XXXII - EL GUERRERO ENSEÑA  

Oráculo Místico

 
    Alguien ha estado esperando por ti. Un joven aprendiz ha elevado sus plegarías para que tu camino y el de él se crucen. Cuando lo encuentres, detente. No cometas el error de rehuir tu responsabilidad. Deberás renunciar a ti  mismo en lo exterior y dedicarle el tiempo a tu discípulo. Entrégate por entero a él. Ten paciencia con sus errores. Enséñale en silencio, ayúdalo a aquietar su espíritu, a empuñar su espada y cortar las cadenas. Te molestará con mil y una preguntas inútiles e insensatas. Dudará de ti, y hasta es posible que te abandone. Pero debes estar siempre allí, con los brazos abiertos para acogerlo como a tu propio hijo criarlo, y  comprenda y vuelva.

    Tú lo serás todo para él. Sus ojos te observarán ávidos de conocimiento. Estudiará tu forma de caminar y la imitará. Copiará tu forma de coger el tenedor pues pensará insensatamente que eso le conducirá a la iluminación. Pero no importa. En algún momento comprenderá.

    Cuando ese momento llegue, habrán establecido una de las relaciones más hermosas de esta Tierra. Serán Maestro y discípulo. Serán uno solo.

Del libro  "EL ORÁCULO DEL GUERRERO"