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ILUSIONES

Capitulo 3

Los iguales se atraen...

Richard Bach

 

Tropeles y hervideros y multitudes de gente, torrentes de seres humanos precipitándose hacia un hombre colocado en el centro del torbellino. Después, la muchedumbre se convirtió en un pcéano capaz de ahogarle, pero él, en lugar de ahogarse, marchó sobre las aguas, silbando, y desapareció. El océano de agua se trocó en otro de hierba. Un Travel Air 4000 blanco y dorado bajo para posarse sobre la hierba. El piloto salió de la carlinga y desplegó un cartel de tela con la inscripción : VUELE - 3 DOLARES - VUELE.

Eran las tres de la mañana cuando me desperté.

Se interrumpió el sueño y lo recordé todo y por alguna razón me sentí feliz. Abrí los ojos y la luz de la luna me mostró el enorme Travel Air posado junto al Fleet. Shimoda estaba sentado sobre sus mantas enrolladas, en la misma posición en que le vi la primera vez, con la espalda apoyada contra la rueda izquierda de su avión. No es que le viera claramente. Pero notaba que estaba allí...

- Hola, Richard - dijo parsimoniosamente en la oscuridad -. ¿Te ha explicado eso lo que esta ocurriendo ?

- ¿ Qué es lo que me tiene que explicar algo ?- pregunté, aturdido. Aún estaba recordando y no atiné a sorprenderme por el hecho de encontrarle despierto.

- Tu sueño. El hombre y las multitudes y el avión - explicó pacientemente -. Yo avivé tu curiosidad y ahora lo sabes, ¿no ? Los periódicos se ocuparon de mí : Donald Shimoda, a quien empezaban a llamar el Mesías Mecánico, el Avatar Norteamericanao, el mismo que desapareció un día delante de veinticinco mil atónitos testigos oculares.

Lo recordé. Había leído la noticia en un anaquel de periódicos de una aldea de Ohio, porque figuraba en primera plana.

- ¿Donald Shimoda ?

- A ti servicio - respondió -. Ahora ya lo sabes, de modo que no tendrás que devanarte los sesos preguntándote quién soy. Sigue durmiendo.

Pensé largamente en eso, antes de volver a conciliar el sueño.

- ¿Puedes hacerlo... ? Yo no creía... Cuando te endilgan una tarea como esa, la de Mesías, se supone que debes salvar al mundo, ¿no es así ? No sabía que el Mesías podía devolver sencillamente las llaves, como has hecho tú, y renunciar.

Estaba sentado sobre el carenaje del Fleet y estudiaba a mi extraño amigo.

     

- ¿ Quieres hacerme el favor de pasarme una llave de dos bocas, Don ?

Hurgó en la bolsa de herramientas y me la arrojó. Tal como había sucedido esa mañana con las otras herramientas, la que acababa de lanzarme perdió velocidad y se detuvo a treinta centímetros de mí, flotando como si no la afectara la gravitación, después de hacer un perezoso giro en el aire. Sin embargo, apenas la toqué, sentí su peso en la mano y volvió a ser una vulgar llave de aviación de cromo vanadio. Bueno, no tan vulgar. Una vez se me rompió en la mano una palanca barata y desde entonces he comprado siempre las mejores herramientas que había en plaza... Y ésta era una Snap-On que, como sabe cualquier mecánico, no es una llave para usar todos los días. Por su precio, podría ser de oro, pero es un placer empuñarla y puedes estar seguro de que nunca se romperá, cualquiera que sea el trabajo para el que la emplees.

- ¡ Claro que puedes renunciar ! Puedes renunciar a lo que quieras, si ya no tienes ganas de hacerlo. Puedes renunciar a respirar si lo deseas - hizo flotar un destornillador Phillips, sólo para entretenerse -. De modo que yo renuncie a mi condición de Mesías, y si te parece que me pongo un poco a la defensiva, tal vez sea porque éste es todavía mi estado de ánimo. Es mejor que conservar el trabajo y aborrecerlo. Un buen Mesías no aborrece nada y disfruta de libertad para recorrer todos los caminos que se le antojen. Bueno, esto vale para todos, por supuesto. Todos somos hijos de Dios, o hijos de lo que Es, o ideas de la Mente, o como tú quieras llamarlo.

Ajusté las tuercas de la base de cilindros del motor Kinner. El viejo B-5 es una buena fuente de energía, pero estas tuercas tienden a aflojarse cada cien horas de vuelo y es prudente adelantarse a los problemas. Menos mal : la primera tuerca que apreté con la llave dio un cuarto de vuelta, y me felicité por haber tenido la sesatez de verificarlas en su totalidad esa mañana, antes de cargar otros pasajeros.

- Bien, sí, Don, pero yo pensaba que el oficio de Mesías era distinto de los otros, ¿sabes ? ¿Acaso Jesús volvería a clavar clavos para ganarse la vida ? Tal vez sea simplemente que suena un poco raro.

Reflexionó, tratando de interpretar la idea.

- No entiendo lo que quieres decir. Lo raro es que no renunciara cuando empezaron a llamarle Salvador. En lugar de pensar en sí mismo al recibir esa mala noticia, intentó razonar : "Muy bien, soy el hijo de Dios, pero todos lo somos. Soy el salvador, ¡ pero también lo sois vosotros ! ¡ Vosotros podéis ejecutar los prodigios que ejecuto yo ! Eso lo entiende cualquiera que este en su sano juicio."

Hacia calor en el carenaje, pero no sentía la sensación de estar trabajando. Cuanto más deseo hacer algo, menos lo defino como trabajo. Me complacía saber que lo que hacía era evitar que los cilindros pudieran desprenderse del motor.

- Dime si necesitas otra llave.

- No la necesito - respondí -. Y he progresado tanto, desde el punto de vista espiritual, que tus triquiñuelas me parecen simples juegos de salón de un alma moderadamente evolucionada. O tal vez un aprendiz de hipnotizador.

- ¡ Hipnotizador ! ¡ Vaya, eres cada vez más amable ! Pero más vale ser hipnotizador que Mesías. ¡ Qué trabajo más tedioso ! ¿ Por qué no me daría cuenta de que iba a ser así ?

- Te diste cuenta - contesté sagazmente. El se limitó a reír.

- ¿ Has pensado alguna vez - continué -, que quizás después de todo no sea tan fácil renunciar, Don ? ¿ Que a lo mejor no consigues acomodarte sencillamente a la existencia de un ser humano normal ?

Esta vez no rió.

- Tienes razón, sí - asintió, y se pasó los dedos entre el pelo negro -. Cuando me quedaba demasiado tiempo en un lugar, más de un día o dos, la gente se daba cuenta de que yo era un ser extraño. Rozas mi solapa y te curas de un cáncer, y antes de que transcurrauna semana, ahí estoy, nuevamente en medio de una multitud. Este avión me mantiene en movimiento y nadie sabe de donde vengo ni a dónde iré a acontinuación, lo cual me cuadra muy bien.

- Tu vida va a ser más difícil de lo que piensas, Don.

- ¿ De veras ?

- Sí, nuestra época va claramente de lo material a lo espiritual... y aunque la marcha es lenta, también es portentosa. No creo que el mundo te deje en paz.

- No es a mí a quien quieren , sino mis milagros. Y puedo eseñarle a algún otro cómo se ejecutan : que sea él el Mesías. No le explicaré que se trata de un trabajo tedioso. Además : "No hay ningún problema que, por su magnitud, sea ineludible".

Salté al suelo y me dediqué a ajustar con mucho cuidado las tuercas del tercer y cuarto cilindro. No todas estaban flojas, pero algunas sí.

- Creo que citas al perrito Snoopy, ¿ no es verdad ?

- Cito la verdad allí donde la encuentro, gracias.

- ¡ No puedes evadirte, Don ! ¿Qué harás si empiezo a venerarte ahora mismo ? ¿ Qué harás si me canso de trabajar en el motor y empiezo a suplicarte que te ocupes de repararlo ? Escucha, ¡ te daré hasta el último centavo que gane desde ahora hasta que se ponga el sol si me enseñas a flotar en el aire ! Si no lo haces, sabré que tengo el deber de empezar a adorarte, Santo Mensajero Enviado a Aliviar Mi Carga.

Se limitó a sonreírme. Aún no creo que entendiera que no podía evadirse. ¿ Cómo podía saberlo yo y él no ?

- ¿ Disfrutaste del espectáculo completo, como el que vemos en las películas filmadas en la India ? Muchedumbres en las calles, miles de manos que te tocan, flores e incienso, tarimas doradas con tapices plateados.

- No. Antes incluso de conseguir el trabajo preví que no podría soportar eso. De modo que escogí los Estados Unidos y solo tuve las aglomeraciones.

Para él era doloroso recordar, y lamenté haber mencionado el tema.

Siguió hablando, sentado en el heno, atravesándome con la mirada como si yo fuera transparente.

- Quería decirles: Por amor de Dios, si tanto anheláis la libertad y la dicha, ¿ cómo no os dais cuenta de que nada de eso esta fuera de vosotros ? ¡ Decid que lo tenéis y lo tendréis ! ¡ Comportáos como si fuera vuestro y lo será ! ¿ Es que acaso es tan difícil, Richard ? Pero la mayoría ni siquiera me escuchaban. Milagros... Así como la gente acude a las carreras de coches para presenciar los accidentes, así también acudía a mí para presenciar milagros. Al principio te defrauda, y al cabo de algún tiempo simplemente te aburre. No entiendo como pudieron soportarlo los otros Mesías.

- Cuando lo planteas en esos términos, pierde un poco de su encanto - respondí. Ajusté la última tuerca y guardé las herramientas -. ¿ A dónde iremos hoy ?

Fuimos hasta mi carlinga y en lugar de fregar el parabrisas, Don hizo un pase con la mano y los insectos que estaban pegados cobraron vida y se alejaron volando. Su propio parabrisas nunca necesitaba limpieza, claro está, y ahora sabía que su motor jamás necesitaría mantenimiento.

- No lo sé - respondió -. No sé a dónde vamos.

- ¿ Qué significa eso ? Tu conoces el pasado y el futuro de todo. ¡ Sabes exactamente a dónde vamos !

Suspiró.

- Sí. Pero procuro no pensar en ello.

Durante un rato, mientras me ocupaba de los cilindros me pude a pensar : Caray, bastará que me quede al lado de este hombre y no tendré problemas, no me ocurrirá nada malo y todo saldrá a las mil maravillas. Pero la forma en que lo dijo - "Procuro no pensar en ello"- me tajo a la memoria la suerte que habían corrido los otros Mesías enviados a este mundo. El sentido común ,e ordenó enfilar hacia el sur inmediatamente después del despegue y alejarme de él todo lo que pudiera.

Pero, como dije, se siente uno muy solo cuando vuela sin compañía, como yo, y me sentía contento de haberle conocido, de tener sencillamente un interlocutor que sabía distinguir un alerón de un estabilizador vertical.

Debería haber enfilado hacia el sur. Pero después del despegue me quedé con él y volamos rumbo al norte y el este, hacia ese futuro en el que Don procuraba no pensar.

 

 
 
 
 

 
 

 
         
         
       
       
       
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