creé, no los creé para que pudieran vivir una vida (un período infinitesimal, dada la edad del universo), cometieran los errores que inevitablemente cometerían y luego esperaran lo mejor al final. He tratado de imaginar planteándolo de esa manera, pero nunca puedo averiguar cuál sería Mi propósito.

Ustedes tampoco pudieron averiguarlo. Por eso tuvieron que seguir diciendo cosas tales como: “El Señor trabaja en formas misteriosas, para llevar a cabo Sus maravillas”. Sin embargo, no trabajo en formas misteriosas. Todo lo que hago tiene un motivo y es perfectamente claro. Ya expliqué por qué los creé y el propósito de su vida, muchas veces en esta trilogía.

La reencarnación encaja perfectamente en ese propósito, que es que Yo cree y experimente Quién Soy a través de ustedes, vida tras vida y a través de los millones de criaturas de consciencia que he colocado en el universo.

Entonces HAY vida en otros...

Por supuesto que la hay. ¿En realidad crees que están solos en este universo gigante? Ése es otro tema que podemos tratar más adelante...

¿Lo prometes?

Lo prometo.

Tu propósito como alma es experimentarte como Todo eso. Nosotros evolucionamos. Estamos... llegando a ser.

¿Llegando a ser qué? ¡No lo sabemos! ¡No podemos saberlo hasta que estemos allí! Para Nosotros, el viaje es la alegría. Tan pronto como “lleguemos allí”, tan pronto como creemos la siguiente idea superior de Quiénes Somos, crearemos un pensamiento más grandioso, una idea superior y continuaremos la alegría por siempre.

¿Estás conmigo en esto?

Sí. En este momento, casi podría repetirlo al pie de la letra.

Bien.

Entonces... el punto y el propósito de tu vida es decidir Quién Eres Realmente. Lo estás haciendo cada día, con cada acción, en cada pensamiento, con cada palabra. Eso es lo que estás haciendo.

En la medida en que eso te agrade, que te agrade Quién Eres en tu experiencia, en esa medida te apegarás, más o menos, a la creación, haciendo sólo ajustes menores aquí y allá, para acercarte más a la perfección.

Paramahansa Yogananda es un ejemplo de una persona que estuvo muy cerca de lo “perfecto” como una imagen externa de lo que pensaba de sí mismo. Tenía una idea muy clara sobre sí mismo y acerca de su relación Conmigo y utilizó su vida para “expresar” eso. Deseaba experimentar su idea sobre sí mismo en su propia realidad; conocerse como eso, experimentalmente.

Babe Ruth hizo lo mismo. Tenía una idea muy clara sobre sí mismo y su relación Conmigo y usó su vida para expresar eso; para conocerse a sí mismo en su propia experiencia.

No muchas personas viven ese nivel. Aunque el Maestro y Babe tenían dos ideas diferentes sobre sí mismos, ambos las actuaron con magnificencia.

Ambos tenían también ideas diferentes respecto a Mí, eso es seguro, y procedían de diferentes niveles de consciencia respecto a Quién Soy y acerca de su verdadera relación Conmigo. Esos niveles de consciencia se reflejaron en sus pensamientos, palabras y obras.

Uno de ellos estuvo en un lugar de paz y serenidad la mayor parte de su vida y llevó una paz profunda y serenidad a los demás. El otro estuvo en un lugar de ansiedad, agitación e ira ocasional (en particular, cuando no podía hacer las cosas a su manera) y llevó agitación a las vidas de las personas a su alrededor.

Ambos eran de buen corazón, sin embargo, nunca hubo un toque más suave que el de Babe y la diferencia entre los dos es que uno virtualmente no tuvo nada en términos de adquisiciones físicas, pero nunca deseó más de lo que obtuvo, mientras que el otro lo “tuvo todo” y nunca obtuvo lo que en realidad deseaba.

Si ése fuera el final de esto para George Herman, supongo que todos podríamos sentirnos un poco tristes por eso, pero el alma que encarnó como Babe Ruth está lejos de terminar con este proceso llamado evolución. Ha tenido la oportunidad de examinar las experiencias que produjo para sí, así como las experiencias que produjo para otros y ahora tiene que decidir qué le gustaría experimentar enseguida, mientras busca crear y recrearse en versiones cada vez más grandiosas.

Dejaremos nuestra narración sobre estas dos almas, porque ambas ya hicieron su siguiente elección en relación con lo que desean experimentar ahora y, en realidad, ambas lo están experimentando ya.

¿Quieres decir que ambos reencarnaron ya en otros cuerpos?

Sería un error suponer que reencarnar (regresar a otro cuerpo físico) era la única opción que tenían.

¿Cuáles son las otra opciones?

En realidad, lo que desearan ser.

Ya explique aquí lo que ocurre después de lo que ustedes llaman muerte.

Algunas almas sienten que hay mucho más que les gustaría saber y, por lo tanto, se encuentran asistiendo a una “escuela”, mientras que otras almas (lo que ustedes llaman “almas viejas”) les enseñan. ¿Y qué les enseñan? Que no tienen nada que aprender. Que nunca tuvieron nada que aprender. Que lo único que han tenido que hacer es recordar. Recordar Quién y Qué Son Realmente.

Les “enseñan” que la experiencia de Quienes Son se obtiene al actuarla, al serla. Se les recuerda esto mostrándoselos con amabilidad.

Otras almas ya recordaron esto cuando llegan (o poco después de que llegan) al “otro lado”. (Empleo el lenguaje con el que estás familiarizado, hablando en tu idioma vernacular, para mantener lo más posible las palabras fuera del camino.) Estas almas pueden entonces buscar la alegría inmediata de experimentarse como lo que desean “ser”. Pueden elegir entre el millón de aspectos Míos y escoger experimentar eso, en ese momento y lugar. Algunas pueden optar por regresar a la forma física para hacer eso.

¿Cualquier forma física?

Cualquiera.

¿Entonces, es verdad que las almas pueden regresar como animales, que Dios puede ser una vaca? ¡Y que las vacas en verdad son sagradas? ¡Vaca Sagrada!

(¡Ejem!)

Lo lamento.

Has tenido toda una vida para hacer comedia. A propósito, mirando tu vida, has hecho un trabajo bastante bueno con ella.

¡Vaya! Un buen comentario. Si tuviera aquí un platillo, lo tocaría para Ti.

Gracias, gracias.

Seriamente amigos...

La respuesta a la pregunta que básicamente me haces, ¿puede un alma regresar como un animal? Es sí, por supuesto. La pregunta real es, ¿lo haría? La respuesta es, probablemente no.

¿Los animales tienen alma?

Cualquiera que haya mirado a los ojos de un animal ya conoce la respuesta a eso.

Entonces, ¿cómo sé que no es mi abuela que regresó como mi gato?

El proceso que discutimos aquí es la evolución. La autocreación y la evolución. La evolución procede en una dirección, hacia arriba, siempre hacia arriba

El deseo más grande del alma es experimentar aspectos cada vez más elevados de sí misma. Por lo tanto, busca moverse hacia arriba, no hacia abajo, en la escala evolutiva, hasta que experimenta lo que se ha llamado nirvana, la Unidad total con el Todo. Esto es Conmigo.

Si el alma desea experiencias de sí misma cada vez superiores, ¿por qué se molestaría en regresar como un ser humano? Con seguridad, ése no puede ser un paso “hacia arriba”.

Si el alma regresa a la forma humana, siempre es en un esfuerzo de experimentar más y, así, evolucionar más. Hay muchos niveles de evolución observables y demostrados en los seres humanos. Uno podría regresar por muchas vidas, y muchos cientos de vidas y continuar evolucionando hacia arriba. Sin embargo, el movimiento ascendente, el deseo más grande del alma, no se logra al regresar a una forma de vida inferior. Así, dicho regreso no ocurre. No hasta que el alma alcanza la reunión final con Todo Lo Que Es.

Eso debe significar que cada día llegan “nuevas almas” al sistema, tomando formas de vida inferiores.

No. Cada alma que ha sido creada lo fue De Inmediato. Todos estamos aquí ahora. No obstante, como expliqué con anterioridad, cuando un alma (una parte de Mí) alcanza la realización final, tiene la opción de “empezar de nuevo”, literalmente “olvidar todo”, para poder recordar todo de nuevo y recrearse nuevamente una vez más. De esta manera, Dios continúa reexperimentándose así mismo.

Las almas pueden elegir también “reciclarse” a través de una forma de vida particular, en un nivel particular, con la frecuencia que lo deseen.

Sin la reencarnación, sin la habilidad para regresar a una forma física, el alma tendría que lograr todo lo que busca lograr dentro de una vida, que es un billón de veces más corta que el parpadeo de un ojo en el reloj cósmico.

Por lo tanto, sí, por supuesto, la reencarnación es un hecho. Es real, tiene un propósito y es perfecta

De acuerdo, pero me confunde una cosa. Dijiste que no existe el tiempo; que todas las cosas están sucediendo en este momento. ¿Es eso Correcto?

Lo es.

Entonces, Tú implicaste (y en el Libro 2 ahondaste en esto) que existimos “todo el tiempo” en diferentes niveles o en varios puntos, en el Continuo Espacio-Tiempo.

Eso es verdad.

De acuerdo, pero ahora aquí es donde no comprendo. Si uno de mis “yoes” en el Continuo Espacio-Tiempo “muere”, entonces regresa aquí como otra persona... entonces... entonces, ¿quién soy? Tendría que estar existiendo como dos personas a la vez. Si continuo haciendo esto a través de toda la eternidad, que dijiste que lo hago, entonces, ¡estoy siendo cien personas a la vez! Mil, un millón. Un millón de versiones de un millón de personas en un millón de puntos en el Continuo Espacio-Tiempo.

Sí.

No comprendo eso. Mi mente no puede captarlo.

En realidad, lo has hecho bien. Es un concepto muy avanzado y lo has manejado bastante bien.

Pero... pero... si eso es verdad, entonces “yo”, la parte de “mí” que es inmortal, debe estar evolucionando en un billón de formas diferentes en un billón de maneras diferentes en un billón de puntos diferentes en la Rueda Cósmica, en el momento eterno de ahora.

Correcto de nuevo. Eso es exactamente lo que Yo estoy haciendo.

No, no. Dije que eso es lo que yo debo estar haciendo.

Correcto de nuevo. Eso es lo que acabo de decir.

No, no, yo dije...

Sé lo que dijiste. Dijiste lo que Yo dije que dijiste. La confusión aquí es que tú todavía piensas que hay más de uno de Nosotros aquí.

¿No lo hay?

Nunca hubo más de uno de Nosotros aquí. Nunca. ¿Lo estás descubriendo?

¿Quieres decir que aquí he estado hablando conmigo mismo?

Algo parecido.

¿Quieres decir que Tú No eres Dios?

Eso no es lo que dije.

¿Quieres decir que Tú eres Dios?

Eso es lo que dije.

Entonces, si Tú eres Dios y Tú eres yo y yo soy Tú, entonces... entonces... ¡yo soy Dios!

Sí, Tú eres Dios. Eso es correcto. Lo captaste plenamente.

Yo no soy sólo Dios, son también todos los demás.

Sí.

¿Eso significa que nadie y nada más existe, aparte de mí?

¿Acaso no dije que Yo y Mi Padre somos Uno?

Sí, pero...

¿Acaso no dije que todos Nosotros somos Uno?

Sí, pero no sabía que lo decías literalmente. Pensé que hablabas en forma figurada. Pensé que era más una afirmación filosófica, no la afirmación de un hecho.

ES la afirmación de un hecho. Todos Nosotros somos Uno. Eso es lo que significa “Cualquier cosa que hagas al más insignificante... me lo harás a mí”.

¿Comprendes ahora?

Sí.

Ah, al fin. Finalmente.

Discúlpame por discutir esto, pero... cuando estoy con otra persona, con mi esposa, por ejemplo, o con mis hijos, siento que estoy separado de ellos, que ellos son otro que no soy “yo”.

La consciencia es algo maravilloso. Puede dividirse en mil piezas, en un millón, en un millón de veces un millón.

Me he dividido en un número infinito de “piezas”, para que cada “pieza” de Mí pudiera mirarse y maravillarse de Quién y Que Soy.

¿Por qué tengo que pasar por este período de olvido o de incredulidad? ¡Todavía no lo creo plenamente! Todavía me mantengo en el olvido.

No seas tan duro contigo mismo. Eso es parte del proceso. Es correcto que esté sucediendo de esta manera.

Entonces, ¿por qué me dices todo esto ahora?

Porque empezabas a no divertirte. La vida empezaba a no ser ya una alegría. Empezabas a quedar atrapado en El Proceso que olvidaste que era sólo un proceso.

Por lo tanto, Me llamaste. Me pediste que viniera a ti, para ayudarte a comprender, para mostrarte la verdad divina, para revelarte el mayor secreto. El secreto que te has ocultado. El secreto de Quién Eres.

Ahora ya lo hice. Una vez más, ahora te he hecho recordar. ¿Eso importará? ¿Cambiará como actúes mañana? ¿Hará que hoy en la noche veas las cosas de diferente manera?

¿Sanarás ahora las heridas del herido, calmarás las ansiedades del temeroso, satisfarás las necesidades del pobre, celebrarás la magnificencia de lo logrado y verás la visión Mía en todas partes?

¿Este último recordatorio de la verdad cambiará tu vida y te permitirá cambiar la vida de otras personas?

¿O volverás al olvido, regresarás al egoísmo; visitarás nuevamente y residirás en la pequeñez de quien imaginaste que eras, antes de este despertar?

¿Qué será?

 

 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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