El nacimiento y la muerte siempre han sido motivo de especulaciones y teorías
para obtener su explicación. No todos están de acuerdo con sus respectivos
ideales y opiniones pero cada uno vive en su propia realidad. Para los
seguidores de la reencarnación, el alma está llamada a la salvación, pero no
así el cuerpo, del cual hay que deshacerse en sucesivas reencarnaciones hasta
lograr el "nirvana" que es el despojamiento de toda forma corporal.
La reencarnación desempeña un papel importante en las religiones orientales,
particularmente en las que se originaron en la India, como el hinduismo, el
jainismo, budismo y el sajismo. Los hindúes de la India creen, por ejemplo, que
la vida es un ciclo continuo de morir y renacer.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la idea de la reencarnación ha llegado a
atraer a muchos occidentales, incluido un buen número de jóvenes. Gran parte
de este interés se debe, según un columnista del periódico canadiense Sunday
Star, "al impacto de las ideas religiosas orientales en la sociedad
occidental, que comenzó a dejarse sentir en la década de los 60'.
Otra razón del interés que sucita la reencarnación es que, ciertas
celebridades, han expresado en público su seria convicción de que han vivido
una o más vidas pasadas. Además, la radio y la televisión, ciertas revistas y
otros medios de información, al igual que diversos profesionales, como médicos
y profesores, se han interesado en la reencarnación. Todo esto ha despertado
mucha curiosidad. De ahí que, según algunos sondeos, aproximadamente una
cuarta parte de la población de Canadá y Estados Unidos confiese que, acepta
hasta cierto grado, la idea de la reencarnación.
La reencarnación es un idea wiccana y una de las creencias más importantes de
nuestra religión. Nosotros aceptamos el factor de que nacemos, morimos y
volvemos a renacer en otro cuerpo. Una de las teorías de esta especulación es
que en cada reencarnación aprendemos una lección nueva y después de las
reencarnaciones suficientes alcanzamos un grado de perfección donde nos unimos
a la Rueda y dejamos de reencarnar.
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